Muy buenas tardes a todos y a todas: realmente estoy muy feliz de estar aquí inaugurando este Seminario, en el 75 aniversario, 75 años de historia del país, historia turbulenta también en términos económicos y monetarios, si los hay; 1935 también, un año emblemático, un año en el que había hecho crisis el modelo del progreso que había sido de fines del siglo XIX y que nos planteaba en la división internacional del trabajo como simplemente un país productor de materia primas. Precisamente en el 30, 29 para ser más precisos, entra en crisis el modelo. También por esas cosas de la vida, de la economía, del mercado y del capitalismo ¿por qué no? entra también en crisis en el mundo y obviamente la Argentina entra en crisis.
No voy a hacer la historia de lo que fue ese primer Banco Central, ni quién lo diseñó, ni con qué fines se hizo, pero lo cierto es que participaban en las decisiones monetarias del país los bancos extranjeros también; una cosa muy extraña, pero muy común para la visión de aquella época en cuanto al manejo de la economía.
Y este año, en realidad a partir del último semestre del año 2008 nuevamente una crisis a nivel global que pone en debate y en discusión el modelo que se había instalado, fundamentalmente, yo creo que a partir en la Argentina, de mediados de la década de los 70, que tuvo desarrollo en los 80' pero que alcanzó si esplendor, por así decirlo y si la palabra cabe, durante la década de los 90' en el marco del famoso "Consenso de Washington", la desaparición del Estado, la autonomía absoluta de los bancos centrales como si se tratarán de algo totalmente diferente de la economía de un país y que el problema de la economía de un país no fuera el crecimiento de la actividad económica, sino únicamente el cuidado de su signo monetario. Sin perjuicio de que obviamente nadie en ninguna academia, ni en ninguna teoría tampoco presupone que el signo monetario no tiene importancia; el problema es el rol que se le asigna a ese signo monetario y qué rol le cabe como instrumento de una economía para preservar lo que debe ser el objetivo central de cualquier sociedad capitalista que se precie de tal, y que es sostener la actividad económica, sostener la producción, aumentar la generación de empleo y de mejor empleo porque si uno hace todo esto tiene más y mejores consumidores, que en definitiva - como siempre lo digo - ha sido lo que decidió el triunfo en aquel mundo bipolar que se debatía entre capitalismo y comunismo, fue lo que decidió finalmente que la mayoría del planeta adoptara un sistema que precisamente le permitía la libertad de poder no solamente expresar sus ideas con libertad, sino también elegir cómo consumir, qué consumir, dónde vivir. Porque la libertad es también una elección que se da no solamente en el marco de las ideas, sino también en el marco de lo económico.
Ahora bien esto haría presuponer que estarían vigentes las banderas del liberalismo, del neoliberalismo más acérrimo, no, al contrario, esto también demostró su fracaso porque precisamente la caída del muro de Berlín instaló la idea de que el Estado había desaparecido, que era un obstáculo para el ejercicio de la actividad económica, y que el Estado científica y casi perfectamente iba a asignar recursos. Y todos sabemos lo que pasa cuando uno deja librada las cosas a la fuerza de la naturaleza o del mercado: se impone el más crudo darwinismo social, donde obviamente triunfan los más fuertes. Y esto se produce en todo, desde lo más digamos sofisticado de la economía hasta en la vida cotidiana.
Quiero contarles algo que poco tiene que ver con el Banco Central, pero en este Bicentenario fantástico mis dos perritos - yo tengo dos perros boxers- acaban de tener familia: once cachorritos. Bien hay algunos que son más fuertes que otros, que pueden comer solos, que además como pueden comer solos empujan y codean a los demás y no los dejan prenderse a la teta de la madre porque tienen más fuerza. Miren de qué estoy hablando, de una cosa si ustedes quieren irracional, pero en definitiva para demostrar que el tema del darwinismo no es solamente una teoría aplicable a los hombres y a la sociedad, sino que también se ejemplifica. ¿Y qué es lo que hay que hacer entonces, qué tendría que hacer yo, si realmente uno pensara y aplicara en la vida cotidiana? Bueno, dejar que los que no pueden prenderse a la teta de su madre se murieran porque son más débiles y no tienen por lo tanto las capacidades y la eficiencia de los más fuertes para poder alimentarse. Pero en realidad todos sabríamos que si actuáramos de esta manera la vida y el mundo se tornarían imposibles. Y esto es lo que ha sucedido en estos años, en donde se instaló esta idea que en definitiva todo el mundo - o por lo menos los que la impulsaban - tambièn sabían qué intereses se representaban.
