Jornadas monetarias bancarias 2010

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ EN LAS JORNADAS MONETARIAS BANCARIAS

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Buenos días a todos y a todas. Señora presidenta del Banco Central de la República Argentina; señor Vicepresidente; titulares de entidades monetarias del MERCOSUR, empresarios; señores titulares de entidades bancarias: quiero tomar un poco algo de lo que dijo Mercedes, dos cosas, la fecha en la que comenzaron a hacerse las Jornadas Monetarias, 1982, un año muy emblemático, un año en el cual se decidió estatizar la deuda privada a través de instrumentos como los seguros de cambio. Digo estas cosas porque se habla tanto contra la estatización y contra la intervención del Estado pero parece que cuando la intervención del Estado iba encaminada a través de medidas del Banco Central, como era el seguro de cambio, destinadas precisamente a transferir el peso de las deudas privadas a la sociedad en su conjunto, que poco había tenido que ver con esas deudas, en realidad se inauguraba también una etapa emblemática.

Y la otra cosa que dijo Mercedes, "cuando se vuelva a la normalidad", yo espero que no se vuelva la normalidad porque la normalidad significó precisamente el derrumbe de un modelo que basó en la especulación financiera y en la falta de control de los grandes flujos de capitales una de las claves de la crisis que todavía hoy estamos viviendo.

Para mí el gran desafío es plantearse que a partir del derrumbe del último trimestre del 2008 en Wall Street, se derrumbó no solamente un banco sino que se derrumbó una manera de entender el rol de los bancos y de los controles financieros en el mundo, porque a través de las normas de Basilea y a través de toda la regulación monetaria se controlaba puntual y puntillosamente a cada uno de los bancos centrales en lo que se consideraba el objetivo principal de un Banco Central que era cuidar la moneda, que también podemos hablar de qué y cómo se cuida la moneda, si desde una concepción estrictamente monetarista o si desde una concepción que tenga que ver con la economía como fenómeno global de una sociedad.

Debe ser también un buen augurio que estemos haciendo estas Jornadas Monetarias en el Día de la Industria, hoy en la República Argentina es el Día de la Industria, algo que también tiene que ver con la economía y también tiene que ver con el rol de los bancos, del crédito y por lo tanto algo en lo que también una correcta política monetaria, una correcta política desde el Banco Central tiene que visualizar el país en su conjunto.

Por eso esto que acaba de decir Mercedes, el cambio de programa monetario, un programa monetario que había previsto un crecimiento económico del 2,5 cuando tenemos un crecimiento económico acumulado en los últimos 12 meses del 9 por ciento, está claro que debía ser formulado. En realidad si uno mira todas las previsiones que había tenido el Banco Central en los últimos años, objetivos y metas, en realidad no había acertado demasiado en ello, no quiero ser mala ni crítica pero un datito, el año pasado, 2009, a principios de marzo la autoridad monetaria de entonces me había dicho que íbamos a tener un superávit comercial que no se esperaba que fuera superior a los 6 mil millones de dólares y por lo tanto no íbamos a poder hacer frente a los compromisos del sector externo; yo dije bueno, ya vamos a ver qué vamos a hacer. Tuvimos el año pasado el superávit comercial más importante de toda nuestra historia, apenas por 20 millones de dólares no alcanzamos los 17 mil millones de dólares en nuestra balanza comercial; las exportaciones habían caído un poco pero realmente pudimos hacer y administrar una política, pudimos administrar el comercio exterior de tal modo que tuvimos ese balance. Me acuerdo que después cuando dije es raro en la meta el 65 por ciento en el objetivo de la balanza comercial, se me contestó "que viva, vos también interviniste en el mercado", ah bueno, ¿pero para qué estoy sentada allí en el sillón de la Casa Rosada, para ver pasar las cosas? ¿Para qué eligen a un presidente en un país, para que deje pasar las cosas y que otros decidan? Yo tengo entendido que por lo menos en todos los países democráticos y republicanos del mundo se elige a un presidente para gestionar la administración de un país y por lo tanto también la calidad de vida de esa sociedad.

Por eso digo que esta crisis que se planteó en el año 2008 viene a plantear también una necesaria reformulación del rol de los bancos centrales que desde el Consenso de Washington estuvieron únicamente como guardianes de la moneda, como si además la moneda pudiera cuidarse únicamente desde un concepto monetarista y no desde un concepto de crecimiento de la economía, también olvidando por supuesto la existencia de un mundo donde quienes pregonaban estas cosas son moneda de reserva, tienen la máquina de emitir, pueden tener déficit comerciales y fiscales monumentales, si total se los financiamos todos los otros bancos centrales que estamos diciendo que tenemos que cuidar la moneda de una manera, tenemos colocadas nuestras reservas al 0,5 por ciento anual en Basilea, mientras el resto o quien tiene esa maravillosa facultad..., quién pudiera tener una máquina que emitiera dólares, bueno, la tiene uno solo, la tiene Estados Unidos.

