Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señores ministros de Educación; académicos; docentes; dirigentes sindicales; señor secretario general: en primer término como corresponde al país anfitrión, dar la más cálida bienvenida a todos los latinoamericanos e iberoamericanos que hoy se han acercado aquí. (APLAUSOS). De los 2.500 inscriptos, el 70 por ciento no son argentinos, así que a todos y a todas muchas gracias por la presencia y por la participación.
Yo escuchaba atentamente hablar sobre lo que va constituir el eje del Encuentro de Mar del Plata Iberoamericano "Educación e Inclusión Social", quiero hablar sobre la educación pero tambièn sobre el modelo económico y social en el cual ese proyecto educativo debe estar inserto para que quien es educado, para que quien es capacitado tenga la oportunidad, cuando sale de la escuela, encontrar un país que le brinda oportunidades de trabajo. (APLAUSOS). Porque la educación por sí sola no le permite el progreso si no hay un modelo económico de movilidad social ascendente.
Miren, ustedes saben que yo he sido, antes de presidenta, legisladora y me acuerdo yo recordar y traer aquí una discusión que un día se dio, una de esas tantas asambleas parlamentarias, en la cual -obviamente- hay discursos opositores, oficialistas. Ustedes saben que la Argentina se ha caracterizado por haber impuesto, a fines del siglo XIX, a través de la Ley 1420, la educación pública y gratuita que dio y permitió que muchísima gente, de una Argentina con una fuerte corriente migratoria, migratoria interna e inmigratoria externa, permitiera el acceso a la educación.
Ahora bien, esto estaba desde fines del siglo XIX, pero en realidad cuando recién los hijos de los trabajadores pudimos llegar a la universidad nacional pública y gratuita fue cuando hubo un modelo económico de movilidad social que permitió que no solamente pudiéramos completar la escuela primaria o secundaria, sino que también pudiéramos acceder los hijos de los trabajadores a la universidad y también llegar ¿por qué no? a la primera magistratura de la República. (APLAUSOS).
Yo creo que es importante vincular educación con modelo económico y social y también con lo que planteaba Enrique, la crisis que ha sobrevenido en el último trimestre del 2008 y que nos va a dar un mundo que va a ser absolutamente diferente al que conocimos en todos los ámbitos. Y tenemos que estar preparado para esto; nosotros nos estamos preparando hace tiempo colocando a la educación en un lugar central. Diría que educación pública, generación de trabajo, derechos humanos, desarrollo y crecimiento con valor agregado en nuestro país para generar más puestos de trabajo son la clave; si tu padre no tiene trabajo la educación pública termina siendo también un ejercicio teórico porque en algún momento, aquí en nuestro país, los chicos fueron a las escuelas a comer y no a aprender, y teníamos educación pública y gratuita.
Los objetivos que nos hemos planteado, a partir del año 2003, nos van a permitir llegar a estas metas, que están aquí detrás de mi espalda, las metas del 2021. Nosotros nos planteamos para el 2010, en este año del Bicentenario, a través del proyecto de financiamiento educativo - en un país que había tenido una educación pública muy postergada: carpas blancas en el Congreso durante mucho tiempo - nos pusimos un objetivo, que en el 2010 teníamos que llegar a destinar a la educación el 6 por ciento del Producto Bruto Interno, un PBI que obviamente en aquel año 2005 era sustancialmente inferior al de hoy. Actualmente, estamos en un Producto Bruto que ha pasado los 350.000; 354. 8 millones de dólares hemos llegado ya no solamente a cumplir la meta, sino que estamos en 6.47 destinado a la inversión en la educación, en la República Argentina. (APLAUSOS). Se han quintuplicado, por ejemplo, los recursos destinados a nuestras universidades, que han permitido una mejora salarial creciente, y que han permitido ejecutar o estar en ejecución aún obras de infraestructura para nuestras universidades, en más de 1.230 millones de pesos; hemos creado, este año el Parlamento argentino siete nuevas universidades.
Esa Ley de Financiamiento Educativo, además, fijó - hay muchos docentes presentes y lo saben - el piso salarial mínimo que un docente tiene que percibir hoy, en la Argentina, que era de 409 pesos, en el año 2003, los que lo cobraban porque además se pagaba en papelitos, en bonos y en algunos provincias no se pagaban.
