Firma de convenios para el desendeudamiento de las provincias.

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE FIRMA DE CONVENIOS PARA EL DESENDEUDAMIENTO DE LAS PROVINCIAS, REALIZADO EN EL SALÓN DE LAS MUJERES DEL BICENTENARIO DE LA CASA DE GOBIERNO

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Muy buenos días a todos y a todas.

Gobernadores y Gobernadora de ocho provincias argentinas: estoy muy contenta, la verdad que me reía porque esto lo venían reclamando desde hacía muchísimo tiempo los gobernadores. Era una suerte de necesidad que teníamos de refinanciar los pasivos provinciales que venían de las quasi monedas, de las 14 monedas que tuvo la República Argentina, de todas las tragedias económicas que hemos venido viviendo en las últimas décadas.

Hoy podemos decir que 11 provincias argentinas, antes lo habían hecho las provincias de Buenos Aires, Tucumán y Chaco, hoy lo hacen estas 8 provincias, estamos refinanciando casi el 83 por ciento del total de la deuda de las provincias argentinas con la firma de este convenio en el día de la fecha. (Aplausos)

Esto significa sacar los famosos índices CER que ajustaban deuda y que eran unos lagrimones así grandes que se caía a cada gobernador en cada reunión, y lo hemos podido hacer a partir de haber saneado las cuentas del país. Porque juntamente con la eliminación de este índice hay también una aplicación de 2.000 millones de dólares, casi 8.000 millones de pesos que se le descuentan a las provincias por aplicación de los famosos ATN, que son los que contempla el artículo 5º de la Ley de Coparticipación, uno por ciento que detrae de la masa coparticipable para atender desequilibrios financieros o emergentes de las provincias, nunca mejor aplicados que en esta ocasión.

Pero ¿saben por qué pudimos aplicar casi 2.000 millones de dólares de ATN? Por una cosa muy simple, no los habíamos gastado, sino no estarían devengados. (Aplausos)

Parece una obviedad, pero para algunas cosas que se leen y se escuchan allí, los ATN han sido históricamente, desde que yo era legisladora, denunciados por haber sido utilizados para favorecer a tal o cual gobernador o a tal o cual intendente, a tal o cual cosa rara que nunca pudo explicarse.

Fíjense, si esto se ha podido devengar en estos años, es porque este instrumento que otros utilizaban -muchos de los que hablan de estas cosas hoy- en anteriores gobiernos, se devengó y nunca se aplicó. También se le caen unas lágrimas al Ministro del Interior porque el encargado de manejar estos recursos es precisamente el Ministerio del Interior, y por eso la firma hoy también de él en el convenio. Me dejaste sin un mango, dijo. Bueno, está bien, pero hemos aplicado realmente el objetivo que contempló la ley, desequilibrios financieros. Obviamente las provincias que tienen un determinado nivel de porcentaje de su deuda en cuanto a los recursos que manejan, tienen desequilibrios financieros. Nunca mejor aplicado este artículo 5º que hasta ahora. Esto significa también una refinanciación importantísima, un desahogo importante para las provincias que además cuentan con un período de gracia hasta el 31 de diciembre del año que viene, sin tener que desembolsar nada, son ingresos prácticamente que se producen.

A esto le sumamos que desde abril del año pasado a la fecha hemos remitido por efecto del Fondo Federal Solidario de la Soja 7.000 millones más a las provincias, por primera vez en la República Argentina se coparticipa un derecho de exportación. Ustedes saben que los derechos de exportación son atributos propios del Estado Nacional, hubo guerras civiles por el tema de quién manejaba las aduanas en la República Argentina.

Esto ha significado ingresos más que importantes de acuerdo obviamente a los índices de coparticipación. A la provincia de Buenos Aires le ha significado por ejemplo un ingreso de casi 1.500 millones de pesos, 1.483 para ser más exactos. A la provincia de Córdoba le ha significado 599,9 o sea 600 millones de pesos; a la provincia de Santa Fe 603 millones de pesos y hasta la Capital Federal, hasta el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que no tiene que coparticipar con ninguna comuna, porque a diferencia los gobernadores que deben coparticipar estos fondos con sus municipios, también recibió, aunque no haya una sola maceta de soja en ningún balcón de la Capital Federal, 166 millones de pesos desde que se instaló esta forma de distribución del 30 por ciento de este derecho de exportación.

Por eso me atrevo a decir -con orgullo lo digo- y a desafiar a cualquier economista o a cualquier registro, que desde 1983 a la fecha nunca hubo una administración nacional que distribuyera en forma directa tantos recursos a las provincias y también en forma indirecta, a través de planes de infraestructura, de planes sociales, de mejoras de los salarios docentes, de jubilaciones, de asignación universal por hijo, nunca, nunca. (Aplausos)

Con mucho orgullo lo digo, porque el federalismo me parece que es esto y además sostener un país de modo tal que el país no se le termine viniendo encima a las provincias. Porque muchas veces, y esto lo hablo desde la experiencia que nos tocó vivir a desde el año 1991 hasta el año 2003, en que le tocó desempeñar al ex presidente Kirchner la gestión en el gobierno de la provincia de Santa Cruz, donde administrábamos los recursos, donde teníamos asignaciones correctas, muchas veces venirse encima el país, y no lo notamos solamente en el 2001, en realidad lo notamos desde el año 1987 cuando él fue por primera vez intendente, que fue la primera vez que tuvo oportunidad de gestionar al frente del país, yo estaba allí siempre al lado de él junto a muchos grupos de compañeros y compañeras, y en muchísimas oportunidades, pese al esfuerzo de la administración, a la correcta asignación de los recursos, se nos venía encima el país. Nos pasó en el ´89, nos pasó durante la década de los ´90, ni qué hablar del 2001.

