Palabras de la Presidenta de la Nación en el Congreso Metalúrgico del Bicentenario.

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL CONGRESO METALÚRGICO DEL BICENTENARIO, EN EL SALÓN BLANCO DE PARQUE NORTE, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

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Muy buenas tardes a todos y a todas en este Congreso de la Industria Metalúrgica, en el Bicentenario: quiero decirles que más que Presidenta de la República me siento socia de ustedes porque en realidad en un país que quiere hacer una nación desarrollada la industria metalúrgica, sus empresarios, sus trabajadores son socios del Estado porque del crecimiento del valor agregado de la industria depende, en gran parte, el poder desarrollar un proceso productivo e integrar cadenas que son fundamentales en el proceso económico de un país.

 

 En estos años, del 2003 a la fecha, este sector ha sido el tercero en crecimiento del país; el primero las automotrices; el segundo los minerales no metálicos vinculados fundamentalmente a toda la expansión que ha tenido la construcción con la intervención del Estado, sector infraestructura, obra pública y luego vienen ustedes como terceros en el crecimiento de la República Argentina.

 

Algunas cifras: en metalmecánica, por ejemplo, tractores un crecimiento en el período saliendo del piso del año 2002, de 460 por ciento; en cosechadoras 101 por ciento. Ahí vi alguien de "Las Parejas" por ahí, a ver quién está por ahí, acá ya esté el de "Las Parejas". Me acuerdo de "Las Parejas" porque es emblemático el lugar; Kirchner andaba de campaña, en el año 2002, 2003 y en "Las Parejas" había 30 por ciento de desocupación ¿Se escucha? 30 por ciento, 5 por ciento por encima de la media nacional, un tercio de los que vivían allí no tenían trabajo. Me acuerdo cuando fui a una feria donde me hablaban del cero por ciento de desocupación, en aquel momento, y que estaban buscando gentes porque ya no había gente en el pueblo para emplear en la metalmecánica, que además estamos desarrollando algunos sectores como punta en materia de tecnología.

 

Todo esto fue producto de un modelo sustancialmente diferente, obviamente, al que mencionaba Juan Carlos, y que reinó en casi toda la región, a partir de los años 70, 80 y que hicieron furor en la década de los 90, cuando se pensaba que solamente podíamos ser un país únicamente de servicios o un país de consumidores, sin productores ni trabajadores. Es raro, ¿no? porque para consumir hay que tener un ingreso, un salario, tener plata. Bueno, si no hay generación de puestos de trabajo resulta difícil consumir, que es el motor.

 

Y cuando recién venía para acá me alcanzaban las cifras de otro sector: el automotriz, que me decían - y a Calo también le importa - porque un sector lo tiene y están peleando ahí encuadramiento y él lo tiene, este mes de mayo hemos vendido, hemos patentado 50.715 unidades, que es un 26 por ciento más que en el mismo mes, del año pasado, y que refleja ya un acumulado, en los primeros cinco meses del año, del 20 por ciento respecto de los primeros cinco meses también del año pasado.

 

¿Cómo hemos hecho todo esto y cómo hemos sorteado también la crisis que se dio en el 2009? El modelo macroeconómico, bueno ya sabemos es un modelo de desarrollo productivo, fuertemente industrialista, con tipo de cambio competitivo, con superávit fiscal y comercial que nos permite sostener precisamente un tipo de cambio competitivo y todas las variables macroeconómicas y lo que fue la crisis del 2009, y que todos esperaban que fuera muchísimo peor y afortunadamente fue muy menor a lo que esperábamos. Obviamente no fue por casualidad ni por azar, sino porque intervenimos, porque creemos en que el Estado debe intervenir contraciclícamente en casos de crisis y lo hicimos adecuadamente. Y también esto se reflejó en el récord de recaudación, que por ejemplo, publicábamos ayer porque muchos pensando que no iban a tener ganancias anticiparon menos de lo que realmente tuvieron y luego tuvieron que pagar más de lo que habían anticipado. Este es uno de los secretos de la recaudación récord de 10.000 millones de dólares, anunciada ayer por la AFIP. Fíjense ustedes, por eso yo digo cómo tenemos que luchar muchas veces hasta contra las propias expectativas, hasta contra las propias cosas que leemos publicadas, es casi como no solamente remar contra el mundo, sino  también remar contra las propias expectativas que no son culpa de los empresarios, sino muchas veces cuando uno lee, cuando uno escucha va generando una actitud de no credibilidad, y finalmente luego las cosas no resultan tan malas como uno pensaba.

