...desencadenó una crisis que impactó negativamente en un crecimiento de la economía mundial que venía siendo sostenido y que había permitido un gran mejoramiento fundamentalmente en las condiciones de vida de los países emergentes, que eran los que además habían provocado ese crecimiento de la economía; la incorporación de masas de ciudadanos que estaban excluidos de los servicios de educación, de salud, de vivienda había generado fuerte crecimiento porque obviamente habían incentivado el consumo y por lo tanto el crecimiento de la economía.
Esto generó y sigue generando un gran debate aún no concluido y también obviamente la aparición de nuevos actores en el escenario internacional. Hasta ese momento se conocía como el G7 ó el G8 ampliado el núcleo en el cual se discutían las políticas macroeconómicas de la globalización y luego de esta crisis, esto tiene un primer impacto en que actores que ya tenían un fuerte protagonismo en la economía real adquieren protagonismo en la economía o en la arquitectura internacional institucional a partir de la constitución de lo que se ha denominado el G20 en el cual por supuesto la República Popular de China y también la República Argentina somos partes.
Esto que ha pasado en el mundo sin embardo para nosotros, los argentinos, no es un dato nuevo. Como todos ustedes saben, la Argentina en el año 2001 produjo el default de deuda soberana más importante en la historia económica, más de 160.000 millones de dólares fueron defaulteados.
Esto obviamente no sucedió de un día para el otro. Nuestro país venía de la aplicación de políticas que también habían hecho fundamentalmente a partir del golpe de 24 de marzo de 1976 mucho hincapié en el sector financiero en detrimento de los sectores industriales y en detrimento de aquellos sectores que agregan valor, que producen valor, que generan mano de obra. Fue un proceso que comenzó allí y que tuvo tal vez su mayor expresión también durante la década de los ´90 cuando se impuso en la Argentina un régimen monetario de convertibilidad, una ley, en la cual se construyó -digo yo siempre- la ficción de que un dólar, o sea la unidad monetaria de la primera economía del mundo, valía exactamente lo mismo que un peso, que es la unidad monetaria de la República Argentina. Si una moneda, el valor de una moneda, expresa la magnitud y la importancia de una economía, está claro que no hacía falta ser un experto en economía o en comercio internacional para advertir que nuestra unidad monetaria no podía nunca equipararse al dólar, que por si todo fuera poco, luego de Bretton Woods y luego de declarar la inconvertibilidad del dólar, es como todos sabemos, moneda de reserva a nivel internacional, o sea doblemente el impacto, no solamente porque no respondía al tamaño de la economía, sino porque además nos referenciábamos en una moneda de reserva.
Esto terminó con los últimos vestigios de una Argentina industrial que supo ser muy importante en América latina. Para que ustedes tengan algunos datos, en la década de los ´50 la República Argentina era el PBI más alto de toda América latina. Otro dato importante: de los cinco primeros países en el mundo que produjeron un avión a reacción, entre esos 5 países estuvo la República Argentina durante la década de los años ´50. Y además se alcanzó, precisamente durante esa década, el poder adquisitivo más importante de los trabajadores argentinos, llegando casi al 50 por ciento de participación en el Producto Bruto Interno entre capital y trabajo, con un nivel altísimo de alfabetización y un fenómeno, un fenómeno que ustedes lo van a entender muy bien, que significó que masas obreras e inclusive campesinado que dejó el campo y fue a las ciudades a trabajar en las industrias, pudiera tener una gran movilidad social ascendente y transformarse en una poderosa clase media que distinguió precisamente a nuestro país del resto de América latina y que permitió no solamente soñar sino llegar a hijos de trabajadores a la universidad y a hijos de trabajadores a la Primera Magistratura del país.
Ese país que existió durante la década de los ´50 terminó implosionando en el año 2001, producto de políticas que tiraron abajo todo ese proceso de incorporación. Para que ustedes tengan una idea, allí se fundó también la Comisión Nacional de Energía Atómica, precisamente durante la década de los años ´50, se incrementó la industria ferroviaria, en fin, podría enumerarles lo que era una Argentina profundamente industrialista y también muy innovadora en materia de tecnología.
Llegamos al año 2003, luego del default del año 2001, con una desocupación de nuestro país del 25 por ciento. Cuando el presidente Néstor Kirchner asume la presidencia de la República Argentina lo hace con el 22 por ciento de los votos y había un 25 por ciento de desocupados. Yo siempre medio en broma y medio en serio le recuerdo que cuando llegó a presidente tenía más desocupados que votos, lo cual no deja de ser un problema a la hora de decidir políticas públicas y tener una legitimidad para poder hacerlo.
El nivel de endeudamiento que se había dado en esos años era formidable, como formidable fue el vaciamiento especulativo a través del uno a uno. ¿Por qué? Porque venían capitales de afuera, colocaban su dinero en la Argentina que pagaba tasas del 10, del 15, del 17 por ciento tasa dólar, cuando en el mundo el dólar estaba en una tasa del 2 ó 2 y medio por ciento y luego se retiraban con pingües ganancias.
