PRESIDENTA.- Las reuniones fueron extensas y por momentos también extenuantes, pero creo que muy fructíferas. Quiero agradecer en primer término y una vez más a mi amigo, el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, a los señores Secretario General de la Unión Europea y al presidente del Consejo Europeo por este encuentro, a todos y cada uno de los jefes y jefas de Estado y jefes y jefas de Delegación que participaron; a todos ustedes que han seguido esta reunión en estos dos días y todavía están aquí esperando la última conferencia de prensa. Podría agregar que tal vez lo más importante de esta reunión, entre las múltiples cosas que hemos acordado y que se van a iniciar como por ejemplo el tema del MERCOSUR - Unión Europea, tal vez haya cuestiones más imperceptibles pero no por ello menos importantes que han sucedido en esta reunión, y por primera vez, cuando discutimos algunas cuestiones, veo que ya no existen las posiciones ultramontanas que existían otrora, cuando abordábamos desde una perspectiva diferente porque habíamos tenido experiencias políticas y económicas diferentes, graves, malas, feas para nuestras sociedades, y cuando planteábamos algunas cosas es como que nos miraban en muchos foros, dijera un español, torcido, o sea cuando te miran torcido o te miran mal. Creo que lo más importante que ha dado la crisis, por lo tanto algo positivo teníamos que encontrarle, es que comenzáramos a aceptar puntos de vista diferentes, visiones diferentes, no basadas en un ideologismo o dogmatismo cerrado, como muchas veces se nos planteaba cuando planteábamos nosotros cosas, sino que han devenido de las propias experiencias que todos y cada uno, en distintas oportunidades pero con muy parecidas formas y consecuencias, han sufrido nuestras sociedades, nuestras economías y nuestros estados. Creo que esto es algo positivo, el poder abordar sin prejuicios y sin dogmatismo con mucho realismo, que es lo que necesitamos, porque no hay forma de enfrentar los problemas si no los aceptamos y no aceptamos la realidad tal cual es, no para resignarnos a ella, sino para operar sobre ella y transformarla positivamente. Creo que esto es también un saldo de esta reunión y espero que, como lo ha adelantado José Luis, podamos plantearlos en otros ámbitos como el de G-20 por ejemplo, en Toronto; ha habido importantes debates que se llevaron a cabo sobre todo por la mañana respecto de la situación y los orígenes, las causas y las posibles soluciones a la cuestión económica global, así que creo que para quienes tenemos mucha energía, entusiasmo y convicción como me define el Secretario General de la Unión Europea, la verdad que es un aliciente más que importante poder encontrar ámbitos más sensibles, más flexibles para la discusión, el debate y el intercambio de opiniones e ideas con el mismo fin, tener un mundo mejor y una sociedad más justa y más equitativa.
Muchas gracias.
PERIODISTA.- Quisiéramos saber cuáles serían concretamente las principales modificaciones que habría que hacer, y además el representante británico en esta Cumbre respondió hoy a su llamado a negociar por las Islas Malvinas, que Gran Bretaña no tiene dudas sobre la soberanía sobre el archipiélago y recordó que está incluida esa soberanía en el Tratado de Lisboa como territorio de ultramar británico.
PRESIDENTA.- Nuestra solicitud de reforma de los organismos multilaterales de crédito, que data ya del año 2003, y de los organismos multilaterales en general, no solamente de créditos sino también políticos -hoy hice referencia no solamente a Bretton Woods sino también a la Carta de San Francisco- obedece no solamente a una forma organizativa estructural que obviamente no puede definir un solo país, sino que se define en discusiones y en debates, sino fundamentalmente también a un cambio de la óptica, porque está claro que hace tiempo se ha roto la multilateralidad, que fue lo que distinguió o quiso distinguir por lo menos al mundo de posguerra y creo que la reformulación no solamente pasa en la forma orgánica sino también en las políticas que adopten estos organismos reformados, los que los sustituyan o los que los complementen. No creo que sea este el ámbito para exponer sobre esto, pero hemos presentado al respecto numerosas posturas en numerosos foros.
