Quiero agradecer, en primer lugar, la actitud, el cariño y el afecto de los amigos y compañeros presidentes con quienes hemos vivido y compartido tantas ilusiones, sueños y utopías para empezar a construir un camino diferente en esta América latina. Lo hicimos cuando nos decidimos a creer en nosotros mismos y cuando entramos a consolidar nuestras convicciones.
Por mi parte, siempre dije que venía a la Casa Rosada no a renunciar a las convicciones, sino que por el contrario vine a tenerlas permanentemente presentes. Creo que no hay mayor respeto a esas convicciones que el día en el que prácticamente termina mi mandato, me estén acompañando estos compañeros que honran a América latina y a los que realmente les tengo un gran cariño. (APLAUSOS)
Quiero agradecer a las Abuelas, a las Madres, a las organizaciones sociales, a las fuerzas políticas de este país, a la Organización de los Trabajadores que también nos han acompañado permanentemente, a los amigos intendentes y a todos los argentinos y argentinas, piensen como piensen, que aman y quieren a esta tierra.
Quiero agradecerte Hugo, y lo quiero volver a decir hoy, por el permanente apoyo de Venezuela a la República Argentina. No apoyaste solamente a un amigo o a un presidente, los argentinos te vamos a estar eternamente agradecidos, por la solidaridad de Venezuela (APLAUSOS), es tu tierra, compartimos el pensamiento y el corazón. Muchas gracias por estar siempre allí cuando era el momento más difícil.
Nicanor, creo que la síntesis de lo que hemos trabajado Argentina y Paraguay en estos tiempos, lo marca la visita de Cristina a Yacyretá días pasados. Volvimos a trabajar juntos los hermanos paraguayos y los hermanos argentinos en la construcción de necesidades comunes, pensando en una tierra común, pensando en un futuro común y con una actitud completamente solidaria. Yo realmente honro al pueblo paraguayo en tu nombre. (APLAUSOS)
Querido amigo presidente de Ecuador, Rafael Correa: realmente he conocido un joven brillante, un economista sin los complejos de los economistas neoliberales (APLAUSOS) que para parecer políticamente correctos usan todo el lenguaje tradicional que les han enseñado, porque de esa manera son racionales y responsables. Aquellos que se animan a decir otras cosas y que encima lo hacen con la calidad técnica y el claro sentido de la formación intelectual que tiene Rafael, son los que realmente los ponen nerviosos y los tratan de políticamente incorrectos, pero no tengo ninguna duda que sos uno de los grandes cuadros económicos que tiene América latina. Siempre te escuchamos con mucha atención, debatimos, discutimos y es bueno aprender de alguien mucho o bastante más joven que uno pero que aporta ideas claras y oxigenadas permanentemente. Gracias Rafael, en serio, muchísimas gracias. (APLAUSOS)
Evo: la verdad que con el trabajo que hemos llevado a cabo con Evo, con el pueblo boliviano, con los hermanos indígenas y con todos los hermanos bolivianos en la construcción de una problemática común, fuimos construyendo la confianza y el amor de nuestras tierras, algo que nos merecemos los que somos pertenecientes a esta Patria Latinoamericana. ¡Cuántas cosas he aprendido de Evo Morales, cuántas cosas entendí, cuántas cosas fui comprendiendo¡ El por qué de tus luchas, Evo, me ha llevado a convertirme en uno de tus más fieles seguidores, porque pelear por tu pueblo, pelear por la reivindicación de la heroica raza de nuestros hermanos indios de América latina y de Bolivia en particular, (APLAUSOS) con dignidad, con mucha dignidad y sin hipocresías, es un verdadero ejemplo de transformación cultural de los nuevos tiempos que estamos viviendo en la región; con todas las dificultades que hay, es cierto que aquellos que nos hundieron en las terribles noches del terror y del neoliberalismo no descansan, pero nosotros cultivemos el amor y la pasión. El odio que quede para ellos, nosotros queremos la felicidad de nuestros pueblos. (APLAUSOS)
Lula: la primera vez que lo fui a ver a Lula a Brasil había integrantes de la Cancillería Argentina, no importa quiénes, pero eran esos cuadros permanentes que siempre están, que vos los definiste muy bien -no voy a decir el nombre pero comparto lo que dijo Rafael- hace pocos días en Ecuador respecto de los cuadros permanentes, no todos, pero algunos cuadros permanentes de nuestras cancillerías que están más preocupados en ser supuestamente educados que decir la verdad, porque esta es la verdad concreta, fue brillante eso. Lula me decía, hay que cuidarse de la disputa del liderazgo con Brasil, hay que ir a pelear el liderazgo con Brasil, tenemos que liderar América latina. Yo me pregunto, cómo se puede seguir pensando así después de todas las cosas que nos pasaron a los hombres y mujeres de esta región.
