En primer lugar agradecerles a ustedes la presencia acá. Ustedes saben que empezamos a construir un país entre todos en el 2003, a generar políticas fundacionales en el momento de mayor anarquía y desastre institucional que tuvo nuestra querida nación en las últimas décadas. También saben y lo dijo Cristina con absoluta claridad, que viene el tiempo de la construcción de la nueva institucionalidad en la Argentina, y habló con toda claridad de algo que nosotros estamos totalmente convencidos, todos quienes hoy tenemos circunstancialmente la iniciativa política en la Argentina y obviamente ustedes desde lugares que ocupan también construyen y trabajan para darle fuerza al sentido y al modelo de país que pensamos, siempre dijimos que no queríamos dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada o detrás del sillón, como siempre ha pasado históricamente en la Argentina, que hay un discurso cuando se está haciendo una campaña electoral y después hay un discurso totalmente distinto cuando hay que gobernar.
Lamentablemente ese doble, triple discurso, que ha tenido nuestra dirigencia, nos ha llevado a la pérdida de la esperanza y a la pérdida de la construcción de un futuro. Como muy bien decían ustedes, ahora la salida del infierno nos proyecta a que pensemos en 5, 10 años; construyamos un país con perspectiva estratégica y en esto la discusión del trabajo, la producción, la industria, institucionalizado ya como una nueva institución del país real, seguramente esto en la próxima etapa es una tarea central, fundamental y esencial, porque eso nos va a dar las posibilidades de agilizar, transparentar y darle una verdadera receptividad a todos los sectores que tienen que ver con la construcción de la Argentina y del poder en la Argentina, fundamentalmente el poder del trabajo, la inversión y la producción.
Claro, hay algunos economistas, como yo los llamo con todo cariño “neoliberales”, que piensan que había que tomar medidas distintas. Nosotros no, por soberbia ni mucho menos, es decir, la Argentina fue construyendo su propia solvencia, pero la Argentina fue construyendo también su capacidad de tomar sus propias decisiones. Cuando se logró renegociar la deuda externa privada, se lograron dos cosas fundamentales, obviamente el ahorro de los 70.000 millones de dólares, pero también recuperamos decisión, cuando se le pagó al Fondo Monetario Internacional, es muy importante haberle pagado y no deberle nada al Fondo, se terminó que las decisiones se tomaban en otro lugar lejos de la Argentina y quienes gobernaban la Argentina lamentablemente tenían que estar sujetos a las decisiones finales y estratégicas de estos organismos, más allá de los organismos, la Argentina aparte del endeudamiento había cedido su capacidad de decisión.
Y estamos construyendo, recién estamos en los primeros pasos, estamos saliendo del infierno, estamos construyendo una Argentina que está solvente, una Argentina que va a mantener su superávit fiscal, una Argentina que va a consolidar su superávit comercial que es muy importante también, una Argentina que va a consolidar su industria nacional, una Argentina que va a priorizar el trabajo calificado, una Argentina que va a priorizar las políticas de inclusión.
Todos nos tenemos que dar cuenta que no se puede construir un país para pocos o creer - lo decía el otro día en el discurso, Cristina - en ser bueno, sino el ser inteligente. No se puede construir un país donde la mitad del país está afuera y la otra mitad está adentro, ese país confronta, ese país termina explotando, como nos pasó a nosotros.
Se podrán lograr mejores o menores números macroeconómicos; creo que entre todos vamos a lograr números macroeconómicos que la Argentina necesita, una Argentina que recupera su industria automotriz, que reconstruye la industria de autopartes tan importante y la industria textil. Yo estuve en San Martín, en Luján, Trelew, en distintos lugares donde fue destruida la industria textil.
En los años ´70 recuerdo haber recorrido esos lugares eran florecientes, eran pueblos que nacían a la par del crecimiento industrial; les hablo de la industria del calzado, de la industria automotriz, es decir, de la capacidad de competitividad, del tipo de cambio competitivo. Nosotros tenemos que tener un cambio competitivo, tenemos que terminar con esta idea de creer que nosotros podemos tener un uno a uno y que teniendo uno a uno habrá una Argentina solvente. No, el uno a uno en la Argentina se construyó con deuda, con déficit, con quiebre de la economía y con endeudamiento, no hubo otra forma de construirlo. Nosotros tenemos que tener todas las variables totalmente sinceras, realizar la innovación, la investigación, son temas centrales que tenemos que incentivar; tenemos que darnos cuenta que entre todos podemos hacer un país.