Entonces creo que es bueno comenzar a discutir y debatir estas cosas, cómo se cuida realmente el valor de una moneda en una economía y está claro que la única posibilidad de resguardar el valor de una moneda es a través del crecimiento del producto bruto interno de ese país, a través del crecimiento de la actividad económica, que además se hace a partir de la generación de puestos de trabajo, de un sólido mercado interno y también de una fuerte política en materia de exportación, de modo tal que los dos pilares de un modelo que son el superávit comercial y el superávit fiscal puedan ser sólidamente sostenidos, y sobre estas dos premisas y la acumulación de reservas en el Banco Central entonces sí decir que estamos cuidando el valor de la moneda.

Y lo que se planteaba, me acuerdo muy bien, era el tema de cómo lográbamos impulsar políticas que fueran a sostener la producción pero fundamentalmente también la demanda agregada, porque uno de los principales problemas que trajo la crisis no fue afortunadamente la caída de los bancos porque presurosamente se ordenaron salvatajes, tal vez teniendo en el ADN la memoria de lo que había sucedido en el año 30, la gran crisis cuando se dejaron caer los bancos y lo que primero fue una crisis terminó en una gran depresión, pero lo cierto es que planteamos en el G-20, en la reunión de Londres -en la segunda, cuando todavía era ministro Gordon Brown y también había otro primer ministro en Australia, la crisis se ha llevado a unos cuantos primeros ministros, bueno es decirlo- la necesidad de que era necesario, y es cierto, fondear bancos para que no se cayera el sistema financiero internacional pero que se debían instrumentar, adoptar mecanismos que no permitieran que los bancos se sentaran sobre ese fondeo, se sentaran sobre sus activos y no dieran fondeo a la industria y fundamentalmente no incentivaran la demanda agregada, porque una de las principales claves que trae una crisis es también una crisis de miedo, de incertidumbre en la sociedad que retrae fuertemente el consumo, en algunos por pérdida de trabajo, en algunos sectores de mayor poder adquisitivo por temor, pueden gastar pero no lo hacen por efecto de la crisis y finalmente la crisis se va retroalimentando cada vez más.

Por eso nosotros enfrentamos el año 2009 con una certeza absoluta de que era necesario sostener la demanda agregada para que no cayera la actividad y de esa manera poder tener basamento para este crecimiento que estamos teniendo hoy en el 2010. Este 9 por ciento de los últimos 12 meses es producto de todas las políticas contracíclicas que tomamos en el año pasado, algunos se reían pero lo cierto es que el comportamiento de la región, el comportamiento de Argentina fue absolutamente diferente al comportamiento de otras economías.

Y quiero también referirme a otra estrategia que adoptamos para hacer frente al pago de la deuda, se venía discutiendo también en el G-20, y esto créase o no lo proponía el Fondo Monetario Internacional que lo puso en discusión, hacer un uso más eficiente y racional de las reservas de los bancos centrales, yo creo que fue en la reunión de Pittsburgh si mal no recuerdo. Lo cierto es que la estrategia que adoptamos en diciembre del año pasado de tomar reservas para hacer frente a los pagos de los vencimientos, tanto de tenedores de nuestros títulos de deuda como de organismos multilaterales de crédito, se ha revelado como sumamente exitosa, porque apuntó a quebrar un frente de carácter de guerra de zapa como digo yo, la guerra del rumor, de la que San Martín hizo un excelente uso para la campaña libertadora, y que básicamente sostenía que la Argentina no iba a poder hacer frente a sus compromisos externos. Con esta muletilla permanente desde algunos sectores se apuntaba a la caída permanente de los valores de nuestros títulos de deuda y era entonces una cuestión de retroalimentación permanente. El hecho de haber planteado que íbamos a pagar con reservas le dio una certeza absoluta al comportamiento de la Argentina, pese a que la Argentina venía, porque esto es lo curioso de la irracionalidad del mercado, pagando religiosamente todos sus compromisos luego de la primera reestructuración de deuda del año 2005 sin ningún tipo de problemas. Veníamos con una cuenta corriente positiva, con balanza comercial positiva, con superávit fiscal positivo, veníamos pagando todos y cada uno de los vencimientos, sin embargo se seguía con la muletilla de que la Argentina no podía pagar, esto en el marco de la mayor crisis que se recuerde desde el año 1930 nos exigía adoptar mecanismos de dar mucha mayor certidumbre y destinar esos recursos que teníamos para pagar los compromisos externos, precisamente a sostener la demanda agregada en una política agresiva que no dejara caer el producto bruto y fundamentalmente no nos impactara en el nivel de empleo, un nivel de empleo que luego de décadas habíamos logrado llevar a un dígito y que ahora afortunadamente en el último trimestre volvimos a hacerlo descender a 7,9.

