PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DR. NÉSTOR KIRCHNER DURANTE EL ACTO POR EL 55 ANIVERSARIO DE LA CÁMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCIÓN, EN EL HOTEL SHERATON, DE LA CIUDAD AUTONÓMA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DR. NÉSTOR KIRCHNER DURANTE EL ACTO POR EL 55 ANIVERSARIO DE LA CÁMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCIÓN, EN EL HOTEL SHERATON, DE LA CIUDAD AUTONÓMA DE BUENOS AIRES

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Señor Presidente y miembros de la Cámara Argentina de la Construcción; señor vicepresidente de la nación, gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, querido amigo Daniel Scioli; al igual que el señor vicepresidente de la Nación, querido amigo Julio Cobos, que también nos acompaña aquí, el señor Gobernador de la provincia de Mendoza; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales; representantes gremiales; empresarios en general; amigos y amigas: he venido a esta Cámara desde hace muchos años, lo he hecho como Gobernador de la provincia de Santa Cruz y lo he hecho en los cinco años, cinco veces he venido aquí, en estos cuatro años y medio, como Presidente de la Nación Argentina.

Es para mí un profundo honor poder compartir con ustedes, agradecerles vuestra invitación y haber compartido sueños, ilusiones y esperanzas en momentos muy difíciles para la Argentina, en momento en que casi nos costaba hasta pensar – como bien dijo el señor presidente de la Cámara Argentina de la Construcción – cómo construir políticas de Estado, que definitivamente terminen con el concepto y la filosofía que se generó durante tantos años, increíblemente aún esa filosofía, tomada por aquellos sectores que se veían perjudicados por la aplicación de esas políticas filosóficas, neoliberales que nada tienen que ver con la necesidad del desarrollo argentino. Era como pensar que la obra pública en la Argentina era la culpa del déficit, era la culpa de los presupuestos que no cerraban, del endeudamiento argentino y que hacer obra pública era prácticamente no gobernar, gastar la recaudación argentina y fundamentalmente, tener conceptos que no tenían nada que ver con lo que hoy el mundo necesitaba porque había una dirigencia y sectores que pensaban que la Argentina tenía que ser meramente un país de servicios.

Yo los quiero felicitar porque ustedes afrontaron el desafío con infraestructura o con material o con máquinas inclusive por todos los problemas de la importación, por todos los problemas de la crisis que tuvo que no estaban por allí a la altura de sus necesidades, pero dijeron y entendieron el desafío que el país tenía que dar hacia delante no era un gobierno determinado, lo dieron estuvieron presentes y los resultados están a la vista. Porque cuando vemos la cantidad de empresas que nacieron y cuando vemos los 500 mil trabajadores de la construcción y cuando vemos las miles de obras que se han hecho en toda la Argentina es que vemos que la Argentina ha dado un paso cualitativo importante que ha ayudado no sólo al crecimiento económico, a la lucha contra la indigencia, la pobreza y la desocupación.

Yo siempre digo – y lo dice la Presidenta electa – que asumimos con más desocupados que votos. Y ustedes que son empresarios, que sufrieron la situación que nos tocó vivir, en la explosión de la crisis, allá en el 2001, saben perfectamente que está situación era así. Era prácticamente sobrevivir como se podía.

Asumimos nuestro mandato con la plena conciencia de la necesidad de cambio que el país tenía en aquel año 2003, hemos sido y somos protagonistas de ese cambio. Y seremos actores de la profundización del cambio, pues la Argentina debe continuar este sendero abierto para dejar atrás su historia de inestabilidades y frustraciones.

Yo me pregunto, siempre hay propuestas que pueden mejorar las acciones y las calidades de los trabajos que se llevan adelante, pero toda aquella crítica centrada en la coyuntura meramente electoral, sin pensar en términos estratégicos el país, que se hicieron sobre las inversiones, que llevamos adelante entre todos en la Argentina, no había políticas sustitutivas, bajo ningún aspecto de los otros sectores que confrontaron ideas con nosotros.