¿Cómo pagaba esto la Argentina? Con una fuerte política de endeudamiento, no sólo a través de los préstamos del Fondo Monetario Internacional, sino a través de una verdadera emisión continua de bonos de deuda que finalmente, como no podía ser de otra manera, o sea, consumíamos muchísimo, los argentinos viajaban al exterior pero no producíamos, nos endeudábamos; era una cuestión solamente de tiempo el que la burbuja estallara.
Sin embargo, durante todo ese lapso dominado esencialmente por las políticas del Consenso de Washington, el país recibía la aprobación permanente por parte del Fondo Monetario Internacional e inclusive sus autoridades eran invitadas a participar en la Asamblea anual de este organismo multilateral de crédito.
Cuando se llega al gobierno ese 25 de mayo del año 2003, se decide llevar adelante un proyecto político y económico sustancialmente diferente al que se había llevado hasta ese momento, porque el nivel de endeudamiento además era de un 160 por ciento de un PBI que en ese momento era aproximadamente de 150.000 millones de dólares, la más severa restricción que tenía precisamente la economía argentina era el terrible peso específico de esa deuda. Esto era mencionado por los sindicatos pasando por la Iglesia, por distintos partidos políticos, o sea no había argentino que no hablara del Fondo Monetario Internacional, de la deuda externa como el principal problema que tenía la República Argentina.
Nosotros veíamos que juntamente con este problema estaba el problema de desindustrialización del trabajo, la eliminación de puestos de trabajo y por lo tanto de la eliminación de riqueza, y sostuvimos la necesidad de reestructurar la deuda soberana pero al mismo tiempo con plazos y quitas que permitieran, por una parte, que quienes habían jugado a la economía casino, a la economía de la especulación, tomaran la parte de riesgo. Porque está claro que cuando uno va a un lugar y le pagan el 20 por ciento de interés y en todos los otros bancos y en todos los otros países y en todos los otros lugares del mundo la tasa es del 2 por ciento, está claro que hay fuertes probabilidades de que ese que le paga el 20 por ciento frente a un mundo que pague el 10, no les devuelva el dinero, son los riesgos también propios de la economía capitalista y que, por lo tanto, debían asumir una parte de esos costos quienes habían, como nosotros decimos, timbeado; es un término muy lunfardo, muy argentino, habían jugado a la ruleta con la economía argentina. Y al mismo tiempo sosteníamos la necesidad de comenzar a crecer económicamente para sí poder pagar la deuda.
Se produce en este marco la reestructuración, la primera reestructuración de deuda en el año 2005, donde un 76 por ciento de la deuda defaulteada accede a ingresar al canje y a reestructurarlo con una importante quita, quita que fue por cierto bastante menor a la de Enron. Yo siempre pongo Enron de ejemplo, Enron devolvió a cada uno de sus accionistas por cada dólar 10 centavos; la Argentina devolvió bastante más, sobre todo esto para contestar algunas críticas que se nos hacían. Además digamos que fue muy diferente la quiebra de Enron a lo que fue la quiebra de la República Argentina.
Paralelamente comenzamos con una política de comenzar a manejar las variables macroeconómicas del país a través de una administración regulada del tipo de cambio que nos permitiera tener un tipo de cambio competitivo en el cual fuera posible exportar y fuera rentable exportar. De esto no voy a contarle nada a los chinos, porque en ese sentido creo que China puede dar cátedra acerca de desarrollar modelos propios y controlar sus propias variables, tener un modelo de desarrollo propio.
Paralelamente también comenzamos no solamente con un proceso de reindustrialización, sino como les decía de control de variables económicas que nos llevó por primera vez en la historia de la República Argentina a tener lo que nosotros denominamos los superávit gemelos, superávit comercial y superávit fiscal.
Es curioso que durante toda la gestión del neoliberalismo, producto del Consenso de Washington, que tenía como cátedra el hecho de que era muy malo el déficit tanto comercial como fiscal, sin embargo durante el reinado de esas políticas en la República Argentina se alcanzaron los niveles de déficit comercial y fiscal más importantes de los que se tenga memoria. Y fue precisamente a partir del año 2003 que comenzamos a instalar como medidas estructurales y variables macroeconómicas más importantes la existencia de estos dos superávit; y también fundamentalmente a la necesidad de desarrollar un fuerte mercado interno, un sólido mercado interno que permitiera mejorar la calidad de nuestras exportaciones, que no fuera incompatible con el sesgo exportador que toda economía tiene que tener pero que al mismo tiempo -y aquí voy a tomar unas palabras o un modelo que el presidente Hu Jintao incluye en lo que él denomina el desarrollo científico y la armonía que debe tener una sociedad- la traducción en argentina para nosotros sería que es necesario que todos los sectores sociales, puedan cada vez incluir más gente al proceso productivo, porque incluir gente al proceso productivo no solamente es crear riqueza, sino es generar también consumo y finalmente la combinación de ambos factores hace al crecimiento de una economía y de un país.
Es así como del año 2003 al año 2008 tuvimos el período de crecimiento de la economía más importante de nuestros 200 años como país, de historia de nuestro país. Y también los niveles de exportación más importantes de los que se tengan memoria, llegando al récord de 56.000 millones de dólares y yo sé que frente a las cifras chinas suena casi como una broma, están por los 4.300 millones, nosotros sólo somos apenas modestos 40 millones de habitantes en nuestro país frente a los 1.338 millones de chinos, pero para nosotros es una cifra más que importante.