Hubo una gran resistencia a esta estrategia, una resistencia diciendo que se venía el mundo abajo, que nos íbamos a quedar sin reservas, pese a que uno podía acreditar que fue precisamente esta gestión con este modelo económico la que había permitido este grado de acumulación de reservas récord en nuestra historia. Teniendo además como antecedente el pago de casi 10 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional en el año 2006, por el cual por primera vez desde que Argentina ingresa en Bretton Woods, en 1957 si mal no recuerdo, no tenemos ningún nivel de endeudamiento, al igual que Brasil, con el Fondo Monetario Internacional. Ustedes se acuerdan de la famosa historia de los stand by, los waivers, etcétera, que eran noticia cotidiana en todo los diarios.

Adoptamos esta estrategia con una gran resistencia política, judicial y no sé si por allí alguno pensó en algún otro tipo de resistencia, pero no nos faltó nada. Y finalmente, al cabo de haber saldado toda nuestra deuda, hoy tenemos más reservas de las que teníamos al momento de adoptar esta decisión que eran aproximadamente 47.800 millones de dólares, hoy tenemos si mal no recuerdo la cifra de ayer 50.365, 400 casi, luego de haber pagado más de 4 mil millones de dólares. Obviamente tuvimos que explicar lo que es obvio, pero muchas veces en la política hay que explicar lo que es obvio, que no resultaba financieramente atractivo salir a un mercado de capitales para pagar una tasa del 12 o del 13 por ciento, teniendo disponibilidades propias por las cuales nos estaban pagando el 0,5 por ciento, no resiste el menor análisis, no resiste el menor test de eficiencia económica y financiera en la gestión del Estado. Es más, si tuviéramos jueces que cuidaran los intereses exactamente del país debieran castigar a un funcionario que pudiendo pagar menos intereses y endeudar menos al país paga más y lo endeuda más.

Esta es la historia de la República Argentina, es la historia del mundo, es la historia del mundo de las finanzas. Y lo que yo creo es el gran desafío que tienen hoy, porque uno cuando observa las reuniones en el G 20, observa una cierta tensión, que trascendió en todo los medios, inclusive el presidente de los Estados Unidos está anunciando medidas para incentivar la demanda agregada porque el comportamiento de la economía, el resultado de ese comportamiento, no es el esperado, y es precisamente lo que nosotros hicimos durante todo el año pasado. Pero les decía que siempre se observa en el G 20 una tensión entre dos grupos, tal vez porque tienen que ver con la historia, no es que unos estén acertados y otros equivocados, la historia de Estados Unidos es una historia vinculada a la gran depresión, al desempleo, a lo que esto ocasionó en la sociedad, y tal vez la historia de Europa sea la historia de un fenómeno económico que terminó con el nazismo. En realidad atribuirle el nazismo a un fenómeno económico me parece cuanto menos una suerte de reduccionismo histórico y sociológico imperdonable.

Pero ésta es un poco esa tensión frente al momento de adoptar o tomar medidas, si se seguían con las medidas de estímulo, si se retiraban las medidas de estímulo, si se ayudaba o no a los países. Pero lo cierto es que el escenario global no va a volver nunca a esa normalidad anterior, porque además se han modificado las condiciones estructurales del mundo, aún cuando Estados Unidos siga teniendo moneda de reserva. La aparición de un gigante como China que pasó a ser la segunda economía del mundo, que pasó a ser el primer exportador, que además calza con un superávit fiscal y un superávit comercial en una suerte de in-balances muy fuertes que también debemos analizar, tal vez como una de las claves de la crisis a la cual finalmente se implosionó, va a exigir un diseño y una arquitectura financiera internacional sustancialmente diferente en cuanto al control de flujo de capitales, en este mundo global como no se tuvo hasta ahora.