Si logramos establecer estas políticas estratégicas, la capacidad, cuando hablan: “no, otra vez la sustitución en el campo, la industria y demás”, no estamos sustituyendo nada, estamos creando nuestra industria; debemos competir en el mundo, tenemos que exportar, queremos que vengan inversiones pero también queremos tener nuestras inversiones, que vengan todas las inversiones que quieran a la Argentina a generar crecimiento.
En el mes de junio, según estudios privados, hubo 5.086 millones de inversión, el nivel más alto en inversión de los últimos 10 años y el crecimiento de la economía igual, fue 8,3 el crecimiento del mes de junio; la desocupación 8,5, con 7,8 en junio y con un dato sorprendente que nos alegra: 9,8 ó 9,9 están por salir datos, con los planes sociales.
Cuando me toca salir afuera, estuve en México ahora, tuve una experiencia espectacular, la industria argentina y el recurso humano argentino son de lo mejor, es cotizado, es respetado. En México admiran todo el proceso industrial argentino, es decir, dirigentes de todas las fuerzas políticas, dirigentes industriales, dirigentes empresariales de los más fuertes, algunos de los más fuertes del mundo; es mucho lo que ha hecho la Argentina y lo que están haciendo ustedes.
Nosotros creemos que tenemos que seguir profundizando fuertemente el modelo, creemos que este país tiene que tener una visión claramente estratégica; nosotros queremos tener realmente un rol central como país en los años que vienen, queremos seguir creciendo.
Yo confío plenamente que no va a haber problemas con los precios, porque veo que los empresarios argentinos se volvieron responsables totalmente. Nos quieren asustar, siempre nos están creando cucos por delante de cosas que van a pasar y la conducción de este país no se puede hacer sin inversión, sin trabajo, sin industria, sin el campo que también hay medidas que va a anunciar el Ministro, es decir, el sector productivo es fundamental, el valor agregado para el sector productivo también. No hay contradicciones, industria y campo tienen que ir de la mano construyendo la Argentina.
Tenemos que sacarnos - yo lo trato de hacer permanentemente - porque somos una generación donde muchos de nosotros venimos de corsé muy cerrados desde el punto de vista ideológico y a veces nos vuelve extremadamente dogmáticos. Me puede pasar a mí, me pasa a veces como Presidente, pero también le pasa a algunos dirigentes de los sectores y hoy tenemos que tratar la tarea del crecimiento de la Argentina, la tarea de la pluralidad y la diversidad y terminar con esos conceptos ideológicos para construir la Argentina de todos. Este es el esfuerzo que tenemos que hacer entre todos.
Uno lo hace apasionadamente, les puedo asegurar, se cometen errores, se tratan de corregir pero con mucha pasión por construir una Argentina diferente. Donde vamos, donde caminamos, hay que ver los ojos de los empresarios que resurgen y los ojos de los trabajadores que vuelven a trabajar, la alegría del trabajo, del que puede reconstruir su industria, del que está reconstruyendo la industria de los viejos que se cayó por las medidas que, como bien dijeron, se empezaron a implementar desde el ´76 en adelante y se profundizaron en distintas etapas se fue destruyendo la perspectiva, la esperanza, la visión, nos volvimos todos especuladores porque cuando un país no tiene un proyecto estratégico, es muy difícil que alguien invierta estratégicamente.
Por eso, nosotros estamos tratando hoy de tener un superávit fiscal primario, tratamos que la recaudación - Alberto lo tiene que hacer cotidianamente- crezca permanentemente, están haciendo una gran tarea, que la Aduana haga la tarea que corresponda hacer y está haciendo una tarea absolutamente correcta y nosotros tenemos que estar como funcionarios de turno en esta etapa histórica de la democracia, totalmente abiertos a escuchar. Podemos disentir, pero les puedo asegurar que el objetivo del país es el mismo.