Lo que hemos tratado de diseñar con este modelo en el cual este es un solo capítulo, el capítulo -como les decía- del Fondo Federal Solidario de la Soja y todo lo demás- es precisamente un país que no le pese ni a las provincias ni a los argentinos, un país que ayude a que todos puedan desarrollarse y crecer todos los días un poco más.

Y si uno recorre nuestras provincias, aún las que más ayuda todavía necesitan por asimetrías históricas, como son las del NEA y el NOA, observa los fuertes cambios que ha habido en el paisaje, no solamente visual, por obras, sino también en el paisaje social.

Desde aquí la miro a Fabiana, tengo que ir a Tierra del Fuego próximamente a inaugurar las fábricas en Río Grande, me acuerdo la pelea que dimos para que nos aprobaran esta suerte de zona equivalente a Manaos en Tierra del Fuego, que me dicen que hoy está literalmente explotando en puestos de trabajo, en generación de empleo y la verdad que me pone muy contenta. ¿Y vieron? Todo el mundo siguió comprando celulares, netbooks, notebooks. ¿Se acuerdan las predicciones catastróficas de que íbamos a dejar a los argentinos sin celulares y sin netbooks? Bueno, ni que hablar del veranito de las reservas, donde estuvimos cuatro meses discutiendo. Cuánta pérdida de tiempo, digo yo, porque todo ese tiempo que uno perdió en decir cosas que eran obvias lo podría haber utilizado por ahí en discutir otras cosas que todavía nos resta solucionar y ponernos de acuerdo.

Yo digo que la suerte es que podemos verificar en el muy corto plazo lo equivocados que estaban los planteos que enfrentaban a las posiciones y a los proyectos, porque en realidad no había tampoco un proyecto que fuera alternativo, era simplemente ponerse en contra, porque es bueno que si vos tenés un proyecto alguien confronte, mirá, para este objetivo que vos querés lograr es mejor hacer esto. Esa sería la discusión que tendríamos que dar, sin embargo no, no hay nada alternativo, es el no por el no, la catástrofe por la catástrofe. Pasan meses y se descubre que todo lo que decían era totalmente equivocado y que habíamos acertado nosotros. Pasó con las reservas, donde hoy tenemos más reservas que cuando decidimos pagar y nos hemos desendeudado; pasó en el caso de Tierra del Fuego con los celulares, empresas que no tenían nada, como esta de la fotografía, ¿Kodak no? Claro, yo leía la otra vez un reportaje a un ejecutivo de Kodak, decía que ellos estaban en Manaos porque obviamente tenían las ventajas que tenía Manaos, pero que ahora pensaban venir a Tierra del Fuego porque tienen ventajas similares. Imagínense, a hacer cámaras fotográficas, nada más y nada menos.

Entonces digo que está bien debatir, está bueno el debate, la pluralidad, pero que sea eso, debate y no ponerse en contra porque sí. Y fundamentalmente si hay un proyecto mejor explicar cómo se hace y cómo se logra porque realmente todo esto que estamos haciendo se puede hacer también por los objetivos macroeconómicos que se siguen cumpliendo. Esto es, sin superávit fiscal esto que estamos haciendo hoy es imposible hacerlo, sin superávit comercial es imposible hacerlo. Ahora, ¿cómo se mantiene un superávit fiscal? Es muy simple, hay que gastar menos de lo que ingresa, entonces cuando escucho a algunos decir, sí, el superávit fiscal está muy bien, pero si se aprobaran los proyectos que presentan en tres meses entramos en default, realmente donde se está apuntando es a la contra por la contra misma, al no por el no mismo y fundamentalmente a un país que todos queremos superar que fue el país del default.

Hay también default ideológico y de propuestas, porque no ingresa nada y tenemos un default de proyectos y de ideas. Sería bueno que también produjeran ingresos de ideas, de proyectos viables, sustentables, que no alteraran esto, el superávit fiscal que nos permite hacer lo que estamos haciendo y el superávit comercial, y entonces sí discutir qué modelo de país, que nos expliquen exactamente, porque la economía es la economía ¿eh? Es la economía estúpido dijo alguna vez un interesante ex presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, bueno, que nos expliquen en realidad cuál es el modelo de país que tienen. Nosotros tenemos este desde hace siete años, con estos resultados, con estos logros y seguramente con equivocaciones, desaciertos y errores, lo que queremos es que nos ayuden a corregir los errores, no que nos tiren abajo los aciertos, y me parece que el objetivo está puntualmente dirigido a tirar abajo los aciertos y los buenos resultados. Por eso muchas veces uno piensa que además de ideas un poco de buena fe tampoco vendría mal.

Muchas gracias y felicitaciones a los gobernadores y a la gobernadora por haber alcanzado este fantástico acuerdo, muchas gracias.