Recuerdo que en el año 2003, el entonces presidente Kirchner, con el entonces ministro Daniel Filmus, fue a Entre Ríos a levantar una huelga docente, que databa de meses, por falta de pagos. Muchos de los que están aquí lo deben recordar.
De aquel salario que se pagaba mal, tarde y nunca y muchas veces en papelitos, hoy a julio del año 2010, el salario mínimo de un docente sin ningún tipo de antigüedad ni aditamento, está en 1.990 pesos. Inclusive el salario mínimo, vital y móvil del resto de los trabajadores argentinos va a alcanzar recién el piso de 1.840 pesos en el próximo enero. En unos pocos meses más, en noviembre, estaremos inaugurando la escuela número 1.000 también. Tenemos el orgullo de poder decir que hemos sido el Gobierno que más escuelas ha construido en la historia de la República Argentina. Para mí es un gran honor y es un gran orgullo. (APLAUSOS).
En este quinquenio hemos repartido más de 30 millones de libros, en las escuelas públicas; hemos restablecido las Escuelas Técnicas - Enrique-, en nuestro país se había cerrado las Escuelas Técnicas, no había un espacio donde enseñar oficios, donde preparar trabajadores capacitados y calificados, que aún hoy lo estamos pagando porque encontramos muchas veces en los informes, en los reportes económicos - sobre todo en la demanda de empleo - que determinadas actividades aún no tiene la oferta educativa suficiente para poder hacer frente a las demandas del sector privado empresarial. Un ejemplo de ello es un sector muy dinámico y que ha crecido exponencialmente en estos años, y que ha sido el desarrollo del software que requiere de una altísima calificación.
Por eso tambièn hemos lanzado el Plan Conectar Igualdad.com.ar, que nos permitirá, en el año 2012, que todos los estudiantes secundarios de la escuela pública, de este bendito país, tengan su netbook, como un instrumento educativo que además no solamente la entrega de una netbook es todo un sistema formativo docente de conectividad, que permite desarrollar realmente a esta netbook no como una suerte de entretenimiento o delicatessen, sino como un verdadero instrumento de formación entre docentes, además con software libres también, hechos en la Argentina tanto para el sector de los alumnos, como para el sector docente. (APLAUSOS).
Durante mi gestión también lanzamos un plan, que es muy caro en mis sentimientos, y que es el Plan Finisch y que está destinado y orientado a aquellos adultos que no pudieron terminar su escuela primaria y secundaria y quiero decirles que en estos dos años 200 mil argentinos que no habían terminado su escuela secundaria pudieron obtener el título en este programa que realmente lo exhibo con mucho orgullo. (APLAUSOS). La escuela secundaria también de carácter obligatorio impuesta por ley; un programa de becas absolutamente reorientado, de 2.500 becas universitarias, que aproximadamente habían en el 2003, estamos en becas universitarias orientadas hacía las carreras duras, con una demanda muy fuerte que necesitamos en la Argentina en 30 mil becas. Y en las becas estudiantiles hemos pasado de 350.000 a 700.000. (APLAUSOS).
Realmente no podemos dejar de señalar tampoco otro complemento inseparable del Ministerio de Educación, que es la creación también del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que para nosotros es un mojón en lo que constituye la alianza estratégica. Enrique vos hablabas de este nuevo mundo, la alianza estratégica entre economía, conocimiento y educación para poder capacitar para un mundo que va a exigir cada vez mayor competitividad y que nos tiene que preparar, fundamentalmente lo que ya se dio en muchos países desarrollados y que es la articulación entre el sector universidad público, privado y el sector empresarial económico.
Acá en la Argentina siempre hubo cierto prejuicio, cierto tabú con vincular lo académico, la universidad como algo sacrosanto y no contaminado con el vil metal. Absurdo porque el vil metal se necesita para poder comprar equipos, para poder estudiar, para poder tecnificar, para poder construir. Sí usted se ríe pero no sabe las cosas que uno tiene que escuchar muchas veces como presidenta y lo peor de todo es que yo no me puedo reír, tengo que escucharlas poner cara de circunstancias y tratar de persuadir de que tenemos que modificar ese preconcepto, ese prejuicio de lo universitario vinculado a lo económico. Porque la clave en los países desarrollados ha sido precisamente la articulación entre la universidad y el sector privado. Van juntos uno puedo conocer y recorrer cualquier país, cualquier régimen y va a encontrar fundaciones, financiamiento de las empresas a todo el sector universitario porque precisamente esa es la cantera de donde se saca el conocimiento para agregar valor que es en definitiva lo que te va a permitir el crecimiento económico y lo que es maravilloso de esta nueva etapa del conocimiento, de la conectividad por primera vez, porque siempre los hombres o las mujeres más ricas del mundo, lo eran porque eran grandes industriales, o porque tenían muchas tierras, en fin vinculado siempre a cosas materiales, es la primera vez que alguien es el hombre más rico del mundo, o lo era hasta hace muy poco, únicamente porque inventó conocimiento y demandó y creó un producto que demanda la sociedad en base al conocimiento y a la conectividad. Esto marca lo que va a ser la acumulación de riqueza, por dónde va a marchar la acumulación de riqueza y el crecimiento económico, en el siglo que viene.
