Recién hablando con mi amigo Juancho González Gaviola me preguntaba qué valorización hacíamos de la gestión; le contesté que, como decían nuestros abuelos y padres, lo que tenemos que hacer bien, está bien. Así que, Juancho, estamos agradecidos por la tarea que llevaste adelante.
La tarea de reconstruir el PAMI es una causa nacional porque todos los argentinos sentimos vergüenza de que éste sea un tema que estuvo tanto tiempo en la agenda y siempre hayamos buscado determinadas vueltas para volver al mismo lugar. En este sentido, los argentinos tenemos que estar decididos a construir una verdadera obra social de los trabajadores.
Con toda honestidad y con la mano sobre el corazón, les digo que no podemos seguir analizando la política argentina y las decisiones institucionales con la cultura y la práctica política de los 90 o con la que se fue cultivando del ’76 en adelante que tuvo su profundización aquel momento, donde parecía ser que cada decisión política tenía una alquimia maléfica para destruir otras cosas, otros hechos, otras personas o decisiones. Les puedo jurar por mis hijos que la decisión de nombrar a la licenciada Ocaña en el PAMI está por arriba de cualquier circunstancia. Mal se puede pensar que una decisión de este tipo estaría imbuida de esos sentimientos y de ese espíritu.
Le agradezco profundamente a la licenciada Ocaña su decisión de asumir esta responsabilidad, porque la reconstrucción de la Argentina es una tarea que está por arriba de cualquier ubicuidad partidaria, por gastada que esté la frase.
La reconstrucción de la honestidad, de la esperanza, de la ética, de la cristalinidad, hay que personificarla en seres humanos, en personas que han dado pruebas concretas de esos atributos permanentemente y la licenciada Ocaña, desde la tarea política e institucional que llevó adelante, es una muestra clara y concreta de ello, con mucha experiencia administrativa. Algunos creen que la vida de uno empieza con la aparición institucional pública –por ahí le tocó ser legislador- y muchas veces no hurgan en lo que una persona vivió e hizo durante mucho tiempo a través de sus esfuerzos personales, particulares, donde fue adquiriendo una gran experiencia para poder tener los elementos y los atributos para conducir el PAMI.
Todos nosotros hemos tomado la decisión de dar este paso trascendente porque la Argentina está en un punto de inflexión central. Si no derrotamos a la corrupción, si no recuperamos éticamente el Estado, si no recuperamos un Estado presencial, si no recuperamos una institución como el PAMI, que es central en la construcción de la justicia y de la equidad en la Argentina, todos nos vamos a volver a quedar en un discurso. (Aplausos). Y acá, señores, tenemos que avanzar con todas nuestras fuerzas.
La licenciada Ocaña y el doctor Granero, con las manos absolutamente libres, confiando en sus conciencias, responsabilidades y en el marco de la síntesis de las ideas que creemos que hay que llevar adelante en la Argentina –en las que creemos plenamente-, van trabajar a fondo.
Sé que les va a ir muy bien y vamos a tomar este marco y este tipo de procedimiento cada vez que sea necesario. Queremos una sociedad con pluralidad, con consenso y en la que de una vez por todas participen aquellos que tengan mayor calidad, honestidad, probidad, capacidad de investigación, dedicación, los que enaltezcan la administración pública, piensen de la manera que piensen, pero fundamentalmente los que lo hagan en función de la construcción de una sociedad justa, con inclusión social, que combata seriamente las injusticias que nos ha tocado sufrir. Nosotros, evidentemente, procederemos con toda amplitud, no debemos creer que la historia empieza y termina en uno, ese sentimiento que se fue construyendo durante la década del 90, esa experiencia dolorosa de la construcción con la cultura de la personalidad y del personalismo que tanto daño nos trajo. Vamos a construir una sociedad diferente y estamos absolutamente dispuestos a hacerlo.
Licenciada Ocaña: adelante, con fuerza, sé que usted no tiene temores ni miedo. Los jubilados argentinos necesitan de una vez por todas que esta obra social tan importante, tan grande, con un presupuesto superior a los 3 mil millones de pesos, brinde el servicio que debe brindar. Eso trasciende: los argentinos necesitamos sentir que fuimos capaces de generar el punto de inflexión y de construir una institución al servicio del conjunto de la sociedad, que pudimos lograr una gran victoria y que la historia de la corrupción del PAMI se analizará en el tiempo pero se dirá que en un época terminó, y que en esa época que terminó hubo una generación que se animó, que no tuvo miedo y que hizo lo que tenía que hacer.