Es muy importante que la Argentina, lo necesitamos - y ustedes como un sector tan importante como el que son – saben que el debate es lo más importante, pero a una idea tiene que estar la calidad de la otra idea para que salga la idea síntesis que nos pueda contener. Hay que terminar con esta Argentina de creer que para tener la iniciativa en la conducción del Estado tenemos que destruir al otro. Yo creo que hay que comprender al otro, entender al otro y juntos cualificar las acciones para profundizar el desarrollo del país.

Crecimiento sostenible, inclusión social, redistribución del ingreso, incrementos de la igualdad, la equidad son objetivos que no se logran en un turno electivo y que exceden las posibilidades del Gobierno y deben ser objetivos estratégicos no sólo de quienes transitoriamente lo ejercen, sino de toda la sociedad.

Cuando desde una lejana y querida provincia, y fundamentalmente en el Gobierno de esta Patria, el 25 de mayo de 2003, decíamos que teníamos que volver a planificar y ejecutar obra pública en la Argentina para desmentir con hechos el discurso del neoliberalismo que la había estigmatizado como gasto improductivo, sabíamos todo lo que estábamos hablando. Nosotros como Gobierno y ustedes como empresarios y ustedes como trabajadores.

Teníamos plena conciencia de la necesidad de dar la batalla cultural para cambiar los paradigmas que concebían como supuesta solución el ajuste permanente y sólo lograban distanciar a las instituciones de la sociedad. Ajuste, ajuste… parecía que gobernar era reducirnos cada día más. Ser racional significaba aplicar políticas de exclusión cada vez más fuertes y por supuesto desnacionalizar totalmente la conformación del sector empresario argentino y la desaparición de nuestra clase media y nuestra clase trabajadora. Nos habían inculcado una receta, que siempre tenemos que entender que fue absolutamente perversa para todos los argentinos.

Cuando sosteníamos que el Estado era quien debía viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores vulnerables de la sociedad, entendíamos que la presencia o ausencia de Estado constituye toda una actitud política y, fundamentalmente, comprendíamos la necesidad de generar políticas activas para generar desarrollo, trabajo decente, crecimiento y más justa redistribución del ingreso. Esa es otra batalla cultural del cambio que debe darse y que trascenderá a varios Gobiernos, hasta hacerse carne en nuestra cultura, para constituirse en una verdadera política de Estado asumida por toda la sociedad.

Por eso, nos ha dado tanta alegría, no sería honesto de mi parte no decirlo, y quiero agradecer desde aquí, la ratificación popular, el 28 de octubre, hace un mes, para profundizar el cambio. Somos conscientes – y más que nadie la presidenta electa – qué es lo que votó el pueblo argentino, y no tengan ninguna duda que con la presidenta al frente, con todos ustedes trabajando en forma conjunta, con todos los gobernadores, con todos, porque hay que trabajar con todos los gobernadores de todas las provincias, y por supuesto, también con quienes gobiernan en la Ciudad de Buenos Aires, tenemos que profundizar, por sobre, todo las políticas generales del crecimiento argentino. Esto es central y esencial porque va a ser una señal de madurez interna y externa.

Sosteníamos que los gobiernos debían medirse o juzgarse por su acercamiento a la finalidad de concretar el bien común, sumando el funcionamiento pleno del estado de derecho, la vigencia plena de los derechos humanos y una efectiva democracia. La correcta gestión del gobierno, con el efectivo ejercicio del poder político nacional, y esta ratificación ciudadana tuvo ese sentido. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que hemos contrastado con los hechos de las teorías sostenidas por el neoliberalismo, durante años, y que esos hechos nos dan ahora la razón.