También es cierto, y en esto tenemos que estar preparados - vos hablabas Enrique- de estás tasas chinas, en las cuales estamos creciendo en la región. Y es cierto porque el otro gran desafío - y parece casi como cosas muy distantes, del siglo XXI - va a ser la comida. Por un lado, el increíble desarrollo científico y tecnológico que ha alcanzado el mundo contemporáneo y por el otro lado, producto de la incorporación de millones de hombres y mujeres de las economías emergentes, que no accedían a estándares mínimos de ingesta por día, el otro gran desafío va a ser también los alimentos, una producción de alimentos que va a reclamar también una alta innovación tecnológica para que sea suficiente. Porque la sola producción de alimentos con los estándares comunes no va a alcanzar para poder cubrir la demanda, con lo cual allí vamos a tener la confluencia de dos poderosos instrumentos, como son la necesidad de la ingesta, unida a la necesidad del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la educación, y la inclusión social, que es en definitiva el corolario para los que queremos la educación y también para ser, como decía quien habló en primer término, hombres y mujeres libres. Porque no solamente hay que garantizar un modelo económico de movilidad social, hay que garantizar hombres y mujeres capaces de espíritu crítico frente a la realidad.
La verdad que me siento muy orgullosa como egresada de la universidad pública nacional gratuita en una etapa de nuestro país de gran formación intelectual, donde muchas veces se tachaba a nuestra educación de enciclopedista, de demasiado generalista, pero en realidad esto nos dio una visión, una comprensión y un poder de abstracción que nos permite, frente a los diferentes problemas y los diferentes desafíos que se van dando en este mundo, tener no solamente actitud crítica sino actitud resolutiva. La actitud crítica es la primera al enfrentar el problema, pero con la crítica no alcanza, tenemos que ser capaces de formular la solución, y yo les puedo asegurar que esto está relacionado no sólo con la necesidad de volver a reformular planes vinculados a tareas específicas o a conceptos específicos sino también con volver a ejercer el poder de abstracción y entonces pararnos frente a los problemas con una actitud diferente.
Mi hija, se va a enojar porque no le gusta que la mencione, me preguntaba para qué quería saber ella historia de hace tres, cuatro o cinco siglos, una cosa que preguntan los chicos y lo dicen siempre como una crítica; porque esto te permite, hija, tener una cosmovisión de cómo son las cosas, de cómo hemos llegado hasta acá y de lo que puede pasar. Porque en definitiva si uno observa el desarrollo de la humanidad con sus marchas y contramarchas, con sus formidables progresos, y sus fantásticos retrocesos también muchas veces, puede decodificar el mundo que vamos a vivir en el Siglo XXI, complejo, en algunas cosas maravilloso por el adelanto científico pero en otras casi retornando a lo medieval, con enfrentamientos más propios de la Edad Media en materia de carácter político y religioso que del Siglo XXI. Por eso es necesaria la formación de ciudadanos y ciudadanas con poder de abstracción, con libertad, con espíritu crítico, para admitir que estamos ante un mundo diferente y que ese mundo diferente necesita soluciones diferentes.
Un hombre que era muy inteligente, Albert Einstein, decía que era señal inequívoca de locura pretender solucionar los problemas con los mismos métodos que los habían ocasionado, y cuando uno ve gente con mucho pergamino aparente, con mucho nivel académico, con mucho título deslumbrante, plantear las mismas salidas y las mismas soluciones para un mundo que ya comprobó que esas salidas, esas soluciones y esas teorías son equivocadas, comenzamos a dudar muchas veces de la necesidad de que lo académico también esté profundamente vinculado al mundo real de la economía, al mundo real de la sociedad y al mundo real de la política también, porque en definitiva las soluciones, le guste a quien le guste, siempre fueron políticas. (Aplausos) Y cuando hablo de ello obviamente no debo aclararlo porque son lo suficientemente inteligentes para entender que no me estoy refiriendo a una cuestión partidaria.
