Lanzamiento del Operativo Centinela

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, POR LA CADENA NACIONAL, DURANTE SU VISITA A LA ESCUELA DE OFICIALES DE LA GENDARMERÍA NACIONAL "GENERAL MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES", EN EL PARTIDO DE LA MATANZA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Muy buenos días a todos y a todas.

Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente del partido de la Matanza; señores Oficiales; señor Comandante de la Gendarmería Nacional: venimos hoy a poner en marcha este Operativo Centinela que significará incrementar la presencia de nuestra Gendarmería Nacional en los veinticuatro partidos del Conurbano Bonaerense en el orden de seis mil efectivos.

Este Operativo que comenzará a ejecutarse a partir del día 1º de enero, no presupone en modo alguno abandonar la función natural y estratégica de nuestra Gendarmería Nacional de custodiar fronteras y soberanía nacional.

Esta política que comenzó en el año 2004 con el presidente Kirchner y que fue precisamente ayudar y cooperar con la provincia de Buenos Aires, específicamente en la zona del Conurbano Bonaerense, en lo que hace a la protección y seguridad ciudadanas, sufre hoy un gran incremento, un notable incremento, estamos hablando de seis mil efectivos, estamos hablando de cuatrocientos cuarenta y tres vehículos, estamos hablando de una inversión de equipamiento extra exclusivamente para este operativo del orden de los ciento cincuenta millones de pesos.

Es obvio que todo el mundo sabe que la seguridad de la provincia de Buenos Aires es responsabilidad de sus autoridades constitucionales, porque vivimos afortunadamente en un país federal, pero no podemos ignorar tampoco la magnitud en cuanto a población que hoy tienen los 24 partidos del Conurbano Bonaerense. Aquí no más en La Matanza el último censo arroja un resultado provisorio de un millón setecientos setenta y dos mil habitantes, y entre los 24 estamos hablando de nueve millones novecientas diez mil personas, casi diez millones de personas, o sea el veinticinco por ciento de la población total de la República Argentina ubicada en un territorio no superior a los nueve mil kilómetros cuadrados.

Para que ustedes tengan una idea, el segundo conglomerado urbano que sigue a este conglomerado de los 24 distritos, es la ciudad Capital de Córdoba con un millón trescientos treinta y dos mil habitantes, según también el último censo, y el tercero Rosario con un millón ciento diez mil. Esto da la magnitud de la tarea que se está encomendando.

También, y no podemos obviarlo, de los problemas estructurales que se vienen arrastrando desde hace muchos años ya en la provincia en materia de seguridad. Ignorarlo u obviarlo sería contar solamente la mitad de las cosas, y si algo le gusta a esta Presidenta es ver la película entera y no solamente una fotografía.

Hoy venimos entonces a pasar revista a la cantidad de hombres y mujeres operativos que van precisamente a colaborar con las autoridades de la provincia y más tarde el señor Comandante en compañía del señor Gobernador y de la señora Ministra de Seguridad, van a dar una conferencia de prensa acerca de los detalles específicos en cuanto a inversión, en cuanto a equipamiento que va a demandar a la nación este operativo.

Pero yo quiero aprovechar esta oportunidad en la cual el Estado Nacional hace un inmenso esfuerzo colaborativo con la seguridad de nuestros ciudadanos, para también fijar con precisión algunos conceptos, sobre todo en materia de seguridad, para superar falsos debates, para fijar con claridad el pensamiento sobre seguridad en la República Argentina y no tener posiciones que van de querer explicar los problemas de seguridad únicamente desde la cuestión del delito organizado, ni tampoco explicarlas únicamente desde la cuestión social. Creo que el abordaje exclusivo de cualquiera de los dos enfoques es erróneo y por lo tanto no puede arrojar buenos resultados si tenemos un mal diagnóstico.