Acuérdense ustedes: “vivimos una semana de veranito”; “vivimos dos semanas de veranito”; “es un mes de veranito”; “es el rebote de lo que está sucediendo”; “ya rápidamente vamos a aterrizar y vamos a deslizarnos para tener un aterrizaje no forzado, hagámoslo a pleno para no tener un aterrizaje forzado después”. Si alguno de ustedes tiene una buena hemeroteca se va a poner a recorrer los diarios de estos cuatro años y medio y va a tener que darse cuenta de las cosas que dijeron y que nadie se hace cargo. Porque en este país, a veces, pasa esto: se dicen muchas cosas, hay muy mala memoria. (APLAUSOS).

Entonces, ustedes recuérdenlo porque ese fue un debate permanente que se dio en la sociedad argentina y era como si a algunos les molestara que la Argentina crezca. No importa cuál sea el Gobierno y el signo que nos gobierne, es decir, valga la redundancia. En la democracia los ciudadanos eligen, lo importante es consolidar con matices diferentes, un modelo de crecimiento, un modelo productivo, un modelo industrial, un modelo keynesiano, que definitivamente le de a la Argentina, construyamos la Argentina que nosotros nos merecemos.

Nosotros, desde el propio inicio de nuestro Gobierno, sabíamos que era necesario ganar en capacidad de decisión, renegociamos la deuda externa más grande, obviamente, que tuvo la Argentina en su historia y ahorramos 70 mil millones de dólares, y les puedo asegurar, que en esa renegociación – de muy buena fe, pero habían algunos amigos, que trabajaban al lado mío que me decían: “no hagamos el 70 por ciento de quita que no nos va a ir bien”. Pero hay veces en la vida que uno no viene a un gobierno para durar, sino para tratar de cambiar o empezar a cambiar nuestra historia o generar, al menos, un punto de inflexión. Y nos decidimos por el 70 por ciento de quita, y gracias al trabajo realizado, por supuesto, de un conjunto, de un equipo logramos el hecho resultante de ahorrar 70 mil millones de dólares, en la discusión de nuestra deuda externa privada. Y lo logramos también para recuperar nuestra capacidad de decisión.

Yo recuerdo, también, a los diarios de la época, las fotos de respetables funcionarios, del Fondo Monetario Internacional, todos preocupados y lógicamente con qué iba a pasar en la Argentina en cada visita de ellos. Éramos nosotros un gobierno, un país prácticamente sometido a decisiones finales que no se tomaban en la Argentina, sino se tomaban en otro lado.
Después, que con el esfuerzo argentino, le pagamos al Fondo Monetario Internacional, todos ustedes y todos los argentinos tienen la seguridad de que las decisiones se toman en la Argentina. Y si se toman equivocadas se pueden corregir en la Argentina también. (APLAUSOS).

Recordemos que cuando hicimos uso de las reservas para pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, otra vez la hemeroteca la miramos y decían: “se viene la inflación galopante”; “quedamos sin reservas, quedamos al límite”; “es una actitud irresponsable”. Pocos días antes me habían dicho que estábamos juntando demasiadas reservas. Yo digo, porqué esa actitud negativa. Yo las respeto intelectualmente a las distintas escuelas neoliberales que existen, pero que tengan una actitud positiva. El país no se va construyendo con los fracasos del otro, sino con actitudes que ayuden a pensar.

Y así como es muy malo ser dogmático, desde un punto de vista, también es muy malo ser dogmático desde el otro. El dogmatismo de un extremo o el dogmatismo del otro son los que muchas veces nos han llevado a los argentinos a muchísimos fracasos.

Vayamos teniendo la realidad, la capacidad de entender que nuestra verdad relativa, confrontada con la otra verdad relativa nos da una verdad-síntesis superadora, que nos permite construir un país distinto, es fundamental llevarlo esto adelante.

También fuimos pensando en la inserción de la Argentina en el mundo y la construcción, nuevamente, de las relaciones con nuestros hermanos de Latinoamérica, es fundamental volver a reconstruir nuestra identidad, que es una tarea central, que es una tarea fundamental.