Tenemos que darnos cuenta que entre los argentinos no hay contradicciones, entre los distintos sectores productivos no hay contradicciones.
Fíjense que nosotros no es de casualidad que aumentamos las jubilaciones y estamos contentos de haber aumentado el 27 por ciento, se fue recuperando paulatinamente la situación desde el momento que lo hicimos, porque la Argentina lo podía hacer, porque la Argentina lo debía hacer, porque la Argentina después de muchísimos años tiene un Fondo de Seguridad Previsional. Están allí los fondos previsionales que ya no se utilizan para cubrir déficit de cuentas corrientes o los déficit del Tesoro o déficit presupuestarios, sino que los aportes son destinados a los jubilados como corresponde; tomamos la determinación y no tuvimos ningún tipo de inconveniente.
Evidentemente nosotros no tenemos la fuerza para influir en los movimientos de los mercados mundiales, pero sí tenemos la fuerza para resguardarnos como corresponde con la solvencia que estamos logrando entre todos.
Fíjense que nos critican a veces cuando decimos que ante determinadas circunstancias deben intervenir los bancos centrales, resulta que en la crisis esta por la baja del sistema inmobiliario y por la caída de la calificación de hipotecas de poca calidad, casi un 20 por ciento de mora, está sacudiendo fuertemente los mercados. Todos estos fondos de los que nosotros venimos hablando, antes había 3 ó 4 fondos importantísimos, ahora hay 250.000 fondos que nadie sabe bien de quiénes son; tanto el Banco Nacional Europeo con el euro y la Reserva Federal de Estados Unidos, tuvo que intervenir y la Reserva de Estados Unidos hace poquitas horitas tuvo que bajar la tasa, ni siquiera han intervenido fuertemente.
Entonces, nosotros no nos compremos más las recetas así en forma ortodoxa, seamos heterodoxos; escuchemos lo que nos parece bien, por ahí puede haber medidas que pueden ser buenas. No significa que todas las medidas tengan que ser malas, pero ellos cuando tienen que intervenir, intervienen, cuando tienen que tomar las medidas las toman salte lo que salte. Nosotros también tenemos que recuperar nuestra capacidad de decisión y cuando tenemos que tomar las medidas las tenemos que tomar.
Creemos en serio, firmemente en la industria nacional, creemos firmemente en ustedes, creemos en los trabajadores argentinos y tenemos que ir construyendo un país, un país que ahora al salir del infierno empieza la construcción de la nueva institucionalidad.
Es muy difícil reconstruir porque el país no sólo se cayó socialmente, económicamente, se destruyó institucionalmente, y lo peor que se destruyeron las neuronas del Estado, es decir, el personal de antigüedad que tenía la Argentina; nosotros siempre venerábamos al jefe del Correo o al gerente del Banco Nación, gente que venía de carrera, que era históricamente todo eso, por las distintas cosas que nos pasaron que no vale la pena analizar ahora, llevó a que se produzca una pérdida de calidad muy grande en el Estado. Entonces esas neuronas que van acumulando conocimientos hay muy pocas, por lo tanto la construcción de los nuevos cuadros de la conducción del Estado, es otra tarea y otra asignatura pendiente, que hay que dar en los tiempos que vienen.
Había que ir priorizando, las urgencias eran tantas que evidentemente ahora es una tarea central, porque eso le va a dar continuidad. Pueden pasar gobiernos un poquito más acá, un poquito más allá, pero teniendo un Estado que ya tiene un perfil, tiene un proyecto estratégico, tiene continuidad en la nueva institucionalidad y se va insertando, va creciendo, nadie va a ser tan loco de querer dar un viraje que después tengamos que volver hacia el pasado.
Hay que hablar, hay que dar la discusión política, hay que dar la discusión de la visión de país sin temor, porque evidentemente con todo derecho hay argentinos que piensan diferente, pero esos argentinos que piensan diferentes no se quieren hacer cargo de las responsabilidades de los ´90, porque ellos fueron los que la sustentaron, ellos fueron las que las defendieron.