El año pasado casualmente en el año de la crisis más importante de los últimos 30 años, logramos el superávit comercial más importante de nuestra historia, y 6.880 millones de dólares, nos faltaron apenas 20 millones de dólares para perforar los 17.000 millones de dólares de superávit, sector externo, sector comercial, que revela la importancia que se tuvo el año pasado en lo que nosotros denominamos las políticas contracíclicas. Por eso hablaba del período de crecimiento a un promedio de tasa de 8,5 por ciento, salvo el último año, el 2008 que fue del 6,8 producto de la caída que tuvo la economía en el último trimestre a partir de Lehman Brothers.
Pero lo cierto es que aún así el año pasado con la peor crisis económica que se recuerde desde el año 1930, la Argentina creció a un 0.9. Sé que China lo hizo a un 8.4, pero quiero decirles algo: Naciones coloca que primero China, y después Argentina, fueron las que más medidas contracíclicas tomaron precisamente para hacer frente a esta verdadera hecatombe, que nos vino a los países emergentes desde afuera, pero que tuvimos que ponerle nuestra espalda y nuestros hombros para no desandar los años de crecimiento, para no desandar los años de inclusión, de incorporación de millones de argentinos y obviamente de cientos de millones de chinos que habían logrado incorporarse precisamente al mundo del consumo, al mundo capitalista.
La verdad que en estos primeros meses del año 2010 el crecimiento de la industria; el crecimiento de la actividad económica, en el 6.8 acumulado; el crecimiento del consumo dan datos muy alentadores para la República Argentina, en este año 2010. La cosecha también, porque el año pasado nos pasó de todo, nos pasó la crisis que vino de afuera, una de las sequías más importantes que también se recuerden, la gripe A que también nos costó por lo menos medio punto o un punto del crecimiento, yo digo que parecían las 3 plagas de Egipto, tuvimos 3 ó 4 pero las pudimos sortear. Siempre digo qué hubiera sido del país si esta crisis mundial nos hubiera tomado en otra oportunidad. Yo recuerdo el impacto, por ejemplo del Tequila, en 1995; el impacto del "Efecto Caipirinha" cuando vino el tema de la devaluación en Brasil; el tema de los Tigres Asiáticos, todos problemas que sucedían en el exterior, pero que producían verdaderos cimbronazos en nuestro país con las secuelas de industrias cerradas y quebradas, millones de despedidos.
Y esto no sucedió afortunadamente teniendo las políticas muy fuertes que tuvimos el año pasado. ¿Cuáles fueron? Algunas de ellas: la primera fue lograr, porque tenemos en el ADN nuestro, el fantasma de la desocupación como el gran causante de miseria, dolor y tragedia, y precisamente una de las cuestiones que más duramente planteamos fue mantener el vínculo laboral entre trabajadores y empresas, que no se produjeran despidos porque sabíamos que si habían despidos obviamente esto significaba el drama de una familia sin trabajo, pero también significaba alguien que no iba a consumir, y por lo tanto, nosotros que tuvimos otra política sosteniente y dirigida a sostener la demanda agregada, sabíamos que era imprescindible mantener el vínculo laboral. Para darles un ejemplo, había muchas políticas, todas muy heterodoxas, no creemos en los modelos, en los clichés, no creemos en las recetas únicas para todos los casos. Hemos aprendido y la experiencia nos ha dicho que cada problema merece una mirada distinta (Transmisión que se corta)
(...) y allí el Estado, le dio a través de la Administración de ANSES, que es la que administra los recursos de los trabajadores, un préstamo a 4 años para que precisamente pudiera desarrollar su modelo y no despidiera gente. Yo siempre hago bromas respecto de esto, porque me recibí en la Universidad de La Plata y yo decía si alguien me hubiera dicho en la universidad, cuando era muy joven, que siendo presidenta de la República Argentina iba a terminar dando en préstamo a General Motors, le hubiera dicho que estaba loco. Pero de repente esto revela el mundo nuevo ante el que estamos y la necesidad de tomar medidas heterodoxas. Dimos estos préstamos que iba a ser devuelto a 4 años pero que en realidad ya ha sido devuelto la mitad y en agosto de este año concluye el pago total del préstamo. No solamente no se despidió gente y se lanzó al mercado un nuevo auto, sino que se incorporaron 800m casi 900 trabajos directos, y más de 600 indirectos, a través del sector autopartista, con lo cual la inversión de los recursos de los trabajadores no solamente fue recuperado sino que logramos nuevos aportantes a esa masa de recursos de los trabajadores, a través de las nuevas incorporaciones en empleos directos y en empleos indirectos.
Esto nos permitió precisamente terminar el año con un crecimiento de 0.9; China lo hizo mejor, tuvo un 8.4 de crecimiento su economía y en cierta medida constituyó una suerte de motor adicional al crecimiento de la economía internacional. Sabemos que todos los países desarrollados fueron para atrás. Además logramos también mantener el nivel de recaudación positivo, y también, encaramos en un momento tan difícil la segunda parte de la reestructuración del canje, que acaba de finalizar, hace unos días, muy exitosamente y que nos permite decir que casi el 93 por ciento del total de la deuda defaulteada, en el año 2001, hoy ha sido reestructurada y que la Argentina viene pagando regularmente todos sus vencimientos, desde el año 2005, sin acceder al mercado de capitales, con recursos propios, por recursos generados por la propia economía, lo que nos ha permitido, en estos 7 años, llegar a un PBI de 327.000 millones de dólares y disminuir la participación de la deuda en ese Producto Bruto Interno al 30 por ciento, si nosotros medimos también la deuda intra-sector público, es decir, aquellas instituciones del Estado que también tienen bonos argentinos como parte de sus activos.
