Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; señores vicegobernadores de las provincias de Córdoba y Entre ríos; autoridades nacionales, provinciales, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, municipales; señores legisladores; señores representantes de las organizaciones de Derechos Humanos y no gubernamentales; víctimas, familiares, señoras, señores: la verdad es que uno no quisiera estar firmando un proyecto de esta naturaleza porque no hubiera querido que pasen las cosas que pasaron aquellos 19 y 20 de diciembre, pero lamentablemente sucedieron en esta Argentina a veces tan contradictoria, donde gobiernos constitucionales, gobiernos que asumieron con la voluntad del voto popular, ante situaciones difíciles, ante el incumplimiento de lo que pensaban, en vez de afrontar el pensamiento del pueblo argentino trataron de acallar por los peores métodos la justa protesta que se daba en aquellos 19 y 20 de diciembre, en el marco de una explosión social propia de la agudización de la situación que vivía el país. Un hecho doloroso y lamentable.
Yo sé que con esta ley no vamos a reparar la vida del familiar, el daño causado, pero al menos creo que el Estado, que debe representar los intereses del pueblo, está presente y trata de llegar de alguna manera con la mano reparadora a aquellos que sufrieron la afrenta de aquella fecha.
Este es el objetivo y esta es la decisión política e institucional tomada por el Gobierno Nacional. Discutida largamente con las víctimas, con los familiares, con quienes tuvieron que vivir directamente aquel lamentable suceso y creo que entre todos, con la verdad relativa de cada uno, llegamos a este punto de poder enviar este proyecto consensuado al Congreso de la Nación para que nuestro Poder Legislativo resuelva sancionando esta ley y pronto, rápidamente, llegue la mano reparadora del Estado a nuestros hermanos y hermanas que fueron golpeados, a los familiares de los que fueron asesinados.
También Dios quiera que esta reunión que tenemos aquí hoy sea en este tipo de temas definitivamente la última que le toca vivir a la Argentina; que la tolerancia, que la comprensión se impongan en esta Argentina tan golpeada, tan dura y tan quebrada, que tratamos de imaginar distinta poniendo todos nuestros esfuerzos y definitivamente nunca más se resuelva cortando el hilo por lo más débil o se resuelva con esa teoría de los gobiernos de ser fuertes con los débiles y débiles con los poderosos. Dios quiera que definitivamente clausuremos esta etapa y hagamos un punto de inflexión. Está en todos nosotros lograrlo y les aseguro que está en nuestra firme convicción, en esta etapa de la historia temporal en que nos toca a nosotros ejercer la iniciativa del gobierno, que nunca más suceda.
Igualmente, acompañado a esto, tenemos que seguir avanzando en consolidar los derechos humanos, terminando con la impunidad de ayer y la impunidad de hoy, porque la impunidad de hoy es fruto de la impunidad de ayer. Quienes se animaron a hacer las cosas que hicieron el 20 de diciembre las hicieron porque hubo impunidad ayer, si hubiera habido justicia ayer no se hubieran animado a hacer las cosas que hicieron, a moverse con esa impunidad y a ejercer la represión como la ejercieron.
Por eso es muy importante que logremos consolidar definitivamente un esquema totalmente diferente. En cuanto a la impunidad de ayer esperemos que funcione a pleno nuestra Justicia, que se aceleren los trámites para todos los que violaron los derechos humanos en la Argentina, para todos los responsables del genocidio y que la gente de nuestra generación pueda ver que la justicia se aplica. Estamos trabajando con las distintas organizaciones de derechos humanos para que el 24 de marzo podamos definitivamente terminar con algo que mancilló, por lo que se hizo allí adentro, la honorabilidad, la dignidad de todos los argentinos. Dios quiera que el día 24 de marzo podamos estar firmando, junto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y con la presencia por supuesto de las organizaciones de derechos humanos, de quienes van a ser los que van a decidir su finalidad concreta, la determinación que va a tener lo que se dio en llamar la ESMA, que fue un verdadero agravio, una verdadera afrenta para todos los argentinos. El 24 de marzo esperamos dar este paso definitivo para de alguna manera poder cumplir con todos los argentinos y con los que sufrieron allá adentro las penas más agraviantes, las acciones más agraviantes y cobardes que pueden sufrir los seres humanos por el ejercicio del derecho de sus ideas.
Es una decisión que hemos tomado en conjunto, que no la ha tomado el Gobierno, la ha tomado la sociedad argentina. Para aquellos que siguen amenazando desde las sombras, que sigan amenazando que no hay problema, que la decisión está tomada, se va a llevar a cabo el 24 de marzo y es un punto de inflexión cualitativo para nuestro pueblo argentino. Realmente va a ser una verdadera síntesis superadora que tomamos con la decisión del amor, del cariño y no de la venganza, porque los que queremos una sociedad mejor queremos justicia, no venganza. (Aplausos)
A todos los familiares y a las víctimas aquí presentes, les digo que el Gobierno y quien les habla está enteramente a sus órdenes. Dios quiera que podamos de alguna manera ayudar a garantizar que una vida, que un tiempo mejor es posible, y así será si todos los argentinos damos los pasos que tenemos que dar.
