PRESIDENTA.- Quiero rescatar que vivimos en un país donde se pueden hacer estas cosas. Cuando vemos todas las cosas que están pasando en el mundo la verdad que me da mucho orgullo ser Presidenta de los argentinos y poder tener esto que tuvimos hoy, que estamos festejando la finalización del Rabadán de ayer, les preguntaba a los chicos cómo habían pasado el ayuno, me contaban cómo lo hacían y todo lo demás; el otro día haber estado con la colectividad judía festejando también su año nuevo, bebiendo su vino y tocando el cuerno típico de carnero, y lo podemos hacer en paz, con mucho respeto, me parece que es una cosa que muchas veces no alcanzamos exactamente a valorar.
Yo quise venir hoy también aquí, vinimos con el Canciller, porque creemos en esta forma de vida, porque creemos fundamentalmente en lo que es Argentina, que siempre ha tenido esta capacidad de amplitud, de recepción. Somos capaces por ahí de pelearnos por el fútbol o por alguna cosa de la política pero la verdad que somos un gran país y creo que estas cosas nos ponen de relieve. Y además testimoniar, testimoniar nuestra necesidad y nuestro llamado a todo el mundo de mucho respeto a todos, porque lo que hemos vivido en estos días ante esa amenaza ridícula -diría yo- y casi una provocación de quemar coranes, la verdad que era un acto evidentemente político, eminentemente provocador y que afortunadamente alguien lo debe haber convencido de que no lo hiciera, tal vez el que lo mandó a hacer y se dio cuenta que era una barbaridad. La verdad que cuesta creer que, con las cosas que han pasado en el mundo, con las cosas que se viven, a alguien se le ocurra hacer una cosa así. Es casi como tirar un bidón de nafta en medio de una hoguera realmente. Afortunadamente todo pasó, así que me parece que el gesto de venir hoy aquí con toda la comunidad, como ya he venido en otras oportunidades, no es la primera vez que lo hago, es la segunda vez.
PERIODISTA.- ¿La tienen en el campamento islámico?
PRESIDENTA.- ¿Qué es el campamento islámico?
PERIODISTA.- El campamento islámico que se va a realizar ahora que es con la juventud.
PRESIDENTA.- ¡Ah! No, ojalá tuviera tiempo de ir de campamento islámico, mirá con todo lo que tengo que hacer. Ahora tengo que seguir trabajando, tengo muchas cosas que hacer hoy a la tarde, se requiere tiempo completo para esto. En algún otro momento estaremos para el campamento islámico.
PERIODISTA.- Un mensaje para la comunidad iraní.
PRESIDENTA.- Un mensaje para todos los países del mundo, el mensaje fundamentalmente: el respeto, el no negar cosas evidentes, el contribuir a que las diferencias puedan ser para ver cómo mejoramos las cosas, pero nunca las diferencias puedan ser de imponerle al otro el credo y la religión. A mí me parece que ese tipo de cosas es como retroceder a la Edad Media. Por momento siento como una suerte de dicotomía en este mundo contemporáneo, donde hemos avanzado en la ciencia a límites impensables, y por otro lado, vemos que la política o en el tema de articular las distintas confesiones, las distintas religiones es como si retrocediéramos a la Edad Media. Creo que debemos repensar todo eso realmente, porque no sirve de nada, al contrario, sirve para que se profundicen las divisiones, las brechas, que la gente crea que la religión es algo que divida y no que une. Vuelvo a reiterar, nadie me ha podido mostrar ni una línea, ni en el Corán, ni en la Torá ni en el Talmud, ni en la Biblia en la que me obliguen a matar al otro en nombre de Dios. Eso nadie me lo ha podido leer, porque no existe exactamente. Entonces no instrumentar las religiones para el enfrentamiento o las divisiones. Los que tengan un modelo político diferente que lo presenten como modelo político pero no a partir de querer imponerlo como credo religioso. Me parece que esto es lo que tenemos fundamentalmente que defender, el derecho a que los valores de cada persona sean respetados. También digo que cada sociedad, y en ese sentido también occidente debe hacerlo, debe respetar las formas organizativas que se pueden dar otras sociedades, que a lo mejor no son las formas organizativas que tenemos tradicionalmente en occidente después de la revolución francesa en la cual está el Estado dividido en los tres poderes. A lo mejor hay otras formas de organización que tienen otras sociedades, y si esas sociedades respetan esa forma organizativa, también nosotros debemos aceptarlo y respetarlo, con un valor fundamental que es el respeto a la vida y a los derechos humanos, que creo es la bandera que nos debe unir a todos.
Muchas gracias.