También, por supuesto, la parte social, por primera vez, después de una década y media, la Argentina perforó la tasa de dos dígitos de desocupación, llegando, en el mejor momento del año 2008, a 7.4 de desocupación, con una inclusión en materia de haberes previsionales inédita en la República Argentina, porque producto de las privatizaciones, producto del trabajo en negro en muchísimas décadas, producto del no aporte de patrones inescrupulosos al sistema jubilatorio, había millones de argentinos que no habían podido acceder a su beneficio jubilatorio. Mediante una ley de moratoria, impulsada por el gobierno, más de 2.200.000 argentinos que no podían gozar del haber jubilatorio o de pensión, hoy en la Argentina, tienen cobertura previsional, llegando a la cobertura previsional más importante de la que se tenga memoria.
Para que ustedes tengan una idea, en el año 2003 se destinaba el 5,4 por ciento del PBI a la cobertura previsional, PBI que era de 150.000 millones. Hoy, en el año 2010, se está dedicando el 10.6, de un PBI de 327.000 millones para la cobertura previsional.
El salario de los trabajadores, el salario mínimo, vital y móvil es el más alto de Latinoamérica, y además se negocian más de 2.000 convenciones colectivas de trabajo, lo que ha permitido mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, de la República Argentina, como no se había registrado en décadas y lograr una participación en el PBI de casi más de 10 puntos, de lo que era en el año 2003, y al mismo tiempo ser esto una formidable polea en lo que hace al consumo y al crecimiento.
También el año pasado decidimos crear la Asignación Universal por Hijo, para aquellos trabajadores que aún no tienen trabajo o para los que teniéndolo no tienen el salario mínimo, vital y móvil. Por lo tanto hoy en la República Argentina, los menores entre cero y 18 años, están cubiertos en el 92; 93 por ciento en su totalidad. La otra parte obedece a los que naturalmente tienen cobertura por su familia por el lado de ganancias, por lo cual hoy podemos afirmar realmente que en materia de cobertura social la República Argentina registra índices inéditos, así lo mismo en disminución de pobreza, disminución de indigencia. Y esa Asignación Universal por Hijo va además con una doble obligación por parte de quienes son sus titulares: la concurrencia a la escuela pública, lo que ha determinado un 25 por ciento de aumento de la matrícula.
...... (Corte de transmisión)...obviamente no todas las competitividades en materia económica son similares en los países de la eurozona, pero al tener el mismo instrumento monetario, esto crea algunos problemas.
No quiero incursionar ni dar consejos absolutamente a nadie, sino simplemente hacer una aproximación al problema, desde una óptica de lo que nos pasó a los argentinos. ¿Cómo vemos nosotros y qué reformas creemos que deben encararse a nivel global y que venimos planteando fundamentalmente en el G-20? La primera, la necesidad, como ha planteado el presidente Hu Jintao, una frase que me gustó mucho en la última reunión que mantuvimos en Canadá, y que es la necesidad de una regulación internacional del movimiento de capitales, que él denominó sistema fantasma; es una frase y una denominación que me gustó mucho porque refleja exactamente lo que ha sucedido en el mundo en materia de fondos de inversión.
Normalmente, como todos ustedes saben, el sistema monetario internacional, a partir de Bretton Woods, tuvo un muy fuerte contralor por las normas de Basilea, sobre todos los bancos centrales de todos los países y sobre todos los bancos comerciales de los distintos países. Pero cuando se generaron los famosos bancos de inversión y luego los fondos de inversión y luego los productos derivados se generó una suerte de sistema internacional paralelo que nadie, absolutamente nadie controla y que introduce toxicidad en numerosas economías.
Argentina, producto de su no acceso al mercado de capitales que era visto como un problema, como un defecto precisamente, quedó a salvo de eso y tiene un sistema bancario sumamente solvente, lo cual permitió que cuando destináramos recursos fiscales para hacer frente a la crisis, lo hiciéramos a la economía real y no tuviéramos que aplicar esos recursos al sector financiero.
Nosotros planteábamos ya en Londres, cuando todavía Gordon Brown era Primer Ministro de Inglaterra, que estaba bien que no se dejaran caer más bancos para no repetir la crisis de 1930, cuando se dejaron caer los bancos, y lo que fue depresión, luego se transformó en la recesión más prolongada de la economía, pero que era necesario que ese fondeo de los bancos tuviera una contraparte por parte del sector financiero que pasara a financiar precisamente a la economía real para evitar los despidos, para evitar cerrar fábricas, para evitar las ejecuciones hipotecarias, porque de lo contrario íbamos a estar precisamente fondeando al sector productor de la crisis sin que este sector devolviera a la economía real, como pasó realmente, y por lo tanto la crisis tendiera a agravarse en lugar de solucionarse.