Muchas gracias por estar aquí, muchas gracias por compartir este momento y espero que esta sea, como les dije anteriormente, la última decisión que tengamos que tomar por la irreflexión, por la intolerancia, por el autoritarismo, por el absolutismo, por aquellos que no entienden que en la sociedad tenemos que aprender a convivir con pluralidad y consenso y escucharnos los unos a los otros. Muchísimas gracias.
Yo sé que con esta ley no vamos a reparar la vida del familiar, el daño causado, pero al menos creo que el Estado, que debe representar los intereses del pueblo, está presente y trata de llegar de alguna manera con la mano reparadora a aquellos que sufrieron la afrenta de aquella fecha.
Este es el objetivo y esta es la decisión política e institucional tomada por el Gobierno Nacional. Discutida largamente con las víctimas, con los familiares, con quienes tuvieron que vivir directamente aquel lamentable suceso y creo que entre todos, con la verdad relativa de cada uno, llegamos a este punto de poder enviar este proyecto consensuado al Congreso de la Nación para que nuestro Poder Legislativo resuelva sancionando esta ley y pronto, rápidamente, llegue la mano reparadora del Estado a nuestros hermanos y hermanas que fueron golpeados, a los familiares de los que fueron asesinados.
También Dios quiera que esta reunión que tenemos aquí hoy sea en este tipo de temas definitivamente la última que le toca vivir a la Argentina; que la tolerancia, que la comprensión se impongan en esta Argentina tan golpeada, tan dura y tan quebrada, que tratamos de imaginar distinta poniendo todos nuestros esfuerzos y definitivamente nunca más se resuelva cortando el hilo por lo más débil o se resuelva con esa teoría de los gobiernos de ser fuertes con los débiles y débiles con los poderosos. Dios quiera que definitivamente clausuremos esta etapa y hagamos un punto de inflexión. Está en todos nosotros lograrlo y les aseguro que está en nuestra firme convicción, en esta etapa de la historia temporal en que nos toca a nosotros ejercer la iniciativa del gobierno, que nunca más suceda.
Igualmente, acompañado a esto, tenemos que seguir avanzando en consolidar los derechos humanos, terminando con la impunidad de ayer y la impunidad de hoy, porque la impunidad de hoy es fruto de la impunidad de ayer. Quienes se animaron a hacer las cosas que hicieron el 20 de diciembre las hicieron porque hubo impunidad ayer, si hubiera habido justicia ayer no se hubieran animado a hacer las cosas que hicieron, a moverse con esa impunidad y a ejercer la represión como la ejercieron.
Por eso es muy importante que logremos consolidar definitivamente un esquema totalmente diferente. En cuanto a la impunidad de ayer esperemos que funcione a pleno nuestra Justicia, que se aceleren los trámites para todos los que violaron los derechos humanos en la Argentina, para todos los responsables del genocidio y que la gente de nuestra generación pueda ver que la justicia se aplica. Estamos trabajando con las distintas organizaciones de derechos humanos para que el 24 de marzo podamos definitivamente terminar con algo que mancilló, por lo que se hizo allí adentro, la honorabilidad, la dignidad de todos los argentinos. Dios quiera que el día 24 de marzo podamos estar firmando, junto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y con la presencia por supuesto de las organizaciones de derechos humanos, de quienes van a ser los que van a decidir su finalidad concreta, la determinación que va a tener lo que se dio en llamar la ESMA, que fue un verdadero agravio, una verdadera afrenta para todos los argentinos. El 24 de marzo esperamos dar este paso definitivo para de alguna manera poder cumplir con todos los argentinos y con los que sufrieron allá adentro las penas más agraviantes, las acciones más agraviantes y cobardes que pueden sufrir los seres humanos por el ejercicio del derecho de sus ideas.
Es una decisión que hemos tomado en conjunto, que no la ha tomado el Gobierno, la ha tomado la sociedad argentina. Para aquellos que siguen amenazando desde las sombras, que sigan amenazando que no hay problema, que la decisión está tomada, se va a llevar a cabo el 24 de marzo y es un punto de inflexión cualitativo para nuestro pueblo argentino. Realmente va a ser una verdadera síntesis superadora que tomamos con la decisión del amor, del cariño y no de la venganza, porque los que queremos una sociedad mejor queremos justicia, no venganza. (Aplausos)
A todos los familiares y a las víctimas aquí presentes, les digo que el Gobierno y quien les habla está enteramente a sus órdenes. Dios quiera que podamos de alguna manera ayudar a garantizar que una vida, que un tiempo mejor es posible, y así será si todos los argentinos damos los pasos que tenemos que dar.
Muchas gracias por estar aquí, muchas gracias por compartir este momento y espero que esta sea, como les dije anteriormente, la última decisión que tengamos que tomar por la irreflexión, por la intolerancia, por el autoritarismo, por el absolutismo, por aquellos que no entienden que en la sociedad tenemos que aprender a convivir con pluralidad y consenso y escucharnos los unos a los otros. Muchísimas gracias.