La ceremonia se realizó en la Plaza de Bolívar, donde Uribe cumplió con el protocolo de traspaso de mando a Santos y su vicepresidente Angelino Garzón.
Antes de partir de regreso a Buenos Aires, la Presidenta mantuvo un breve encuentro con la prensa, en el que expresó su satisfacción por haber participado "de este comienzo de un nuevo ciclo que llenará de esperanza al pueblo colombiano".
Además, destacó que el nuevo mandatario, en su discurso de asunción, le dio especial importancia a la labor que desarrollará para recuperar el empleo y profundizar la redistribución de la riqueza. "Él habló de disminuir la desocupación a un dígito, y en su discurso señaló también que su país es el más desigual (en el continente), después de Haití y Bolivia", remarcó la jefa de Estado.
También se manifestó esperanzada por "el tono en el que habló de la relación con Venezuela", y en ese sentido sostuvo que la presencia de la mayoría de los mandatarios que asistieron a la ceremonia tuvo como objetivo principal "testimoniar nuestros deseos de paz para la región". "Tenemos que hacer todo lo que podamos para que ese objetivo pueda lograrse", aseveró la Mandataria. Y concluyó su exposición señalando que "la mejor diplomacia es la de la prudencia y la de dejar en manos de los presidentes, que son presidentes de países soberanos, la decisiones que como hombres maduros e investidos de la la representación popular de sus pueblos, las decisiones que deban tomar".
Cristina Fernández estuvo acompañada por el secretario general de la Unasur, Néstor Kirchner; el canciller Héctor Timerman, el titular del Senado, José Pampuro, y el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini.
Finalizada la jornada de cambio de mando, la Presidenta retornó a Buenos Aires junto a su comitiva.