Por lo tanto creemos imprescindible que cuando lleguemos a Seúl, en noviembre de este año, lleguemos con un sistema de regulación internacional en materia financiera. Para esto también se hace imprescindible la regulación o eliminación de los denominados paraísos fiscales. Ese es un problema grave de todas las economías. Les voy a dar un ejemplo, uno de los denominados fondos buitres que más demanda a la República Argentina es el fondo Elliott, si mal no recuerdo. El titular de este fondo es un ex ciudadano norteamericano. ¿Por qué digo ex? Porque renunció a su ciudadanía norteamericana para no pagar impuestos en Estados Unidos, tomó la nacionalidad de un paraíso fiscal, pero sin embargo, utiliza la Justicia estadounidense y el lobby en el Parlamento norteamericano para hostigar a la Argentina y no permitir que haga su reestructuración de deuda. El caso de ciudadanos que evaden impuestos y por lo tanto perjudican gravemente a un país, porque impuesto que se evade es dinero que se retrae a la salud, a la educación, a la seguridad, a la vivienda, a la defensa, en definitiva al bienestar de cada uno de los ciudadanos que es por lo que el Estado debe velar. La regulación, la eliminación de paraísos fiscales, o por lo menos el conocimiento o finalización del secreto bancario es clave también para un reordenamiento global de la economía.
Otra cuestión va a ser también el tema del comercio global y la imposibilidad de finalizar la Ronda de Doha. El problema que yo veo con respecto al tema de Doha, es que en realidad se quiere seguir encarando las relaciones comerciales como si nada hubiera sucedido en el mundo y entonces los países desarrollados están acostumbrados a imponer las condiciones de negociación o de intercambio y de siempre ganar, aún en perjuicio de las economías emergentes. Es necesario reconocer un nuevo escenario internacional, es necesario reconocer que los países que han desarrollado una industria que todavía es incipiente, deben defender esto, que no significa proteccionismo, sino significa precisamente mantener puestos de trabajo en su país para poder seguir comprando y para poder seguir creciendo.
Nosotros siempre sostuvimos, cuando íbamos a Naciones Unidas y referido al problema de la deuda externa, que es necesario que los países crezcan en forma armoniosa, porque los muertos no pagan sus deudas; los únicos que pueden pagar sus deudas, los únicos que pueden comerciar, los únicos que pueden comprar, los únicos que pueden vender son los que están vivos y los que tienen recursos para hacerlo. Por eso también el tema de una mayor igualdad en materia de comercio internacional es una de las claves que deben ser encaradas.
Y finalmente también creo que ya no solamente en el aspecto económico, sino también en el aspecto político, es necesario admitir un nuevo escenario y la modificación de los instrumentos globales de gobernanza, que si ustedes se ponen a pensar un poquito datan del año 1945. Naciones Unidas, Carta de San Francisco data de 1945; el Consejo de Seguridad tal cual está planteado era parte de un mundo bipolar en donde se sentaban en esa mesa del Consejo de Seguridad los que tenían armamentos nucleares, por lo tanto el famoso botón rojo o famoso teléfono rojo. En este Consejo de Seguridad se balanceaban los poderes, se evitaba la hecatombe nuclear y, por lo tanto, era necesario tener este instrumento.
Pero ese mundo se terminó, no existe más, los que eran enemigos antagónicos, Rusia y Estados Unidos, hoy no tienen esta situación, es más, tienen tal vez enemigos comunes que no están sentados en el Consejo de Seguridad ni tampoco están sentados en ninguna silla en nombre de ningún país en Naciones Unidas porque han cambiado las cosas. Entonces, pretender gobernar o canalizar una nueva conflictividad internacional con instrumentos que datan de 1945, que eran buenos instrumentos en 1945, pero yo les pregunto a cualquier empresario, a cualquiera de ustedes, veo que hay muchos jóvenes pero los que estaban vivos en 1945, si siguen usando los mismos televisores, las mismas licuadoras, los mismos hábitos. No, cambió todo, sin embargo, esto sigue exactamente igual. Y lo mismo pasó con el otro gran instrumento de gobernanza global a nivel económico que es el Fondo Monetario Internacional; también data de 1945 y debía garantizar el crecimiento de la economía global, el bienestar de la sociedad, el contralor de las economías. Nada de esto sucedió, porque hemos visto claramente que además con la aparición de las denominadas calificadoras de riesgo hay otros que califican, hay otros que deciden quién es una buena inversión y quién no es una buena inversión. Y aquí también otro gran desafío que hemos planteado nosotros es la necesidad de dar regulación de las calificadoras de riesgo.
Hemos visto en la crisis griega que se reconoció que había habido pago de comisiones para formular números y calificaciones que en realidad no existían, y si usted veía la calificación de Grecia en cuanto a posibilidades de pago de deuda soberana y de Argentina, era mucho mejor la de Grecia que la de Argentina, pese a que Argentina tenía superávit comercial, superávit fiscal, aumento de las reservas, desendeudamiento permanente, todas las variables económicas daban para una calificación y daban para otras calificaciones variables económicas de otros países que fueron muy bien calificados pero que en realidad significaron pingües negocios para bancos de inversión que colocaron títulos de deuda en esos países y que hoy tienen problemas a la hora de recuperar esas posiciones.
