Palabras de la Presidenta en el acto de firma del convenio quinquenal entre el sector de la Construcción y el Ministerio de Trabajo

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN ACTO DE FIRMA DE CONVENIO QUINQUENAL 2010-2015 DEL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN Y EL MIN. DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL, EN EL SALÓN DE LAS MUJERES ARGENTINAS DEL BICENTENARIO.

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Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor secretario general de la UOCRA; señor presidente de la Cámara Argentina de la Construcción; amigos y amigas presentes: la verdad que hay momentos maravillosos en la vida de un presidente, en este caso de una presidenta. Primero que el titular de una cámara empresaria reconozca que se equivocaron ellos y que acertó la presidenta, cosa inusual por lo menos que lo hagan públicamente, no deja de ser maravilloso; la segunda cosa maravillosa es que reconozcan que las mujeres manejamos y somos mejores y más cuidadosos con los autos, como ha dicho recién el señor secretario de la UOCRA.

 

Pero no, realmente este momento que estamos viviendo y que es la articulación de los intereses de la sociedad - expresada en un sector de ella, en este caso de los trabajadores constructores, sus empresarios también - y el Estado actuando como el componedor, el amigador, el amigable, el amigo curiae, le decimos a veces los abogados, un término muy jurídico para precisamente lograr un convenio de capacitación de nuestros trabajadores, que nos permita seguir con este crecimiento extraordinario que está teniendo el país.

 

Yo lo decía ayer, en la Fábrica Pirelli que - si me permiten un término no muy académico - estaba en la lona, en el año 2003, y me acuerdo que recibió un gran aporte del Gobierno, en su fábrica de Mataderos, que era la fábrica de cables, para seguir adelante. Y miren si valió la pena que ayer el CEO global de Pirelli, en la Argentina, que venía primero a anunciar una inversión de 80 millones de dólares, la aumentó a 100 millones, en las últimas 24 horas, lo cual va  a significar que cosas que no se producían en el país y las teníamos que importar, con lo que esto significaba en términos de impacto en la balanza comercial y también en la no generación de más puestos de trabajo, vamos a tener más trabajo, vamos a tener más producción, vamos a tener menos importación y vamos a tener menos exportación; maravilloso, ese también fue un momento maravilloso, este es un momento maravilloso donde también hacemos un convenio entre la UOCRA y el ministerio de Educación.

 

Me hablaba el ministro, aproximadamente un aporte de 26 millones de pesos, que permitirá formar más de diez centros de capacitación. Porque ahora lo que estamos necesitando es capacitar cada vez más a nuestra gente. La noticia de que también ya tienen dos mil y pico compañeras de género trabajando nos parece muy bueno y realmente el ministro de Trabajo me decía que ya habíamos firmado con los metalúrgicos un convenio similar, madre también de industrias; con la construcción hoy ahora vamos a firmar con la industria del software también los contratos de capacitación, que realmente son muy buenos.

 

Y vengo de otro momento maravilloso, vinculado también con cooperativas de trabajo, un escalón más abajo de lo que lo que estamos hoy acá. Acá estamos ante el trabajo formal; empresarios formales, capacitación; gente calificada ya en su oficio; hace unos instantes - con el ministro de Educación también - estuvimos en el "Programa Argentina Trabaja", que ya tiene 150 mil cooperativistas. Y hoy lanzamos el "Programa Argentina Trabaja, Enseña y Aprende". ¿Por qué? Porque articulamos entre Desarrollo Social y la gente del Ministerio de Educación lograr que los cooperativistas y sus familiares accedan a la educación primaria y secundaria. Casi el 80 por ciento de esos 150 mil puestos de trabajo, que tuvimos que crear también a partir de la formidable crisis, del año 2009, donde se destruyeron algunos puestos de trabajo, y por lo tanto el mercado no generaba puestos de trabajo y tuvo que salir el Estado a generar esos puestos de trabajo, casi el 80 por ciento o no terminó la primaria o no terminó la secundaria; sobre 150 mil trabajadores solamente 109 tienen nivel universitario.

 

Y hoy lanzamos el programa y la verdad que me impresionó mucho la conexión que tiene con este mismo acto, un escalón más abajo, porque hablaron dos cooperativistas: uno que está terminando o haciendo su escuela primaria, albañil; y la otra una mujer con el secundario. Y ambos contaban sus experiencias de vida; el albañil que no sabía leer, pero el decía: "yo no sabía leer, pero sabía leer un plano y levantar un pared". Y por lo tanto tenía saberes que no son los formales, pero que son muy importantes porque les han permitido sobrevivir. Yo les decía que no se sientan menos que nadie, porque al contrario sin ningún tipo de educación, y sin ninguna ayuda de la sociedad han logrado sobrevivir en un mundo tan hostil, muchas veces en lo económico y en lo social, quiere decir que tienen saberes y tienen propiedades y virtudes, que tal vez no estén en lo formal pero que existen.