El indicador sintético de la actividad de la construcción, que se mide en 1993, registra que en el mes de octubre último- se acuerdan que decía que se venía la actividad de la construcción – está bien hemos crecido a niveles desusados, pero con el invierno, las lluvias, todo esto que ustedes conocen perfectamente, decían que se había parado el crecimiento en la construcción. En octubre, año-año, la construcción creció el 9,2; el 2,5 desestacionalizado; el 11 puntos estacionalizado, y un acumulado del 5 por ciento. Los felicito, a todos ustedes, por seguir creyendo en la Argentina. Están trabajando, están invirtiendo, los que invierten en el sector privado, los que invierten en el sector del Estado y los empresarios de la construcción, que siguen trabajando a full y creyendo en este país.

También es fundamental tener en cuenta el crecimiento, que hemos tenido en el Producto Bruto Interno, la Argentina va a crecer en cuatro años y medio el 50 por ciento, parece un sueño, nunca en la vida crecimos. Hablábamos de los cien años y ahora podemos mirar a nuestra historia, desde que se miden las estadísticas, la Argentina por primera vez en su historia va a crecer, en cincuenta y ocho meses consecutivos, por supuesto que va a seguir creciendo, y ha tenido en estos cuatro años y medio un crecimiento del 50 por ciento. Es decir, que la Argentina puede crecer sin expulsar a gente o excluir gente, que la Argentina puede crecer sin quebrar a empresarios, puede crecer sin generar una concentración de las riquezas en las manos de unos pocos, puede crecer con otro concepto redistributivo de la riqueza, la Argentina puede crecer, lo hemos demostrado todos: los trabajadores, la clase empresaria, la clase media, el gobierno, todos aquellos que apostamos a tratar de generar en la Argentina un proyecto con proyección y con perspectivas.

La verdad, que en ese crecimiento, la construcción ha jugado un rol fundamental, ha sido un dinamizador y unos dinamizadores fundamentales, junto a la industria del crecimiento argentino. Y por supuesto, también del campo, porque no son actividades contradictorias, son actividades complementarias. Hay que dejar de pensar el país en parcelas o en quintas y pensarlo en su conjunto. Si estamos entendiendo y estamos buscando una Argentina que tenga autonomía en la globalización, pero obviamente que este mundo globalizado sabemos cómo funciona, tenemos que entender que es fundamental que todas las actividades puedan funcionar en conjunto. Por supuesto, con un crecimiento y un apoyo muy fuerte – y acá veo algunos amigos – de la actividad bancaria, que es central y fundamental, porque les ha ido muy bien, se han saneado financieramente, están con mucha liquidez y esperemos que las tasas vayan bajando, que es fundamental. Nos alegra que les vaya bien, esto es central. (APLAOSOS).

Por dar un ejemplo, la producción de cemento creció a un ritmo del 20 por ciento anual, del 2002 a la fecha; las pinturas crecieron a un ritmo anual del 14 por ciento y el hierro redondo a razón de un 19 por ciento anual. Claro que la capacidad instalada está cercana al 78,1 en funcionamiento, y claro que esto también genera – porque tenemos que entrar y yo estoy seguro que la presidenta electa viene con una batería y demás – para ayudar y profundizar este tema, que el crecimiento nos fue generando problemas. Obviamente crecer 50 por ciento, en cuatro años y medio, nos generó demandas de infraestructura energética, nos generó… no hay que dramatizar, hay que buscar soluciones. En esta Argentina que donde decrecía la Argentina, allá por los años 1987, 88, no funcionaban ni los ascensores y no había luz y uno iba a ver el Producto Bruto Argentino y éste se caía.