Creo que estas cosas van a tener que borrarse finalmente y con mayor exactitud y mayor precisión en la próxima reunión que tengamos en Seúl, porque esta es una visión compartida por muchos de quienes integramos el G-20, la necesidad de reformular normas, normas que además, dicho sea de paso, deben terminar con el doble estándar. ¿Qué es el doble estándar? El doble estándar significa que hay países que pueden tener un déficit monumental, son moneda de reserva pero nadie los observa, o bien alguien toma una resolución en Naciones Unidas respecto de qué comportamiento tiene que tener algún miembro que integre el Consejo de Seguridad respecto de algún diferendo, en el caso nuestro Inglaterra y la Argentina, en lo cual desde ya agradezco una vez más el acompañamiento permanente de la República Popular China en su reclamo, y de repente entonces la norma o la decisión de Nacionales Unidas si es aplicable a un país poderoso no se aplica y si es un país más débil entonces sí tiene obligación de respetarla bajo pena tal vez de que sea invadido o declarado fuera del mundo.
Creo que son todas las cuestiones que nos colocan frente a un mundo muy complejo, diferente al que conocimos hasta ahora, pero que con nuevos actores globales, debe exigir un multilateralismo mucho más activo y mucho más real del que estamos llevando hasta ahora, una reformulación de sus órganos de gobernanza global y fundamentalmente una apertura y cambio de criterios por quienes hasta hace muy poco tiempo daban lecciones al mundo entero de cómo había que comportarse en economía y en política.
Y nosotros creemos, como también creemos que lo cree la República Popular China, que cada país debe respetar y debe ser respetado en su modelo de crecimiento, de desarrollo y de inclusión social, con un único requisito: contribuir a la paz internacional y contribuir a un mundo más armonioso. Me parece que estas son las claves de la nueva etapa que vamos a vivir en un siglo que va a haber más cambios que en los últimos 20 siglos que vivimos.
Dependerá de todos y cada uno de nosotros, actores globales, que estos cambios sean lo suficientemente positivos como para mejorar la calidad de vida de todos nuestros conciudadanos.
Muchas gracias. (Aplausos)
PREGUNTAS DE LOS ALUMNOS UNIVERSITARIOS Y RESPUESTAS DE LA SEÑORA PRESIDENTA
PREGUNTA.- ¿Durante la crisis financiera mundial, usted, siendo Presidenta, qué medidas ha tomado para que el país saliera adelante?
PRESIDENTA.- Algunas las mencioné durante mi exposición, fundamentalmente nosotros sosteníamos la necesidad de mantener el consumo; una de las características de toda crisis es que esto genera expectativas negativas, la gente deja de consumir y entonces es una suerte de auto profecía cumplida, como tengo temor de ......(corte de transmisión) ...termina despidiendo a los trabajadores, con lo cual la primera cuestión con la que tuvimos que luchar fue contra las expectativas. Ustedes saben que una de las teorías económicas más importantes son las expectativas racionales, muchas de las expectativas no son racionales y había que luchar contra eso. Y por eso lanzamos planes me acuerdo con la Ministra de Industria de venta desde electrodomésticos, pasando por autos, planes de financiamiento, pero fundamentalmente dirigidos a quebrar esas expectativas. Luego medidas tendientes a mantener y aumentar la demanda agregada, y para ello apelamos a una muy fuerte política de articulación entre el sector público y privado en materia laboral. De aquí distingo de la platea a un dirigente gremial, me acuerdo que un día vinieron a verme en febrero de la Confederación General del Trabajo, que es la organización que agrupa a todo los trabajadores de mi país, para pedirme en aquel momento que volviéramos al tema de la doble o triple indemnización, o sea que se pagara doble o triple indemnización al trabajador que era despedido, o que se impidiera por ley el despido. Y yo les dije que en realidad la intención era muy buena pero la economía no se rige por intenciones sino se rige por las expectativas que despierta en los sectores económicos, y que si nosotros sacábamos una norma de esa naturaleza lo único que íbamos a lograr como reacción del sector empresarial eran masivos despidos porque nadie iba a querer tener esa espada de Damocles frente a una crisis como la que se avecinaba.
¿Entonces a que aportamos? Apostamos a mantener el vínculo laboral. Y en cada caso fue diferente, desde el caso que di hace unos instantes de General Motors, hasta por ejemplo durante la crisis de la gripe A que eliminó todo el turismo en una zona muy importante de mi país, fuimos con los REPRO que es un complemento para los salarios de los trabajadores para que los empresarios no despidan. Esto se aplicó no solamente en el sector de turismo sino también al sector de la metalmecánica, en el sector de la industria automotriz y en todos aquellos sectores que necesitaban una ayuda para no despedir a sus trabajadores. El tema de políticas promocionales importantes en materia fiscal que las acentuamos y las profundizamos; en materia crediticia exactamente lo mismo a través de créditos con tasas blandas para pymes, para pequeños sectores o actividades que estaban en crisis. Todo un bagaje de expansión del gasto público, de lo que se denomina gasto público que para mí es inversión, y fundamentalmente sostenimiento del plan de infraestructura.