 

Por eso creo que fue un momento también maravilloso, cuando esa chica contó que tuvo que salir a trabajar a la calle para mantener a sus tres hijos y contar, de esta manera, la historia que puede ser la de millones de mujeres argentinas, que han quedado solas. Por eso digo que son momentos maravillosos en la vida de alguien que tiene la responsabilidad de conducir los destinos de 40 millones de argentinos.

 

Pero la verdad que no todos son momentos maravillosos, ayer vivimos un momento triste y amargo, porque es muy triste y muy amargo la perdida, de una vida en un episodio de violencia. Yo sentí mucha amargura, mezcla de rabia tambièn. Y también debo decirlo, porque no sería sincera si no lo digo; lo veo aquí al ministro de Educación, he visto escritas tantas cosas, en estos días, entre ayer y hoy, imágenes también que podrían haberse evitado. Pero bueno, lo miro aquí al ministro de Educación y la semana pasada - el miércoles 14 de octubre, para ser más exacta - también tuve un momento muy amargo y muy triste, cuando vi a jóvenes estudiantes ingresar violentamente y romper el Ministerio de Educación, vi también a la Policía prácticamente agredida y desbordada y todo lo que pasó adentro. El ministro estaba muy preocupado, me vino a ver, porque dice que nunca había visto un grado de violencia semejante con los propios empleados del Ministerio de Educación y destruir esa centenaria puerta del Palacio Pizzurno, por supuesto una puerta no es una vida, ni hablar. Y porque una puerta no es una vida es que seguimos reafirmando nuestra política de no reprimir, aún en los momentos más difíciles, los conflictos sociales.

 

Por eso quiero decir la amargura que uno siente cuando pasan estás cosas, que son producto de la violencia y de no poder sentarse a discutir y debatir las cosas, como corresponde en una sociedad democrática. Y que debemos condenar todos, absolutamente y enérgicamente todos, pero también tener coherencia y no actuar con grados esquizofrénicos. Porque la semana pasada, el ministro tuvo que salir a explicar con video que la Policía no había reprimido, cuando en realidad todos vimos que no había reprimido, sino que al contrario había sido agredida y ayer se reclamaba porque la Policía no había defendido por allí al mismo grupo político que había ingresado en el Ministerio. Entonces yo creo que todos tenemos que tener una inmensa responsabilidad.

 

También leía hoy... por eso digo que todas esas informaciones y cosas cambiadas que salen me hacen pensar, tal vez, que hay otras intenciones. Cuando hoy leía que esta pobre señora, Elsa Rodríguez - que también sigue muy grave en el hospital por los episodios de ayer - y leía que era una integrante de "Argentina Trabaja", esto donde estuve recién. Y quiero decir que no es integrante de "Argentina Trabaja" por una razón muy sencilla: la pobre señora tampoco es argentina, Su único documento de identidad es una cédula uruguaya, jamás podría haber sido integrante de la Cooperativa Argentina Trabaja, no por ser extranjera, porque hay aproximadamente 3.000 extranjeros que con documento nacional, en el marco del proyecto Patria Grande, también integran las cooperativas.

 

Pero uno siente como que hay una marcada intención de desprestigiar y una marcada intención de mezclar las cosas y que todo lo que venga de un sector político o que venga del sector que está vinculado con el trabajo, siempre es malo y es algo, digamos, oscuro.

 

En realidad, el momento amargo que vivimos los argentinos ayer, es producto de lo que yo denomino "bandas", porque no se me ocurre ponerle otro nombre u otra palabra a gente que se conduce y que quiere arreglar las cosas a los golpes y a los tiros.

 

La verdad es que yo no quiero vivir más en una sociedad donde salgan a la calle con palos o con armas de fuego; no me gusta vivir en una Argentina donde se sale a manifestar con palos. Sí a manifestar, ustedes saben, me conocen, he sido militante política toda mi vida y, por lo tanto, voy a defender las manifestaciones políticas y sociales aún las que no estoy de acuerdo o aún las que son en contra del propio Gobierno.

 

Bueno, de hecho, no hubo un gobierno en la historia de la República Argentina que soportara cortes de ruta durante cuatro meses enteros, bloqueos de fábricas, desabastecimiento y que no hubiera un solo rasguñado en este bendito país. Y yo estoy muy orgullosa de esa política, prefiero pagar mil costos políticos por no reprimir antes que tener que lamentar la muerte de un argentino.

