PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NESTOR KIRCHNER, EN LA CENA DE RECEPCIÓN AL PRESIDENTE DE ECUADOR, RAFAEL CORREA.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NESTOR KIRCHNER, EN LA CENA DE RECEPCIÓN AL PRESIDENTE DE ECUADOR, RAFAEL CORREA.

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Señor Presidente del Ecuador, Rafael Correas: los argentinos sabemos de su compromiso profundo con el fortalecimiento de la democracia y la igualdad social; con el pleno respeto a los derechos humanos y la consecución de un orden económico justo y equitativo.

El problema de los derechos humanos y su atropello durante las dictaduras es un tema de central interés. Pero siento también que el respeto por los derechos humanos en la democracia es de suma importancia. Sé que tal vez existe una deuda que no está saldada hoy en el mundo, y especialmente en América Latina.

Es por ello que creo que debemos continuar promoviendo y protegiendo esta cuestión en la región, y, a su vez, reforzar la cooperación en la materia en todos los fueros internacionales en los que participamos.

Usted sabe cuán clara es para nuestro pueblo y para nuestro Gobierno la idea de la integración latinoamericana. En este sentido, el interés manifestado por el Ecuador en profundizar los lazos con el MERCOSUR resulta un hecho auspicioso, que demuestra que compartimos la misma vocación por el futuro común de la región.

La Argentina ha sido víctima en el pasado de una economía especulativa, virtual y volátil, que concentró la riqueza en unos pocos.

Desde hace 4 años y medio los argentinos hemos dirigido nuestra economía al cumplimiento de la deuda social generada por entonces. Para ello partimos de un paradigma de producción sostenible, de industrias con valor agregado, de generación de empleo digno, de las reglas de juego previsibles y estables. Estamos encaminados en la prosecución de esta meta.

Hemos iniciado un cambio que esperamos fervientemente pueda ser premiado en las urnas, con la confianza que en nosotros depositen nuestros compatriotas el 28 de octubre.

Mi Gobierno ha tenido la posibilidad de mostrar que en nuestro país, rico y fértil, se puede hacer mucho. Recibimos una ruina, y hoy podemos citar índices que nos vuelven a colocar en un plano de confiabilidad hacia adentro y hacia afuera.

Es cierto que falta mucho por hacer, esperamos tener esa oportunidad. Esperamos poder bajar el desempleo a índices que no se ven desde hace más de cuatro décadas; esperamos que la pobreza desaparezca de nuestra realidad. Con ese ideal nos levantamos a trabajar cada mañana. Es un compromiso muy fuerte, pero es a lo que aspiramos y por lo que vamos a luchar con todas nuestras fuerzas y con todas nuestras convicciones más profundas.

Estoy convencido que este viaje suyo será muy fructífero. Los acuerdos que ya firmamos han sido sólo el inicio de todo lo que podemos trabajar en conjunto. Es por ello que en esta ocasión también se concretarán otros acuerdos tendientes a complementar este provechoso intercambio de experiencias.

Deseo asegurarle que estamos dispuestos a continuar prestando la cooperación técnica que requieran las autoridades ecuatorianas, que tenemos la mejor disposición para brindar el apoyo a todas vuestras iniciativas.

Le agradecemos la deferencia de su visita, lo invitamos a venir permanentemente a la Argentina. Sabemos, yo lo he podido comprobar personalmente, y es muy importante que todos los argentinos piensen como piensen, sepan que hoy en el Ecuador hay un gran Presidente, dispuesto también a construir el espacio superador que esta región necesita; dispuesto a dar los pasos necesarios para que América Latina vuelva a ser el centro de las respuestas que los habitantes de la región necesitan; dispuesto a profundizar los cambios; dispuesto a tener una alternativa a los modelos neoliberales que han agotado y destruido nuestra región.

Yo les puedo asegurar que pronto a terminar mí mandato, cuando uno ve un Presidente joven, con fuerza, con ideas modernas pero que contienen la realidad de su pueblo, que contienen la política de inclusión social y del desarrollo independiente, con autonomía en la globalización, realmente fortalece los ideales que uno ha tenido toda la vida.

Yo sé que nuestro amigo, el Presidente de Ecuador, va a escribir una página muy importante de su país. Sé que la Argentina y el Ecuador, bilateralmente, trabajando juntos por la integración latinoamericana, van a escribir una página importante de nuestra historia.

Querido Rafael, estás en tu casa. Admiramos profundamente el trabajo que estás llevando adelante, admiramos profundamente la reforma política que estás llevando adelante. También admiramos esa decisión no de ser presidente por ser presidente, sino de ser presidente para dar un paso cualitativo para que Ecuador pueda estar mucho mejor.

Por eso, con todo el afecto y el cariño que los argentinos le tenemos a todos los ecuatorianos, a los que siempre los hemos querido y con los que hemos trabajado muchísimo, hoy nos sentimos horrados con tu presencia en la Argentina. Te invito a brindar por la unidad latinoamericana, por Argentina y por Ecuador.