Está claro que un país en el que falte trabajo, como nos sucedía en el año 2003, donde casi un cuarto de la población no tenía trabajo y quien lo tenía percibía también muy malos salarios; está claro que un país donde no hay trabajo, donde no hay crecimiento, donde la gente no puede acceder a derechos mínimos de educación, salud y vivienda, jamás puede ser un país seguro, sobre todo si además hay sectores de la población que tienen acceso más que suficiente a esos bienes, creando brechas sociales que son las verdaderas causas de inseguridad no solamente en la Argentina sino en muchísimos países. No es la pobreza, es muchas veces la inequidad social. Pero también pretender que la inequidad social o la pobreza es la causa de la delincuencia es no entender que también existe el crimen organizado, el delito organizado, que muchas veces pivotea sobre las necesidades de la gente para poder encarar una estrategia más efectiva y exitosa precisamente para ese crimen organizado.

Nuestra obligación como autoridades institucionales elegidas por el voto popular y democrático de los argentinos, es entonces fijar con precisión esto, porque si no estaríamos condenados al concepto de que ser pobre es equivalente a ser delincuente y esto no es así, esto no es así.

El no tener por allí las cosas que cualquier ciudadano se merece tampoco puede ser invocado como un motivo para cometer delitos, para delinquir. Lo digo con la convicción absoluta de haber nacido en una familia que comenzó siendo de origen muy humilde y luego con el esfuerzo y el trabajo, como tantísimas otras familias de argentinos, pudo convertirse en una familia de clase media y darle estudios a sus hijas.

Por eso creo que es importante en esta oportunidad en que estamos haciendo este gran aporte a este conglomerado urbano, a estos ciudadanos y ciudadanas que viven en el Conurbano Bonaerense, precisar estos conceptos.

Por eso tenemos muy en claro lo que puede ser una manifestación social de lo que es el crimen o el delito, y el abordaje diferente que ambas situaciones merecen. No se puede proceder de la misma manera frente a delincuentes organizados que frente a lo que pueden constituir manifestaciones sociales, aún cuando esas manifestaciones sociales no adopten medidas o conductas que deban ser imitadas.

También les digo a todos los argentinos, a los que aún no se ha podido llegar pese al inmenso crecimiento de estos años, pese a los más de 5 millones de puestos generados, más las mejoras salariales a trabajadores, más la incorporación de millones de jubilados, que hay otros métodos para hacer valer nuestros derechos. Hemos avanzado mucho en estos años y seguir avanzando depende precisamente de tener políticas y fundamentalmente dirigentes al frente de las instituciones que sigan pensando en achicar esa brecha social y que sigan pensando en el crecimiento de la Argentina y en el desarrollo del mercado interno como el gran instrumento para poder seguir incluyendo socialmente, y que por lo tanto la delincuencia, los criminales organizados no utilicen de escudo humano a los que todavía no han logrado una vida digna.

Quería decir estos conceptos para que nadie equivoque debates que no existen, no por lo menos en la concepción y en las ideas que esta Presidenta tiene. Considero el derecho a la seguridad un derecho de todos los ciudadanos, pero también sé que la seguridad se preserva en el marco de la Constitución y las leyes.

En todos los momentos históricos que nos han tocado vivir a los argentinos en estos 200 años de historia, cada vez que se le ha hecho creer a la sociedad que la seguridad estaba por encima de los valores del respeto a la vida humana siempre nos ha ido mal, porque finalmente lo que menos se ha terminado cuidando es la vida y el patrimonio de los argentinos, se perdía la vida o se perdía el trabajo.

Muchas veces uno cuando tiene trabajo o adquiere la cotidianeidad de poder contar con esto no advierte la importancia que para un país tiene, para su desarrollo, para su concepto de seguridad interna y nacional, el crecimiento, el desarrollo de sus industrias, la capacidad y capacitación de sus trabajadores, el hecho de que los chicos puedan ir al colegio. Por eso seguimos reivindicando la Asignación Universal por Hijo como uno de los instrumentos más importantes que contribuyen también a la seguridad, permitiendo que nuestros jóvenes, nuestros chicos, no tengan que estar en la calle, donde son presa fácil del delito y la droga, sino en el colegio, porque tienen una asignación que cubre sus necesidades mínimas básicas.

