(...) que nuestro país haya sido elegido sede de esta reunión de coordinadores de diferentes países, reunidos con el objeto de preparar la futura Cumbre de mandatarios y elaborar los documentos técnicos, que sean evaluados y discutidos durante esa jornada, es realmente una alegría. Al decir de nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, estos son pasos muy importantes para que nuestro país ocupe el lugar que pretende ocupar en la materia.
La Presidenta me ha pedido puntualmente que le transmita su saludo y su bienvenida, se ha sentido muy cómoda con su participación en la Cumbre, convocada por el Presidente de los Estados Unidos, que de alguna manera fue la antesala de este encuentro.
Aprovecho, también, esta oportunidad para expresar el reconocimiento de mi país al Presidente Obama por esta iniciativa. Esto permitirá fortalecer el alerta en relación a los riesgos que conlleva el uso de los materiales nucleares, así como la necesaria respuesta mundial, en términos de seguridad física a fin de afianzar la paz y la seguridad internacionales.
Los mandatarios presentes en la Cumbre adoptaron dos documentos fundamentales, que guiarán nuestro trabajo de aquí en adelante: el comunicado y el plan de trabajo. Su responsabilidad es analizar la mejor manera de proceder a la implementación de los compromisos asumidos y yo estoy seguro que lo harán de la mejor forma. También en la Cumbre asumieron los compromisos de Washington de manera voluntaria; esta condición voluntaria y consensuada ha reforzado notablemente su legitimidad política incrementando así su impacto positivo sobre la seguridad nuclear global.
Es por eso que- a mi modesto entender - su tarea, la de todos ustedes deberá guiarse por la búsqueda de la unidad, del carácter voluntario y el consenso entre los participantes de la Cumbre. Continuar obrando de esta manera permitirá seguir fortaleciendo la amplia legitimidad con que la comunidad internacional recibe ya a la Cumbre de Seguridad Nuclear.
Cada uno de nosotros obra de buena fe en el cumplimiento de sus obligaciones, por ende compete a cada Estado dar a conocer a los demás participantes, según su leal saber y entender y de la manera más abierta que sea posible su propio progreso en el cumplimiento de los compromisos de Washington. Dentro de este contexto estimo muy importante que no se vulneren los derechos de cada país a su propio desarrollo nuclear.
Quiero destacar aquí la necesidad de respetar los derechos que emanan del Tratado de No Proliferación Nuclear, norma jurídica fundacional y fundamental, que permite un gran avance en el campo de la seguridad nuclear, ya que bajo sus paraguas los derechos y obligaciones de los Estados se equilibran de manera armónica, pero sobre todo las obligaciones de cada uno, respecto de la no proliferación y el desarme.
La Argentina - como ha dicho el propio Barack Obama - es un actor muy importante en el uso pacífico de la energía nuclear, tenemos cifradas esperanzas en el desarrollo de estas tecnologías como fuentes de energía limpia que nos permite enfrentar una demanda cada vez más activa. Seguramente en nuestra región podremos acordar con nuestros vecinos políticas dirigidas tanto al desarrollo de la energía, como para el resto de los fines pacíficos que nos exprese la energía nuclear. Nos comprometemos a fortalecer y preservar estos compromisos sin menguar nuestros derechos, ni nuestras obligaciones.
Nos sabemos un actor responsable en el escenario nuclear mundial, una de sus características principales es la de contar con un sistema regulatorio independiente, moderno y eficaz, que presta especial atención al valor de la cultura de la seguridad física y en ese sentido diseña e implementa un sistema de protección física en las instalaciones nucleares que sigue los estándares y lineamientos dados por la Organización Internacional de Energía Atómica. El sistema adecua las respuestas a las amenazas reales o potenciales que efectivamente puedan afectar a nuestro país.
La Argentina presta también una especial importancia a la cooperación con el organismo internacional de energía atómica, tanto en la discusión de los documentos sobre seguridad como en la divulgación necesaria para que se propague la cultura de la seguridad, sobre todo con nuestros vecinos de la región. Promovemos, además, acciones destinadas a la minimización del uso del uranio, altamente enriquecido, en los reactores de investigación y en el ciclo de combustible y ofrecemos cooperación a cualquier país que desee asociarse con nosotros para difundir esa práctica.
