Muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas. Señor intendente de General Belgrano; señores intendentes de localidades hermanas; doctores del hospital, ahí lo veo al director del hospital; chicos de los colegios; docentes; amigos de todas las localidades cercanas que se han llegado hasta aquí; productores; comerciantes; trabajadores: la verdad que cuando recién escuchaba hablar al Intendente de esta hambre de gloria de General Belgrano me pareció muy bien, le hace honor al nombre, no podría llamarse General Belgrano y no querer gloria.
Estamos muy contentos de poder estar aquí hoy entregando este Fondo Rotatorio, que es un mecanismo que ya comenzamos a implementar, hace pocos días también estuve en Carhué entregando esto, porque es una modalidad muy novedosa en la cual articulamos entre el Estado Nacional, los municipios y los productores, con los controles de los consejos deliberantes, y estamos destinando 50 millones de pesos para caminos y para el sector productor fundamentalmente ganadero, afectado por la sequía, y porque queremos además que sigan mejorando las cosas como lo estamos haciendo en forma conjunta, que es la única manera de que un país pueda salir adelante.
Yo me acordaba hace apenas un año atrás cuando tuvimos que salir a ayudar a la lechería poniendo 500 millones de pesos porque el precio se había venido abajo, el mundo se había venido abajo, y necesitábamos apuntalar a los productores, que hoy por suerte tienen un muy buen precio, inimaginable uno o dos años antes, lo que nos pone muy contentos. Porque nos pone muy contentos que la gente que trabaja y produce pueda también tener rentabilidad y ganar dinero.
El Estado Nacional no solamente llega hoy con esto o con las obras que enumeramos, como por ejemplo la cuenca del río Salado, en la cual vamos a incorporar también a los productores para que participen en el control de la obra, algo que recién charlábamos con Julián y con el Intendente, y de esta manera asegurar que las cosas se hagan de la forma más eficiente posible. No llega solamente con las cloacas, el 70 por ciento, que van a permitir casi universalizar el servicio cuando apenas en el año 2003 General Belgrano tenía el 35 por ciento de servicio de cloacas. No llegamos únicamente con el plan de viviendas, que también es el plan de infraestructura más importante que haya tenido el pueblo en materia de viviendas y mejoras habitacionales, llegamos también todos los días cuando incorporamos a millones de jubilados. Seguramente debe haber muchos en el pueblo que están incorporados al plan de moratoria previsional que permitió que millones de personas que habían quedado afuera hoy puedan estar incorporadas al beneficio. (Aplausos) Y además los que ya estaban jubilados porque habían hecho todos sus aportes, estaban al día y habían podido jubilarse, también todos estos años han visto cómo hemos podido comenzar a mejorar los haberes previsionales que durante décadas estuvieron congelados. Llegamos también todos los días cuando los pibes menores de 18 años cuyos padres todavía no consiguieron un trabajo, o tienen un trabajo en el cual no llegan al salario mínimo vital y móvil, cobran la Asignación Universal por Hijo, que ha significado un impacto muy importante. (Aplausos). Llegamos todos los días cuando ayudamos a la provincia de Buenos Aires todos los meses a lograr que pueda prestar, cubriendo su déficit, con los aportes que le hace el Gobierno Nacional, los servicios que les llegan a todos los habitantes de la provincia. Y llegamos todos los días a todos los sectores de todo el país cuando aseguramos las condiciones macroeconómicas de un modelo político y social que ha permitido incorporar más de 4 millones y medio de puestos de trabajo, abrir de nuevo las fábricas y que producir vuelva a ser rentable. Porque no nos olvidemos que hubo un tiempo en que podían producir pero exportar no era negocio, y hemos logrado entre todos, a través de mantener estas variables macroeconómicas, un tipo de cambio competitivo, tarifas que no son las tarifas internacionales, precios de los combustibles subsidiados, que esta mejora pueda derramarse por el conjunto de la sociedad.
