Palabras de la Presidenta en la toma de juramento a egresados del ISEN

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ,, EN LA CEREMONIA DE JURAMENTO DE FIDELIDAD A LA NACIÓN DE LOS EGRESADOS DE LAS PROMOCIONES XLIII Y XLIV DEL INSTITUTO DEL SERVICIO EXTERIOR DE LA NACIÓN, REALIZADO EN EL PALACIO SAN MARTÍN, SALÓN LIBERTADOR  

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Muy buenas tardes a todos y a todas.

Cuatro premios, cuatro damas, no digo nada para que después no digan que los chicos que estudien más. Seguramente también estudiaron, pero bueno, es nuestra hora, chicas, aprovechémosla.

Recién le decía a Romina que cuando la vi venir caminando, se parecía a Florencia, mi hija, con ese flequillo cortado, parecía flaquita, delgadita con el pelo largo.

La verdad que quería estar presente, junto a todos ustedes, jóvenes egresados de nuestro Servicio Exterior de la Nación, porque creo que son la nueva sabia que tiene que alimentar estos nuevos tiempos que corren en el mundo, en la Argentina, y que nos obligan a encarar las relaciones internacionales, tal vez, con ópticas diferentes, ni mejores ni peores que las anteriores, sino diferentes, más amplias, muy vinculadas también al comercio, a lo que es vender nuestro país en el verdadero y buen sentido, que lo debemos hacer.

Me pasaba en estos días que hicimos una gira a mercados no tradicionales de la Argentina, como puede ser el mundo árabe, observar que cuando uno relataba los logros argentinos en espacios no tradicionalmente vinculados, por lo menos en el reconocimiento internacional, a nuestras actividades, como puede la ciencia, la tecnología, la actividad nuclear, la biotecnología, el software, la informática, el turismo, el crecimiento, nos miraban y me lo dijeron importantes inversores, concretamente, que me escucharon en una de las exposiciones que hice frente a empresarios y titulares y los fondos de inversión tal vez más grandes hoy del mundo y más sólidos, que realmente desconocían estos aspectos de la Argentina.

Por eso digo yo que esta nueva sabia, estos jóvenes, de los cuales ya siete, comentábamos recién con el Canciller cuando subía las escaleras de la Cancillería, ya tienen destinos en consulados, en embajadas comerciales, son los que realmente deben ser la nueva cara de la Argentina.

Esto no significa, porque veo señores y señoras que peinan canas, tirar a nadie por la ventana porque yo también tengo canas, nada más que me las tiño; simplemente saber que tenemos que dar oportunidad a las nuevas generaciones.

En la Argentina, no solamente en la carrera diplomática, en la carrera docente, en muchos ámbitos de premiaban los años. Es cierto que los años traen experiencia y que la experiencia es muy buena, pero yo creo que tenemos que tener un nuevo concepto también en todas las actividades y que es premiar los que tienen buenas ideas, independientemente de los años, y los que tienen proyectos para llevar adelante, porque sino, muchas veces llegábamos a la paradoja que alguien era premiado con un alto cargo -suele suceder muchas veces en la carrera docente- cuando ya está casi a punto de jubilarse y que por ahí tiene más ganas de irse a la casa que hacer cosas nuevas, porque es la evolución de la vida y porque es el producto de una larga vida de trabajo.

Por eso digo que tenemos que inyectar nuevos conceptos y nuevas metodologías en todos los ámbitos y el Servicio Exterior de la Nación no puede estar exento de dar mucho lugar y mucho espacio a las nuevas generaciones que, además, también, en un mundo que ha cambiado muy rápidamente pueden identificar más adecuadamente las nuevas necesidades, los nuevos códigos de comunicación, pero que podíamos hacerlo nosotros que somos de la generación -digo yo todavía- de la imprenta y de la lectoescritura Gutenberg.

El mundo ha cambiado y creo que debemos cambiar con él y dar y abrir nuevas oportunidades para que la oportunidad de ser no llegue después de muchos años cuando por ahí uno está cansado y realmente ya no tiene toda la fuerza y el ímpetu que da la juventud.