En lo que hace a los países poseedores de armas nucleares pretendemos que asuman seriamente que se hace cada vez más necesario custodiar estos materiales, que plantean un gran peligro. La no proliferación nuclear es muy importante, pero el desarme nuclear es crucial para la seguridad toda.
Debemos mencionar, en primer lugar, las obligaciones relacionadas con el desarme nuclear que debe ser finalmente cristalizado por los países poseedores de armas nucleares; no desconocemos los recientes pasos intentados en ese sentido, pero los mismos no resultan suficientes. Una abrumadora mayoría de naciones aceptó limitar sus desarrollos nucleares a fines estrictamente pacíficos y las naciones que por entonces ya contaban con armamento nuclear acordaron, por su parte, cumplir explícitamente con el compromiso de desarme. Esos compromisos hacen frente a uno de los peligros más grandes: el uso de la energía atómica como arma de destrucción masiva.
Las naciones que a través del mantenimiento de sus arsenales nucleares detentan una infinita capacidad de destrucción deben tener presente su especial responsabilidad frente al sagrado bien, que constituye la supervivencia del género humano. Por ese motivo, la comunidad internacional no dejará de observar el cumplimiento del proceso de desarme con la debida atención y reclamará los progresos que se derivan del tratado, así como de los constructivos y recientes pronunciamientos políticos, en tal sentido, de los más importantes poseedores nucleares.
Permítanme recordar las promisorias definiciones del Presidente Obama, en Praga, cuando recordando la existencia de las armas nucleares "como la más peligrosa herencia de la Segunda Guerra Mundial" se comprometió a reducir el rol de las mismas en la estrategia de seguridad de su país. En esa misma línea el nuevo tratado START, firmado entre Estados Unidos y Rusia significó un alentador gesto que debe prosperar y consolidarse. Todas estas materias, asimismo, guardan especial relación con el objeto del proceso iniciado con la Cumbre de Washington, ya que la custodia de los materiales nucleares - actividad crucial para la paz y la seguridad internacional - se enlaza de manera proporcional con ese grado de responsabilidad, en cuanto a las obligaciones de los países poseedores de armas nucleares, así como al derecho del desarrollo nuclear pacífico.
Tenemos la esperanza de que con el tiempo veamos progresos en el campo del desarme nuclear, sobre todo teniendo en cuenta que - como expresara un líder latinoamericano, hace muchos años frente a una Asamblea de las Naciones Unidas, "las armas nucleares pueden matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no podrán terminar con el hambre, con la enfermedad y con la ignorancia".
Por eso espero sinceramente que estás conversaciones sean tan fructíferas como fueron las de Tokio, La Haya y Washington, de modo que podamos juntos contribuir a garantizar esa seguridad global, que toda la comunidad internacional anhela.
Por último deseo reiterar el reconocimiento argentino a los Estados Unidos y al Presidente Obama por su iniciativa; a la República de Corea que acogerá la Cumbre, en el año 2012 y a los países representantes en esta reunión.
En nombre de la Presidenta de la Nación y de su gobierno le deseo la mejor de las estadías y que realmente sean recibidos como lo merecen, que vemos que es una materia que nos importa y nos importa mucho, que ocupamos un espacio muy importante en el contexto internacional y que deseamos reivindicarlos, fortalecernos y ser partícipes activos de conclusiones de está característica. Y con la presencia de todos ustedes lo que hacemos es fortalecer esa idea, fortalecer el destino de lo que pretendemos, fortalecer la vocación del desarme y apostar seriamente a todo lo que signifique la tarea en términos de no proliferación nuclear, en cuanto a armas de destrucción masiva se refiere y al uso de la utilización de una energía limpia y pacífica como lo hemos hecho hasta este momento y como pensamos y pretendemos hacerlo para beneficio de nuestra comunidad.
Bienvenidos a la Argentina, a los que tengan que volverse ya para sus países que tengan una buena vuelta, mi mejor saludo y el mejor saludo de la señora Presidenta de la Nación. Gracias. (APLAUSOS).