Y lo hemos hecho porque tenemos convicciones, lo hemos hecho porque sabemos que el Estado debe estar presente, que tiene un rol indelegable e insustituible, no solamente para los más vulnerables sino también para aquellos sectores económicos productivos que necesitan políticas macroeconómicas que puedan hacer rentable producir y trabajar, no es milagroso esto. (Aplausos)
No es casualidad, lo venimos haciendo desde el año 2003. Por allí muchas veces sin ser comprendidos. Pero creo que este mundo que hemos comenzado a vivir, de la crisis del año 2008 y fundamentalmente el año pasado, en cierta medida y más allá de las diferencias lógicas que siempre hay en toda sociedad democrática y plural, nos ha abierto los ojos a todos, porque todos nos hemos dado cuenta de lo que hubiera pasado, en este nuestro país, si nos hubiera agarrado con una economía enfriada, con un modelo económico diferente. Si cuando en décadas pasadas una simple modificación de Brasil o de México significaba crisis en nuestro país, qué hubiera significado para todos nosotros, trabajadores, productores, docentes, alumnos, si no hubiéramos estado preparados, sólidamente parados, para hacer frente a la crisis del año pasado. Nos hubieran pasado por arriba, como decimos nosotros, con la Caterpiller, no hubiera quedado nada.
Y esto es un mérito no de quien tiene la responsabilidad de gobernar el país, es también un mérito de todos los que creyeron, de todos los que ayudaron, de todos los que apoyaron, de los que sabemos que muchas veces por manipulación mediática, por deformaciones culturales que traemos desde hace mucho tiempo los argentinos, por falsas antinomias que nos han planteado, por tantos dilemas que no existen, enfrentar la industria con el campo o la exportación con el mercado interno, no es así, es el campo y la industria, y el campo cada vez con mayor valor agregado y cada vez con mayor innovación tecnológica para que cada vez podamos ser más competitivos. Y es la industria, para poder generar los miles de puestos de trabajo que significa agregar valor a nuestras materias primas. Y es la exportación, porque nos da divisas para acumular reservas que nos mantengan firmes ante los capitales que muchas veces embaten contra las economías, como lo hemos visto y lo estamos viendo en otras partes del mundo. Por eso acumulamos reservas.
Por eso también el año pasado decidí utilizar esas reservas para pagar la deuda, casi me quisieron hacer juicio político por eso. (Aplausos) Pero bueno, no estábamos equivocados, teníamos razón, nos decían que nos íbamos a fundir, que las reservas se iban a acabar, que eran la garantía, a nosotros, que cuando Kirchner asumió el gobierno tenía 9.000 millones de reservas y los que las acumulamos fuimos nosotros. Los que las habían gastado nos decían que las queríamos dilapidar.
Y hoy, ayer para ser más exactos, estamos en 50.925 millones de dólares. (Aplausos) Nos faltan 75 millones para llegar por primera vez en la historia argentina a 51.000 millones de dólares, ya batimos nuestro propio récord de haber llegado a los 50.000. Esperemos que en los próximos días podamos batirlo nuevamente. (Aplausos)
Además hemos pagado 2.700 millones de dólares que debíamos los argentinos, no los debía yo, Cristina, ni los debía el intendente de General Belgrano, los debíamos todos, los 40 millones de argentinos, a pesar de que mucha de esa plata no la vieron los 40 millones de argentinos. (Aplausos) Pero bueno, la responsabilidad institucional de un país no nos permite decir "la deuda la contrajeron otros, el default lo contrajeron otros, yo no tengo nada que ver", eso no es un país, eso es una tribu y nosotros queremos ser un país, una nación, en la que nos hacemos cargo de las cosas nuestras y de las que hicieron los otros también. (Aplausos)
Por eso todas estas cosas son las que nos han permitido estar así como estamos hoy y poder venir a hacer estas obras, a colocar estos recursos aquí y en tantos municipios, y no solamente en la provincia de Buenos Aires sino en todo el país, porque hemos administrado correctamente los recursos públicos. Es algo muy importante, pero no lo hemos hecho con el criterio de lograr superávit fiscal o superávit comercial para mostrarnos como buenos alumnos, no, lo hemos hecho porque estamos convencidos de que son pilares sólidos para que la economía no se desbarranque, porque cada vez que la economía se ha desbarrancado por errores de los políticos los ha pagado el pueblo, que poco ha tenido que ver con esos errores. (Aplausos)
Por eso estamos invirtiendo también en infraestructura. En estos días también hemos batido otro récord, el de consumo de energía eléctrica, con un crecimiento que venimos sostenidamente manteniendo desde el año 2003 a un promedio del 8,5, que obviamente el año pasado se cayó por lo que pasó en el mundo pero seguimos con crecimiento positivo, y hoy que estamos con un crecimiento acumulado del 8,6 lo hemos sostenido con un crecimiento del parque de generación eléctrica y de generación de gas, que nos hizo batir el record de generación eléctrica el otro día donde hubo más frío en La Quiaca que en Base Marambio en la Antártida Argentina.
