Palabras de la Presidenta, en Oberá, provincia Misiones

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO REALIZADO EN OBERÁ, CON MOTIVO DE SU VIAJE A LA PROVINCIA DE MISIONES

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Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Misiones; señor Intendente de Oberá; señor presidente de la Cámara de Representantes; amigos y amigas; muchas gracias a todos los compañeros y compañeras, claro que sí, es compartir el pan, ¿no?: déjenme decirles como Presidenta de todos los argentinos, en este año del Bicentenario, que es para mi un inmenso honor y una gran felicidad venir aquí, a Oberá, Capital Nacional de los Inmigrantes, a homenajear a todos los inmigrantes, a sus descendientes en la República Argentina, que es como homenajear a nuestra propia historia como país. (APLAUSOS).

 

Cuando uno está aquí y ve los rostros, el color de ojos y de la piel, los apellidos ve cómo se ha entremezclado los orígenes de la Tierra. Yo recién lo charlaba, en voz baja, con Carlos Rovira y decía en pocos lugares, como en Misiones, puede advertirse desde los orígenes, que podían ser las misiones jesuíticas y los pueblos originarios hasta la inmigración europea, que vino después, y cómo se han mezclado en colores, en nombres, en ojos, en colores de pelo. Y déjenme decirles que la última danza, esa que fue común a todas las colectividades, y que representa a Misiones, es la más linda de todas porque es la nuestra. (APLAUSOS).

 

Yo - como ustedes saben- soy también nieta de inmigrantes, de esa inmigración que vino, como señalaba el señor Intendente, huyendo muchas veces de las guerras o del hambre y la miseria, sin necesidad de que hayan guerras, a buscar un horizonte diferente. Y Maurice hablaba, después, del modelo de país que estamos construyendo entre todos los argentinos para que nunca más ningún argentino tenga que irse de su país a buscar un destino mejor.

 

Sueño, créame, con una Argentina en donde además cada provinciano, cada hombre o mujer que ha nacido en el país profunda también pueda quedarse en su  tierra, en su origen porque está el desarrollo económico y político que permite agregar valor a los recursos y generar trabajo, el gran organizador social, trabajo en el campo, en la pequeña chacra, en la pequeña agricultura familiar, como hemos visto hoy que es característico de aquí de Misiones, en donde no podemos hablar de latifundios. Aquí la agricultura familiar, la pequeña agricultura familiar encuentra tal vez uno de los comunes denominadores como en pocos lugares.

 

Y sepan el compromiso de esta Presidenta con los productores, con mejorar el valor de lo que ellos trabajan y producen y también lograr que podamos industrializar, aquí en los lugares donde se producen, todos y cada uno de esos productos; esto es clave para desarrollar armónicamente el país. (APLAUSOS).

 

Para esto tambièn necesitamos fuertes obras de infraestructura económica, porque la inversión se radica allí donde hay energía; se radica allí donde hay conectividad a través de rutas que aseguren el transporte de la producción. Por eso, desde el primer día, hemos lanzado el Programa de Infraestructura más importante de que se tenga memoria, en la República Argentina.

 

Por eso, hoy, estamos inaugurando esta obra, por más de 215 millones de pesos, y  también otras obras, que no dijo el locutor, que estamos licitando de colegios y firmando contratos. ¿Cuántos chicos y chicas en Misiones? Son pocas las escuelas, todas las escuelas del mundo son pocas y me encanta esa población joven, que necesita escuelas, que necesita computadoras, que necesita conocimientos, educación, la clave para este futuro que ya está aquí. (APLAUSOS).

 

Por eso también hemos lanzado este programa "Conectar Igualdad" para que todos los alumnos de nuestras escuelas públicas secundarias puedan acceder a una netbooks y de esta manera saldar esa brecha de inequidad. (APLAUSOS). Estamos cumpliendo esa meta, que se fijó en Gobierno anterior, cuando lanzamos, luego de décadas de mucho retraso en el sector educativo. Todavía tengo fija en mi memoria cuando era legisladora esa Carpa Blanca, que durante años estuvo instalada en el Congreso. Yo nunca fui a esa Carpa; algunos de los que fueron a esa Carpa luego terminaron descontando los salarios de los trabajadores educativo más tarde, o tal proponiendo que con una rebaja en las universidad podíamos solucionar el problema económico de los argentinos.

 

Nosotros, en cambio, lanzamos un objetivo y una meta, que fue destinar- en el año 2010 - el 6 por ciento del Producto Bruto Interno para la Educación en toda la República Argentina, y hoy estamos en 6,47 del Producto Bruto, destinado a la educación, quintuplicamos los fondos destinados a nuestras universidades, estamos haciendo más de ciento y pico de obras en las distintas universidades; vamos también a comenzar aquí en Posadas la obra de la universidad que es también uno de los anuncios que teníamos para hoy y que se va a licitar en los próximos días, por más de 3 millones de pesos vamos a comenzar la refacción de la universidad. (APLAUSOS).