Con respecto a lo segundo he hecho lectura en términos literales y he hecho lectura en términos políticos de la manifestación del representante del Reino Unido; creo que el título es la soberanía es innegociable, es decir, por lo menos ese es el cable que me alcanzaron. Realmente creo que es una equivocación, sobre todo porque si hay algo a que todos estamos apelando en todos los foros es precisamente multilateralismo y a la aceptación y al cumplimiento de los órganos, en este caso de Naciones Unidas, en el sentido de que no haya un doble estándar en el cual solamente los países menos poderosos sean los obligados a cumplir las intimaciones o las resoluciones de Naciones Unidas, todos somos sujetos del derecho internacional. Esto es lo que nosotros queremos recalcar, en realidad la convocatoria no es de la Argentina, la convocatoria es de Naciones Unidas a ambos países, a la República Argentina y al Reino Unido, para que se sienten a dialogar sobre la cuestión soberanía sobre las Islas Malvinas. Negarse al diálogo no habla de alguien que quiera formar parte de una sociedad sujeta al derecho internacional. Por eso esto del doble estándar y esto de poder unir la retórica y las presentaciones internacionales con las conductas concretas. Nosotros vamos a seguir insistiendo en el cumplimiento de la resolución de Naciones Unidas que indica que debemos dialogar. Quienes me han precedido en el uso de la palabra, quienes han intervenido, los 60 jefes y jefas de Estado, en esta reunión, en el G-20, en todos los foros desde Cambio Climático hasta la supervivencia de los pingüinos, hablan todos de diálogo. Bueno, si todos hablan de diálogo, de cooperación, de la necesidad de no recurrir a situaciones de hecho sino a sujetarse a cuestiones de derecho, me parece que el Reino Unido, que es un país muy importante en el concierto de las Naciones Unidas y muy importante también en la Unión Europea, debería, a mi criterio, dar el ejemplo y someterse también él, como nosotros pedimos que se sometan otros, a las resoluciones de las Naciones Unidas, si no va a ser muy difícil. En estos días también se habla y se discute acerca de tal o cual sanción a tal o cual país sobre tal o cual cosa, reitero, no puede haber doble estándar porque si no el mundo se va a tornar un tanto invivible y creo que no vamos a asegurar lo que queremos todos los que estamos aquí, y los que no están también, que es vivir de acuerdo a normas civilizadas, de acuerdo al derecho internacional y a las resoluciones de los tratados de los cuales nosotros que estamos aquí y los que no están son signatarios, no veo otro mundo posible. Está también el otro, el que nos proponen desde otros lugares que no compartimos en el cual las cosas se imponen por la fuerza, en el cual las cosas se imponen tal vez por acciones unilaterales. No creemos en ese mundo, ese mundo nos ha dado demasiados disgustos y ha creado un mundo mucho más inseguro en términos de seguridad literal, también mucho más incierto en materia económica y por cierto con mayor incertidumbre política. Por todas esas cosas es que queremos cumplir con esa resolución de Naciones Unidas, porque sostener soberanía a 14 mil kilómetros de distancia resulta hasta geográficamente bastante difícil y si además esto significa el apoderamiento de recursos naturales no renovables, es un mal ejemplo en un mundo que dice, por lo menos a través de sus principales líderes, que se necesita diálogo, cooperación y aceptación de las normas del derecho internacional. Sería bueno que fuera para todos, para los débiles y con más razón para los fuertes.
PERIODISTA.- Ustedes han reafirmado hoy el compromiso de combatir la impunidad. Le quiero preguntar al presidente Zapatero si a su juicio entre los delitos más graves del derecho internacional cabe interpretar que se incluyen también los crímenes del franquismo. Esta misma pregunta se la quiero trasladar a la presidenta Fernández de Kirchner que ayer se reunió con el juez Baltasar Garzón y reprobó el comportamiento de la Justicia española.
PRESIDENTA.- Creo que todos ustedes saben que la política de respeto irrestricto a los derechos humanos es una de las políticas básicas, yo diría uno de los pilares de la política que se inició en el año 2003. Política que por cierto es compartida por los tres poderes del Estado, por quien en ese momento ejercía el Poder Ejecutivo, por quien lo ejerce hoy; por el Poder Legislativo que decretó la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y también por la Suprema Corte de Justicia de mi país que decretó la inconstitucionalidad de ambas leyes y permitió el juzgamiento de quienes fueron responsables de una de las dictaduras más sangrientas que se recuerdan a nivel mundial y sin duda la más sangrienta de la República Argentina.
