Acto de demolición Cárcel de Caseros

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE DEMOLICIÓN DE LA CARCEL DE CASEROS

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La verdad que esto simboliza la terminación de la vida de este edificio que fue inaugurado por la negación de la vida.
El presidente de facto, Videla, uno de los seres humanos que seguramente más despreció la vida en la Argentina, que más atropelló contra los derechos, la dignidad y el pensamiento de los argentinos, fue quien inauguró este edificio.
Esto nos pone frente a los hechos de ayer y las asignaturas pendientes de hoy, porque a punto de terminar mi mandato en esta tarea que nunca le voy a dejar de agradecer al pueblo argentino que me haya confiado este tiempo de la historia, que me ha tocado ser presidente, sé que una de las asignaturas pendientes que tendrá que llevar Cristina adelante es el mejoramiento profundo del Sistema Penitenciario Argentino, es una tarea central para consolidar profundamente la política que todos nosotros, todos los que estamos acá y la mayoría de los argentinos creemos respecto a los derechos humanos, el respeto a las garantías individuales, el respeto a la recuperación, a la reeducación de muchos presos comunes que también estuvieron por aquí.

Lo que pasó en esta cárcel los argentinos lo tienen que conocer. Este fue el castigo a pensar diferente, a tener ideas, a creer que se podía cambiar a la Argentina, a tener dignidad, a no rendirse. Esta cárcel fue inaugurada precisamente para tratar de quebrar esos valores. Cuando uno ve las murallas, las paredes que quedan, piensa lo que deben haber sufrido y qué dignidad, argentinos y argentinas ustedes que lo ven, tienen que haber tenido los argentinos, los amigos, los hermanos, los compañeros que estuvieron aquí detenidos, por el sólo hecho de querer una Argentina diferente.

Esto fue inaugurado con bombos y platillos como si fuera una gran obra, una gran conquista y solamente fue preparada para torturar, para quebrar moralmente y espiritualmente a una generación que pudo haber tenido alguna derrota temporal, que tiene muchísimos hermanos y hermanas que lamentablemente están desparecidos, pero que lo que queda de esa generación junto con el resto de las generaciones argentinas, no tengo ninguna duda que van a culminar el pensamiento de aquellos hermanos y hermanas para lograr la victoria política de construir un país distinto y mejor que es lo más importante. (APLAUSOS)

Sé que muchos de ustedes han estado aquí; por allí en aquellos momentos jamás soñaron con ver este instante, el final del horror, y lo estamos viendo. Creo que como yo estoy emocionado profundamente ustedes deben estar profundamente emocionados, pero es el triunfo, el triunfo de la dignidad, el triunfo de la idea, el triunfo del que se puede. Miren qué pensar después de los horribles y horrorosos momentos que les ha tocado vivir aquí adentro, estar viendo el final de esto. Sé que en el corazón de ustedes llevarán el pensamiento de amigos y compañeros que no están que compartieron horas dificilísimas con ustedes, pero es bueno que la sociedad argentina lo vea.

Acá, argentinos y argentinas, detenían a argentinos y argentinas que pensaban diferentes; los encerraban en estos muros, prácticamente los querían enterrar vivos. Eso fue lo que pasó en esta patria.

Nosotros al terminar y al terminar esta tarea el Jefe de la Ciudad, está liberando pensamientos, está liberando ideas que no se pueden encerrar por mucho tiempo. Se podrán encerrar por algunas horas, por algunos días, pero la verdad, la memoria, la justicia, la dignidad, el apegarse firmemente al convencimiento de un país mejor nunca más se va a poder encerrar en muros como este. Miren cómo se cayeron, venció la idea. (APLAUSOS)

Algunos nos decían que las ideas y las ideologías se habían terminado. Yo creo que un país sin ideas, sin ideologías, sin diversidad, sin pluralidad, es un país que le pasa lo que nos pasó a nosotros antes de la dictadura y en distintas etapas después de la dictadura.

Por eso, los quiero honrar, les doy fuertemente el abrazo de todos los argentinos, ya no solamente en mi tarea de militante, compañero, sino en nombre del Estado Argentino.

Como dije varias veces y no quiero ser reiterativo: "perdón en nombre del Estado Argentino por haberlos hecho sufrir horrores por tener ideas y pensamientos y por querer una Argentina digna, libre, inclusiva, con justicia y equidad". La historia los va a recordar fuertemente, pero no tengo ninguna duda que el final de esto es el principio de cosas mucho mejores.

Decía nuestro Jefe de la Ciudad, Jorge, que va a haber escuelas, patios culturales, pero todos los que caminen por esta calle, por este lugar fundamentalmente saben que van a estar caminando sobre la historia viva de la Argentina, de esa Argentina que estamos derrotando entre todos, de a poco pero que la estamos derrotando y que no queremos que vuelva nunca más, para que las futuras generaciones vean que no hay muros, que no hay llaves, que no hay hombres malos, sino una sociedad que se decide a tener identidad y justicia.

La verdad es que los quiero abrazar fuertemente y espero que esto sea la foto final de lo que Nunca Más y estoy seguro, Nunca más, va a vivir la Argentina. Pero siempre recuerden cuando pasen por este espacio, que en este espacio se respira dignidad, se respira moral, se respiran principios, se respira una historia que los argentinos la tienen que incorporar a su identidad y a su acervo cultural.

Muchas gracias por todo lo que pusieron, por todo lo que dieron por la Argentina. Queríamos estar acá con Cristina, no queríamos estar ausentes, queríamos acompañar en el fin de tanto horror y en la construcción del amor, del cariño, de los sueños. (APLAUSOS)

Sigamos teniendo sueños, sigamos pensando y sigamos haciendo todo nuestro esfuerzo por construir un país mejor. A cada acto de ataque y agresión, los brazos abiertos; nuestros hermanos no cayeron para sembrar el odio, sino para sembrar el amor.
Muchas gracias.