En el acto, la Mandataria sostuvo que "esta es una Argentina diferente, que hemos construido entre todos respetando la memoria, la verdad y la justicia, y superando lo que muchas veces quiere hacerse aparecer en la sociedad como una contradicción, como si los derechos humanos fueran de determinado sesgo ideológico".
"Los derechos humanos no son ni de izquierda ni de derecha, son simplemente eso, lo que distingue a la condición humana", reafirmó Cristina Fernández, y agregó: "Derechos humanos y seguridad son los términos de una misma ecuación, que nos permite vivir en democracia, respetándonos".
Luego, aseveró que "la violencia no sirve para crear más seguridad", y que las "cuestiones sociales, inclusive a aquellas que pueden estar siendo manipuladas, exigen por parte de quienes tenemos la responsabilidad de conducir el Estado un equilibrio, una paciencia y una articulación que impida generar más violencia y más enfrentamientos entre los argentinos". "Esa es la primera responsabilidad que tiene un gobernante", remarcó.
Para la Primera mandataria, "el orden público tiene que ser custodiado, pero no a partir de cobrar vidas de seres humanos". "Esto no significa desconocer los atributos del Estado, como el ejercicio del monopolio de la fuerza por su parte, simplemente significa tomar cuenta y nota de nuestra historia", indicó.
"La paz y el orden está vinculados a que le aseguremos a todos sus derechos, y por eso tenemos que ser todos muy equilibrados y razonables", expresó la Jefa de Estado.
"Nada le interesa más a esta Presidenta que preservar la vida y el patrimonio de todos los argentinos, pero también, porque creo en Dios en serio, y porque creo en el Evangelio en serio, sé que no puedo quitarle la vida a nadie para defender algo material, porque la vida nunca se recupera, cuando te arrebatan la vida, cuando se te va un ser querido, nada lo puede reparar", sentenció la Presidenta.
Premios a la defensa de los derechos humanos
La Jefa de Estado entregó el premio Emilio Mignone 2010 a Sarudzayi Naomi Njerere, representante de Zimbabwe Lawyers for Human Rights, en reconocimiento a su labor en la defensa de los derechos civiles en su país.
También hizo entrega del premio Azucena Villaflor de Devincenti 2010 al Dr. Baltazar Garzón, juez español que realizó incansables esfuerzos por el reconocimiento de los derechos humanos en todo el planeta.
Más tarde, entregó el Premio Extraordinario Bicentenario de la Revolución de Mayo a los Derechos Humanos a Madres y Abuelas de detenidos desaparecidos por la última dictadura militar en nuestro país.
Recibieron este premio la Sra. Hebe de Bonafini, por la Asociación de Madres de Plaza de Mayo; Estela de Carlotto, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo; Ángela Lita Boitano, integrante de familiares de detenidos por razones políticas, Elsa Oesterheld, de Abuelas de Plaza de Mayo, y Laura Conte, de Centro de Estudios Legales y Sociales.
Acompañaron a la Presidenta en el acto Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, gobernadores, ministros del Poder Ejecutivo Nacional, representantes de organizaciones de Derechos Humanos e invitados especiales, tales como la Sra. Piedad Córdoba, senadora colombiana; el señor Roberto Colliar, experto jurista de Costa Rica; los Sres. Tom Farer, Daniel Edmundo Vargas Carreño y Marco Monroy Cabra, miembros del Consejo Mundial de Derechos Humanos que visitó la Argentina en 1979; Martin Luther King III Hijo, hijo del líder de los derechos civiles Martin Luther King; Otilia Inés Lux de Coti, luchadora por los derechos Humanos en Guatemala.