Discurso de la Presidenta en el Acto Central de los 457 Aniversario de Santiago del Estero

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE CELEBRACIÓN DE LOS 457º ANIVERSARIO DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DEL ESTERO

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Muchas gracias. Muy buenas noches a todos y a todas.

Señor Gobernador de la provincia de Santiago del Estero; señores gobernadores de las provincias de Salta, Jujuy y La Rioja; amigos y amigas: en primer término, quiero felicitarlo -quiero felicitarte Gerardo no vamos a ser tan formal ni solemne- por esta extraordinaria obra que es este Complejo Cultural que, podría decirse tal vez si uno lo mirara rápidamente, que representa la historia de la provincia de Santiago del Estero.

Pero, a poco que se lo mire y se lo observe, en realidad contiene la cultura y los orígenes de la nación Argentina. Y me parece muy importante rescatar nuestra historia para entender y comprender este proceso que lleva doscientos años como nación pero que comenzó mucho tiempo antes aquí en Santiago del Estero.

Cuando comencé a recorrer este lugar, un dato que no conocía y que me sorprendió es que aquí en Santiago del Estero tuvo lugar la primera exportación que se hizo un 2 de septiembre de 1587. Débora, vos sos Ministra de Industria y sabés que ese día se festeja el Día de la Industria y se festeja precisamente porque desde aquí, desde Santiago del Estero, a través del obispo Victoria, se despachó la primera exportación, no existía la República Argentina en realidad era el Virreinato del Río de la Plata. Vimos una serie de telas, de textiles, increíbles textiles, cubre camas, también pudimos ver toda la talabartería, la cuchillería que se exportaba de la República Argentina, reitero, no era la República Argentina era el Virreinato, estamos hablando de 1587.

Cuando era muy joven leí un libro de Hernández Arregui que tal vez algunos de ustedes lo haya leído, que se llama "Qué es el ser nacional" y donde él explicita la tesis acerca de lo que constituyó la evangelización en el continente americano, él dice que en realidad fue la más formidable empresa precapitalista que se hizo en la América a partir del descubrimiento de América.

Cuando uno ve este pedazo de historia de Santiago del Estero, donde se hace la primera exportación con mucho valor agregado de materias primas producidas aquí, ve lo que podríamos haber sido si esto se hubiera prolongado como proyecto de país en el tiempo, y no solamente exportar materias primas sin valor agregado.

Estuvo aquí el origen de los primeros recursos industrializados, valor agregado año 1587. Tal vez, si esto se hubiera seguido profundizando en el tiempo, si se hubiera seguido incentivando durante todas las etapas, tal vez hoy la República Argentina sería un país aptísimamente desarrollado en materia industrial, como pueden ser otros países del Norte. (Aplausos)

Claro, en el medio pasaron unas cuantas cosas que no vamos a relatarlas porque quien más quien menos, todos tenemos nuestra visión acerca de las cosas que han pasado.

Pero lo cierto es que es bueno conocer estos datos, ponerlos en exposición para terminar con esta idea de que en realidad el interior del país, el país profundo como le digo yo, es un país que está así por una cuestión de atraso, de poca capacitación de sus recursos humanos. No, no, de ninguna manera, estas asimetrías, como bien señalaba el Gobernador, características en todo el NOA y el NEA argentinos que tuvo un altísimo desarrollo en materia de ponchos, de talabartería, de cuchillería fue la primera industria argentina, obedeció a un modelo de país centralista, unitario, que centró en el Puerto todo el desarrollo ahogando a todas estas formidables economías regionales.

Por eso, cuando en el año 2005 el entonces presidente Kirchner firmó con el gobernador Zamora el Acta de Reparación Histórica, estaba exactamente haciendo eso, una reparación histórica a una provincia argentina que como tantísimas otras del país que hoy nos acompañan también sentadas en esta mesa, fueron ahogadas muchas veces con sangre también y provocado un retraso que en realidad fue el retraso de todos los argentinos. Porque no hay posibilidades de que un país, de que una nación se desarrolle cuando solamente se desarrolla una parte muy pequeña y solamente son beneficiados estos y el resto es olvidado.

Por eso esta reparación que nos debemos todos los argentinos para tener un país más armónico, un país más inclusivo, debe ser parte no solamente de un gobierno sino parte fundante de toda una sociedad, deben ser políticas de Estado que trasciendan en el tiempo, que trasciendan a los gobiernos y que permitan construir una nación que finalmente incluya a todos sus hijos, a todas sus provincias, a todas sus regiones.

Hace muy poco tiempo estuve aquí también, no aquí en Santiago sino en otra parte de la provincia, en Frías, inaugurando junto al Gobernador una modernísima planta de crashing de soja, un frigorífico, habíamos estado también un tiempo antes inaugurando una fábrica de galletitas en un Parque Industrial, cuestiones impensadas unos años atrás.

Esto no es casualidad, no es magia, tampoco es que seamos demasiado inteligentes; simplemente es la formulación de un proyecto de país que quiere un desarrollo armónico para todos sus hijos y que busca precisamente reparar tantos años de injusticia y de olvido para con el país profundo. (Aplausos)

Hoy, este lugar, es emblemático, pueden sentirse orgullosos los hombres y las mujeres de Santiago del Estero de contar con un Complejo Cultural de esta entidad, similar a cualquier otro que pueda verse tal vez en los lugares más vistosos del globo o los más famosos.

Pero significa también un símbolo, un símbolo de lo que somos capaces de construir los argentinos cuando superando las pertenencias partidarias o los orígenes diferentes, somos capaces de construir con conjunto.

