Señor Gobernador; señor intendente; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional, provincial ; funcionarios; amigas, amigos; representantes de los sectores de la empresa y el trabajo de Puerto Deseado: qué les puedo decir cuando uno retorna a casa, al lugar donde hemos trabajado tanto, donde hemos compartido tantos sueños, tantos momentos y tantas angustias, donde durante días enteros de trabajo conjunto pensábamos cómo podíamos conseguir que la Nación se acordara de nosotros. Me parece un sueño hoy poder estar hablándoles a ustedes como presidente de la Nación y decirles que ya no tienen que sufrir más por eso, hoy vino la Nación a Puerto Deseado a hacerse presente y a acompañarlos. (Aplausos).
Fíjense ustedes lo que decía el Gobernador, durante doce años con Julio De Vido y otros peleábamos porque nos transfirieran el ramal ferroviario; doce años de gobernador, doce años tratando de que la Nación nos entienda o los funcionarios, los burócratas nacionales; bueno, como somos nosotros hoy, pero no tan burócratas. (Aplausos y risas). Tuvimos que llegar allá, aterrizamos y en tres meses tenemos el ramal ya en manos de quien tiene que estar, que es el pueblo de Puerto Deseado, como corresponde históricamente. (Aplausos).
Les vengo a contar también que yo voy a trabajar a la par con el señor Intendente, con el Gobernador, y también les vengo a decir que estoy totalmente esperanzado sobre el futuro de la provincia de Santa Cruz, con todo el esfuerzo que podemos hacer desde allá para recuperar tanto olvido. Siempre digo, a cada minuto y a cada instante: “preparate y ponete en marcha con todo, con esa pasión y esa inteligencia que vos tenés, Sergio Acevedo, que yo te voy a acompañar con todo para que vos gobiernes la provincia de Santa Cruz”, porque estoy seguro de que Sergio va a hacer el mejor Gobierno de la historia de Santa Cruz y eso es bueno para todos los santacruceños, para que podemos seguir avanzando. (Aplausos).
También les vengo a dejar mi corazón acá y a decirles que mi compromiso es inalterable, que a mí no me confunden ni las luces ni las alfombras del poder, como ustedes saben, yo estoy comprometido con la gente, con mi gente. (Aplausos). Siempre voy a ser así, en estos tres meses y días de Gobierno que tenemos estamos tomando una medida tras otra para poner en marcha a la Argentina, para librar una batalla desde el subsuelo, de donde estamos, de donde tenemos que salir. No tengan ninguna duda que, entre todos, vamos a ir remontando la cuesta y vamos a generar el primer gran escalón para hacer, posteriormente, la gran Argentina que todos necesitamos, con mucho esfuerzo, con muchas ganas, con mucha decisión. Sabemos que es difícil levantar un país que debe 150 mil millones de pesos, que está en default, que lo han quebrado, que han llenado de hambre y miseria nuestra Patria, pero hay que arremangarse y poner el coraje de argentinos, el coraje sureño para que con todos demostremos que lo podemos sacar de dónde está con honestidad, con trabajo, con esfuerzo, abriendo otra vez las puertas de las esperanzas, de los sueños y tomando las decisiones, le guste a quien le guste.
Siempre digo no llegué al Gobierno para esconder la mugre debajo de la alfombra. Se terminó la corrupción en la Argentina, vamos a avanzar para hacer un país diferente. (Aplausos). Todos, con justicia y con memoria, pero todos, civiles, militares, peronistas, radicales, socialistas, trabajadores, empresarios, todos los que piensan en la Patria con grandeza y generosidad.
También les puedo asegurar que estoy muy emocionado porque veo los mismos rostros que ayer, que me miran con el mismo cariño y el afecto de siempre. (Aplausos). Yo confío en ustedes. No saben el compromiso que siento cuando toco las manos de ustedes, el rostro de los hijos de ustedes y de los padres de ustedes me crece el compromiso tremendamente, pero también me emociona que nos podamos encontrar como ayer para saludarnos y abrazarnos con el cariño, el afecto y el amor que nos tenemos. Eso es algo muy importante. Cuantas alegrías, cuantos mimos con todos los hermanos y hermanas de Puerto Deseado. Obras importantísimas como la ampliación del puerto, la obra del acueducto, tantas cosas que demandaba Puerto Deseado y que las fuimos solucionando. Y hoy, señor Intendente, téngalo bien claro: yo voy a seguir viniendo - salvo que usted no me invite – permanentemente; y si no me invita, me invitan ustedes y vengo. (Aplausos). Muchas gracias Puerto Deseado, gracias por todo lo que me han dado siempre, los quiero mucho, ¡amor, fuerza y solidaridad! ¡Gracias por este día, gracias y a sus órdenes!
