Homenaje al padre Carlos Mugica en la Villa 31

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO HOMENAJE AL PADRE CARLOS MUGICA, EN LA PARROQUIA CRISTO OBRERO DE LA VILLA 31, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

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Muy buenos días a todos y a todas en un día especial, muy especial.

Estuve un día como hoy aquí la última vez en el año 2004, había bastante menos gente, bastante menos cámaras, no había cámaras creo, ni periodismo, simplemente estaba yo que había venido a hacer un homenaje a un hombre que es un símbolo, un símbolo en serio de la República Argentina.

Recién escuchaba la oración del padre Carlos Mugica construida por él mismo, en esa oración se desplegaba toda la angustia y la contradicción que él sentía como un hombre perteneciente a lo que podríamos decir las clases acomodadas o las clases altas de la República Argentina, y su sacerdocio junto a los pobres, su compromiso con los pobres.

Yo creo que si uno profundizara en esa oración encontraría las claves de muchas cosas que sucedieron, de muchas incomprensiones que sucedieron en aquellos tiempos y de las cuales él sin duda fue una víctima, porque él dio la vida pero también hubo quienes se la quitaron. Esto es casi dialéctico, uno da la vida pero hay otros que la toman y la quitan. La tomaron y la quitaron por lo que él significaba, su sacerdocio, su compromiso inclaudicable e indestructible con los pobres. Pero no con los pobres desde la lástima o del compromiso político demasiado elaborado y demasiado ideologizado y por lo tanto muchas veces sujeto a incomprensión de qué es realmente la pobreza y de cuál es el verdadero proceso político que tiende fundamentalmente a erradicar sus causas y a luchar en serio. Por eso esa suerte de angustia que él sentía entre esa condición que le había nacido de cuna y lo que él sentía como hombre.

Creo que el homenaje que venimos a hacerle hoy aquí con la creación de este Centro de Acceso a la Justicia, la verdad que me hace acordar a otras épocas, en realidad aquí el Centro de Acceso a la Justicia es un nombre que se impulsa desde el Estado, en este caso es el Estado el que se presenta y como en otros tantos lugares, Villa Soldati, La Boca, etcétera, viene a poner un centro precisamente para que la justicia pueda llegar y ser accesible a los sectores más vulnerables, a ser asesorados, a otorgar mediación, a aconsejarlos qué trámites tienen que hacer e inclusive hacer los trámites.

En los años ´70 cuando yo estudiaba en la facultad Carlos desplegaba su militancia, su militancia social y política, no ocultemos tampoco su identidad política porque sería falsearlo y sería faltarle el respeto, él tenía identidad política (Aplausos); él había hecho, como tantos otros sacerdotes, opción preferencial por los pobres pero había hecho también opción política, porque los pobres necesitan de los movimientos políticos que se identifican con las verdaderas causas de la pobreza para luchar contra ella. No se lucha únicamente orando o leyendo el Evangelio, hay que trabajar muy duro y enfrentar factores de poder muy duros para vencer las verdaderas causas de la pobreza. Así que él había hecho las dos opciones, como sacerdote y como hombre, opción eclesiástica y opción política. Por eso, a las cosas por su nombre para no confundirnos.

Déjenme contarles que en aquellos años no estaban estos centros de acceso a la justicia impulsados por el Ministerio de Justicia, sino que miles de jóvenes universitarios conformábamos lo que se denominaba las consultorías barriales. Me acuerdo que en la Universidad Nacional de La Plata se conformaban consultorías barriales, donde los estudiantes como parte de la militancia y otros que sin estar militando o identificados políticamente también se acercaban para brindar sus servicios en las villas, en los barrios, que era exactamente esto que hoy van a hacer funcionarios de la Justicia; en aquel momento lo hacían estudiantes de las universidades públicas gratuitamente para devolverle a la sociedad parte de lo que esa sociedad les daba, además también la mayoría de ellos con un gran compromiso político.

También venimos con otro centro de acceso de enseñanza y de acceso a la informática, eso no lo teníamos en aquella época; estábamos todavía con Gütemberg, el libro; el tema de las computadoras en los años ´70 era totalmente desconocido, no solamente aquí en la Argentina obviamente, no era una cosa común. También la idea es con el tema de la informática acercar y tratar de achicar el tema de la brecha digital.

Estas son cuestiones si se quiere muy importantes pero que no tendrían sentido si no estuvieran insertas en un proceso político que desde el año 2003 viene colocando al país y a su gente como el centro primordial de sus objetivos, de su gestión, de su plan de gobierno.