 

Siempre digo que uno de los principales problemas que hemos tenido en muchas etapas los argentinos ha sido también una suerte de autoboicot, que muchas veces nos hacemos nosotros mismos y creo que debemos desechar definitivamente para entender que podemos ser capaces de hacer cosas, y de construir un modelo de país absolutamente diferente en estos 100 años que han empezado y que tenemos una responsabilidad y una oportunidad única para poder hacerlo.

 

El sector tiene que combinar fuertemente todos los instrumentos que nosotros hemos acercado y vamos a seguir acercando de paso. Y para que se queden tranquilos quiero anunciarles la prórroga del bono de 14 por ciento de bienes de capital (APLAUSOS), hasta el 31 de diciembre, para ser más exacto, que es cuando va a volver a regir el arancel MERCOSUR con Brasil del 14 por ciento, pero que se queden tranquilos porque vamos a seguir contando con los instrumentos que han permitido desarrollar y contar al sector, no con protección - que parece ser una palabra maldita para algunos - pero que todos la aplican en todas partes.

 

Les voy a contar una anécdota porque es increíble esto de las expectativas y de las cosas que muchas veces se publican, recién acabo de bajar del Uruguay. Estábamos en una conferencia de prensa con mi amigo el Presidente de Uruguay, "Pepe" Mujica, y un periodista argentino me pregunta, de un diario muy importante, ya todos saben cuál es, le pregunta al Presidente uruguayo y a mí, a los dos, qué opinaban en Uruguay de las restricciones de productos uruguayos. Bueno, resulta que no hay ninguna restricción y que sí tenemos restricciones para los pollos argentinos para ingresar a Uruguay. Sí, si esto es así... para que ustedes vean cómo obran y cómo actúan casi contra los intereses del país, pero me preguntaba a mí y al presidente del Uruguay sobre restricciones argentinas y en realidad yo le digo tenemos una restricción, pero no es argentina, vamos a charlar con el presidente de Uruguay porque no nos dejan entrar los pollos argentinos al Uruguay. ¿Ustedes sabían eso? Nadie, nadie lo sabía, absolutamente nadie. Y lo digo porque estuvo en una conferencia de prensa y tomó estado público. El periodista tampoco lo sabía y si lo sabía lo ocultaba, lo cual sería mucho peor. Pero así es en todo y cada uno de los temas; realmente la respuesta del presidente de Uruguay, que estuvo fantástico porque le dio una clase de esto del libre comercio que en realidad no le dijo que es un cuento chino, pero más o menos con el estilo de "Pepe", si uno lo traduce, le quiso decir exactamente eso. Porque no hay país en el mundo, sea a través de promociones fiscales, sea a través de arancelarias, sea a través de para-arancelarias, sea a través de fitosanitarias, etc., etc., que no tenga estos mecanismos.

 

Yo no sé si algún periodista argentino, de esos que publican en los titulares, saben que, por ejemplo, no podemos entrar limones argentinos, a Estado Unidos, desde hace años. Y para que ustedes tengan una idea de la calidad de los limones que se producen en la Argentina, particularmente en la zona del Tucumán donde una de las principales productoras es, por ejemplo, proveedora de Coca Cola, con lo cual está casi asegurada la calidad fitosanitaria y además se reciben en otros países del mundo. Bueno todo es así, además de luchar contra esta crisis internacional que nos ha venido desde afuera, también tenemos muchas veces que luchar y explicar desde estas verdaderas barreras y vallas ideológicas y políticas, colocadas desde adentro, desde el país.

 

Realmente es curioso, y yo lo decía el otro día cuando presentábamos la línea de créditos para la inversión a bajas tasas, uno no observa en ningún país del mundo cuando va esto; al contrario, todos los países, todos los sectores: o agrícolas o industriales, pero todos reclaman a sus Estados que los protejan y que no dejen entrar y hay marchas y movilizaciones de trabajadores, de sindicatos, de campesinos para que no dejen entrar tal o cual producto. En el único país donde sucede lo inverso - por lo menos en lo que se publica en los medios de comunicación - es en la República Argentina.

 

Yo pido en el Año del Bicentenario a ver si podemos comenzar a cambiar un poco la onda y a contribuir. Porque en realidad no es una contribución con el gobierno, es una contribución con ustedes, que son hombres y mujeres que ponen su inversión, aquí, en el país en un sector que genera muchos puestos de trabajo, pero que también genera mucha inversión. Los bienes de capital que se compran para producir en metalmecánica no son cuestiones menores, no son fierros chiquitos, son fierros grandes que cuestan plata, que cuestan amortizarlos y que además necesariamente siempre tienen que estar renovándolos para tener mayor innovación tecnológica y mayor competitividad.