Finalmente también quiero rescatar en este lugar, en este espacio, el rol del Estado, Enrique, porque desde 1989, la caída del Muro de Berlín, Francis Fukuyama anunciándonos el fin de la historia, el Estado había desaparecido, el mercado todo lo solucionaba, tenía todas las respuestas, tenía todos los problemas resueltos; cuando el mercado se derrumbó estrepitosamente, producto de la falta de regulación, de control por parte de quien debía hacerlo, para sostener la economía, para sostener la educación, para sostener los planes sociales, para sostener los niveles de empleo, para sostener los niveles previsionales, apareció nuevamente nuestro viejo amigo, el Estado, que es el que siempre finalmente está presente cuando las papas queman. (Aplausos)
Creo que estas cosas tenemos que decirlas, sin negar por supuesto la existencia del mercado, articulando Estado y mercado, cada uno en su rol pero con la responsabilidad indelegable e insustituible por parte del Estado de ese contralor.
Estoy contenta porque cuando nos encontramos en las reuniones del G-20 hemos ido evolucionando favorablemente, porque desde el primer encuentro en el cual parecía que no había pasado nada y que todo iba a seguir igual, es como que paulatinamente se va adquiriendo un modus operandis y una conciencia de la intervención del Estado en la economía, en la educación, en la vida cotidiana, en definitiva, como un lugar en el cual se garantice a los sectores más vulnerables que hay un espacio que los cobija, que los protege. Me parece que es uno de los objetivos que vamos a tener que plantear en Mar del Plata con motivo de Educación e Inclusión Social.
Para terminar no quiero dejar de contarles que también el año pasado hemos instaurado en la República Argentina la Asignación Universal por Hijo. (Aplausos) Esto cierra la inclusión social porque la Asignación Universal por Hijo, que es igual a la Asignación Familiar que percibe un trabajador registrado, tiene como sujeto social a los hijos de los desempleados -que por suerte estamos en un dígito, en 7.9 una vez más de desempleo en la República Argentina, pudimos sortear la crisis del año pasado fuertemente- y de aquellos que siendo trabajadores informales no alcanzan a percibir un salario mínimo vital y móvil. Más de tres millones y medio de chicos, 3.700.000, 3.800.000 perciben hoy la Asignación Familiar por Hijo, con dos obligaciones, la de concurrir al colegio y la del control sanitario y vacunación a través de una libreta que nos permite seguir la historia de ese chico que antes no teníamos registrada en ninguna parte. Hoy sabemos que está en la escuela, que está aprendiendo, que está vacunado y que está recibiendo la atención mínima que merece un niño en nuestra sociedad.
Falta mucho todavía, obviamente, no estamos hablando de un país que tiene todos sus problemas solucionados. ¿Qué país los tiene además, Enrique? Creo que ninguno, por lo que veo últimamente creo que ninguno. Pero lo importante es saber que estamos en el camino adecuado, no mostrarnos como ejemplo porque siempre es feo exhibirse como ejemplo, eso es de los países que tienen una impronta colonial, querer imponer ejemplos; nosotros nunca hemos tenido impronta colonial porque hemos sido colonia y precisamente estamos cumpliendo los 200 años de nuestra emancipación. (Aplausos)
Así que sin el ánimo de querer enseñarle nada a nadie ni ponernos a dar lecciones simplemente queremos contarles la experiencia de lo hecho y de lo que estamos haciendo para que la educación pública deje de ser solamente un recurso retórico en las campañas políticas cuando los candidatos se presentan para gobernadores, para jefe de la Ciudad, para presidente; para nosotros la educación realmente es un objetivo a cumplir y podemos dar fe de ello. (Aplausos)
Lo vamos a seguir discutiendo y nos vamos a ver en Mar del Plata, donde seguramente vamos a compartir las experiencias de todos nosotros. Y cuando digo de nosotros hablo de toda Iberoamérica, de todos los países que la componen y de la inmensa vinculación de afecto, de cariño y de cultura que tenemos entre todos.
Quiero agradecerles la presencia una vez más y que disfruten de esta Buenos Aires que está un poco lluviosa pero me dijeron que mañana va a estar mejor. Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (Aplausos)