Apertura de la Cumbre del Mercosur en San Juan

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN LA APERTURA DE LA CUMBRE DE JEFES DE ESTADO DEL MERCOSUR Y ESTADOS ASOCIADOS, REALIZADA EN EL CENTRO CÍVICO DE SAN JUAN

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Quiero darles la bienvenida a esta hermosa región de mi patria, la provincia de San Juan, donde se va a realizar esta 39º reunión del MERCOSUR y la transmisión de mi presidencia pro-témpore a la hermana República Federativa del Brasil.

Siempre nos encontramos en el interior de la Argentina cuando hacemos el traspaso, lo hicimos antes en Tucumán y lo hacemos ahora en San Juan.

Quiero darles a todos la bienvenida y pasar la palabra al señor Canciller de Argentina que dará el informe de la presidencia pro-témpore.

- Luego de las palabras del señor Canciller continúa la Presidenta:

Voy a subsanar un olvido que tuve, imperdonable: al darle la bienvenida a todos los presentes me olvidé de dar la bienvenida también al secretario general de la UNASUR -imperdonable realmente-, al gobernador de la provincia de Santa Fe, doctor Hermes Binner y también agradecer a nuestro anfitrión, el gobernador de la provincia de San Juan, José Luis Gioja. Subsanados estos imperdonables detalles en materia de educación y de protocolo, continúo.

Estamos aquí reunidos en un lugar muy emblemático, este lugar es el Centro Cívico de San Juan, Salón Cruce de los Andes. Allí se pueden observar fotografías que obviamente no son reales pero simulan el paso de San Martín a través de los Andes en su gesta libertadora. Muchos de los que estamos aquí cumplimos este año el Bicentenario de nuestro grito libertador, y creo que si uno se remonta a esa época advierte que fue precisamente la unidad de la región, de la América del Sur, la que permitió el proceso de liberación colonial que fue característico del siglo XIX.

Hoy en el siglo XXI, a comienzos del siglo XXI estamos atravesando un momento muy especial en la historia de nuestros pueblos, y también por qué no en la historia del mundo. En una historia del mundo que durante el siglo XX parecía haber condenado a los países del Sur a ser meros productores de materias primas, a estar condenados en los términos del intercambio comercial, a no tener desarrollo industrial, y a imponerse en la región políticas neoliberales que realmente fueron desastrosas en términos de tragedia social y también finalmente en tragedia de términos económicos.

En este sentido Argentina vivió en el año 2001 una implosión bastante parecida a la que han vivido algunos de los países denominados desarrollados. Esto nos hizo hacer a nosotros en particular un aprendizaje acerca de la necesidad de desarrollar proyectos de crecimiento económico basado en políticas asociativas, profundizar las políticas asociativas con nuestros vecinos, pero fundamentalmente también desarrollar programas de crecimiento donde la producción, el trabajo, el valor agregado a nuestras materias primas fueran los ejes que permitieran superar los índices de pobreza, las brechas de desigualdad que, debemos decirlo, siguen siendo todavía importantes. Por eso es necesario redoblar los esfuerzos de nuestras democracias y nuestros esfuerzos de cooperación entre los distintos países para poder superar esto.

Creo -y luego lo vamos a ver en el informe que nos va a dar la señora Directora de CEPAL- que la región ha tenido frene a la crisis mundial, un comportamiento ejemplar. Las economías emergentes explican el crecimiento de los últimos 10 años de la economía mundial, pero además las economías emergentes, en las cuales nuestra región ha tenido un papel protagónico, explican el repunte también que está teniendo la economía del mundo y cuál ha sido el comportamiento de nuestras economías durante esta crisis.
Nuestros modelos han podido sobrellevar airosamente y superar una crisis que en otros momentos hubiera sido letal para nuestras sociedades en materia de crecimiento de la desigualdad, en materia de crecimiento de la pobreza, en un índice que mide mejor que nada la pobreza y que es el índice de desocupación. Precisamente hemos podido evitar la destrucción de puestos de trabajo en esta crisis con políticas contracíclicas muy fuertes que nos han permitido a muchos de nosotros comenzar a crecer con mucho vigor en este año 2010, y hacer un muy buen relevamiento de lo que son las cuentas del Estado, que en definitiva las cuentas del Estado terminan siendo las cuentas de los sectores más vulnerables de la sociedad, que solamente encuentran en el Estado el refugio para paliar su situación en materia de educación, en materia de salud, en materia de alimentos, en materia de viviendas. Será porque tal vez recuperamos el valor de las políticas públicas frente a lo que había sido, por así decirlo de algún modo, la privatización. aunque parezca una contradicción, de las políticas estatales, de las políticas públicas.

