Señor Vicepresidente de la Nación; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor jefe del Estado Mayor Conjunto y Jefes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas; autoridades nacionales; personal militar superior y subalterno de las Fuerzas Armadas; veteranos de guerra combatientes de Malvinas; señoras y señores: en esta Argentina que quiere forjarse un mejor futuro, en esta República Argentina que trabaja diariamente para superar dificultades, en esta Argentina que obtiene logros concretos fruto de la capacidad de nuestro pueblo para rehacer sus esperanzas, es importante, vital y fundamental que recordemos la heroica lucha por recuperar nuestras Islas.
Se trata de un anhelo que está presente en la letra de nuestra Constitución Nacional y que está en el corazón de todos los argentinos: la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur y, los espacios marítimos e insulares correspondientes por ser parte integrante del territorio nacional.
La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Estos dos párrafos que cito, figuran expresamente en nuestro texto constitucional y se graban muy profundamente en el corazón de todos los argentinos.
Nuestro Gobierno toma con fuerza ese mandato constitucional y confía fuertemente en que las Malvinas volverán a ser argentinas por el diálogo, por la paz; y trabaja para lograrlo con la firmeza de los que no renuncian a sus valores, a sus ideas y a sus principios.
Mirando atrás, luego de estos veintitrés años del hecho que conmemoramos, recordamos conmovidos los gestos de valor y heroísmo de los soldados, suboficiales y oficiales de nuestras Fuerzas Armadas cuando defendían con dignidad la soberanía nacional en el campo de batalla, en las aguas del mar y en los cielos de la patria.
El tiempo transcurrido permite distinguir con claridad entre el gesto imprudente e irracional de una dictadura en retirada, que intentaba retener el poder de cualquier modo, y el sentimiento de patria que moviliza a los argentinos para recuperar lo que es propio.
Los veteranos de esa lucha han pasado en este tiempo por distintas circunstancias. Hemos visto cuánta ingratitud se les ha prodigado. Gracias a Dios hemos tenido la oportunidad de ir cumpliendo paulatinamente con ellos en estos tiempos en nombre de todos los argentinos, poniendo paso a paso y en la medida de lo posible, las cosas en su lugar.
No sólo se trata de conocer sus necesidades, saber qué les pasa y qué hacen hoy gracias al primer censo nacional de veteranos de guerra. Se trata de que realicemos acciones concretas para que vivan mejor y puedan ver en vida ellos y sus familiares que la Nación y el pueblo los valoran, los cuidan y les agradecen todo lo que hicieron.
El fuerte aumento de las pensiones, el pago de las asignaciones familiares, la inclusión de los padres como derechohabientes con un reconocimiento del 100 por ciento para los padres de los caídos en combate, la compatibilidad con otros beneficios previsionales permanentes, la atención al veterano y su familia, las nuevas prestaciones en salud, las líneas de préstamos personales y la incorporación a los programas de vivienda, son actos concretos que confirman el agradecimiento permanente de este Gobierno y del pueblo argentino hacia quienes combatieron heroica y dignamente en Malvinas.
Todos los argentinos aprendimos muy duramente que es difícil la recuperación del bienestar; aprendemos que lleva esfuerzo la restauración de los daños profundos que la gigantezca crisis que estamos superando nos provocó. Sabemos cuánto nos cuesta cada día rescatar de la pobreza, la indigencia y la exclusión a millones de argentinos que fueron los grandes olvidados de la década oscura, pero sabemos también que la recuperación de la patria no puede hacerse de rodillas, que tiene que forjarse en la recuperación de los valores que permiten afrontar gigantezcas proezas.
La República Argentina se recuperará en la medida en que defienda dignamente sus puntos de vista, su postura, su camino para la recuperación de lo propio. Se recuperará en la medida en que restaure la autoestima de lo nacional y se piense desde su propia situación y persista en el esfuerzo.
En la memoria de Malvinas se encuentra una de las grandes causas nacionales que une lo diverso y conjuga el esfuerzo de lo plural; en la memoria de Malvinas se ubican valores que debemos rescatar para avanzar con la frente alta hacia la soberanía nacional, el crecimiento sustentable con empleo y producción nacional, con inclusión social, respeto a los derechos humanos, justicia y verdad.