Pasó lo que pasó con la caída del Lehman Brothers, pasó lo que está pasando en Europa y uno ahora encuentra, por ejemplo, ayer leía un editorial del The New York Times, que hablaba de la necesidad para algunos países de la eurozona de tener que reestructurar su deuda soberana porque claro como son países más pequeños y más débiles no van a poder hacerle frente a esa deuda y si no van a tener que imponer penas que van a caer sobre los más débiles, sobre los sectores más vulnerables de la sociedad: jubilados, trabajadores, desocupados, etc., etc. Casi la historia de la Argentina, en el año 2001. En ese año o en el año 2005 cuando reestructuramos nuestra deuda soberana lo vieron casi como escándalo. Hoy es la receta que ya casi se comienza a pensar desde algunos sectores, desde algunos cìrculos y que no son precisamente los que han venido sosteniendo esto que nosotros venimos diciendo, desde hace mucho tiempo: la necesidad de rediseñar - y creo que este es el objetivo fundamental de este Seminario - una nueva arquitectura financiera global. Porque es curioso, acá seguramente debe haber empresarios, debe haber banqueros que tienen en sus empresas las más modernas técnicas, tienen las más modernas organizaciones y seguramente están pensando siempre en renovarse porque además esto es lo que les da competitividad. Sin embargo, el mundo se sigue manejando en sus instrumentos de gobierno global con instrumentos creados en la post-guerra: Bretton Woods, Fondo Monetario Internacional (1945), igualmente Naciones Unidas y Carta de San Francisco para decir los dos grandes organismos de gobierno global, lo vinculado con la economía de los países y lo vinculado con la política de los países. Está claro que ninguno de los dos funciona; está claro que se necesita un nuevo rediseño, o nuevos organismos, u otros que acompañen, o una reformulación a fondo que permita precisamente hacer frente a esta novedad de un mundo global, pero de gobiernos locales. Y de gobiernos locales que además, en base a la relación de fuerzas o cómo manejan esos instrumentos de gobierno global, llámese Fondo Monetario Internacional, o llámese Organización de Naciones Unidas también las manejas o las instrumentan con un doble estándar, según de qué países se trate de aplicar la receta de turno.
Yo no quiero ser demasiado mal pensada, pero si uno observa - y no voy a hacer mención de los países - los países que están mencionados en los pics como se ha conocido y que todos ustedes lo saben, como aquellos que no reúnen ni por asomo las características de Maastrigcht, es más que se han ido definitivamente de lo que eran los mínimos de Maastrigcht en materia de déficits, en materia de balance de cuenta corriente, en materia de balaza de cuenta comercial, en realidad los que están también en la picota - y me hago cargo de lo que voy a decir - son los gobiernos de orientación socialista, del socialismo a la europea, pero socialismo al fin. Por allí algún otro país que debe el doble o que está comprometida su posición, casi en el doble de lo que están algunos de los otros países no es ni siquiera mencionado ni se le requiere ningún plan de ajuste. Yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay, sin lugar a dudas.
Y entonces creo que una de las claves que nosotros tenemos que plantearnos en todos los foros, y yo lo hago permanentemente, es la necesidad de aplicar estándares comunes e iguales para todos los países. Si uno expusiera en un tablero los números de la macroeconomía argentina, su superávit fiscal, su número de superávit fiscal, su superávit comercial, sus reservas acumuladas, la relación deuda-Producto Bruto- deuda no solamente del sector público, sino también del sector privado, por ejemplo; el nivel de reservas y le tapa el nombre de República Argentina y lo compara con cualquier otro país, cualquiera diría: "yo invertiría aquí". Es un país que tiene asegurada su balanza de pagos; es un país que se ha venido desendeudando con recursos propios, sin necesidad de endeudamiento; es un país que produce materias que van a seguir siendo requeridas porque naturalmente son no de bienes de los que primero se abandona cuando surgen crisis, como pueden ser - por ejemplo - un auto o una maquinaria sofisticada; han hecho una muy buena performance en materia comercial y de acumulación de reservas; el nivel de endeudamiento de su sociedad es muy bajo, al igual que el de su sector productivo y además tiene un sistema financiero sólido y solvente. Sin embargo, cuando las calificadoras de riesgo - algo que definitivamente va a tener que se abordado - y hoy leí en un diario que Mudis reconoció que había recibido emolumentos, por decirlo así de alguna forma o dineros o como ustedes quieran llamarlo para modificar calificaciones o notas; cuando también nos enteramos que otra gran calificadora de riesgos fue la que armó los números de Grecia, durante mucho tiempo, para que pareciera otra cosa yo creo que o cambiamos o estamos en un ejercicio de cinismo pocas veces visto.