Si usted me pregunta acerca de los derechos humanos creo que son universales. Cuando me tocó como legisladora aprobar la anulación de ambas leyes sostuve que los derechos humanos no son ni de izquierda ni de derecha, son eso, valores universales que deben ser respetados por todos los países. Recordé la anécdota en ese momento de cuando me tocó acompañar al presidente Kirchner a la República de Francia y el entonces presidente Chirac, a quien nadie puede por cierto acusar de pertenecer a ninguna fracción de izquierda marxista leninista o nada que se le parezca, una de las cuestiones que planteó al entonces Presidente fue cómo podía ser, porque la sociedad francesa no lo podía entender, que alguien responsable de la desaparición en ese caso de dos ciudadanas francesas, estuviera en libertad y sin ser juzgado. Y yo sentí en ese momento, no como argentina sino como ciudadana del mundo, como ciudadana universal, una vergüenza porque no había respuesta por parte de mi país a esa pregunta. A punto al que si no se hubiera decretado la inconstitucionalidad de ambas leyes en mi país y no hubieran sido juzgados, seguramente el anterior presidente o quien les habla hubieran otorgado la extradición a otros tribunales en donde esos delitos sí fueran juzgados.
Es cierto, ayer me entrevisté con el juez Baltasar Garzón, tengo por él un gran aprecio personal y un gran respeto y admiración institucional. El mundo y la propia España admiró a ese juez que convirtió a este país en un faro en materia de derechos humanos cuando decidió el juzgamiento del dictador chileno Augusto Pinochet, cuando no era juzgado en su país, de la misma manera que condenó en la Justicia de España a un marino que se desempeñaba en la ESMA en la República Argentina, Scilingo, a 640 años de cárcel; años más, años menos, creo que es el número a que fue condenado.
Por eso sostenemos la vigencia de los derechos humanos como una cuestión universal y realmente la entrevista que mantuvimos ayer con el juez Baltasar Garzón fue para expresarle nuestro apoyo y reiterarle nuestra amistad y nuestra admiración. Reitero, los derechos humanos no son privativos de un país, los derechos humanos son universales y así lo entendió la propia España cuando aceptó que el mismo juez juzgara al dictador Pinochet y al represor Scilingo que cumple condena en cárceles españolas. Creo que está más que contestada la pregunta de por qué mi entrevista en el día de ayer.
PERIODISTA.- Volviendo a la agenda global, todos habéis subrayado una visión común para el G20 pero sin dar demasiados detalles, entonces quería algunos detalles, saber si se trata de alguna acción financiera o de intercambios comerciales, por una parte, y la segunda pregunta es: en el marco de las negociaciones comerciales si se ha tratado la cuestión de la bajada del euro en estos últimos días y si por ejemplo preocupa a la parte latinoamericana la baja y la ventaja competitiva que tenía con respecto a los exportadores europeos.
PRESIDENTA.- Sobre las precisiones que exigía el señor periodista acerca de cuáles son las cuestiones que habíamos abordado para el tema del G20, como lo planteamos y lo planteé yo también en mi discurso de clausura, implica una reformulación de los organismos multilaterales -y aquí hablo un poco como Presidenta y otro poco como abogada- porque se requieren instrumentos que sean aplicables en todos los países para hacer regulaciones globales y organismos que tengan la fuerza legal en cada uno de los países o regiones económicas, para que determinadas decisiones sean aplicables. Pero de cualquier manera hay una laxitud y una morosidad evidente en tomar las resoluciones que venimos adoptando reunión tras reunión en cuanto a una nueva arquitectura internacional, un mayor control internacional, un mayor control desde que se dividieron los bancos de inversión, por un lado, y los bancos comerciales por otro. También se ha creado una zona donde no hay control por parte de los bancos centrales de cada país de determinados movimientos especulativos, en fin, todo lo que vivimos desde hace mucho tiempo y que creo que con lo que está sucediendo actualmente va a ser abordado con mayor firmeza en la reunión del G 20.
En cuanto a su otra pregunta, cómo negocia Latinoamérica el tema de exportaciones con respecto al valor del euro, sigue siendo muy competitivo, no se hagan problema, está todo bien, sigue siendo muy competitivo para nosotros.