Gracias, muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.
Señor Gobernador; señor Intendente; amigos, amigas: la verdad que hoy es un día como los que le gustaban a él, un día de realizaciones, de obras largamente soñadas y acariciadas por millones de argentinos.
Estamos hoy aquí firmando el contrato para que esta Ruta 18 se convierta en autovía y además deje de ser un lugar de terribles accidentes donde se pierden vidas humanas. El día de hoy estamos inaugurando accesos a más de doce pueblos de esta querida Entre Ríos, pueblos que seguramente fueron olvidados durante décadas por los gobiernos nacionales pero que hoy van a tener también la dignidad de buenas obras, de buen camino. También en Corrientes, en Saladas y otras localidades con accesos, algo tan bueno y simbólico como un paso de integración territorial entre ambos países, Chile y Argentina; allá en la punta del país en Jama, en Jujuy, inaugurando ese de integración en esta visión latinoamericana que él amaba tanto y en la que se desempeñaba como Secretario General de la UNASUR; obras a lo largo y a lo ancho del país, en todas las provincias argentinas. No hay provincia argentina que pueda decir que no llegaron gasoductos, acueductos, rutas, viviendas, escuelas, más de 1.000 escuelas, 1.100 escuelas construidas a lo largo y a lo ancho del país; universidades, la Asignación Universal por Hijo para la dignidad de los argentinos.
La verdad que es un día de realizaciones en toda la Argentina. Yo me acuerdo de aquel 30 de septiembre del año pasado como si fuera hoy, me llegaban las noticias a través del propio presidente del Ecuador de lo que estaba pasando, y quiero contarles porque ya es parte de la historia, de una historia que nos tocó vivir como argentinos y que me tocó vivir, junto a mi compañero, como militantes de una causa en la que siempre hemos estado desde muy jóvenes, que es la de la unidad de la América del Sur y la liberación de los pueblos.
Me acuerdo que el "Pato" me llamaba por este acto que estaba acá, me rompía el oído para que viniera, al mismo tiempo que los presidentes de la UNASUR me llamaban para ver cómo hacíamos, dónde nos reuníamos. Ustedes no saben lo que es coordinar todo eso, y al mismo tiempo él que se quería lanzar directamente a Ecuador en un avión. Tuve que pararlo, porque decía: "dónde vamos a aterrizar", era así, imparable. Y cuando decidí que ya no podía venir le pregunté: ¿me hacés pata y te vas vos a Concordia? Me miró y me dijo: "vamos", y aquí estuvo.
Estaba releyendo antes de venir aquí algunas de las cosas que dijo ese día. Dijo: la próxima vez que Cristina venga, va a venir con mucha felicidad y muchas inversiones para este lugar, y no se equivocaba, porque a él le gustaba ver a la gente feliz, a los argentinos felices. (Aplausos)
Era un hombre que creía profundamente en la alegría, en el optimismo, con fe y con esperanza, era un hombre de pensamientos e ideas profundas pero no creía que para ser profundo alguien tuviera que estar con cara de triste o con cara de preocupado; al contrario, él decía que la mejor manera de solucionar los problemas era hacerlo con mucho optimismo, con mucha fe.
Por eso me encanta este libro que me regaló la gente de la Comisión de la Memoria que dice: "la risa no se rinde". Qué linda frase: la risa no se rinde. Nosotros tampoco nos rendimos, él nunca se rindió. (Aplausos)
Y por esas cosas de la vida, vos te acordabas que hace cuatro años ganaste las elecciones, yo me acuerdo también de otro 18 de marzo, el día que presentamos el proyecto de ley de medios, de la Ley de Medios Audiovisuales de la democracia, en la que nadie creía que pudiera ser sancionada porque siempre había habido intereses muy fuertes que impedían esa sanción, es más, muchos creían que en realidad... (cánticos) Y la verdad que todas estas cosas nos prueban que en realidad cuando una sociedad, cuando un pueblo tiene objetivos y tiene al frente dirigentes capaces, con coraje y valentía, de llevarlos adelante, se puede llegar a buen puerto.