Llegué a Brasil -se imaginan- con el 22,24 por ciento de los votos, en un avión prestado y si acá me daban la segunda vuelta o no; encontré en Lula -no es que sea mucho mayor que yo- a un hermano mayor que me dio la fe necesaria para decir que el futuro podía ser distinto, solidario y conjunto. ¡Qué buena charla que tuvimos, qué buena experiencia para mí, cómo comenzamos a construir¡ Basta del liderazgo de Brasil o de la Argentina, de la Argentina o del Brasil. Argentina, Brasil, Venezuela, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Chile, Colombia, México, Cuba, todos los países de América latina juntos, todos juntos. (APLAUSOS).
Estoy feliz también de haberte conocido Lula y de haber trabajado juntos y creo como vos que es el mejor momento de las relaciones bilaterales entre Brasil y Argentina. No tengo ninguna duda que se van a superar y que van a ser muchísimo mejores en los tiempos que vienen, pero tuvimos el coraje de no quedar presos de las decisiones de los gerentes burocráticos de turno que creen que el manejo de las relaciones internacionales es saber quién es más vivo y no quién es más solidario. Nosotros apostamos a la solidaridad. (APLAUSOS)
Yo estoy feliz, estoy feliz, muy feliz, pero además como sé que todo lo que empieza también termina, lo quiero hacer con la felicidad y la sinceridad que siempre hemos tenido, ¡las cosas que vamos a seguir compartiendo, haciendo, militando, construyendo, creando, imaginando ideas por los nuevos tiempos que vienen¡ ¡Claro que no me voy a jubilar¡ Algunos quisieran que me jubile pero no lo voy a hacer. (APLAUSOS)
Pero yo ya fui, por eso lo que quiero es que la presidenta electa, Cristina, cierre este acto hablando del Banco del Sur, porque es ella la que va a seguir. Yo realmente quiero que lo hagas, porque es tu tiempo, empieza tu tiempo. (APLAUSOS)
PALABRAS DE LA PRESIDENTA ELECTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE FIRMA DEL ACTA FUNDACIONAL DEL BANCO DEL SUR
La América del Sur, nombre de mujer, la América tiene nombre de mujer.
Quiero en este día tan especial para todos nosotros, para todos los argentinos, venir a contarles que ni en mis noches y días más fantasiosos, podría imaginar una situación como esta, nunca, aquí, un 9 de diciembre, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, acompañada por presidentes que, como siempre lo vengo diciendo, por primera vez se parecen a sus pueblos (APLAUSOS).
Tengo una inmensa felicidad, no porque vaya a ser presidenta de los argentinos a partir de mañana, es un gran honor, pero en realidad, estoy muy feliz porque, junto a ese hombre que acaba de hablar y junto a otros miles de argentinos y argentinas hace muchas décadas nos incorporamos a la política hablando de estas cosas, de estas cosas que parecían sueños y utopías o efervescencias discursivas de estudiantes en la universidad, de trabajadores en las fábricas o de militares que antes que ser militares eran pueblo y que por eso entendieron que no hay nación y país, sino hay pueblo (APLAUSOS).
Usted es uno de esos militares, presidente Chávez (APLAUSOS), y quiero decirle que en los tiempos que han corrido aquí en la región, no es poca cosa encontrar a alguien como usted que rescata las mejores tradiciones de las luchas de la emancipación nacional donde los hombres de armas, antes que militares, eran, por sobre todas las cosas, patriotas, que es lo que necesitamos: patriotas. (APLAUSOS)
Con usted, presidente Duarte Frutos, querido Nicanor, hace pocos días estuvimos juntos en Yacyretá y allí me decía que por primera vez un gobierno argentino había accedido a hacer una obra complementaria de esa gran obra que es Yacyretá y que permitía, entonces, que cincuenta mil hectáreas de la tierra paraguaya dedicadas al cultivo arrocero no fueran cubiertas y con ellas también los sueños y las ilusiones de miles de paraguayos y paraguayas. Allí también rendí honor a ese gran patriota latinoamericano que fue el mariscal Francisco Solano López. (APLAUSOS)
Mi país, su país también, presidente Lula, el Uruguay, los tres tenemos una deuda histórica con ese valeroso pueblo paraguayo (APLAUSOS). Una deuda histórica en lo que fue, como califiqué allí en Yacyretá, "la guerra de la triple traición a la condición latinoamericana". (APLAUSOS) Algún medio de comunicación fundado tal vez por uno de los que encabezó aquella "triple", me criticó duramente. No importa, la verdad histórica no puede taparse con editoriales, está escrita, desgraciadamente a sangre y fuego en el corazón del pueblo paraguayo. (APLAUSOS)
Presidente Lula: querido amigo, usted también es uno de los hombres clave en esta nueva etapa de la América latina. Es cierto, nunca las relaciones bilaterales entre la República Federativa del Brasil y la República Argentina tuvieron tal grado de profundidad y madurez. Hemos roto los tabúes y los prejuicios -voy a diferir tal vez con alguna interpretación en cuanto a que eran imaginados o en nuestra Cancillería o en Itamarati- porque son ideas que han metido desde afuera algunos en nuestra Cancillería pero que, en definitiva, siempre sirvieron para frustrar la unidad del bloque latinoamericano.