Cuando se firmó esa Acta de Reparación Histórica como otras que se han firmado con distintas provincias de nuestro país, con distintas regiones, con obras diseminadas a lo largo y a lo ancho en municipios, en regiones, obras de infraestructura, obras culturales, educativas, de vivienda, de rutas, de presas, nunca nos hemos detenido a mirar quién era el gobernante que iba a resultar beneficiado por esa obra, porque en realidad son los hombres y mujeres que habitan cada centímetro de suelo, los verdaderos beneficiados por las obras o los perjudicados por la no gestión de sus gobernantes.

Creo que este Bicentenario nos trajo a todos nuevamente la idea de que es posible construir en conjunto. Yo digo que lo más importante que nos ha sucedido este 25 de Mayo ha sido habernos descubierto como una sociedad en la cual podíamos mirar lo que nos había pasado, pero fundamentalmente construir un presente y un futuro. Y que además ese pasado no fuera motivo de desunión, sino al contrario de conmemoración de nuestras glorias y de nuestras tragedias, para aprender de ambas y poder con mucha humildad, con mucha perseverancia, con ideas, con trabajo en lugar de con agravios o descalificaciones, construir el país que todos merecemos.

Tenemos una oportunidad única, somos los que hoy estamos aquí, lo que yo llamo "la generación del Bicentenario", una generación bisagra, una generación que trae sobre sus espaldas antinomias y enfrentamientos, pero también duros aprendizajes acerca de los errores que no podemos volver a cometer.

La historia está demasiado fresca y hemos sido capaces todos juntos de poder sortear tal vez, uno de los momentos más difíciles que nos haya tocado vivir en las últimas décadas, que fue poner a prueba el año pasado en esta crisis global que aún no cesa, la solidez de este modelo que comenzamos a construir en el año 2003, y fuimos nosotros, los argentinos, nuestros trabajadores, nuestros empresarios, nuestros comerciantes, nuestros estudiantes, nuestros docentes, nuestros científicos que hemos repatriado. Ya estamos pronto a llegar, Lino, al número 800 de científicos repatriados en una Argentina que vuelve a valorar a sus científicos, a su conocimiento, a los hombres que estudian y que hemos comprometido en la educación y en la capacitación de nuestros recursos humanos, uno de los objetivos a llevar adelante para seguir este proceso de transformación en el que estamos jugados por una voluntad inquebrantable.

Estamos en el camino correcto, no quiere decir que no tengamos errores y desaciertos, pero si miramos desapasionadamente y con honestidad, debemos reconocer que en estos 7 años hemos tenido el crecimiento más importante de nuestros 200 años de historia. (Aplausos)

Y no es mérito ni de un partido ni de una persona, sino simplemente de haber aprendido la lección de lo que nos pasó cuando creímos que era posible tener un proyecto de país con recetas y modelos que no nos eran propios.

Lo más virtuoso que hemos hecho en estos años, ha sido desarrollar un modelo propio de crecimiento que superó antiguas antinomias de si la exportación o mercado interno, si campo o industria. Todos juntos, agregando valor, innovación tecnológica, científica, volviendo a colocar a la educación en un lugar privilegiado como nunca lo tuvo, destinando 6 puntos de nuestro Producto Bruto a esa educación, con presupuestos universitarios como no se tiene memoria, volviendo a colocar al CONICET, a la Comisión Nacional de Energía Atómica, a todos nuestros centros científicos precisamente en un lugar de privilegio, porque sabemos que la sociedad del conocimiento será la sociedad del siglo XXI, pero también al mismo tiempo sabiendo que era imprescindible la reparación social para incluir a los que habían sido excluidos durante décadas.

Por eso la generación de millones de puestos de trabajo, por eso la inclusión de millones de argentinos que habían perdido el derecho a la jubilación o a la pensión, por eso también la inclusión de millones de chicos menores de 18 años en la asignación universal por hijo para reparar la injusticia que significa que un joven por el solo hecho de haber nacido en un hogar cuya madre o cuyo padre no tiene trabajo, sea privado de educación o de salud. Falta mucho, falta mucho por hacer todavía, es que son décadas en las cuales estuvimos abandonados de las manos de Dios.

Pero creo que estamos en el buen camino; creo que estas políticas que deben ser políticas de Estado no ya de un sector, sino políticas donde la sociedad se apodera de ellas y las hace propias, es el único camino para tener una Argentina más igualitaria, más equitativa, más sustentable económica, política y socialmente.

Porque el crecimiento económico si no tiene sustentabilidad e inclusión social, finalmente termina diluyéndose. De hecho durante la década de los ´90 también crecimos económicamente pero a costa de la exclusión de millones de argentinos.

Por eso creo que hemos podido hacer ese aprendizaje, hacer síntesis y en este Bicentenario poder mirarnos todos a los ojos, con nuestras diferencias. Yo no quiero una sociedad en la cual todos pensemos igual, no por lo menos con respecto a todo, sí respecto a las grandes líneas directrices que debemos tener desde el Estado. Mirarnos a los ojos y saber que estamos construyendo un país diferente, plural, diverso pero que vuelve a tomar al trabajo, a la producción, a la educación, a la ciencia y a la inclusión como banderas fundamentales que no podemos volver a dejar nunca más en la historia. (Aplausos)

Aquí, desde la tierra de Homero Manzi, de Ramón Carrillo, de Andrés Chazarreta y de tantísimos hombres y mujeres que le dieron a la cultura y a la historia de la patria su sangre para construir una historia común, los felicito y saludo a todos los santiagueños en este 457º Aniversario que ya debe faltar muy poco, y un muy feliz Bicentenario para todos ustedes.

Muchísimas gracias y muy buenas noches a todos y a todas. (Aplausos)