Yo estoy convencida de que necesitamos seguir profundizando este modelo que, como decía el Intendente, aquí en Concordia puede visualizarse con mucha claridad. En el año 2003 Concordia era noticia en el orden nacional por ser la ciudad con mayor índice de desocupación de la República Argentina, hoy está por debajo del índice nacional en materia de desocupación y eso debe ser un orgullo (aplausos) porque es obra de un proyecto nacional, de un modelo que ha puesto el acento en la producción, que ha puesto el acento en la generación de parques industriales para que cada localidad, cada pueblo pueda agregar valor a sus productos en el lugar de origen y dar trabajo a sus hijos para que no tengan que irse a los grandes centros urbanos y abandonar a sus familias. Esto no es magia, esto ha sido producto de una convicción muy fuerte, la de creer en el trabajo, la de creer en la producción, en definitiva la de creer en la Argentina.
Y yo les digo también que cada vez que ustedes me dicen "fuerza Cristina" yo siento que a través de cada una de esas voces me llega la fuerza de él, pero también quiero decirles que necesito ayuda, que sola no puedo, que necesito hombres y mujeres dirigentes que me acompañen, que también en cada uno de los lugares se hagan carne de este proyecto; de hombres y mujeres que crean realmente que es necesario seguir trabajando cada vez más y no seguir poniendo piedras en el camino, hombres y mujeres que sepan de interpretar este momento histórico, que entiendan que cuando le va bien al pueblo es necesario que ellos se pongan al frente de ese pueblo y superen en las diferencias. ¿Porque saben qué pasa? Cuando las cosas empiezan a ir mal después los dirigentes empiezan a echar las culpas, pero a ninguno termina yéndole mal, al que le termina yendo mal siempre es a la sociedad, a la gente. (Aplausos) Hombres y mujeres que sean capaces de interpretar este proyecto nacional que tanto ha dado y que tanto debe seguir dando aún más a los argentinos.
Por eso quiero agradecerles a todos, a todo Entre Ríos el cariño, el afecto, a vos Pato que bancaste todo en los peores momentos. (Aplausos) Yo no me olvido porque en los momentos y en los lugares más difíciles no era fácil aquí en Entre Ríos, debe haber sido uno de los lugares más difíciles. Yo les digo a los argentinos que no hay que tener rencor, al contrario, los dirigentes tenemos que hacer el esfuerzo para superar diferencias, el rencor y el odio no ayudan a construir, se construye únicamente con el amor y con el corazón, esa es la forma en que él construía y como yo quiero seguir haciéndolo. Por eso quiero agradecerles a ustedes y a tantísimos otros que pusieron el pecho en momentos muy difíciles. Nunca una presidenta, ni un presidente tampoco creo, había sido tan atacado, tan agraviado, tal insultado. A veces pienso que tenerlo a él fue lo que me permitió sobrellevar todo aquello, pero es ahora esa fuerza, esa convicción y también ese sacrificio que él hacía permanentemente y que finalmente se lo terminó llevando, lo que me debe llevar a mí a tener cada día más temple, más entereza, más serenidad, más firmeza, más comprensión, más dedicación y más generosidad para seguir trabajando por este proyecto. (Aplausos)
Por eso quiero agradecerle Gobernador a usted, a todos ustedes y a los jóvenes, a esos que dicen que son argentinos y soldados del pingüino, déjenme decirles que los quiero mucho, déjenme decirles que en cada uno de ustedes, en cada una de esas chicas y esos chicos que uno los ve recién incorporados a la política, me veo yo, lo veo a él y veo a tantos otros miles, algunos que ya no están, y déjenme decirles en nombre de esa memoria que hoy me han entregado, en nombre de tantos hombres y mujeres que desde hace 200 años, desde los albores de la patria han entregado su vida para tener un país mejor, que todos los argentinos tenemos un compromiso muy grande: el de no dar un paso más atrás, el de nunca menos de las cosas que hemos logrado, porque nos ha costado mucho conseguirlas, y como nos ha costado mucho conseguirlas debemos cuidarlas, valorarlas y profundizarlas.
Gracias, gracias Pato, muchas gracias por todo, de corazón, en nombre de todos los argentinos, en nombre de mis hijos, de nosotros mismos y de nuestra historia, los convoco a seguir adelante, con fuerza, con esperanza, con optimismo, porque la risa no se rinde, porque Argentina tampoco se rinde ni se va a rendir jamás. ¡Vamos todavía con mucha fuerza, gracias a todos!