 

A los que creen, por los cantos de sirenas de algunos sectores mediáticos, que reprimiendo se muestra autoridad, yo les digo que no, que eso no es autoridad. Y además, son los mismos que critican que si la Policía estaba porque estaba, si no estaba porque no estaba, si reprimen porque reprimen, si dejan cortar el tránsito o si no cortan el tránsito. Son los que viven quejándose, reitero, en las manifestaciones de distintos sectores sociales y políticos porque cortan el tránsito.

 

Eso sí, durante los cuatro meses que las patronales rurales cortaron las rutas de todo el país, no escuché a esos mismos medios quejarse ni condenar absolutamente a nadie.

 

Por eso, este hecho amargo que vivimos ayer, este hecho triste como es la pérdida de una vida, es lo que me hace reafirmar el rumbo, la decisión política de no recurrir a la represión contra las manifestaciones sociales. Algunas que ni si quiera ya son sociales, hasta parecen cuestiones...

 

Pero démosle siempre el crédito de que solamente hay móviles políticos, más allá que todos sepamos las cosas que han ocurrido en el país y también los personajes que actuaron y siguen actuando en el país.

 

No importa, nosotros sigamos en esa orientación de debatir, de discutir y de pedir sí, pero que los que vayan a manifestaciones, no lleven palos porque, precisamente, fue este Gobierno el que ordenó que todas las Fuerzas de Seguridad destinadas a contener o a canalizar las manifestaciones por una cuestión natural de organización de una sociedad, no lleven armas de fuego.

 

Nuestras Policía, nuestras Fuerzas de Seguridad, por orden del anterior gobierno y confirmado por mi Gobierno, no llevan ningún tipo de armas de fuego ni siquiera granadas ni siquiera balas de goma cuando van a contener una movilización.

 

Yo no quiero convertirme ni en defensora ni en fiscal de nadie porque será la Justicia la que determinará las responsabilidades de todos y cada uno porque para eso está la Justicia. Y nosotros y toda la sociedad le suministrará todos los elementos, todos los testimonios, todo lo que sepan, todo lo que puedan entregar para que quienes resultaron responsables de lo que ayer constituyó un trago amargo y triste para todos los argentinos, sean sancionados, tanto los autores materiales como también los intelectuales, sean quiénes fueren. 

 

Ustedes saben que con el único que estoy casada es con Néstor Kirchner, fuera de él, no estoy casada con nadie. Les puedo asegurar -y quiero dirigirme a todos los argentinos- que brego para que sigamos manifestando nuestras ideas y para que sigamos expresándonos con libertad; es maravilloso poder vivir en una sociedad en la que uno pueda expresarse libremente.

 

Yo les puedo asegurar, porque formé parte de una generación que no lo pudo hacer, que es maravilloso que nuestros jóvenes y los no tan jóvenes también, salgan y digan lo que piensan, aún cuando yo no comparta lo que digan, lo que piensan o lo que hagan. Eso hace a la esencia de diversidad, de la pluralidad de la democracia y voy a defender estos conceptos siempre porque creo en ellos profundamente.

 

Por eso digo que hay momentos maravillosos y hay momentos amargos y tristes, pero siempre ejerciendo con responsabilidad, con mucha responsabilidad el cargo que me ha otorgado el voto popular de los argentinos.

 

Por eso les pido a todos, absolutamente a todos este crecimiento, del cual hablaba Enrique Wagner, esto que vimos hoy a la tarde con las cooperativas Argentina Trabaja, lo que vivimos ayer con los obreros de Pirelli, lo que está viviendo el país frente a un mundo que también lo vemos en otras latitudes, no es que haya viento de cola, es mentira que haya viento de cola, por los menos por Europa no se ve demasiado viento de cola para este lado; al contrario, creo que estamos contribuyendo a crear un modelo propio de país, a salir adelante con nuestros propios esfuerzos, con nuestras virtudes, con nuestros defectos, desde nuestra historia, pero con la convicción absoluta de que es posible hacerlo sin violencia. La violencia ha traído mucho dolor y no hablo de hechos puntuales y recientes, hablo de la historia de los últimos más de 50 o 60 años de los argentinos, cuando se desató lo que yo denomino el segundo período de violencia. Porque tampoco crean que esto empezó hace 60 años, si vamos al siglo XIX van a encontrar también violencia, una historia de violencia.

 

Por eso yo creo que este Bicentenario fue tan maravilloso por eso, porque pudimos mirarnos a la cara, pudimos conmemorarlo y pudimos hacerlo en un absoluto clima de paz, de libertad y de respeto hacia los demás.

 

En nombre de estos 200 años y en nombre de todos los que están aquí y de los que no están aquí, muchas gracias por el esfuerzo que todos ponen para ser todos los días un poco mejor.

 

Muchas gracias y buenas tardes. (APLAUSOS)