Por eso, creo que hombres con el coraje de ustedes, que han podido superar prejuicios y tabúes, se está construyendo una nueva realidad.
No tiendo a idealizar las cosas, nunca lo he hecho; creo que además, cuando uno idealiza demasiado corre el riesgo de frustrarse. Pero estoy absolutamente convencida de que hay un cambio de época y de paradigmas y no hay pueblos ni sociedades que quieran volver atrás.
Amigo Evo: con todo el afecto y el cariño de comprender quinientos años de injusticia y de ignominia. (APLAUSOS) Muchas veces en discursos también políticamente correctos, se habla de aceptar la diversidad, lo diferente; sin embargo, cuando llega la hora y aparece lo diferente y lo diverso, es allí cuando se pone a prueba precisamente lo que es discurso o lo que es convicción, que son dos cosas diferentes aunque no debieran serlo, pero muchas veces van separadas. Por eso, nuestro respecto a la lucha suya, porque usted representa como nadie a Bolivia. (APLAUSOS)
Y a ti, Rafael Correa -te dejé para lo último-, quiero decirte que hace poco estuvimos juntos en Ecuador, en esa bellísima Quito también con su intendente, un hombre de otra fuerza política, distinta a la del presidente Correa, pero también un gran patriota latinoamericano, el general Paco Moncayo. Estuve allí y pude ver el afecto, el cariño de la gente por su Presidente y la valentía de este joven que estudió en grandes centros académicos fuera de la región pero que fue lo suficientemente inteligente para poder darse cuenta que lo importante es tener los instrumentos y que lo fundamental es ayudar a los pueblos. (APLAUSOS)
En esta tarde muy especial, entonces, vaya mi saludo y mi agradecimiento a todos ustedes. Hugo: por todo lo que has ayudado a la República Argentina, como decía el Presidente Kirchner "cuando nadie ayudaba", mi eterno agradecimiento y reconocimiento. Y a todos ustedes, amigos y amigas, hermanos y hermanas, con la misma fuerza, con la misma pasión, con la misma convicción que he tenido siempre cuando era una senadora que llegaba del Sur con ideas diferentes a las que estaban en boga en ese momento en la República Argentina y en mucha soledad, pero con mucha convicción, supo defender lo que ella creía -dicen que no es políticamente correcto hablar de uno mismo en tercera persona, pero bueno, es que me acordaba de mí cuando llegué-, permítanme dirigirme con esa misma pasión, con esa misma convicción, con esas mismas ideas, con ese mismo compromiso para con todos los argentinos, a quien es Presidente de los argentinos, reiterando lo que dije ayer en Chubut, que todos en una parte de nuestro corazón lo vamos a seguir sintiendo de esa manera (APLAUSOS). Quiero agradecerle a él algo que para mí es lo más importante: sigue siendo la misma persona y el mismo hombre que conocí hace más de treinta años. Eso es lo importante, no porque uno no pueda evolucionar o cambiar, sino porque, en definitiva, sigue creyendo y teniendo las mismas esencias, el mismo compromiso y el mismo coraje con el que lo conocí.
Yo no quería hablar hoy. En este Banco del Sur depositamos muchas esperanzas para que sea un instrumento que aborde, precisamente, lo que necesitan los pueblos y nuestras sociedades: financiamiento, inversión para infraestructura, para producción, para trabajo y para mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas. Esas son las razones por las cuales nosotros desde hace mucho tiempo hemos abrazado esta causa política.
Muchas gracias y tengan ustedes muy buenas tardes. (APLAUSOS)