Imagínense ustedes con el crecimiento que ha tenido Argentina es fundamental que como se dejaron, desde 1997, prácticamente, hasta el año 2003, 2004 de hacer inversiones en infraestructura energética y el crecimiento que ha tenido el país que tengamos en determinados momentos puntos límites. Bueno, Barcelona todos sabemos lo que le ha pasado, lamentablemente, lo que pasa en California, lo que pasa en tantos lados con el tema de la energía, que es una problemática estratégica, en la cual estamos trabajando a fondo. Pero eso no nos tiene que amedrentar para trabajar en el crecimiento, por el contrario, hay que redoblar las inversiones, hay que redoblar el esfuerzo, pero yo prefiero esta situación donde los gobiernos y todos estemos preocupados por generar la producción energética que necesitemos y no la que me tocó vivir a mí ver como gobernador o al gobernador de Tierra del Fuego o al gobernador de Mendoza ver ventear el gas y quemarlo, como se quemaba en la Argentina, porque era ocioso o se exportaba a otros países a precios muy baratos y ayudábamos a crecer el Producto Bruto Interno de otros países – y nos ponemos contentos de haberlo hecho – pero cuando nosotros necesitábamos el gas aquí adentro, teníamos que haber movido toda nuestra infraestructura y haber pensado el país, en términos estratégicos.

Es preferible estar dando estos desafíos y tener estas tensiones del crecimiento que creer que se puede tener una reserva, un back up energético. ¿Cuánto es el costo con cien dólares el petróleo, con el costo de la energía de tener back up energético? Vamos a movernos siempre a determinados límites, lo que hay que ir haciendo las inversiones energéticas, hay que profundizar seriamente la exploración y la explotación petrolera, y la exploración y explotación de gas, tenemos que hacerlo. (APLAUSOS)

Y las empresas que trabajan en el ramo- y a mí me gusta trabajar con nombres y apellidos, porque debo reconocer que con algunas empresas que yo he discutido mucho, cuando yo era gobernador, han crecido su producción y sus reservas, pero hay otras, como en el caso y voy a dar dos ejemplos – uno se lo digo siempre a mi amigo Lula – PETROBRAS tiene que invertir mucho más, tiene que investigar mucho más, porque es una empresa con importantes acciones del Estado brasilero, pero con el management, en donde ellos tienen importante marco de decisión y necesitamos que se incorporen al crecimiento argentino y trabajen junto a nosotros. Y la otra empresa que también tiene que asumir los desafíos de la etapa y de la época en este tema, con mucha fuerza y dicen que lo van a hacer – esperemos que lo hagan – es la empresa REPSOL, como yo le dije a mi querido amigo Zapatero, que es fundamental que hagan las inversiones que tienen que hacer en la Argentina porque necesitamos nosotros que estas empresas inviertan y funcionen porque están manejando un recurso que es central y fundamental para los argentinos que es nuestro recurso energético, es central que todos los argentinos tomemos conciencia de esto, y que fundamentalmente estemos presentes en la acción de inversión exploratoria y de producción que tienen estas empresas.

El presupuesto ejecutado por la Secretaria de Obras Públicas, fue diez veces superior, al del año 2002. Por eso la participación del sector público en la actividad se duplicó en términos absolutos en estos cuatro años y medio, pasando del 11,5 al 22 por ciento. Pero esto tiene un valor humano agregado no sólo en viviendas, se trata de familias que pasan a tener un hogar digno, no sólo son escuelas, es la base imprescindible para una educación de calidad. No se trata de cloacas, aguas y obras sanitarias son condiciones para mejorar la calidad de vida y la salud de millones de argentinos que nos permite ser el país con mayor desarrollo humano en Latinoamérica. No son sólo hospitales se trata de incremento de salud pública, no son sólo caminos, puentes, autopistas, puertos, aeropuertos, diques, red de energía y gasoductos, se trata de infraestructura para el progreso de los argentinos.