Una de las cosas que me olvidé mencionar es que uno de los activos más importantes en el crecimiento de estos años en la República Argentina fue el más fuerte y profundo plan de inversión pública en materia de infraestructura económica y social: rutas, autovías, viviendas, escuelas. Nunca se construyeron en toda la historia tantas escuelas como en estos siete años, nunca se construyeron tantas viviendas, tantas autopistas; también aumento de la generación de energía eléctrica, subsidios sobre las tarifas para que fuera más competitiva nuestra economía y pudiera mejorar el poder adquisitivo. Ustedes saben que el tema de tarifas es uno de los temas que más impactan negativamente en el crecimiento de la economía, es un gasto inelástico y además es una cosa insustituible. Cuando uno tiene algún problema puede privarse de comprar tal o cual cosa pero no puede privarse de tener luz, gas y agua. Por lo tanto tuvimos y tenemos una política muy activa en ese campo. Estas y otras medias fueron las que nos llevaron a ser considerados junto a China, China primero y nosotros segundos, el país que más medidas de promoción fiscal y de promoción en general contra cíclica tuvimos para sortear, con mucho éxito debo decirlo, la crisis del año 2009. (Aplausos)
PREGUNTA.- Quiero saber qué considera usted sobre el papel que desempeña su país en desarrollo para resolver el cambio climático.
PRESIDENTA.- Este fue uno de los problemas que se trató en Pittsburgh y que finalmente terminó con el fracaso de Copenhague. A nuestro criterio, los países desarrollados que son los más responsables en la emisión, no responsables ahora son responsables históricos, venimos con un pasivo ambiental muy fuerte, quieren que el peso de ese pasivo ambiental que produjeron durante décadas lo terminen pagando las economías emergentes, lo cual desde el punto de vista de las economías emergentes es absolutamente inaceptable. Nosotros consideramos que quienes han producido semejante pasivo ambiental son los que más tienen que hacerse cargo financieramente con ayuda de esta cuestión. Podrán decirse mil cosas, pero en realidad el nudo gordiano, el centro de la cuestión está en esto, ¿quién se hace cargo? Y nosotros creemos que se tiene que hacer cargo el que mayor perjuicio ha causado, pero además el que mayor nivel de vida tienen sus habitantes y por lo tanto puede permitirse la reducción más brusca de emisiones que otros países no podrían nunca tener por una cuestión tan simple y sencilla como que se caería todo lo que han construido en materia de inclusión social en los últimos años. Y además también hay que ser realistas, esto yo lo he manifestado en varias oportunidades, si nos reunimos para decir que necesitamos que la economía crezca a un determinado nivel para mantener el nivel de empleo, el nivel de bienestar, evitar problemas sociales y problemas que finalmente puedan impactar políticamente, hay que ser realistas al momento de determinar cuánto podemos reducir la emisión de gases. Porque el objetivo debe estar y debe ser tender a eliminar la emisión de gases y sustituirlos por combustibles alternativos, pero todos sabemos que la sustitución de los combustibles fósiles se va a poder dar en un determinado lapso que no es el que por ahí se fijan las metas. No solamente es por una cuestión de inversión, sino también por una cuestión de carácter tecnológico, tenemos que decirlo con toda las letras. En ese sentido nosotros estamos trabajando muy bien y muy fuertemente. Nosotros creemos que energía nuclear es un tema que debe volverse a poner en el tapete como una de las energías más limpias. Durante mucho tiempo la energía nuclear fue vista a partir fundamentalmente del surgimiento de los partidos verdes como una mala palabra, pero en realidad es una tecnología. Nosotros estamos aumentando nuestra capacidad en materia de energía nuclear, estamos terminando la tercera central nuclear y estamos pensando en comenzar con la cuarta central nuclear, tenemos un gran desarrollo nuclear. También creo que vamos en camino en convertirnos en el primer productor mundial de biodiesel, con lo cual también vamos a reducir notablemente la emisión de gases. Con lo cual en ese sentido Argentina tiene un compromiso muy fuerte, pero al mismo tiempo que tiene un compromiso muy fuerte exige mucho realismo a la hora de fijar metas y mucha responsabilidad por parte de quienes han sido los principales responsables en la emisión de gases. (Aplausos)
PREGUNTA.- Buenas tardes señora Presidenta. Es bien sabido que usted es gran aficionada al fútbol. Podría usted hoy compartir con nosotros su afición en este juego y también quisiéramos saber quiénes son sus favoritos jugadores. Muchas gracias