Todas esas escuelas económicas, solventadas muchas veces desde afuera, está bien, son recursos que da Argentina pero son solventadas por escuelas de afuera, son los responsables de un proyecto que le hizo mucho daño a la Argentina; y en esto es bueno tener buena memoria para que podamos ser un poco más buenos.
Señores: les agradezco profundamente, están en su casa y sigamos trabajando juntos, sigamos construyendo este país que pretendemos sea un país de todos.
Gracias. (APLAUSOS)
Lamentablemente ese doble, triple discurso, que ha tenido nuestra dirigencia, nos ha llevado a la pérdida de la esperanza y a la pérdida de la construcción de un futuro. Como muy bien decían ustedes, ahora la salida del infierno nos proyecta a que pensemos en 5, 10 años; construyamos un país con perspectiva estratégica y en esto la discusión del trabajo, la producción, la industria, institucionalizado ya como una nueva institución del país real, seguramente esto en la próxima etapa es una tarea central, fundamental y esencial, porque eso nos va a dar las posibilidades de agilizar, transparentar y darle una verdadera receptividad a todos los sectores que tienen que ver con la construcción de la Argentina y del poder en la Argentina, fundamentalmente el poder del trabajo, la inversión y la producción.
Claro, hay algunos economistas, como yo los llamo con todo cariño “neoliberales”, que piensan que había que tomar medidas distintas. Nosotros no, por soberbia ni mucho menos, es decir, la Argentina fue construyendo su propia solvencia, pero la Argentina fue construyendo también su capacidad de tomar sus propias decisiones. Cuando se logró renegociar la deuda externa privada, se lograron dos cosas fundamentales, obviamente el ahorro de los 70.000 millones de dólares, pero también recuperamos decisión, cuando se le pagó al Fondo Monetario Internacional, es muy importante haberle pagado y no deberle nada al Fondo, se terminó que las decisiones se tomaban en otro lugar lejos de la Argentina y quienes gobernaban la Argentina lamentablemente tenían que estar sujetos a las decisiones finales y estratégicas de estos organismos, más allá de los organismos, la Argentina aparte del endeudamiento había cedido su capacidad de decisión.
Y estamos construyendo, recién estamos en los primeros pasos, estamos saliendo del infierno, estamos construyendo una Argentina que está solvente, una Argentina que va a mantener su superávit fiscal, una Argentina que va a consolidar su superávit comercial que es muy importante también, una Argentina que va a consolidar su industria nacional, una Argentina que va a priorizar el trabajo calificado, una Argentina que va a priorizar las políticas de inclusión.
Todos nos tenemos que dar cuenta que no se puede construir un país para pocos o creer - lo decía el otro día en el discurso, Cristina - en ser bueno, sino el ser inteligente. No se puede construir un país donde la mitad del país está afuera y la otra mitad está adentro, ese país confronta, ese país termina explotando, como nos pasó a nosotros.
Se podrán lograr mejores o menores números macroeconómicos; creo que entre todos vamos a lograr números macroeconómicos que la Argentina necesita, una Argentina que recupera su industria automotriz, que reconstruye la industria de autopartes tan importante y la industria textil. Yo estuve en San Martín, en Luján, Trelew, en distintos lugares donde fue destruida la industria textil.
En los años ´70 recuerdo haber recorrido esos lugares eran florecientes, eran pueblos que nacían a la par del crecimiento industrial; les hablo de la industria del calzado, de la industria automotriz, es decir, de la capacidad de competitividad, del tipo de cambio competitivo. Nosotros tenemos que tener un cambio competitivo, tenemos que terminar con esta idea de creer que nosotros podemos tener un uno a uno y que teniendo uno a uno habrá una Argentina solvente. No, el uno a uno en la Argentina se construyó con deuda, con déficit, con quiebre de la economía y con endeudamiento, no hubo otra forma de construirlo. Nosotros tenemos que tener todas las variables totalmente sinceras, realizar la innovación, la investigación, son temas centrales que tenemos que incentivar; tenemos que darnos cuenta que entre todos podemos hacer un país.