Quisiéramos ser capaces de estar este día en cada rincón del país para encender en cada hogar la llama de la esperanza, para calentarnos las manos en ese fuego encendido de amor a la patria, para recordar con orgullo el heroísmo de los que fueron capaces de entregar todo siempre. Y los argentinos tenemos que tener el permanente recuerdo a los héroes y combatientes de Malvinas.
El Gobierno que me toca presidir, paso a paso, en la medida de las posibilidades pero con una firme decisión, seguirá trabajando junto a quienes combatieron en Malvinas para seguir ese paso de recuperación y terminar el olvido al que fueron sometidos durante tantos años.
Nuestro compromiso, no es la promesa hipócrita, nuestro compromiso es el trabajar cotidianamente para que el pueblo argentino, a través de este pueblo temporal de la historia, siga los pasos reivindicativos para que quienes fueron a dar todo a Malvinas y no pidieron nada, tengan el reconocimiento paulatino del Estado nacional. Eso que quede absolutamente claro.
También, este 2 de abril, que sirva para todas las Fuerzas Armadas, para sus cuadros de oficiales, suboficiales y soldados, que seguimos trabajando firmemente, porque seguimos deseando y sabemos que en ese camino estamos, de incorporar definitivamente al andamiaje institucional de la patria, con un claro sentido democrático y plural, el funcionamiento concreto de nuestras instituciones armadas en la reconstrucción de la Argentina.
Esto es fundamental y central porque nos va a permitir definitivamente encontrar el país que nosotros soñamos y queremos en una verdad superadora que nos contenga a todos.
Quiera Dios que todos los argentinos recordemos con mucha conciencia, con mucho espíritu argentino y malvinero a quienes fueron en aquellos tiempos de 1982 a servir a la patria, más allá de quienes conducían a la Argentina, que fueron y pusieron todo lo que tenían en su corazón de argentinos, y que durante mucho tiempo después parecía que eran una carga en las espaldas de esta patria dejándolos de lado. Dios quiera que nunca más se repita ese triste camino de la historia.
Iniciamos un camino, iniciamos un punto de inflexión y el 2 de abril, Malvinas y nuestros combatientes, son héroes y recuerdos permanentes de la dignidad de la Argentina.
Muchísimas gracias. (Aplausos)
Se trata de un anhelo que está presente en la letra de nuestra Constitución Nacional y que está en el corazón de todos los argentinos: la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur y, los espacios marítimos e insulares correspondientes por ser parte integrante del territorio nacional.
La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Estos dos párrafos que cito, figuran expresamente en nuestro texto constitucional y se graban muy profundamente en el corazón de todos los argentinos.
Nuestro Gobierno toma con fuerza ese mandato constitucional y confía fuertemente en que las Malvinas volverán a ser argentinas por el diálogo, por la paz; y trabaja para lograrlo con la firmeza de los que no renuncian a sus valores, a sus ideas y a sus principios.
Mirando atrás, luego de estos veintitrés años del hecho que conmemoramos, recordamos conmovidos los gestos de valor y heroísmo de los soldados, suboficiales y oficiales de nuestras Fuerzas Armadas cuando defendían con dignidad la soberanía nacional en el campo de batalla, en las aguas del mar y en los cielos de la patria.
El tiempo transcurrido permite distinguir con claridad entre el gesto imprudente e irracional de una dictadura en retirada, que intentaba retener el poder de cualquier modo, y el sentimiento de patria que moviliza a los argentinos para recuperar lo que es propio.
Los veteranos de esa lucha han pasado en este tiempo por distintas circunstancias. Hemos visto cuánta ingratitud se les ha prodigado. Gracias a Dios hemos tenido la oportunidad de ir cumpliendo paulatinamente con ellos en estos tiempos en nombre de todos los argentinos, poniendo paso a paso y en la medida de lo posible, las cosas en su lugar.
No sólo se trata de conocer sus necesidades, saber qué les pasa y qué hacen hoy gracias al primer censo nacional de veteranos de guerra. Se trata de que realicemos acciones concretas para que vivan mejor y puedan ver en vida ellos y sus familiares que la Nación y el pueblo los valoran, los cuidan y les agradecen todo lo que hicieron.