La Argentina está cambiando y quiere más, la Argentina protagoniza su cambio y sabe que puede más, el pueblo argentino sabe que por este camino vamos a lograr el avance que necesitamos. Es la vieja Argentina que estamos dejando atrás. Hoy la totalidad de los préstamos en los nuevos bancos Interamericano de Desarrollo, el Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento y la Corporación Andina y Fonplata se destina mejor a infraestructura. Ya no pedimos más créditos para pagar deudas, que así nos fuimos endeudando con el Banco Mundial, con el Fondo, con muchos organismos internacionales y con el propio BID, los fondos vienen para inversión, para salud, para acción social, para invertir en el norte argentino. No debemos permitir los argentinos, y tenemos que estar todos atentos y vigilantes en este tema, que se vuelva caer en esas perversidades de tomar créditos internacionales para el gasto público, normal y cotidiano que se hace porque allí empieza el camino de nuestros dolores de cabeza y nuestros desastres.

Es cierto que no debemos enamorarnos de nuestras herramientas, es necesario comprobar permanentemente que están al servicio de nuestra finalidad de crecimiento, sostenido con trabajo, con inclusión social y redistribución más equitativa del ingreso, pero debemos integrar a nuestro patrimonio cultural la necesidad de un esquema macroeconómico consistente, favorable a la producción nacional, que permita desplegar de manera integrada el potencial de nuestro país.

Queridos amigos: yo creo que acá hay políticas de Estado, que definitivamente la Argentina tiene que mantener: superávit fiscal primario, central, cuando discutíamos con el Fondo hablábamos de 3 puntos del Producto Bruto Interno, este año vamos a cerrar, como decía el Presupuesto, a pesar de que algunos decían que no, con 3,15 de nuestro Producto Bruto, que ha crecido al 50 por ciento, así que es mucho más que el 3 por ciento, que nosotros decíamos que teníamos para funcionar. Y estoy seguro que la administración que viene todavía va a mejorar este superávit fiscal, va a trabajar en estos términos, porque es fundamental que la Argentina, después de todas las cosas que nos sucedieron, después de todas las adicciones que tuvimos, tengamos todos los sectores de la sociedad un compromiso real y concreto con nuestro superávit fiscal primario, que es polea central del crecimiento.

Otro tema, que es el superávit comercial, éste es central, el país está creciendo, importa muchos bienes de capital; el año pasado tuvimos un superávit comercial de 12.223 millones 353 mil dólares. Este año vamos a superar los 10 mil millones porque tuvimos 10.200 millones aproximadamente porque tuvimos cerca entre 1.500 y 2 mil millones y algo más que importar energía para el crecimiento. Y también nos ha crecido un poco más de lo que debiera crecer las importaciones de los bienes de consumo, también las de los bienes intermedios, también la de los bienes de capital, pero tenemos que ajustar en los bienes de consumo para proteger la industria nacional, el trabajo nacional y la producción nacional, pero el superávit comercial es central para crecer. Reserva fuerte, no importa que algunos digan que son improductivas, siempre lo han dicho, al contrario.

Ustedes vieron que la crisis del sistema hipotecario que vive el sistema internacional, la Argentina lo ha logrado superar y lo está logrando afrontar con absoluta solvencia, gracias a las reservas que tienen. Hoy volvimos a establecer otro récord histórico, con 44 mil 690 y espero poder terminar la gestión con 45 mil millones de reserva, que sería todo un paso, y un punto de inflexión definitivo para que la Argentina pueda entrar consolidada con solvencia y con fuerza.

También es fundamental seguir consolidando por supuesto, el crecimiento de la recaudación y como elemento central, fundamental, seguir generando políticas que tiendan a la consolidación de la construcción del capital nacional, a consolidar las posibilidades de la inversión extranjera también y de la inversión. Creció el 13,4 la inversión en octubre en la Argentina, llegamos a 22,4 de inversión directa. Lógico, cualquiera de ustedes me va a decir que hace falta 25 ó 26 por ciento de inversión para seguir esta polea de crecimiento. Estamos dando esta batalla, tenemos que seguir logrando más inversión, pero fíjense estamos en un 22,4, yo me acuerdo cuando hablábamos de otro nivel de inversión, soñar con llegar a 22,4 era prácticamente un pensamiento ilusorio.