 

Estamos trabajando fuertemente en todos y cada uno de los frentes para seguir profundizando este modelo que nos ha permitido generar más de 5 millones de puestos de trabajo; que nos ha permitido lograr la cobertura a nuestros jubilados más importante de la que se tenga memoria en la historia, casi el 90 por ciento de nuestros adultos en condiciones de jubilarse tiene hoy, no solamente el ingreso, sino la cobertura de su obra social; la Asignación Universal por Hijo, 3.800.000 chicos.

 

Me contaba Mauri la última vez que fue a verme en el despacho que los productores de azúcar le comentaban que a partir de la Asignación Universal por Hijo había crecido el consumo de azúcar. Esto tiene que ver con que muchas madres por primera vez han podido endulzar el mate cocido de sus hijos y ponerle mermelada a su pan.

 

Créanme que uno siente a veces vergüenza de decir eso porque nadie debería tener que recibir una asignación universal para poder hacer esto; debería contar con un trabajo, no depender de nadie.

 

Pero es que han sido décadas de olvido y necesitamos mucho tiempo y mucho esfuerzo aún para poder realmente llegar a todos y hacer justicia.

 

¿Y cómo es llegar a todos y hacer justicia? Que cada uno de los argentinos pueda tener un trabajo digno con el que pagar su techo y la educación de sus hijos y su comida.

 

Esta era la Argentina en la que nosotros cuando éramos muy chicos nos formamos, en la que era posible, a partir del esfuerzo y del trabajo, lograr un futuro.

 

Y esto es lo que yo quiero en esta Argentina que estamos viviendo. Faltan muchas cosas todavía, pero hemos avanzado mucho. Impensadamente, si uno pudiera volver atrás aquel 2003 y ver cómo estábamos y ver esta Argentina que hoy tenemos, seguro que ninguno de nosotros hubiera imaginado que hubiéramos podido avanzar tanto. Pero falta todavía, siempre va a faltar.

 

Porque queremos seguir subiendo los peldaños de esa escalera que nos sacó del infierno y que necesita del esfuerzo y del compromiso de todos los argentinos, de la unidad, de esta concepción que se vio en el número folclórico que nos regalaron los jóvenes que representaban la unidad y la paz de las distintas colectividades y que tiene que ser un símbolo para todos los argentinos.

 

Yo me siento muy orgullosa de vivir en un país en el cual las distintas colectividades, las distintas religiones puedan convivir en paz en un mundo convulsionado y dividido.

 

Hace pocos días, celebraba en mi despacho con la colectividad judía el Nuevo Año Judío y mañana vamos a ir al Centro Islámico a compartir el Ramadán, que es la otra gran fiesta religiosa, como símbolo de la Argentina que queremos, como símbolo de la Argentina que somos.

 

Por eso, amigos y amigas, en esta hermosa tierra colorada de Oberá, en esta Capital Nacional de los Inmigrantes, yo quiero agradecerles esta verdadera fiesta popular que hoy tenemos aquí y que representa la idiosincrasia y la cultura de esta maravillosa provincia que, como el resto de las provincias, en un proyecto nacional, popular y federal, es protagonista junto a la nación, porque no hay provincia sin nación ni hay nación sin provincias

 

Quiero agradecerles el afecto y el cariño; quiero agradecerles, gracias de corazón, el acompañamiento que siempre sentí aún en los momentos más difíciles por parte de todos ustedes. (APLAUSOS) 

 

Y quiero también recordar, como lo hacía Mauri hace unos instantes, cuando hace un año estábamos ahí volando debajo de la lluvia allá en San Pedro y como luego vinimos a esa San Pedro reconstruida y mucho más hermosa que antes de ese terrible viento y de esa terrible tormenta.

 

Tal vez, este sea el símbolo de cómo aún en la tragedia, aún con el dolor, cuando ponemos esfuerzo, cuando nos unimos, provincia, municipios y nación, somos capaces de salir de la adversidad de la tragedia y de construir un mundo mejor.

 

San Pedro es el símbolo: hace un año estaba envuelto en una tragedia, hoy, es un lugar maravilloso como el que me tocó vivir en la inauguración de los colegios y también de los nuevos secaderos que Mauri con orgullo me señalaba cuando íbamos pasando.  

 

Quiero decirles misioneros y misioneras, que cuenten con esta Presidenta, que los ama profundamente, que siempre va a estar al lado de ustedes, siempre, acompañándolos, ayudando y poniendo el hombro, que es lo que hay que hacer después de todo, arremangarse. Arremangarse y ponerle el hombro a Misiones y a todas y a cada una de las provincias argentinas para que podamos seguir construyendo esta patria.

 

Gracias, Misiones; gracias, Oberá; muchas gracias a todos, los quiero mucho. Disfruten esta fantástica fiesta y hoy cuando elijan a la reina, acuérdense que estuve con todos ustedes compartiendo este momento con todas las colectividades.

 

Muchas gracias, muchas gracias, los quiero mucho, gracias. (APLAUSOS)