El fuerte aumento de las pensiones, el pago de las asignaciones familiares, la inclusión de los padres como derechohabientes con un reconocimiento del 100 por ciento para los padres de los caídos en combate, la compatibilidad con otros beneficios previsionales permanentes, la atención al veterano y su familia, las nuevas prestaciones en salud, las líneas de préstamos personales y la incorporación a los programas de vivienda, son actos concretos que confirman el agradecimiento permanente de este Gobierno y del pueblo argentino hacia quienes combatieron heroica y dignamente en Malvinas.
Todos los argentinos aprendimos muy duramente que es difícil la recuperación del bienestar; aprendemos que lleva esfuerzo la restauración de los daños profundos que la gigantezca crisis que estamos superando nos provocó. Sabemos cuánto nos cuesta cada día rescatar de la pobreza, la indigencia y la exclusión a millones de argentinos que fueron los grandes olvidados de la década oscura, pero sabemos también que la recuperación de la patria no puede hacerse de rodillas, que tiene que forjarse en la recuperación de los valores que permiten afrontar gigantezcas proezas.
La República Argentina se recuperará en la medida en que defienda dignamente sus puntos de vista, su postura, su camino para la recuperación de lo propio. Se recuperará en la medida en que restaure la autoestima de lo nacional y se piense desde su propia situación y persista en el esfuerzo.
En la memoria de Malvinas se encuentra una de las grandes causas nacionales que une lo diverso y conjuga el esfuerzo de lo plural; en la memoria de Malvinas se ubican valores que debemos rescatar para avanzar con la frente alta hacia la soberanía nacional, el crecimiento sustentable con empleo y producción nacional, con inclusión social, respeto a los derechos humanos, justicia y verdad.
Quisiéramos ser capaces de estar este día en cada rincón del país para encender en cada hogar la llama de la esperanza, para calentarnos las manos en ese fuego encendido de amor a la patria, para recordar con orgullo el heroísmo de los que fueron capaces de entregar todo siempre. Y los argentinos tenemos que tener el permanente recuerdo a los héroes y combatientes de Malvinas.
El Gobierno que me toca presidir, paso a paso, en la medida de las posibilidades pero con una firme decisión, seguirá trabajando junto a quienes combatieron en Malvinas para seguir ese paso de recuperación y terminar el olvido al que fueron sometidos durante tantos años.
Nuestro compromiso, no es la promesa hipócrita, nuestro compromiso es el trabajar cotidianamente para que el pueblo argentino, a través de este pueblo temporal de la historia, siga los pasos reivindicativos para que quienes fueron a dar todo a Malvinas y no pidieron nada, tengan el reconocimiento paulatino del Estado nacional. Eso que quede absolutamente claro.
También, este 2 de abril, que sirva para todas las Fuerzas Armadas, para sus cuadros de oficiales, suboficiales y soldados, que seguimos trabajando firmemente, porque seguimos deseando y sabemos que en ese camino estamos, de incorporar definitivamente al andamiaje institucional de la patria, con un claro sentido democrático y plural, el funcionamiento concreto de nuestras instituciones armadas en la reconstrucción de la Argentina.
Esto es fundamental y central porque nos va a permitir definitivamente encontrar el país que nosotros soñamos y queremos en una verdad superadora que nos contenga a todos.
Quiera Dios que todos los argentinos recordemos con mucha conciencia, con mucho espíritu argentino y malvinero a quienes fueron en aquellos tiempos de 1982 a servir a la patria, más allá de quienes conducían a la Argentina, que fueron y pusieron todo lo que tenían en su corazón de argentinos, y que durante mucho tiempo después parecía que eran una carga en las espaldas de esta patria dejándolos de lado. Dios quiera que nunca más se repita ese triste camino de la historia.
Iniciamos un camino, iniciamos un punto de inflexión y el 2 de abril, Malvinas y nuestros combatientes, son héroes y recuerdos permanentes de la dignidad de la Argentina.
Muchísimas gracias. (Aplausos)