 

También una de las cuestiones que estamos planteando y que lo vamos a hacer fuertemente y que lo están haciendo es vincular al sector con el sector del software. Yo creo que esta es una de las claves que tenemos, en materia sobre todo de autopartes, y sobre todo también con la Ley de Autopartes, promocional de autopartes, de motopartes trabajar mucho con el agregado de valor, de innovación tecnológica y de software no solamente para sustituir importaciones sino también para exportar. Porque, además, si nosotros logramos no solamente sustituir importaciones, sino exportar autopartes, por ejemplo, de alto valor agregado vamos a lograr mejores condiciones de negociación del sector autopartista con las terminales porque no vamos a quedar presos únicamente de lo que decida la terminal. Y esto no es contra las terminales, al contrario.

 

Ayer charlábamos con la gente de General Motors, con su presidente que me vino a ver para devolvernos el 50 por ciento del crédito de 259 millones de pesos, que la ANSES le había dado el año pasado. Me acuerdo las críticas que hubo, basta recorrer la crónica que hablaba de cómo le van a dar a una filial, a una empresa extranjera con los recursos de los trabajadores. No solamente mantuvieron la planta de personal, sino que incrementaron en 865 trabajadores más, que obviamente son trabajadores en blanco, que pasan a aportar al fondo y a los recursos de los trabajadores, que necesitamos para mantenerlos incrementar cada vez más el número de los trabajadores y la calidad de los trabajos para que hayan mayores ingresos. En agosto creo que devuelven el otro 50 por ciento, un préstamos que se lo habíamos dado pagadero a cuatro años, el año pasado y que ha significado poner en el mercado un nuevo modelo, que si no se hubiera obstruido su puesta en marcha y realmente incorporar más puestos de trabajo. Doy esto porque son ejemplos prácticos, no son teorías, yo puedo venir acá y dar un gran discurso teórico, eso no sirve. A mí me gusta hablar de hechos, de realidades, de resultados concretos.

 

Y la verdad que con cada una de las intervenciones que hemos hecho, por ejemplo también con los REPROS, que hicimos el año pasado y que la industria metalmecánica también recibió un importante auxilio para que no se despidieran trabajadores, desde préstamos como el que dimos a la General Motors, desde leyes ampliando el tema de autopartes, o creando el tema de motopartes, con la prórroga de los bonos del 14 por ciento para bienes de capital, con esta nueva línea que estamos sacando a una tasa más que importante, de 9.9 para todo lo que sea financiamiento productivo estratégico del Bicentenario realmente estamos contribuyendo con políticas activas a seguir sosteniendo un modelo en el que creemos firmemente. Pero no creemos únicamente desde lo ideológico, porque bueno podía haber sido ensayo error ideológico hasta que lo pusimos en marcha. Pero lo pusimos en marcha y teníamos razón porque además pudimos sortear esa crisis que otros países no han podido hacerlo.

 

Hoy, inclusive me enviaba el Embajador de los Estados Unidos, un editorial del The New York Times, que comentaba las crisis europeas. Y en la última parte - hablando de los europeos - decían: "y van a tener que reestructurar su deuda" porque no sería justo que países chicos, países débiles tuvieran que pagar una deuda que es impagable, a costa de sacrificios sociales, etc., etc.

 

Será porque son europeos, entonces ahora se lo aceptan y a nosotros que somos argentinos lo vieron tan mal cuando lo hicimos en el 2005. Me tocó explicar en cuanto foro estuve en Estados Unidos el porqué de la reestructuración que Argentina hizo de su deuda soberana, a partir del año 2005, y que ahora como una muestra de voluntad absoluta de pago y de seriedad de Argentina, en plena crisis, hemos hecho la apertura nuevamente del canje, con ley del Congreso como corresponde, para demostrar que lo que nos pasó a los argentinos, en el 2001, no fue porque éramos malos, porque no queríamos trabajar o porque éramos estafadores; al contrario, nos habían estafado a nosotros, durante muchos años y producto de esas estafas es que la Argentina terminó en default. (APLAUSOS).

