PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE CLAUSURA DEL XVIII CONGRESO NACIONAL DE LA FEDERACIÓN ARGENTINA DE EMPLEADOS DE COMERCIO Y SERVICIOS

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE CLAUSURA DEL XVIII CONGRESO NACIONAL DE LA FEDERACIÓN ARGENTINA DE EMPLEADOS DE COMERCIO Y SERVICIOS

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Señor gobernador de la provincia del Chubut, querido amigo Mario Das Neves, felicitaciones por el triunfo (APLAUSOS); señor secretario General de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios, querido amigo Armando, muchas gracias por la invitación, feliz de compartir con todos ustedes este Congreso y poder estar conversando y compartiendo ideas con ustedes; señor ministro de Trabajo; representantes gremiales; dirigentes de todo el país: creo que estamos ante instancias centrales y fundamentales; la Argentina sigue debatiendo con absoluta claridad dos modelos de país; hay algunos que no se resignan y quieren seguir trabajando para que tengamos una Argentina para pocos; siguen con los conceptos neoliberales, siguen con la visión de la concentración de la riqueza, de una Argentina empobrecida, subordinada al mundo, una Argentina que no tenga identidad, que no recupere su autoestima, una Argentina que se pueda realizar. Y están trabajando fuertemente, no tengan dudas, operan con todo el poder económico que tienen sobre lo que pueden, sobre los medios, sobre todo lo que pueden actuar; actúan permanentemente para tratar de quebrar y desnaturalizar esta construcción que estamos tratando de llevar adelante entre todos los argentinos que es construir una Argentina con autonomía en la globalización; una Argentina que vuelva a valorar y que vuelva a poner el eje en el ser humano como centro de todas sus acciones; una Argentina que consolide políticas de inclusión, una Argentina que luche contra la exclusión, la pobreza, la indigencia y la desocupación, una Argentina que se desendeude.

Cuando dijimos que íbamos a pagar el 70 por ciento de la deuda privada y logramos ahorrar 70.000 millones de dólares por primera vez en la historia, decían que era una locura, una irresponsabilidad y una falta de respeto internacional, pero les ahorramos a los bolsillos golpeados de los argentinos 70.000 millones de dólares; una Argentina que dijo que quería crecer con su propio funcionamiento, con su propia administración y que definitivamente no soportaba más ver en la tapa de los diarios, como venían los señores del Fondo Monetario Internacional a supervisar nuestra economía, venían a decirnos qué es lo que teníamos que hacer, qué era ser responsable o qué era ser irresponsable y por eso decidimos todos los argentinos pagarle lo que le debíamos y decirle ¡chau! al Fondo, por favor nunca más con esas políticas; la Argentina recuperó su capacidad de conducción y después de muchísimos años nos desendeudamos definitivamente del Fondo Monetario Internacional. (APLAUSOS)

Días pasados vino alguien que quiere ejercer la presidencia del Fondo, quiere que lo voten para ser presidente del Fondo y dijo algo que los argentinos dijimos durante muchísimo tiempo, no parte de nuestra dirigencia que vivió subordinada al Fondo dando pena,”el Fondo fue para la Argentina como el diablo mismo”.

Vieron como hay que tener coraje para hacer y decir las cosas, ahora ellos mismos terminan reconociendo el daño que sufrió Argentina y muchos países del mundo por un organismo que había nacido para promover a los países, no para acercar a los países como nos pasó a nosotros y a otros países del mundo; gracias a Dios eso también es parte de la historia.

También dijimos que el trabajo es el centro de todos nuestros esfuerzos, la inclusión social, estábamos avergonzados de tener millones y millones de planes que podían servir para la coyuntura, pero qué peor puede haber para la dignidad humana y para un trabajador no poder trabajar, no tener dónde ir a trabajar, no poder mantener su casa, no poder mantener su familia y tener que recibir una ayuda social por parte del Estado para poder subsistir. No hay nada que ataque más a la dignidad humana que quitarle la posibilidad de desarrollo, la creatividad, la inteligencia, la fuerza del trabajo para mantener a su familia. Nosotros pusimos todo nuestro énfasis en este tema.