Si logramos establecer estas políticas estratégicas, la capacidad, cuando hablan: “no, otra vez la sustitución en el campo, la industria y demás”, no estamos sustituyendo nada, estamos creando nuestra industria; debemos competir en el mundo, tenemos que exportar, queremos que vengan inversiones pero también queremos tener nuestras inversiones, que vengan todas las inversiones que quieran a la Argentina a generar crecimiento.
En el mes de junio, según estudios privados, hubo 5.086 millones de inversión, el nivel más alto en inversión de los últimos 10 años y el crecimiento de la economía igual, fue 8,3 el crecimiento del mes de junio; la desocupación 8,5, con 7,8 en junio y con un dato sorprendente que nos alegra: 9,8 ó 9,9 están por salir datos, con los planes sociales.
Cuando me toca salir afuera, estuve en México ahora, tuve una experiencia espectacular, la industria argentina y el recurso humano argentino son de lo mejor, es cotizado, es respetado. En México admiran todo el proceso industrial argentino, es decir, dirigentes de todas las fuerzas políticas, dirigentes industriales, dirigentes empresariales de los más fuertes, algunos de los más fuertes del mundo; es mucho lo que ha hecho la Argentina y lo que están haciendo ustedes.
Nosotros creemos que tenemos que seguir profundizando fuertemente el modelo, creemos que este país tiene que tener una visión claramente estratégica; nosotros queremos tener realmente un rol central como país en los años que vienen, queremos seguir creciendo.
Yo confío plenamente que no va a haber problemas con los precios, porque veo que los empresarios argentinos se volvieron responsables totalmente. Nos quieren asustar, siempre nos están creando cucos por delante de cosas que van a pasar y la conducción de este país no se puede hacer sin inversión, sin trabajo, sin industria, sin el campo que también hay medidas que va a anunciar el Ministro, es decir, el sector productivo es fundamental, el valor agregado para el sector productivo también. No hay contradicciones, industria y campo tienen que ir de la mano construyendo la Argentina.
Tenemos que sacarnos - yo lo trato de hacer permanentemente - porque somos una generación donde muchos de nosotros venimos de corsé muy cerrados desde el punto de vista ideológico y a veces nos vuelve extremadamente dogmáticos. Me puede pasar a mí, me pasa a veces como Presidente, pero también le pasa a algunos dirigentes de los sectores y hoy tenemos que tratar la tarea del crecimiento de la Argentina, la tarea de la pluralidad y la diversidad y terminar con esos conceptos ideológicos para construir la Argentina de todos. Este es el esfuerzo que tenemos que hacer entre todos.
Uno lo hace apasionadamente, les puedo asegurar, se cometen errores, se tratan de corregir pero con mucha pasión por construir una Argentina diferente. Donde vamos, donde caminamos, hay que ver los ojos de los empresarios que resurgen y los ojos de los trabajadores que vuelven a trabajar, la alegría del trabajo, del que puede reconstruir su industria, del que está reconstruyendo la industria de los viejos que se cayó por las medidas que, como bien dijeron, se empezaron a implementar desde el ´76 en adelante y se profundizaron en distintas etapas se fue destruyendo la perspectiva, la esperanza, la visión, nos volvimos todos especuladores porque cuando un país no tiene un proyecto estratégico, es muy difícil que alguien invierta estratégicamente.
Por eso, nosotros estamos tratando hoy de tener un superávit fiscal primario, tratamos que la recaudación - Alberto lo tiene que hacer cotidianamente- crezca permanentemente, están haciendo una gran tarea, que la Aduana haga la tarea que corresponda hacer y está haciendo una tarea absolutamente correcta y nosotros tenemos que estar como funcionarios de turno en esta etapa histórica de la democracia, totalmente abiertos a escuchar. Podemos disentir, pero les puedo asegurar que el objetivo del país es el mismo.
Tenemos que darnos cuenta que entre los argentinos no hay contradicciones, entre los distintos sectores productivos no hay contradicciones.