Yo decía hace un rato que los mercados centrales eran rigurosamente controlados, sin embargo los fondos de inversión, los capitales que van de lado para el otro con simplemente una pulsión del enter de cualquier broker o de cualquier inversor, no tienen ningún tipo de contralor. Ni qué hablar de los paraísos fiscales, otro tema que también deberá ser abordado. Pero esta nueva arquitectura financiera internacional también va a exigir por parte de los bancos centrales de un nuevo rol en la actitud económica. Cuando escucho hablar de la autonomía como si fuera algo casi como una vestal, me hace pensar en cierta manera en los bancos centrales como una autoridad o como un país diferente al que están insertos; y a las políticas que ese país decide a través de sus órganos soberanos, que son en todo caso el Parlamento y el Poder Ejecutivo, que son los organismos que tiene funcionarios que llegan por resultados electorales.

Por eso digo que todo esto va a exigir repensar cuál es el rol que esos bancos centrales tienen que tener no solamente en la política monetaria sino en la economía de un país, porque el capítulo monetario no es un capítulo independiente, autónomo y que no tenga que ver con la actividad económica, al contrario, la moneda está subordinada a lo que pase en la actividad económica, es imposible pensar subordinar la actividad económica a la moneda únicamente.

Me parece que son discusiones, debates, que tenemos que dar en un mundo que ha cambiado, en un mundo de mucha incertidumbre, en un mundo donde todo debe volver a repensarse y a discutirse, pero para hacerlo, no hacerlo solamente desde un bagaje y desde algo meramente intelectual, de ideas que han sido instaladas puntillosamente durante las últimas décadas, hay que discutir a partir de los hechos concretos que han sucedido desde el año 2000 a la fecha, cuáles han sido los comportamientos de las economías, cuáles han sido las medidas que se han aplicado, cuáles han sido las que han dado resultado, cuáles han sido las que no han dado resultado, no podemos seguir discutiendo desde la teoría, tenemos que discutir desde lo que nos ha pasado concretamente porque estamos en un momento tan especial que va a ser necesario formular nuevas teorías. Este es el tema, no podemos manejarnos con las teorías que nos llevaron al desastre, tenemos la obligación de formular nuevas teorías. ¿Porque qué es una teoría? Alguien que observó, nadie teoriza sobre cosas que no existen, en definitiva la teoría siempre se basa sobre observación de hechos en los cuales uno elabora una teoría, un diagnóstico y finalmente llega a un resultado de cómo debe finalizar esa teoría. No podemos seguir con la misma teoría que provocó el desplome del 2008. Einstein siempre decía, y yo no me canso de repetirlo, que es señal de locura creer que con los mismos métodos se van a tener resultados diferentes, con los mismos métodos siempre se llega al mismo lugar.

Entonces creo que tenemos que pensar esencialmente como responsables de gestiones de bancos centrales, responsables de gestiones de países, que es necesario a partir de lo que ha sucedido volver a formular nuevos marcos teóricos, y en esos marcos teóricos la generación de trabajo, la ciencia y la tecnología, el desarrollo de los mercados internos, la complementariedad de las economías, reglas similares para todo los países, no puede ser que los países sean castigados, no es el caso nuestro, aquellos que tienen déficit fiscal o déficit comercial y quien tiene la moneda de reserva puede darse el lujo de ser financiado por el resto del mundo. Creo que hay que discutirlo, obviamente si tuviera el marco teórico perfecto y adecuado me propondría tal vez para alguna función diferente a la que estoy teniendo. Pero me parece que sinceramente las jornadas monetarias y el encuentro permanente que tienen hombres de negocios, hombres con responsabilidades de administración, es tratar de articular fundamentalmente una salida diferente ante un mundo diferente.

Quería venir a compartir con ustedes estas experiencias, estas reflexiones, esto que nos pasó en el año 2009 donde fuimos muy fuertemente con medidas contra cíclicas, terminamos nosotros prestándole desde el Estado a importantes empresas multinacionales, que luego nos devolvieron los préstamos y tomaron más gente y permitieron que la economía siguiera la rueda y permitiera tener hoy este crecimiento.

La verdad que el desafío es muy fuerte y es difícil, es muy difícil porque hay mucha gente que ha sido -digamos- encorsetado su intelecto en teorías, y además porque muchas veces queda hasta políticamente correcto decir algunas cosas. Me parece que el gran desafío de la economía, que es una disciplina eminentemente social, creo que debe ser de las más sociales que realmente podemos tener, exige y nos pide a todos una nueva actitud y una nueva apertura.

Yo quiero en nombre de mi país, la República Argentina, darles la bienvenida a todos aquellos amigos de países vecinos y de otras latitudes que se han acercado a estas jornadas, desearles muy feliz estadía y que ojalá en estas jornadas monetarias se pueda dar el punto de partida para ese marco teórico imprescindible que debemos formular.

Muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas. (Aplausos)