La juventud tiene esa cosa de fuerza, de creatividad, de frescura, de nuevos escenarios, de crear nuevas ideas que debemos aprovecharla. Y no significa creer que por que se es joven se tiene capacidad, sino que al contrario, hay que premiar a los jóvenes que han decidido capacitarse para poder abordar. Y estas medallas de oro, son, precisamente, no porque sean jóvenes, nadie les dio a estas cuatro chicas una medalla por ser jóvenes, les dieron una medalla porque fueron los mejores promedios, porque se esforzaron, porque se capacitaron y porque estudiaron.

Entonces, juventud más capacidad, creo que es una muy buena fórmula, una muy buena ecuación para aplicar en muchos órdenes de la gestión del Estado y también en el Servicio Exterior de la Nación.

Yo sé que por ahí hay algunos que se horrorizan y de hacen cruces con estas cosas, pero yo creo que debemos, en serio, implementar cosas nuevas, implementar cosas novedosas y dar oportunidad a gente que ha trabajado mucho y que ha elegido esto que es representar a la Argentina, que no es un privilegio, es un honor y a los honores hay que merecerlos y, además, tener prácticas, comportamientos y conductas que se condigan con ese honor que es representar a nuestro país en otros países. Y hacerlo, además, sabiendo que tenemos que contarle todas las cosas de las que somos capaces de hacer los argentinos y que estamos haciendo y que hemos hecho los argentinos. Necesitamos embajadores de buenas noticias y del relato de la Argentina de los últimos años.

Porque la verdad, dicho sea de paso, el relato de la Argentina, aquella del año 2001, fue un relato muy feo instalado en el mundo y que realmente nos perjudicó mucho, más allá de nuestras propias responsabilidades como sociedad en ese desenlace.

Pero la verdad es que tenemos que recuperar todo eso y ustedes son los encargados de cumplir esa misión: ir reconstruyendo la imagen de un país.

Eso es lo que yo me propongo cada vez que salgo al exterior acompañada de delegaciones empresariales y también para llevar nuestra ciencia y nuestra tecnología: cambiar la imagen del país, que sepan de lo que somos capaces los argentinos, que nos conozcan por nuestras virtudes, total, para los defectos, ya están los medios locales que los ponen todos los días.

Así que, vayamos a contar nuestras virtudes que la tenemos en serio y mucho, somos un país que ha crecido en estos últimos años como nunca lo había hecho en sus doscientos años de historia, que ha incorporado a la ciencia y a la tecnología como una de las claves del crecimiento por lo cual han retornado más de ochocientos argentinos que se habían ido del país.

Somos un país en el cual ya no observamos en los consulados y embajadas extranjeras largas colas de compatriotas para irse; al contrario, están retornando y algunos quieren venir a nuestro país.

Hemos dado un salto cualitativo en materia de valor agregado, en materia de exportaciones. Hoy estamos más integrados que nunca al mundo: de 25 mil millones de dólares que exportábamos en el año 2003, hemos superado ya casi los 60 mil millones de dólares y queremos llegar este año a 80 mil millones de dólares como una meta importante. Y estas son las cosas que tenemos que contar y relatar.

Yo creo que todos, de alguna manera, tenemos que ser eso: buenos embajadores de nuestro país, comprometidos también con los hombres y mujeres que generan trabajo y crecimiento, como son nuestros empresarios, nuestras empresarias, que también es estar comprometidos con nuestros trabajadores directamente, porque nosotros necesitamos, además, exportar trabajo y mano de obra argentina que se haga aquí en el país.

Por eso, quería estar presente junto a todos ustedes, felicitar a las que han obtenido un buen promedio y a los que no han podido obtener la medalla de oro o de plata, también porque, bueno, siempre hay uno que gana la medalla, no hay 44 medallas, si no, no tendría ningún mérito la medalla de plata ni la medalla de oro.

Así que, felicitarlos, una vez más, por haber elegido una carrera que realmente los debe honrar y que es representar a su país, un honor muy grande para cualquier argentino.

Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)