Por eso, para los jubilados todo y para los que robaron en el PAMI la cárcel.
Muchas gracias. (Aplausos)
La tarea de reconstruir el PAMI es una causa nacional porque todos los argentinos sentimos vergüenza de que éste sea un tema que estuvo tanto tiempo en la agenda y siempre hayamos buscado determinadas vueltas para volver al mismo lugar. En este sentido, los argentinos tenemos que estar decididos a construir una verdadera obra social de los trabajadores.
Con toda honestidad y con la mano sobre el corazón, les digo que no podemos seguir analizando la política argentina y las decisiones institucionales con la cultura y la práctica política de los 90 o con la que se fue cultivando del ’76 en adelante que tuvo su profundización aquel momento, donde parecía ser que cada decisión política tenía una alquimia maléfica para destruir otras cosas, otros hechos, otras personas o decisiones. Les puedo jurar por mis hijos que la decisión de nombrar a la licenciada Ocaña en el PAMI está por arriba de cualquier circunstancia. Mal se puede pensar que una decisión de este tipo estaría imbuida de esos sentimientos y de ese espíritu.
Le agradezco profundamente a la licenciada Ocaña su decisión de asumir esta responsabilidad, porque la reconstrucción de la Argentina es una tarea que está por arriba de cualquier ubicuidad partidaria, por gastada que esté la frase.
La reconstrucción de la honestidad, de la esperanza, de la ética, de la cristalinidad, hay que personificarla en seres humanos, en personas que han dado pruebas concretas de esos atributos permanentemente y la licenciada Ocaña, desde la tarea política e institucional que llevó adelante, es una muestra clara y concreta de ello, con mucha experiencia administrativa. Algunos creen que la vida de uno empieza con la aparición institucional pública –por ahí le tocó ser legislador- y muchas veces no hurgan en lo que una persona vivió e hizo durante mucho tiempo a través de sus esfuerzos personales, particulares, donde fue adquiriendo una gran experiencia para poder tener los elementos y los atributos para conducir el PAMI.
Todos nosotros hemos tomado la decisión de dar este paso trascendente porque la Argentina está en un punto de inflexión central. Si no derrotamos a la corrupción, si no recuperamos éticamente el Estado, si no recuperamos un Estado presencial, si no recuperamos una institución como el PAMI, que es central en la construcción de la justicia y de la equidad en la Argentina, todos nos vamos a volver a quedar en un discurso. (Aplausos). Y acá, señores, tenemos que avanzar con todas nuestras fuerzas.
La licenciada Ocaña y el doctor Granero, con las manos absolutamente libres, confiando en sus conciencias, responsabilidades y en el marco de la síntesis de las ideas que creemos que hay que llevar adelante en la Argentina –en las que creemos plenamente-, van trabajar a fondo.
Sé que les va a ir muy bien y vamos a tomar este marco y este tipo de procedimiento cada vez que sea necesario. Queremos una sociedad con pluralidad, con consenso y en la que de una vez por todas participen aquellos que tengan mayor calidad, honestidad, probidad, capacidad de investigación, dedicación, los que enaltezcan la administración pública, piensen de la manera que piensen, pero fundamentalmente los que lo hagan en función de la construcción de una sociedad justa, con inclusión social, que combata seriamente las injusticias que nos ha tocado sufrir. Nosotros, evidentemente, procederemos con toda amplitud, no debemos creer que la historia empieza y termina en uno, ese sentimiento que se fue construyendo durante la década del 90, esa experiencia dolorosa de la construcción con la cultura de la personalidad y del personalismo que tanto daño nos trajo. Vamos a construir una sociedad diferente y estamos absolutamente dispuestos a hacerlo.
Licenciada Ocaña: adelante, con fuerza, sé que usted no tiene temores ni miedo. Los jubilados argentinos necesitan de una vez por todas que esta obra social tan importante, tan grande, con un presupuesto superior a los 3 mil millones de pesos, brinde el servicio que debe brindar. Eso trasciende: los argentinos necesitamos sentir que fuimos capaces de generar el punto de inflexión y de construir una institución al servicio del conjunto de la sociedad, que pudimos lograr una gran victoria y que la historia de la corrupción del PAMI se analizará en el tiempo pero se dirá que en un época terminó, y que en esa época que terminó hubo una generación que se animó, que no tuvo miedo y que hizo lo que tenía que hacer.
Por eso, para los jubilados todo y para los que robaron en el PAMI la cárcel.
Muchas gracias. (Aplausos)