Gracias, muchas gracias a todos y a todas; señor Gobernador; señor Intendente; amigos y amigas: hace unos días, el jueves para ser más precisos, estuvimos también en otro municipio, en Lomas de Zamora y también como en esta oportunidad parados sobre la obra que estábamos inaugurando. Allí era el entubamiento del Arroyo Unamuno, un arroyo a cloaca abierta, prácticamente, que sumía en la pobreza y en la indignidad a más de 200 mil habitantes de Lomas de Zamora.
Hoy estamos uniendo aquí en esta ruta maravillosa, entre Norte y Sur, en un lugar diferente, al lado de un lugar diferente, pero que todos conforman parte de la Argentina y creo que el gran desafío y la gran clave que tenemos quienes tenemos responsabilidad institucional es esta: ir uniendo, juntando para que todos puedan tener una mejor calidad de vida.
Este plan de obras - recién decía el Intendente - este cero desagües cloacales que tenía Hurlingham, por allá por el 2003, y realmente uno podía repetir esta historia en todos y cada uno de los rincones de la Patria, con agua potable, con desagües pluviales, con desagües cloacales, con rutas, con viviendas, con escuelas y también con la inclusión social que ha significado la Asignación Universal por Hijo, 1.800 mil familias argentinas cuyos hijos menores de 18 años no tenían ningún tipo de ingreso. (APLAUSOS).
Y déjenme decirles algo, los titulares, los que cuidan de esos chicos, son en un 87 por ciento mujeres. Sí, las mujeres que muchas veces quedan solas al frente del hogar con los chicos y que hoy tienen, esto que yo denomino, el piso social más importante de toda Latinoamérica dando cobertura al 91 por ciento de los chicos menores de 18 años en la República Argentina entre la Asignación Universal, entre las asignaciones universales de los trabajadores formales, entre las pensiones no contributivas, entre las pensiones por discapacidades. En fin, todo un núcleo de medidas que hace de la inclusión social uno de los ejes fundamentales de nuestras políticas.
Pero sabemos, tenemos la certeza y la convicción de que no hay mejor método de inclusión social que todos los argentinos tengan trabajo en blanco, seguro, decente y con buenos salarios. (APLAUSOS). Ese es el gran objetivo, a esa Argentina marchamos desde el año 2003, cuando generamos desde entonces más de 4 millones y medio de puestos de trabajo, que se suman a los más de 2 millones de jubilados y pensionados que también habían quedado fuera de la red previsional por la historia que hemos vivido los argentinos y que no vale la pena relatarla, ya la conocemos y por sobre todas las cosas más que conocerla, grandes mayores nacionales las han sufrido. Una cosa es contar los episodios y otra cosa es vivirlos y sufrirlos. Por eso me identifico tanto con aquellos argentinos a los que todavía por distintas circunstancias aún no hemos podido llegar y por eso tenemos que redoblar el esfuerzo; por eso trabajamos día y noche, por eso queremos un país en el cual - en estos 200 años que estamos apenas a poco menos de un mes: 29 días para ser más exactos - de que la Patria cumpla 200 años.
Y yo creo, sinceramente, que el gran desafío que todos tenemos es el de reflexionar acerca de las cosas que nos han pasado, pero no para reprochárnosla o para flagelarnos, como digo yo; no al contrario, para saber que es necesario tener un proyecto de país, donde agreguemos valor, donde nuestras industrias estén también junto a la producción agrícola ganadera, como me tocó el otro día inaugurar en Córdoba, en Porteña, un lugar donde el suero del queso, que hace diez o quince años atrás, se echaba o se desperdiciaba, hoy es procesado, se le agrega valor y se exporta. Una Argentina donde cada vez agreguemos más valor a nuestros productos; una Argentina en la que le agreguemos infraestructura económica y social para que el turismo pueda seguir creciendo en la manera en que lo ha hecho; una Argentina que pueda generar más escuelas. Hemos hecho más escuelas que ningún gobierno, pero hacen falta más y tenemos que seguir construyendo más escuelas y más viviendas, mejorando la educación. (APLAUSOS).
Por primera vez en nuestra historia se destina 6 puntos de nuestro Producto Bruto Interno a la educación, pero no de un Producto Bruto Interno que era un tercio, allá por el año 2003, sino de hoy, de un Producto Bruto que ha superado los 300 mil millones de dólares y estamos dedicando 6 puntos a la educación.
Por eso también lanzamos el Plan de Computadoras para nuestros chicos de los colegios secundarios públicos. Queremos que cada chico, cada pibe no quede alejado del mundo digital. (APLAUSOS).
Yo les cuento que esta industria la de la informática, la del software, que es la que más ha crecido en término absolutos del año 2003 a la fecha, requiere una cantidad de profesionales por año que todavía no estamos dando de nuestras universidades. Por eso, esta apuesta a abordar el problema de la educación desde la modernidad, no negándola, sino al contrario incorporando los instrumentos que la modernidad nos da para que nuestros chicos tengan trabajo, salida laboral y quede cubierto lo que se denomina la brecha digital.
Podría seguir contando de lo que hicimos, de lo que hacemos y de lo que estamos haciendo, de un modelo estratégico de país, de Nación, de dignidad, de relacionarnos con el mundo de una manera diferente, en forma normal y seria con todos y cada uno de los países, y al mismo tiempo sentirnos parte de la región de Latinoamérica a la que hemos vuelto porque sentimos que somos parte de esta América del Sur, de esta historia común que nos hermana.