Esto también es inversión, vamos a invertir este año 17.000 millones de pesos en materia energética, de los apenas 120 o 130 millones de pesos que Kirchner pudo invertir cuando llegó al Gobierno en el año 2003. A él le tocaron las más embromadas, le tocó bailar con la más fea, no conmigo, conmigo no baila, pero le tocó bailar con la más fea.
Por eso esta es una etapa diferente, es una etapa que exige mejorar y afinar ese modelo que él decía tenía que salir del infierno, porque hemos salido del infierno; y cuando uno sale del infierno comienzan las otras discusiones: cuánta parte me toca en la distribución del ingreso, qué es lo que vamos a hacer con tal cosa, qué es lo que vamos a hacer con tal otra. Y en esas cosas tenemos que maduramente abordar las discusiones sin slogans, sin pensar en quedar bien, sino fundamentalmente explicando cuál es nuestro proyecto, de dónde sacamos los recursos y cómo lo vamos a hacer. Porque esta Asignación Universal por Hijo, que hoy pagamos a más de 3 millones y medio de chicos argentinos que antes no tenían ningún ingreso, ha permitido aumentar la matrícula -chicos que estaban en la calle y que ahora van al colegio- en un 25 por ciento más. (Aplausos)
Esta movilidad jubilatoria, que consagra por ley, no ya porque lo decida tal o cual presidente con benevolencia o generosidad sino por Ley del Parlamento, dos aumentos por año para nuestros jubilados, ya vamos por el tercer aumento, un 30 por ciento desde marzo del año pasado y todavía falta el aumento de setiembre; todo esto también fue posible únicamente porque recuperamos la administración de los recursos de los trabajadores y de los aportes patronales que estaban en manos del sector privado. (Aplausos)
Toda esta ingeniería, esta arquitectura de protección, de extensión, de mayor densidad e intensidad de la protección y de la seguridad social, sólo ha sido posible por esa recuperación. Esos fondos, cuando estaban en manos de los privados pagaron 12.000 millones de dólares de comisión, esos fondos cuando estaban en manos de los privados sirvieron para hacer pingües negocios de capitalismo de amigos, a algunos que vendían acciones de sus empresas a 30 pesos a las AFJP y a la semana costaban 3 pesos, provocando pérdidas por más de 500 millones de pesos.
Estas cosas son las que nos han permitido tener esto y poder hacer estas cosas que estamos haciendo hoy aquí: administración de los recursos, acumulación de las reservas, desendeudamiento de la República Argentina. Cuando Kirchner llegó al Gobierno la Argentina debía el 160 por ciento de su PBI, que en ese momento eran 150.000 millones de dólares; hoy tenemos un PBI de 327.000 millones de dólares y hemos reducido la deuda a menos del 50 por ciento, 40 por ciento, y si contamos el sector público al 30 por ciento. (Aplausos)
Por eso tomamos la decisión de seguir desendeudándonos, no de ir al mercado de capitales a pagar tasas del 14 por ciento cuando teníamos fondos propios acumulados, por los cuales apenas nos pagaban el 0,5 por ciento por año. Estas cosas las hemos hecho en la mayor de las soledades políticas, siempre criticados y siempre amenazados que algo terrible nos iba a pasar a nosotros o al país.
