Muy buenas noches a todos y a todas; su Excelencia, señor Presidente de Turquía; señores miembros de su gabinete; miembros del cuerpo diplomático; comitiva que me acompañan: creo que tuve un percance porque no tenía mis anteojos y no pude leer el discurso del señor Presidente, pero descuento que el mismo ha sido del tenor y con los conceptos y contenidos que hemos tenido hoy, tanto en el encuentro bilateral, como en el encuentro ampliado.
Quiero agradecer porque siempre (inaudible) para mi esposo el presidente Nèstor Kirchner, quiero agradecerle en nombre mi hija, de mi familia y en el mío propio y también quiero agradecer la cálida recepción, la cálida bienvenida que hemos sentido todos los que integramos la comitiva y en especial la presidente de la República Argentina, lo cual constituye no solamente para nosotros, sino para nuestro pueblo - a quienes representamos- en esta ocasión con inmenso y gran honor.
También - como lo manifesté personalmente, al señor Presidente, y luego públicamente también al señor primer ministro, en horas de la tarde - la presencia de Argentina, porque no su la Presidenta la que está aquí, sino mi país, la República Argentina a un poco más de cien años, de un siglo de nuestras relaciones diplomáticas representan, sin dudas, una suerte de lanzamiento y al mismo tiempo de reafirmación de la tradicional amistad entre ambos países.
También no puede escaparse que me acompaña una nutrida delegación empresaria que, por supuesto, no están aquí esta noche, están todos en Estambul, donde mañana procederé a clausurar el seminario de negocios, una nutrida delegación de empresarios como tal vez nunca en otras oportunidades me acompañan y que también con sus pares de Turquía podrán realizar nuevas vinculaciones, nuevas articulaciones para retomar el camino del comercio que teníamos entre ambos países antes de la crisis e, incluso, lo ha comentado el señor Presidente y el propio Primer Ministro, superar ese intercambio comercial que había llegado a alcanzar.
Da la impresión como que he hablado mucho pero lo espontáneo tiene valor por sobre lo protocolar que realmente nos vincula más y mejor a todos, yo quiero sinceramente, en esta noche tan particular y que por primera vez vengo a Turquía, un lugar muy especial, no solamente para los argentinos, sino también para la cultura y la historia de la humanidad.
Sé que mañana estaré en un lugar histórico como Estambul, que vincula cultura, historia, que vincula lo que podría denominarse la historia antes y después de Cristo, por lo menos para nosotros quienes profesamos el culto católico.
Por lo que, en definitiva, es un lugar -y estoy segura- que debe tener una magia muy especial, como la que tiene este país, que tiene una identidad cultural tan dividida, que voy a remarcar una vez más a todos los ciudadanos de mi país que tienen un origen árabe, se los denomina turcos.
Esto marca la impronta y la fortaleza de una identidad cultural histórica muy fuerte y que hoy, bueno, hacemos honor aquí con nuestra presencia y, fundamentalmente, con el compromiso y la convicción de que profundizar esta relación es importante.
Para terminar mi discurso quiero decirles que también hemos hablado con el señor Presidente y con el señor Primer Ministro en el día de hoy, también está lo que significa nuestras presencia, la presencia de ambos país, un nuevo grupo producto de la crisis del año 2008 que generó la necesidad de dialogar y ampliar el sistema de decisión a nivel planetario. Y también el compromiso que asumimos con Turquía de representar este espacio de poder a los países emergentes, a las naciones en vía de desarrollo porque formamos parte y nos sentimos parte y porque además, sabemos que las naciones emergentes hoy sostienen la mayor parte del crecimiento de la economía global.
Por eso, y para finalizar, quiero hacer un brindis por Turquía, por Argentina y también por un orden diferente, más justo, más equitativo y más igualitario porque creemos que Turquía y la Argentina forman una barrera de paz y seguridad internacional.
Muchas gracias y salud. (APLAUSOS)