 

Nadie lo dice en voz alta, en Europa; nadie lo dice públicamente, pero todos me dicen que lo que pasa con la zona del euro con algunos países en el tema de competitividad es casi calcado de lo que pasaba con la convertibilidad y el uno a uno en la Argentina. Por supuesto, no lo van decir nunca públicamente, tampoco me interesa. El hecho no está en regocijarse en lo que le pasa a los otros, sino en darse cuenta en las cosas que tenemos que seguir haciendo para seguir sosteniendo este crecimiento.

 

Por eso yo estoy muy contenta de estar hoy aquí, y quiero terminar como empecé y como se los dije allí afuera, cuando no sacábamos una foto con la comisión directiva y con el titular de la UOM: créanme somos socios, somos socios con todos los empresarios argentinos que generan puestos de trabajo, que genera valor agregado, que contribuyen a las exportaciones, que incorporan tecnología y que no es incompatible con los otros sectores de la economía que por mayor competitividad, porque obviamente hay una cosa que viene de dones que hemos tenido territoriales y que obviamente otros países no tienen, y al mismo tiempo también han agregado inversión y tecnología, estamos construyendo un modelo que ha superado esas antinomias sector industrial versus sector agrícola ganadero. Es más a mí me encantaría vivir en un país en donde el sector industrial tuviera tanta acumulación de riquezas de ciencia y tecnología por procesos productivos, hechos desde hace cientos de años, o cien años por lo menos, y pudieran subsidiar - como hacen en Europa - al sector agrícola ganadero porque quiere decir que viviría en un país con un desarrollo industrial, de ciencia y tecnología formidable. ¿Por qué Francia puede subsidiar las vacas que salen a 20 mil euros cada vaca? Porque tiene una acumulación industrial, un modelo de país que le permite subsidiar a esos sectores. Nosotros hicimos a la inversa. El problema es que los que generan mayor cantidad de trabajo es el sector industrial y somos 40 millones de argentinos y para tener trabajo, con 40 millones de argentinos, necesitamos desarrollar aún más el sector industrial, con más cantidad de ciencia, con más cantidad de tecnología. (APLAUSOS).

 

Y tenemos que sentarnos todos juntos a discutir estás cosas porque además teniendo un mercado interno como el que dio sustento también el año pasado, durante la crisis; teniendo un fuerte mercado interno y teniendo ese superávit fiscal podemos también mantener el tipo de cambio que haga que esos productos primarios o agrícola ganaderos también sean competitivos por sus precios y por el tipo de cambio en el exterior. Porque Juan Carlos Lascurain se acordaba recién, como industrial metalúrgico, yo sé que vos Juan Carlos te acordarías de esas marchas que encabezaban los empresarios, junto a los trabajadores protestando contra el modelo y otros, sin embargo, que estaban igual que ustedes o peor, porque yo quiero recordar cómo estaban sectores que han acumulado muchísimo dinero en estos años buenos que ha tenido la Argentina, como son los sectores agrícola ganadero, de manufactura agropecuaria muy importante, muy fundante también del país, cómo estaban con el uno a uno. Todos perdían, salvo los de servicios financieros, que claro se imaginan colocar dinero en la Argentina, en el uno a uno, con tasas del 14 y del 15 por ciento y te lo llevás para afuera, pero sabés qué la juntas con pala. Pero los demás tenían la ñata contra el vidrio y eran todos, porque yo recuerdo el sector no agrícola, pero ganadero en la provincia de Santa Cruz que llegamos a tener que subsidiarlos a los productores de lana, de menos de 30 mil kilos, con 30 centavos de dólar por kilo de lana porque si no se fundían, todos estaban fundidos.

 

Entonces yo digo que en estos años los empresarios argentinos han ganado más dinero que en ninguna otra etapa en las últimas décadas. ¿Y saben qué? Estamos contentos porque sabemos que si ganan dinero pueden reinvertirlo y eso también es lo que necesitamos: reinversión de parte de esas rentabilidades, de esas ganancias para seguir sosteniendo el modelo. Por eso estamos también ayudando con financiamiento. Y creemos que esta es la forma de crecer y luego vendrán los espacios electorales, donde cada uno votará al que mejor le gusta. Eso sí a hacerse cargo también de los gustos ¿no? porque a veces los gustos salen caros, pero bueno esto es la democracia y vox populi, vox dei.

 

Así que nada, agradecerles la invitación a este Congreso de la Industria Metalúrgica, orgullo nacional y que revela precisamente el grado de densidad productiva y de desarrollo, que hemos alcanzado como país. Felicitaciones, esto también lo hicieron ustedes y a seguir adelante. Muchas gracias y muy buenas tardes a todos. Gracias. (APLAUSOS)