Yo quiero decirles a todos que mi compromiso es el de seguir trabajando codo a codo con Gobernadores, con Intendentes, con organizaciones sociales, con nuestros científicos, que hoy como nunca han sido reconocidos en nuestro país. Más de 700 científicos que han vuelto al país; de nuestras universidades que tienen los mejores salarios de las últimas décadas; de nuestros docentes; de nuestros pequeños y medianos comerciantes y empresarios, de todo un conjunto de argentinos que durante mucho tiempo se sintieron ajenos a un poder político al que no sentían cerca y al que no sentían propio. No hace falta votar a alguien para sentirlo propio, se lo siente propio cuando ve que está luchando por los intereses comunes del conjunto de la Patria, que es lo que yo tengo y voy a seguir haciendo como una obligación moral e institucional. (APLAUSOS). Este va a ser mi compromiso, el de profundizar este proceso que se inició el año 2003, que cree en el país, que cree en sus recursos humanos, que cree en la posibilidad de desarrollarse a partir de la propia identidad y no por eso negarse al mundo. Pero por sobre todas las cosas, que ha vuelto a poner a la política como un instrumento capaz de transformar la realidad y no convertirla en una pelea de perros y gatos.
La discusión debe ser política, el debate debe ser de ideas, los que tengan proyectos mejores e ideas mejores que nos las muestren, nos las digan, nos las enseñen. Al contrario, milito desde muy joven en un partido político que recibió el aporte de los socialistas, que recibió el aporte de muchos radicales que también se iban de un viejo partido que los había traicionado y no los contenía, de los de la Iglesia que también se incorporaban. Eso fue, en definitiva, el peronismo: un hacerse cargo de las demandas de distintos sectores sociales y políticos que no veían a una dirigencia que los representara a ellos y a los intereses del país y nosotros, y cuando hablo de nosotros hablo de la generación del Bicentenario porque somos la generación del Bicentenario. La historia y nuestra propia voluntad, nadie llega acá porque lo obligan o se lo piden los amigos. Cuando alguien llega acá es porque ha militado toda la vida y ha tenido vocación política, no de poder, sino de transformación de la realidad. (APLAUSOS)
Eso es lo que me movilizó siempre, desde muy joven: cambiar las cosas. Y ese es mi gran compromiso como generación del Bicentenario que hoy nos toca la responsabilidad de conducir los destinos del país.
Y lo voy a seguir haciendo pese a los palos en la rueda, pese a los agravios o a las descalificaciones. Mi condición de mujer tal vez, me hace estar, tal vez, más preparada para recibir golpes que ningún otro, tal vez estemos hasta genéticamente preparadas para eso. (APLAUSOS)
Pero yo quiero decirles que quiero representarlos a todos, como esa generación del Bicentenario que pudo dar vuelta la taba y terminar con ese ciclo de cuatro o cinco años y luego todo se iba al diablo.
Por eso hablo de la necesidad de formular un proyecto del Bicentenario, con ideas que sigan grandes directrices en las cuales puedan sentirse identificados todos los sectores sociales de la patria más allá de algunos intereses pequeños y concentrados que siempre han lucrado cuando ha habido enfrentamientos entre el pueblo, entre los trabajadores o entre sus capas medias.
No nos dejemos torcer más el destino; cada vez que nos hemos desunido, nos ha ido muy mal; cada vez que un sector no advirtió que aunque a él le iba bien, había cada vez sectores que se desprendían del aparato productivo y cada vez les iba peor, terminó yéndoles mal a todos.
Esto también es un concepto de patria: la patria somos todos. Esto tenemos que hacerlo carne nosotros mismos y llevarlo adelante. (APLAUSOS)
Por eso, en esta hermosa tarde y en este lugar tan lindo de Hurlingham, tan lindo de la provincia de Buenos Aires, con sus lugares tradicionales, con sus hermosas casas, con hermosos lugares como el que acabo de visitar, deben ser dignos para entender que necesitamos tener muchísimos años de crecimiento, que necesitamos gente responsable conduciendo la economía, que necesitamos gente que sepa de qué se trata la gestión del Estado porque ahí está la clave y, fundamentalmente, que se entienda que muchas veces hay que enfrentar intereses poderosos, pero hay que tener la valentía de hacerlo, no por uno, sino por todos los que han confiado en una persona cuando depositan su voto y también, en los que no votaron pero que, en definitiva, necesitan que quién esté en la Casa Rosada, sea él el dueño de la llave de esa casa y no se le entregue a ningún grupo de poder o económico como hemos visto durante décadas en la República Argentina.
Que sepan que allí, con aciertos o con equivocaciones, está el que ellos votaron o el que otros votaron, pero no grupos concentrados de poder que deciden a nombre de toda la ciudadanía.
Por eso, y no me extiendo más porque ya está casi anocheciendo, me pongo a hablar y me entusiasmo, quiero decirles que los quiero mucho a todos, a mis compañeras de género, a los jóvenes, a nuestros viejos, a nuestros hombres, a los empresarios, a los comerciantes, a los estudiantes, a todos, a los trabajadores, los necesitamos a todos en este Bicentenario de la patria.
Gracias, Hurlingham, muchas gracias, muchas pero muchas gracias, los quiero mucho a todos de corazón. (APLAUSOS)