En este marco del MERCOSUR creo que hoy estamos en un momento muy importante, creo que podemos tal vez, si nos ponemos de acuerdo y afinamos algunas cosas, alumbrar hoy algo que viene siendo demandado desde hacen mucho tiempo y que es nuestro Código Aduanero. Pero creo que hemos alumbrado también en estos años una forma diferente de relacionarnos, no solamente mirarnos como clientes, no solamente miramos como una unión comercial en la cual solamente estemos atentos a una cuestión meramente arancelaria, sino que hemos tenido una mirada mucho más integral, mucho más abarcativa de cómo tenía que ser nuestra relación también con los países asociados, también con el próximo ingreso -esperamos- de la hermana República Bolivariana de Venezuela al MERCOSUR.

Creo que todo esto va a permitir que esta región, la América del Sur, cumpla en el siglo XXI un papel más que importante en el concierto de la política internacional, en donde ya se adivinan nuevos actores, nuevos protagonistas y un multilateralismo por el cual hemos venido bregando desde hace mucho tiempo. Y lo que es más importante, que esto se puede dar en un marco de pluralidad y diversidad, donde no todos pensamos exactamente de la misma manera respecto a todas las cuestiones que pueden demandar políticas en materia de gestión de Estado, pero sí tenemos todos un objetivo común, que es lograr una mejor calidad de vida para nuestras sociedades. Yo creo que lo otro, las diferencias, son un motivo en todo caso de poder profundizar la amistad, de poder profundizar las charlas, los acuerdos y privilegiar eso, una política de acuerdo haciendo hincapié en las cosas que hemos logrado, en las que estamos a punto de lograr y una vez que éstas estén logradas ponernos a trabajar inmediatamente sobre los aspectos que aún faltan.

Por eso estamos muy contentos. Quiero también, y creo que corresponde hacerlo, decir que durante años nuestros encuentros, sobre todo los miembros plenos de este encuentro que es el MERCOSUR, tuvimos en la diferencia que habíamos mantenido con la hermana República Oriental del Uruguay una suerte de sombra que siempre aleteaba en nuestros encuentros, y yo quiero en este sentido agradecer al presidente José Mujica y también a nosotros los argentinos, el esfuerzo que ambos hemos hecho para superar esa diferencia y que además siempre tuvimos el tino, la prudencia, de no oscurecer los encuentros del MERCOSUR por una cuestión que era estrictamente bilateral. Hemos podido abordar un acuerdo hace muy pocos días en Olivos, que tiende a superar definitivamente esta diferencia, y creo que también es una muy buena noticia para todos los integrantes de la región, no sólo porque es bueno llegar a acuerdos sino porque es bueno, aunque tarde, elegir métodos de consenso, elegir métodos en donde ambas partes ponen y deponen posturas y posiciones para finalmente arribar a un acuerdo.

Quiero también agradecer la tarea que ha llevado adelante el presidente Lula, un eterno amigo de la Argentina, uno de los hombres que más ha impulsado, junto al ex presidente Kirchner, actual Secretario General de la UNASUR, el resurgimiento, este segundo nacimiento del MERCOSUR, porque el Mercosur tuvo un segundo nacimiento, si es que esto puede decirse de alguna manera así y creo que fue al impulso de esos dos presidentes, del presidente Lula da Silva y del presidente Kirchner, que hubo un relanzamiento de esta relación frente a gobiernos anteriores que no querían esto, que miraban más a otras latitudes, que miraban más a otros continentes, sin advertir la potencialidad que tiene la región y que debemos seguir profundizando.

No quiero extenderme demasiado, quería comentarles estas impresiones, estas reflexiones, compartirlas con ustedes y ver que estamos ante una oportunidad única de reforzar y profundizar esta alianza, este acuerdo de la región, que yo creo sinceramente promete ser una de las grandes protagonistas del siglo XXI.

Estamos alejados de conflictos étnicos y religiosos que dividen a otras partes del mundo de forma dramática y trágica, al contrario, nuestras tierras, nuestros países son ejemplos de integración, de abrir los brazos a los inmigrantes que vienen de otros países, no tenemos conflictos entre nosotros porque vienen inmigrantes de un país a otro, no sacamos leyes xenófobas viendo al vecino como un enemigo, no nos dividen los credos religiosos. Creo que son ventajas en el mundo que viene, junto a la riqueza de nuestros recursos naturales y a la imperiosa necesidad de agregarles valor en origen, clave para poder generar mejores y más puestos de trabajo, que es la clave también para que la gente pueda vivir mejor. Ello sin dejar de lado el rol que tienen también los Estados y fundamentalmente la política en lo que se denomina la redistribución del ingreso, porque debemos reconocerlo, seguimos siendo en este sentido no la región más pobre pero sí la más inequitativa a la hora de la distribución del ingreso, algo en lo que debemos seguir trabajando y bregando con nuestros mejores esfuerzos y nuestras mayores convicciones. Muchas gracias.