Siempre decía en cada lugar que no aspiro a inaugurar comedores; no porque esté en contra de ellos que sirven; a lo que aspiro es a inaugurar casas donde haya una cocina, una mesa, donde el viejo, la vieja y los chicos se puedan juntar nuevamente a compartir el hogar y la familia y no tengan que salir a buscarlos o a comer afuera, que era un tema central. Eso es recuperar la equidad y la dignidad. (APLAUSOS)

También, ustedes vieron cómo nos fueron privatizando y entregando nuestra economía, ya sean las tareas de servicios, transportes, cómo fueron haciéndonos creer a los argentinos que las cosas argentinas no servían, cómo nos fueron haciendo creer que éramos los peores del mundo, cuando nuestro recurso humano es respetado y valorado en todo el mundo; cómo nos hicieron creer que la única forma de crecer era ajustando a costa de las espaldas de los que menos tienen; cómo trataron de quitarnos las posibilidades de expectativas crecientes y la movilidad social ascendente. Qué es de la vida de una persona, una familia, un pibe, un intelectual, un universitario, un trabajador, si no puede pensar que el año que viene va a estar mejor que este año, si uno no tiene esperanza de que su esfuerzo va a redituar para poder vivir mejor, que sus pibes puedan estudiar, construir una mejor felicidad, tener sueños, tener ilusiones. De qué vale vivir sabiendo que vamos a estar ahora un poquito mejor que después; nosotros queremos estar mejor los tiempos que vienen que ahora, queremos tener futuro, queremos construir una perspectiva de futuro, queremos construir un país, eso es lo que queremos hacer.

Por eso, cuando está creciendo la Argentina lo que está creciendo, el Producto Bruto Interno al 8,7, va a hacer datos de la industria con fuerte crecimiento en los próximos días, seguramente va a haber otra baja de la pobreza, otra baja de la indigencia, la baja de la desocupación, las perspectivas futuras de seguir creciendo; llevamos cinco años consecutivos creciendo, hacía 100 años que la Argentina no crecía, ni hablar de estas tasas. Fíjense que en agosto tuvimos el récord de producción automotriz, 53.000 vehículos en un mes; en el año 2002 se hicieron 90.000 vehículos en todo el año; fíjense cuántos pibes están trabajando en la industria automotriz, en la industria autopartista, cuántos compañeros de ustedes están trabajando en todos esos locales e industrias que están apareciendo y que tienen la posibilidad de realizarse.

Ustedes saben cómo ajustaban para abajo diciendo: vení a trabajar por esto, porque trabajo no hay; tomá esto o no tenés nada, es decir, estamos prácticamente cercados por la política de unos pocos. Bien dijo Armando, “empezamos el camino”, a construir un amanecer distinto, a tratar de salir del infierno, pero hay que tener confianza en las políticas nacionales, hay que tener confianza en los argentinos; tenemos que construir un país con identidad. Nosotros queremos un país donde la exportación y el consumo interno vayan juntos de la mano. No queremos más ese país donde crecen unos pocos, se concentra la riqueza y adentro nadie puede consumir nada por si se quedan sin trabajo o los recursos no le alcanzan ni siquiera para comprar las cuestiones mínimas. Queremos que los argentinos vayan creciendo a la par que va creciendo el país y que tengan posibilidades de consumo interno. Es mentira que es inflacionario el consumo interno; eso lo dicen ciertos ortodoxos de la economía que quieren concentrar la riqueza. Acá tiene que haber responsabilidad empresarial y todos ustedes y todos los argentinos tenemos que garantizar que nuestros empresarios sepan tener rentabilidad, pero que no sean pícaros, porque los pícaros que quieren ganar un poquito más de lo que corresponde, le hacen daño al país.

Por eso la tarea de todos nosotros es que crezca el consumo interno, que crezca nuestra capacidad exportable, que aumentemos nuestro comercio en el mundo, nuestro intercambio en el mundo y también entre todos cuidemos los costos de la economía, que algunos los quieren inflar, que algunos los quieren y los mueven, otros lo agrandan, porque de alguna manera quieren ver por qué lugar penetran para tratar de quebrar la posibilidad de la construcción de este proyecto nacional que estamos llevando adelante entre todos; porque quieren volver por la puerta de atrás. Pero creo que ya se está escribiendo un nuevo tiempo.