Fíjense que nosotros no es de casualidad que aumentamos las jubilaciones y estamos contentos de haber aumentado el 27 por ciento, se fue recuperando paulatinamente la situación desde el momento que lo hicimos, porque la Argentina lo podía hacer, porque la Argentina lo debía hacer, porque la Argentina después de muchísimos años tiene un Fondo de Seguridad Previsional. Están allí los fondos previsionales que ya no se utilizan para cubrir déficit de cuentas corrientes o los déficit del Tesoro o déficit presupuestarios, sino que los aportes son destinados a los jubilados como corresponde; tomamos la determinación y no tuvimos ningún tipo de inconveniente.
Evidentemente nosotros no tenemos la fuerza para influir en los movimientos de los mercados mundiales, pero sí tenemos la fuerza para resguardarnos como corresponde con la solvencia que estamos logrando entre todos.
Fíjense que nos critican a veces cuando decimos que ante determinadas circunstancias deben intervenir los bancos centrales, resulta que en la crisis esta por la baja del sistema inmobiliario y por la caída de la calificación de hipotecas de poca calidad, casi un 20 por ciento de mora, está sacudiendo fuertemente los mercados. Todos estos fondos de los que nosotros venimos hablando, antes había 3 ó 4 fondos importantísimos, ahora hay 250.000 fondos que nadie sabe bien de quiénes son; tanto el Banco Nacional Europeo con el euro y la Reserva Federal de Estados Unidos, tuvo que intervenir y la Reserva de Estados Unidos hace poquitas horitas tuvo que bajar la tasa, ni siquiera han intervenido fuertemente.
Entonces, nosotros no nos compremos más las recetas así en forma ortodoxa, seamos heterodoxos; escuchemos lo que nos parece bien, por ahí puede haber medidas que pueden ser buenas. No significa que todas las medidas tengan que ser malas, pero ellos cuando tienen que intervenir, intervienen, cuando tienen que tomar las medidas las toman salte lo que salte. Nosotros también tenemos que recuperar nuestra capacidad de decisión y cuando tenemos que tomar las medidas las tenemos que tomar.
Creemos en serio, firmemente en la industria nacional, creemos firmemente en ustedes, creemos en los trabajadores argentinos y tenemos que ir construyendo un país, un país que ahora al salir del infierno empieza la construcción de la nueva institucionalidad.
Es muy difícil reconstruir porque el país no sólo se cayó socialmente, económicamente, se destruyó institucionalmente, y lo peor que se destruyeron las neuronas del Estado, es decir, el personal de antigüedad que tenía la Argentina; nosotros siempre venerábamos al jefe del Correo o al gerente del Banco Nación, gente que venía de carrera, que era históricamente todo eso, por las distintas cosas que nos pasaron que no vale la pena analizar ahora, llevó a que se produzca una pérdida de calidad muy grande en el Estado. Entonces esas neuronas que van acumulando conocimientos hay muy pocas, por lo tanto la construcción de los nuevos cuadros de la conducción del Estado, es otra tarea y otra asignatura pendiente, que hay que dar en los tiempos que vienen.
Había que ir priorizando, las urgencias eran tantas que evidentemente ahora es una tarea central, porque eso le va a dar continuidad. Pueden pasar gobiernos un poquito más acá, un poquito más allá, pero teniendo un Estado que ya tiene un perfil, tiene un proyecto estratégico, tiene continuidad en la nueva institucionalidad y se va insertando, va creciendo, nadie va a ser tan loco de querer dar un viraje que después tengamos que volver hacia el pasado.
Hay que hablar, hay que dar la discusión política, hay que dar la discusión de la visión de país sin temor, porque evidentemente con todo derecho hay argentinos que piensan diferente, pero esos argentinos que piensan diferentes no se quieren hacer cargo de las responsabilidades de los ´90, porque ellos fueron los que la sustentaron, ellos fueron las que las defendieron.
Todas esas escuelas económicas, solventadas muchas veces desde afuera, está bien, son recursos que da Argentina pero son solventadas por escuelas de afuera, son los responsables de un proyecto que le hizo mucho daño a la Argentina; y en esto es bueno tener buena memoria para que podamos ser un poco más buenos.
Señores: les agradezco profundamente, están en su casa y sigamos trabajando juntos, sigamos construyendo este país que pretendemos sea un país de todos.
Gracias. (APLAUSOS)