PRESIDENTA.- En realidad les voy a contar algo: la gran aficionada al fútbol no soy yo, es mi mamá, que desde muy chiquita me arrastraba a la cancha de fútbol en la ciudad de La Plata, en donde ambas somos hinchas del Club Gimnasia Esgrima de La Plata, pero ella es fanática yo no. Realmente no entiendo mucho de fútbol, siempre quiero que gane la Selección argentina cuando juega obviamente, me hubiera gustado mucho que así lo hiciera pero creo que hicieron un muy buen papel y los felicito una vez más aquí, a su director técnico Diego Maradona y a todo el equipo, y estamos muy contentos además de que España haya obtenido por primera vez su título. Esto ya también me involucra un poco porque yo soy nieta de españoles, de mis cuatro abuelos tres son españoles. Ustedes saben que mi país es muy rico en inmigración, y la inmigración italiana y española ha sido una de las más fuertes, hay muchísimas pero estas son las más numerosas. El fútbol me encanta, más que con la pasión que lo hace el fanático a mí lo que más me llama la atención no es el juego adentro de la cancha sino lo que pasa en las tribunas, la pasión que despierta. Cuando mi mamá me llevaba a mirar los clásicos de Estudiantes y Gimnasia, que es así como Boca-River, no sé cuál será acá, lo que más me llamaba la atención y me sigue llamando la atención, son las pasiones y los sentimientos que despierta el fútbol, y además siempre digo en la Argentina, que se ha caracterizado por ser un país de muy buen fútbol, hemos ganado dos campeonatos mundiales y hemos sido subcampeones mundiales también en el año ‘90, el fútbol es una pasión terrible, es una pasión de peleas, de diferencias; y digo que llama la atención no porque somos muy buenos en el fútbol, que es el deporte más popular por excelencia, no voy a decir que somos los mejores del mundo porque se van a enojar otros pero somos muy buenos, y sí somos los mejores del mundo también en polo, que es el deporte que está en las antípodas, que es un deporte de elite si se quiere. Creo que la pasión por el fútbol en la Argentina tiene que ver con las canchas que se va desde muy chico. Realmente es una pasión que llama la atención y que a mí siempre me conmueve. No soy futbolera pero me gusta eso, la pasión que es capaz de despertar en millones de personas, jóvenes, viejos, ricos, pobres, es un lugar donde se cruza transversalmente una sociedad y siempre es bueno eso. Gracias. (Aplausos)
PREGUNTA.- Señora Presidenta, siendo Argentina un socio muy importante de China, ¿cómo considera usted las perspectivas de cooperación entre su país y China?
PRESIDENTA.- Excelente pregunta. Yo creo que son más que buenas, lo vengo diciendo desde hace muchísimo tiempo. Si uno advierte -esto ya no es un problema solamente de China o Argentina y sus relaciones sino del mundo que viene- las características del siglo XXI van a ser energía y alimentos, son dos de los elementos que van precisamente a caracterizar el desarrollo del siglo XXI. Argentina como ustedes saben es el octavo país en extensión del mundo y tal vez uno de los más competitivos en materia agroalimentaria, no solamente en materia de productos primarios, que es lo que más vinculación tenemos con China a través del poroto de soja o del aceite de soja, sino también productos agroalimentarios de mayor nivel de valor agregado, sobre el que también tenemos que trabajar fuertemente en la relación de cooperación entre Argentina y China. China tiene un 20 por ciento de la población mundial y solamente un 8 por ciento de su tierra cultivable. Argentina tiene apenas 40 millones de habitantes y una capacidad para producir alimentos hoy para más de 500 millones de habitantes, lo cual nos coloca con un nivel excedentario muy importante. Pero excedentario no solamente nivel de materias primas sino que nosotros aspiramos a que también Argentina sea para China una plataforma en materia de industria agroalimentaria, y en ese sentido creo que tenemos que profundizar nuestros lazos de cooperación y hacerlo en forma armoniosa. Armonía es un concepto que me encanta y que ustedes emplean mucho, y que significa fundamentalmente el desarrollo igual, al mismo tiempo y que además tenga beneficios recíprocos para ambos países. Esa es por lo menos la política que China y el Partido Comunista Chino ha levantado en el documento referido a América Latina y obviamente nosotros somos parte de América Latina. Seguimos con muchísima atención este nuevo protagonismo de China en el mundo y como podemos hacer y utilizar mejor una sinergia entre ambos países. Nosotros somos un país de 40 millones habitantes, con tasas de crecimiento que tienden a lo negativo, al no crecimiento. Esto se debe fundamentalmente a que la clase media normalmente no tiene muchos chicos, las características y las traiciones del país son éstas. Hemos tenido un crecimiento en términos poblacionales más bien bajo, fíjate que cuando éramos la quinta, octava economía del mundo teníamos 10 millones de personas, aproximadamente, un poco menos, éramos un país monoproductor, solamente productor de materias primas, pero ya había comenzado a haber tensiones, porque un país productor de materias primas sin valor agregado solamente puede dar de comer o trabajo a 5 ó 6 millones de personas. Cuando comenzás a tener mayor cantidad de habitantes necesitas agregar más valor a tus productos para darle sustentabilidad política a un proyecto económico. Por eso creo que la sinergia entre China y Argentina todavía falta mucho para profundizarla y mejorarla, y creo que tenemos aptitudes concurrentes, complementarias absolutamente, por los volúmenes y las escalas de uno y otro país. Porque tampoco podemos ser necios y no creer que no hay competencia en el mundo para lograr más mercado para nuestros productos, para imponer nuestros productos. Pero en definitiva un mercado como la Argentina, de 40 millones de personas, que representa solamente el 0,4 por ciento de las exportaciones de China al mundo, pero que tiene una capacidad de convertirse en plataforma agroalimentaria, que también dé seguridad y soberanía alimentaria en el presente y un futuro no tan lejano a China, constituye una asociación que debemos profundizar, mejorar y cualificar. Por eso la veo con las mejores expectativas en la medida en que ambos actuemos inteligentemente y no dudo que lo vamos a hacer. Gracias. (Aplausos)