Por eso quiero darles este concepto amplio de seguridad. Estos hombres y estas mujeres, estos gendarmes van precisamente a ocuparse del combate contra el delito organizado. Para eso coordinarán con las autoridades de la Provincia de Buenos Aires pero también lo harán con operatividad autónoma, a través de políticas de sorpresa, de alta movilidad, de saturación, en fin, cuestiones que seguramente el señor comandante de la Gendarmería explicará por su profesionalidad mucho mejor que yo, en la posterior conferencia de prensa que se ofrecerá.

Pero quiero decirles que la creación del Ministerio de Seguridad también obedece a este concepto y a este criterio. Estamos plenamente convencidos de que algunas de las falsas contradicciones o falsos debates que se quieren instalar son precisamente para poder correr el foco de cámara de la verdadera cuestión. Por un lado el delito y el crimen organizado, en el cual las Fuerzas de Seguridad deben ser la solución, y también el aparato judicial debe ser consecuente y tomar las medidas necesarias, porque la verdad que como Presidenta debo expresarme con toda sinceridad, como siempre lo hago: resulta casi inexplicable que las cámaras de televisión de todos los canales exhiban con minuciosidad caras, personas que agreden, que tiran piedras, que enfrenan a la Policía, a la Gendarmería, a la Prefectura y sin embargo no tengamos detenidos ni órdenes de captura sobre ninguno de ellos. La ingenuidad es para los 15 años y yo realmente hace bastante que los cumplí. Así que también pido la colaboración para este concepto de la seguridad al Poder Judicial, tanto de las provincias en particular como de la nación en general.

Muchas veces las Fuerzas de Seguridad ser ven desanimadas cuando tardan horas, días de investigación en aprender a alguien que ha cometido un delito y por uno u otro motivo los jueces lo dejan en libertad. Recuerdo con precisión un hecho dramático, un miembro de la custodia del señor Jefe de Gabinete que resultó asesinado por quien hacía apenas tres o cuatro horas había sido dejado en libertad. Y esto no es ser ni garantista ni mano dura, esto es ser criterioso y lógico, nada más que eso. No aspiramos a que nos den cátedra ni doctrina, ni de un lado ni del otro, aspiramos a que cada uno cumpla su función: dar seguridad a nuestras Fuerzas de Seguridad y justicia a la Justicia. Justicia que significa castigar a los que delinquen para que no lo vuelvan a hacer, con las penas que establecen los códigos y también cuando la peligrosidad de los delincuentes es tal no permitir su libertad para que no vuelvan a agredir o hacer daño a la sociedad.

Porque tenemos que cuidarlos a todos, a los que aún cometiendo delitos tienen el amparo de todos los derechos y garantías constitucionales, pero también las penas que fija nuestro Código Penal y toda nuestra legislación, y el resto de los ciudadanos vivir en una sociedad democrática y justa que tiene a la seguridad como un valor pero también el respeto a la vida humana como uno de los valores, sino el valor fundamental.

Lo voy a volver a repetir, ya lo dije en otras oportunidades, a veces me resulta sospechosamente incoherente que algunos sean defensores de la vida en determinadas circunstancias y en otras pidan pena de muerte, el que defiende la vida la defiende siempre, en todos lados y en todas las circunstancias. Ustedes saben de qué estoy hablando porque conocen mi pensamiento con respecto a todas estas cuestiones, convicciones firmes y profundas que tenido siempre y que pienso seguir manteniendo.

Por eso pese a todas estas cuestiones que quieren falsamente instalar quiero decirles a ustedes, que van a cumplir una función fundamental, y a todos los ciudadanos argentinos, que la seguridad, la vida, la democracia son valores que nos han costado mucho a los argentinos y es el deber de todos cuidarlos y preservarlos, para eso hoy estamos aquí. Muy buenos días a todos y a todas.

 

 

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