Yo comprendo, porque es legítimo querer ganar las elecciones, querer superar al adversario. Pero ya que aquí estamos todos juntos, como decía el Intendente, de distintos partidos políticos, productores, empresarios, trabajadores, docentes, ¿no sería hora de que empezáramos a reconocer las cosas que se hicieron bien y ayudar a discutir con contenido, con propuestas? Sobre todo cuando uno discute con números, acá hay gente que es comerciante, acá hay gente que hace números todos los días, que sabe lo que puede pagar y lo que no, que sabe lo que tiene que gastar y lo que no, porque si gasta más de lo que entra se va a fundir y no va a poder hacer frente a sus compromisos. ¿No podemos emplear esa misma lógica para aplicar en nuestras relaciones institucionales todos los días y tener en serio calidad institucional y un debate democrático, plural, diverso, donde escuchemos propuestas y no solamente descalificaciones, agravios y el permanente no? (Aplausos)
Yo creo sinceramente, para terminar, que este año del Bicentenario nos exige a los que yo denomino la generación del Bicentenario, que son los que hoy están acá, son lo que hoy están sentados junto a esa mesa y un poco más atrás, son los dirigentes de otros partidos políticos, son los dirigentes de las entidades empresariales, son los dirigentes sociales, son los distintos credos religiosos, nosotros somos la generación del Bicentenario, no podemos mirar al costado, la historia nos va a colocar a nosotros en su mira cuando el día de mañana debamos rendir cuentas y decir si hemos podido construir y colaborar para una Argentina mejor.
Este año, cuando el 25 de Mayo y los días previos al Bicentenario, millones de argentinos se volcaron a las calles, pudimos vernos la cara, no hubo un solo incidente, pudimos recordar, rememorar, festejar y conmemorar estos 200 años de historia, no únicamente tirando fuegos artificiales u oyendo a nuestro cantante preferido, lo hicimos escenificando los momentos más gloriosos y también nuestras tragedias que las tuvimos. No vale la pena esconder las cosas debajo de la alfombra, creo que todo debe mostrarse, no para mortificar ni acusar a nadie, simplemente para mirarnos, para ver qué es lo que hicimos mal y para no volver a hacerlo nunca más. Este fue el significado profundo que quisimos darles a los argentinos en este Bicentenario. (Aplausos)
Y estoy segura que esos millones de argentinos de distintas clases sociales, credos, ideologías, pertenencias, hasta geografías, porque el último día se había acercado mucha gente para presenciar el desfile, creo que nos miramos todos y comprendimos que no éramos eso que creíamos ser, porque nos estaban contando desde algún lado que éramos feos, sucios y malos. Tampoco somos perfectos, es más, no sería agradable que fuéramos perfectos, nos aburriríamos mucho, somos hombres y mujeres que tenemos el derecho y la aspiración a vivir en una sociedad más equitativa, más igualitaria, que no estigmatice al otro por ser diferente, que sepamos darnos la mano, comprendernos, aceptarnos en las diferencias, procesarlas democrática e institucionalmente, y que cuando el pueblo decide cuál es el intendente que gobierna, cuál es el gobernador, cual el presidente o la presidenta que conduce los destinos del país, sepamos que respetando esas decisiones nos estamos respetando a nosotros mismo. Y al mismo tiempo que cada intendente, que cada gobernador, que cada hombre o mujer que es honrado con la primera magistratura del país, él también honre a su palabra y a sus convicciones cuando tenga que ejercer la función, porque ese es el verdadero compromiso democrático que debemos tener dirigentes y gobernados en la República Argentina. (Aplausos)
Las veces que se cumpla ese pacto, ese acuerdo tácito, implícito, de hacer honor a las ideas por las que luchamos toda la vida, a las ideas por las cuales llegamos por el voto popular al lugar que ocupamos, estaremos construyendo entonces una verdadera sociedad democrática, en la cual nadie tenga que arrepentirse de haber votado a alguien. Creo que esto es lo más importante que tenemos que lograr como crecimiento de la sociedad, tener la capacidad de no escuchar lo que muchas veces son cantos de sirena, o apenas intereses, o apenas distorsiones que tenemos en nuestra cabeza de una historia que desgraciadamente a todos de algún modo nos ha marcado y muchas veces nos hace actuar en contra de nuestros propios intereses.
Por eso, en este día de la primera visita de un presidente de la República a este maravilloso pueblo que se llama como un maravilloso argentino, General Belgrano, quiero agradecer el afecto y el cariño de todos ustedes y convocarlos a la construcción de ese país mejor. Para todos nosotros, para nuestros hijos, por los que no están y por los que vendrán. Gracias General Belgrano, los quiero muchos. Muchísimas gracias. (Aplausos)