Por eso me acuerdo que en el año ´95, cuando vine como legisladora desde Santa Cruz, pasaba todas las semanas por este lugar porque venía del aeropuerto obviamente hacia el centro de la ciudad, esto era un conjunto apenas de cartones y de chapas, de aglomerados. Hoy, aunque parezca mentira, la transformación que ha experimentado este espacio, que se traduce en ladrillos, en construcción de mampostería, en chapas, en un lugar que se está organizando y urbanizando, también implica y expresa la profunda transformación que ha tenido el país en estos años, donde hemos generado 4 millones y medio de puestos de trabajo, donde nuestros y jubilados y pensionados han vuelto ha recuperar su dignidad y el derecho a su movilidad jubilatoria, que consagramos a través de una ley con ya más de 16 aumentos, a los 2 millones y pico que incorporamos que no tenían lugar porque se habían caído del sistema productivo o por las privatizaciones o porque alguien inescrupulosamente no les había hecho los aportes y se habían quedado en la calle, que se suma también a la asignación universal por hijo, tal vez la medida (aplausos) que más ha elevado el piso de protección y seguridad social en la República Argentina y que nos ha colocado a la cabeza en toda América latina de ser el país más igualitario de la región. (Aplausos)

Todavía igual nos falta mucho y siempre va a faltar, por eso es el compromiso permanente de seguir profundizando la transformación y el cambio. Siempre va a faltar; mientras haya un pobre en la patria, mientras haya gente que necesite que el Estado le pague esa asignación y no es la que sea producto de su trabajo en blanco, seguro, siempre va a faltar. La verdad que falta, pero cuando uno mira de dónde venimos y hoy dónde estamos se da cuenta que hemos recorrido un largo y duro camino. Pese a los palos, pese a las descalificaciones, a los agravios, pese a la oposición permanente en todo, siempre todo está mal. (Aplausos) Me olvidaba de los casi 100.000 cooperativista que hoy trabajan, que tienen salario registrado, asignaciones familiares. (Aplausos)

Ayer nomás en la Casa de Gobierno anunciaba también una suerte de plan canje interno, un desendeudamiento de nuestras provincias argentinas, 18 de las 24 jurisdicciones fuertemente endeudadas, en un plan que lanzamos de carácter estrictamente federal, pero que fundamentalmente va a significar una mejora muy importante para cada una de las gobernaciones de esas provincias, en la administración de los recursos de sus representados.

Y yo creo sinceramente que tenemos que seguir poniéndole el hombro al país, no importa que se opongan a todo, no importa que critiquen todo, no importa que digan que todo está mal, nosotros sigamos trabajando como hacía él. El es un ejemplo a imitar y a seguir y le tocaron vivir por cierto épocas, en términos vitales estrictamente, bastante más difíciles que las que vivimos ahora, donde por suerte, eso lo tenemos que agradecer a Dios -y también a él hoy aquí- vivimos en una democracia donde cada uno puede decir lo que se le da la gana. (Aplausos) Pueden militar desde los partidos que dicen que tenemos que volver al Fondo Monetario y no sé cuántas cosas más, hasta esa izquierda terrible que quiere hacer revolución y que nos dice que somos burgueses y que estamos comprometidos con el capitalismo,

Miren, se puede hacer y decir lo que uno quiere en la República Argentina, ¿y saben qué?, a mí me gusta mucho vivir en esta sociedad, porque viví en la que vivió él, en la que le costó la vida. Pero ustedes dirán que fue en la etapa democrática, en realidad desde el ‘55, desde el ‘30 si se quiere, hubo en el país, salvo breves interregnos democráticos, una negación absoluta a la democracia y a los procesos populares. Y cualquier proceso, aún los más tibios, eran interrumpidos por los factores de poder que querían instalar, y finalmente lo lograron a partir del '76, un modelo desindustrializado, un modelo de empobrecimiento, un modelo de dependencia.

Por eso digo agradezcámosle a Dios, a Carlos Mugica y a los que como él dieron su vida para que nunca más en la Argentina ningún argentino ni argentina pueda ser perseguido por lo que dice o por lo que piensa, o por donde milita. (Aplausos) Esto también se lo debemos a él.

Ya sabemos los que están, los que quieren volver para atrás, los que en realidad dicen que vamos muy lento y que no hacemos la revolución como corresponde. En fin, hay para todo y es buena la diversidad, es buena la variedad para que nosotros también como él podamos elegir, podamos hacer nuestra opción, nuestra opción política. Mi opción política es conocida desde hace mucho tiempo, estoy por la construcción de un país que sea una nación, de un país que genere mucho trabajo para que todos tengan trabajo y entonces sean libres, para que podamos volver a ser lo que alguna vez fuimos, un país con el mayor valor agregado y con el mayor producto bruto de toda Latinoamérica. En eso estoy trabajando y por suerte hay mucha gente que nos acompaña, lo siento aquí en el corazón, lo veo a diario.

Y quiero darles las gracias por no dejarse vencer ni subordinar culturalmente, hay que ser muy inteligente para pensar por uno mismo y no por lo que le dicen o le cuentan desde un medio de comunicación o desde los grandes monopolios concentrados (Aplausos)

Hay que ser inteligente en serio, hay que ejercitar las neuronas en serio, que no es saber solamente, sino además entender, como hacíamos nosotros cuando también nos contaban cosas, porque ustedes se imaginarán que durante toda mi juventud viví en dictadura, o sea que una leía los diarios que se editaban durante la dictadura, donde todo estaba bien, no había pobreza, no había nada, estaba todo bárbaro. Sin embargo nosotros no creíamos y teníamos razón en no creer.

Por eso digo que ejercitar esa inteligencia de entender es lo que nos permite hacer lo que hizo Carlos, entender y optar, él lo hizo desde un lugar de privilegio que le había dado la vida por su nacimiento y esto también tiene un doble valor, hoy lo estamos aquí reconociendo.

Muchas gracias y como siempre junto a ustedes. Muchas gracias. (Aplausos)