Fíjense ustedes lo que decía el Gobernador, durante doce años con Julio De Vido y otros peleábamos porque nos transfirieran el ramal ferroviario; doce años de gobernador, doce años tratando de que la Nación nos entienda o los funcionarios, los burócratas nacionales; bueno, como somos nosotros hoy, pero no tan burócratas. (Aplausos y risas). Tuvimos que llegar allá, aterrizamos y en tres meses tenemos el ramal ya en manos de quien tiene que estar, que es el pueblo de Puerto Deseado, como corresponde históricamente. (Aplausos).
Les vengo a contar también que yo voy a trabajar a la par con el señor Intendente, con el Gobernador, y también les vengo a decir que estoy totalmente esperanzado sobre el futuro de la provincia de Santa Cruz, con todo el esfuerzo que podemos hacer desde allá para recuperar tanto olvido. Siempre digo, a cada minuto y a cada instante: “preparate y ponete en marcha con todo, con esa pasión y esa inteligencia que vos tenés, Sergio Acevedo, que yo te voy a acompañar con todo para que vos gobiernes la provincia de Santa Cruz”, porque estoy seguro de que Sergio va a hacer el mejor Gobierno de la historia de Santa Cruz y eso es bueno para todos los santacruceños, para que podemos seguir avanzando. (Aplausos).
También les vengo a dejar mi corazón acá y a decirles que mi compromiso es inalterable, que a mí no me confunden ni las luces ni las alfombras del poder, como ustedes saben, yo estoy comprometido con la gente, con mi gente. (Aplausos). Siempre voy a ser así, en estos tres meses y días de Gobierno que tenemos estamos tomando una medida tras otra para poner en marcha a la Argentina, para librar una batalla desde el subsuelo, de donde estamos, de donde tenemos que salir. No tengan ninguna duda que, entre todos, vamos a ir remontando la cuesta y vamos a generar el primer gran escalón para hacer, posteriormente, la gran Argentina que todos necesitamos, con mucho esfuerzo, con muchas ganas, con mucha decisión. Sabemos que es difícil levantar un país que debe 150 mil millones de pesos, que está en default, que lo han quebrado, que han llenado de hambre y miseria nuestra Patria, pero hay que arremangarse y poner el coraje de argentinos, el coraje sureño para que con todos demostremos que lo podemos sacar de dónde está con honestidad, con trabajo, con esfuerzo, abriendo otra vez las puertas de las esperanzas, de los sueños y tomando las decisiones, le guste a quien le guste.
Siempre digo no llegué al Gobierno para esconder la mugre debajo de la alfombra. Se terminó la corrupción en la Argentina, vamos a avanzar para hacer un país diferente. (Aplausos). Todos, con justicia y con memoria, pero todos, civiles, militares, peronistas, radicales, socialistas, trabajadores, empresarios, todos los que piensan en la Patria con grandeza y generosidad.
También les puedo asegurar que estoy muy emocionado porque veo los mismos rostros que ayer, que me miran con el mismo cariño y el afecto de siempre. (Aplausos). Yo confío en ustedes. No saben el compromiso que siento cuando toco las manos de ustedes, el rostro de los hijos de ustedes y de los padres de ustedes me crece el compromiso tremendamente, pero también me emociona que nos podamos encontrar como ayer para saludarnos y abrazarnos con el cariño, el afecto y el amor que nos tenemos. Eso es algo muy importante. Cuantas alegrías, cuantos mimos con todos los hermanos y hermanas de Puerto Deseado. Obras importantísimas como la ampliación del puerto, la obra del acueducto, tantas cosas que demandaba Puerto Deseado y que las fuimos solucionando. Y hoy, señor Intendente, téngalo bien claro: yo voy a seguir viniendo - salvo que usted no me invite – permanentemente; y si no me invita, me invitan ustedes y vengo. (Aplausos). Muchas gracias Puerto Deseado, gracias por todo lo que me han dado siempre, los quiero mucho, ¡amor, fuerza y solidaridad! ¡Gracias por este día, gracias y a sus órdenes!