Obviamente que el crecimiento nos requiere mayor inversión y tenemos que generar, y no tengo ninguna duda que el Gobierno en general lo va a consolidar. Tenemos que tener también como elemento central el cambio competitivo, terminar con los sueños de ese famoso uno a uno, pero tener en claro una cuestión: es bueno el dólar competitivo, ustedes saben que el dólar se ha debilitado, yo creo que para fines del año que viene se va a recuperar. Hoy se ha recuperado, porque ha habido una inversión muy fuerte de capitales árabes en el Banco City, cerca de 25 mil millones de dólares, lo cual le ha dado una cierta tranquilidad a los mercados. Pero si ustedes miden, desde la devaluación, nosotros con Estados Unidos, creo que tenemos el 13 ó el 15 por ciento de nuestro comercio exterior. El resto lo tenemos con 200 países más en el mundo, y con un 20 por ciento con los países de Europa.

Si nosotros analizamos una relación bilateral con las monedas del euro y otras monedas, el proceso de capacidad competitiva de nuestra moneda, es decir respecto al 3 a 1 ó al 3.20 a 1 con el dólar, más o menos, fue una evaluación del 313 por ciento. Si nosotros hubiéramos trabajado también con el movimiento de las otras monedas, como lo hicimos con las reservas, donde tenemos oro y euros, le hubiera dado aún más competitividad a la economía argentina, porque la devaluación hubiera llegado al 413 por ciento, lo cual tiene que poner a estudiar al Banco Central, al nuevo ministro de Economía y al nuevo Gobierno con mucha fuerza en cómo seguimos dándole calidad competitiva, atendiendo a las nuevas realidades, a los movimientos que tenemos en el mundo y a con quiénes nosotros tenemos mayor masa de comercio, que llevamos adelante con el resto de las naciones del mundo. Así que es un tema interesante e importante porque si bien los analistas podían decir, hasta hace poco, que el dólar se venía devaluando fuertemente, yo creo que hay sectores que están apostando igual a que no suceda esto, por eso si no, no estaría ¿no? la inversión que ha hecho este banco tan fuerte, de 25 mil millones para fortalecer el tema de las perdidas que han tenido con las hipotecas de mala calidad, como ellos le llaman. Hay bancos muy importantes que todavía no sabemos cuál es el resultado que tienen.

Yo la verdad es que les quiero decir, pero desde el corazón, desde mi sensibilidad, que he trabajado feliz con todos ustedes: con los trabajadores de la construcción, con los empresarios de la construcción dimos un gran desafío, un gran desafío cultural, horas y horas trabajando y pensando cómo cambiar la Argentina. Claro que nos falta mucho, malo sería que no nos falte nada, porque todos queremos una Argentina mucho mejor que la que tenemos hoy. Así que es una verdad de Perogrullo, que nos falta mucho, estamos en un punto de inflexión, yo creo que estamos saliendo del infierno, pero ahora viene la construcción del país estratégico, viene la institucionalización de un modelo plural, viene la cualificación del debate que hay que dar en la sociedad. Yo creo que el debate que hay que dar en la sociedad tiene que ser sin descalificaciones, cuando uno tiene ideas puede expresarlas sin decir que el otro es malo, hay que terminar de subjetivizar, cuando se hace ese tipo de cosas y se trabaja por la destrucción del otro, evidentemente, estamos entrando en una ruta que no nos va a llevar a buen camino.

Si tengamos un debate profundo, fuerte, con pasión, con ideas, que los argentinos lo necesitamos sobre el perfil del país, pero para construir un país, al cual a todos los argentinos nos vaya muchísimo mejor. Creo que estamos en la antesala de situaciones muy importantes. Yo, la gente ha decidido, la gente ha votado, y cada uno tiene que asumir el rol que la gente le ha dado, y lo tiene que asumir con la tarea creativa, de construir, de poner fuerzas, de dar ideas, de tener generosidad, palabra que no se debe escapar del diccionario argentino.