Por eso, les puedo asegurar que durante todo este tiempo, cuando uno ve las cifras de desocupación, indigencia, pobreza, crecimiento económico, crecimiento industrial, crecimiento de la construcción, más de 400.000 trabajadores de la construcción cuando prácticamente habían desaparecido, la reaparición de la UOM cuando prácticamente habían desaparecido que habían quedado con 60.000 afiliados.
Vos lo sabés bien Armando, cómo se había caído toda la posibilidad de desarrollo de los trabajadores industriales, un país que prácticamente era una republiqueta, aún hoy vemos a esos mismos dirigentes, a esos mismos economistas que nos hablaban de ese país de las maravillas todavía hablando, todavía diciéndonos qué es lo que tenemos que hacer.

Que entiendan, se lo decimos con todo respeto y cariño que los argentinos creemos en las recetas argentinas, que los argentinos tenemos un proyecto de país, que los argentinos tenemos un proyecto nacional, que los argentinos queremos integrarnos al mundo pero queremos que crezca la Argentina, que los argentinos queremos la movilidad social ascendente, que los argentinos queremos construir un proyecto donde los intelectuales, los trabajadores, la clase media, la clase trabajadora y nuestros empresarios construyan un proyecto de nación. Los argentinos sabemos que podemos y sabemos que vamos a seguir avanzando.

Yo quería estar hoy aquí, de corazón quería estar. Falta poco para que termine mi mandato y estoy feliz y agradecido al pueblo argentino que en un momento tan difícil, prácticamente casi sin conocerme, muchos me dieron la posibilidad de tener la iniciativa en la conducción del Estado. Hice todo lo que estaba a mi alcance, me jugué y me sigo jugando a cada instancia, lo hago con todas las fuerzas y si estamos proponiendo para profundizar el cambio como decía Armando a Cristina, con toda la fuerza y la capacidad transformadora que tiene, es porque sabemos que lo que va a hacer ella en los tiempos que vienen, va a hacer aún mucho mejor y muy superior a lo que hemos hecho hasta ahora; es para seguir mejorando, es para seguir creciendo, es para construir un proyecto colectivo, porque los argentinos tenemos que saber que hay que ejercer con fuerza cuando nos toca la responsabilidad de conducir, pero tenemos que participar activamente también y para eso no es necesario tener ningún cargo. Yo me voy a la calle sin fueros de ningún tipo, ni cargos de diputado, senador ni de ningún tipo. Me voy a trabajar en política y en mis cosas como lo he hecho toda la vida, pero como ustedes, como un ciudadano más, con muchísimas ganas, (APLAUSOS) con mucha fuerza, con mucha capacidad de decisión y confiando en todos ustedes, confiando fuertemente que vamos a seguir avanzando, construyendo la Argentina que nos merecemos, construyendo la Argentina de nuestros sueños, corrigiendo los errores que tengamos que corregir, rindiendo las asignaturas pendientes que tengamos que hacer, pero confiemos en esa Argentina que soñó San Martín, en esa Argentina que soñaron Mariano Moreno, el general Belgrano, Hipólito Yrigoyen, en esa Argentina que fundó modernamente, refundó, ese gran general Perón (APLAUSOS) y en esa Argentina que tiene la viva llama, el espíritu transformador, combativo y esa capacidad irrenunciable e innegociable de lealtad hacia nuestro pueblo, que inmortalizó la transformación de la dignidad de los argentinos que fue esa gran mujer que se llamó “Evita” que se llamó Eva Perón, un verdadero ejemplo para el mundo y para todos los argentinos. (APLAUSOS)

Queridos hermanos y hermanas: muchas gracias por compartir este momento. Muchas gracias por invitarme a cerrar este Congreso, gracias en serio, porque me siento absolutamente honrado. Gracias por compartir sueños, por compartir ilusiones. Vamos a seguir construyendo una Argentina mejor, porque entre todos vamos a construir la victoria, pero no la victoria de unos pocos, sino la victoria de todos más allá de cómo piensen, porque queremos la felicidad de todos los argentinos.

Por eso, a cada gesto de pelea, un gesto de amor; a cada gesto de odio o rencor, un gesto de amor; a cada gesto de bronca, un gesto de amor; el amor construye. Muchísimas gracias, mucha fuerza. ¡Arriba el Sindicato de Empleados de Comercio! ¡Arriba Argentina!