Creo que estás cosas las vamos a tener que debatir no solamente en estos foros, sino también muy fuertemente en la próxima reunión del G-20, en Toronto, Canadá, porque también será necesario de una buena vez por todas tomar el toro por las astas, en materia de paraísos fiscales. Hubo grandes declaraciones, hubo grandes medidas y decisiones que se adoptaban de los países para acomodarse pero lo cierto es que, a la fecha, los paraísos fiscales, y fundamentalmente todos sabemos qué dos países o tres países manejan fundamentalmente los paraísos fiscales en todo el mundo y siguen haciendo las delicias del lavado de dinero por corrupción, por evasión o por narcotráfico. Entonces creo que todas estás cuestiones van a tener que profundizarse en el debate y aquí en la Argentina, no es que queramos presentarnos como modelo de nadie, no lo somos, simplemente estamos en las antípodas. No estamos diciendo. "tiene que hacerse lo que se hizo en la Argentina". No, no tenemos esa soberbia porque son distintas las realidades, son distintas las economías, son distintas las competitividades, pero sí podemos exhibir ejes centrales, en los cuales hemos basado este modelo, que comenzó en el año 2003, y que tuvo como eje central la reindustrialización del país, agregar valor a nuestros recursos primarios para poder generar empleo, y para poder tener un fuerte mercado interno que ante las convulsiones o ante las volatilidades de los mercados internacionales, sin desconocer que éstos terminan - más tarde o más temprano - impactando también en este mundo global en todas y cada una de las economías, pero que el desarrollo de un fuerte mercado interno actúa como un amortiguador, un necesario amortiguador frente a esos procesos de crisis.
Es curioso pero me puse a leer la memoria del año, que me mandó Mercedes muy gentilmente, del año 1946, del Banco Central, donde se produce una modificación realmente de cómo funcionaba desde l935 y si uno ve y lee algunos párrafos es como si estuviera leyendo lo que está pasando en el mundo, y lo que está pasando en la Argentina, y el rol que tienen que tener los bancos centrales en la actividad económica.
Ahora también - y para finalizar creo que en toda esta teoría que se exhibió hubo algunos que se la creyeron en serio, siempre hay gente que se la cree, en todas las partes y en todos los ámbitos, hay otra gente que hace que se las cree para pasarla bien y hacer las cosas que le gustan hacer, en nombre de la autonomía y la libertad, para no ponerle otro nombre porque con otro nombre iría preso, a lo mejor ¿no es cierto? Y finalmente yo quiero preguntar, aquí a todos ustedes reunidos, ustedes creen que el titular de la Reserva Federal de los Estados Unidos hace lo que le parece a él o hace lo que le conviene a Estados Unidos. ¿Ustedes creen - no podemos hablar del caso obviamente de la Comunidad Europea porque hay un Banco Central único- que el titular del Banco Central de Inglaterra hace independientemente de lo que le conviene al gobierno o a Inglaterra, ustedes realmente creen que esto es así, o el Banco Central de China, o el Banco Central de Japón, o sea si la autonomía es tal que el presidente del Banco hace cosas que no tienen absolutamente nada que ver con la economía de ese país, o con la política, el proyecto político de ese país, de ese gobierno? Yo realmente, somos todos mayores de edad, hemos visto muchas cosas en el mundo pero yo no creo que nadie, sinceramente, pueda creer esas cosas, solamente somos capaces de repetirlas como una letanía y como una liturgia, porque además queda bien, aquí en la Republica Argentina.
Yo por eso siempre y para finalizar, apelo a despojarnos todos de los clisés, de los prejuicios, de los dogmatismos que cada uno puede traer, porque todos también los arrastramos, no es que cada uno esté libre de prejuicios y de dogmatismos, cada uno de nosotros viene de una historia, viene de una experiencias y por lo tanto arrastra las cosas positivas y negativas de esa experiencia. Lo importante es poder analizar, como si fuera una balanza, qué ha pesado más si las cuestiones positivas, los aciertas, o las cosas negativas o los desaciertos y allí uno puede evaluar los resultados, evaluarlo pretendiendo que no puede haber ningún error, no puede haber ninguna equivocación y que todo está perfecto es absurdo porque estaríamos ante dioses, estaríamos ante la perfección y ya sabemos que la economía es... si hay una ciencia humanista, aunque no se crea es esa: la economía. Yo estoy absolutamente convencida de eso.
Por eso, alejada de prejuicios y de dogmas, no de convicciones y con la mente abierta queremos proponer inaugurar este Seminario con discusiones sobre esta nueva etapa en la arquitectura financiera mundial, sin perder de vista que no hay ninguna actividad que pueda desempeñarse, sea la monetaria financiera, sea la política o cualquier otra que olvide -por sobre todas las cosas- que es la sociedad la que debe ser la destinataria de esos esfuerzos y el progreso y desarrollo de esa sociedad. Si uno tiene en claro esto, tiene menos posibilidades de equivocarse, al momento de adoptar medidas.
Así que yo quiero agradecerle a la señora... Ah las monedas, me está mostrando Mercedes y me había olvidado, yo sabía que tenía que decir algo, estamos en el Bicentenario, para los que no lo saben, de la República Argentina. Mañana entran en circulación cinco monedas nuevas, con paisajes de nuestro país: en el Sur, viene el Glaciar Perito Moreno; en el centro del país, Mar del Plata; en el noreste, la maravilla de El Palmar; en Cuyo, el Aconcagua y en la zona del noreste, la zona de Tilcara, en Jujuy. Y además también decirle que vamos a lanzar el acuñamiento de las monedas del Bicentenario, que van a decir: "República Argentina en unión y libertad". Y yo le agregó, aunque no van a estar en la moneda, con mucha lucha por más igualdad.
Muchas gracias y buenas tardes a todos. (APLAUSOS)