Me voy contento y agradecido a los argentinos, si ustedes me permiten decirlo aquí en este ámbito, por haberme permitido ser Presidente de todos los argentinos. Uno es Presidente un tiempo de la historia, y es bueno que así sea, es buena la alternancia, el cambio, la renovación permanente, las nuevas ideas, no hay que tener miedo a este tipo de cosas porque son fundamentales. Pero yo se los quiero decir con todas mis fuerzas, que argentino uno es toda la vida, entonces yo no voy a caer en los viejos moldes por allí, que tuvieron los viejos dirigentes políticos de decirles: “me voy a la casa, me voy a descansar la tarea cumplida”, es decir como si todo pasara por un modo y una forma de decir las cosas para tratar de seguir haciendo, de seguir participando, pero eludir las responsabilidades del futuro que viene.

Yo les digo que voy a seguir trabajando como argentino, voy a seguir participando activamente en la vida argentina, creo que se puede trabajar de argentino sin tener ningún cargo en especial, tiene que entender la dirigencia política argentina que argentino se es siempre y uno tiene que opinar y trabajar y desde donde esté trabajaré con todas mis fuerzas. Y por supuesto, vamos a tratar de ayudar a construir consensos, fuerzas, cambios y transformaciones para que evidentemente el Gobierno que empieza el 10 de diciembre, sea mucho mejor, pero mucho mejor que el que nosotros llevamos adelante. (APLAUSOS).

Que el 10 de diciembre serán otros desafíos, otros tiempos, pero yo sé que vienen cabezas muy oxigenadas, sé que viene un cuadro muy bien conformado y que van a trabajar muy bien por la Argentina. Y en cuanto a mí, agradecerles, yo soy como ustedes me conocen, trato de decir lo que pienso siempre, lo he hecho siempre, eso no quiere decir que acierte siempre, porque seguramente me debo equivocar la mayoría de las veces y trato de corregir, pero saben que bueno es poder hablar y a mí me ha pasado con mucho de ustedes con absoluta sinceridad, decir las cosas que nos pensamos y eso nos permite evitar muchísimos errores. Me siento realmente contento, me siento agradecido a todos ustedes. Espero que les vaya excelentemente bien, que tengan absoluta rentabilidad en sus empresas, que este país siga creciendo, que ustedes se puedan seguir consolidando y que evidentemente el Gobierno que viene pueda corregir y aportar mucho más, corregir los errores a aportar muchas más soluciones, que nosotros por allí no pudimos llegar. Pero les puedo asegurar que dejamos todo, sentimos palmo a palmo este Gobierno, trabajamos y pusimos todo lo que estaba a nuestro alcance.

No tengan ninguna duda que Argentina va a seguir por un muy buen sendero, los argentinos tenemos que consolidar nuestra institucionalidad y tenemos que recuperar siempre esa esperanza, esa alegría, esa idea de buscar que las cosas nos vayan bien. No pensemos, porque a mí durante todo este mandato decían que un mes va a ir bien y después mal, dos meses bien y después mal, terminemos con toda esta teoría y este derrotismo, algo que yo siempre digo, cuando las cosas nos van bien, los argentinos nos creemos los mejores del mundo; cuando nos salen un poco mal nos creemos los peores del mundo, alcancemos el equilibrio que este país va a tener el lugar que se merece, que pensaron sus pioneros, que pensó la generación del 80’, que pensaron muchas generaciones que este país se podía cambiar y era una nación que nos podía contener a todos.

Señores integrantes de la Cámara de la Construcción, señores directivos, señores trabajadores, de un argentino que tuvo la suerte de ser Presidente y trabajar junto a ustedes, pero muchísimas, muchísimas gracias por todo el apoyo y acompañamiento durante toda esta etapa. Gracias. (APLAUSOS).