Gracias, muchas gracias a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente; amigos y amigas de Lomas de Zamora: la verdad que cuando recién escuchaba al Intendente hablar con mucho orgullo de esta obra, aquí en Lomas de Zamora: el entubamiento del Arroyo Unamuno tal vez para los que viven en lugares mejores porque la vida les dio la suerte de tener mucho dinero y vivir en lugares mejores, no entienden o no puedan entender lo qué significa esta obra.
Y realmente yo pude ver la fotografía de lo que era esta avenida, un arrollo en el cual desagotaban todas las cloacas, no eran solamente inundación, no era solamente que cada vez que había crecido del Río La Matanza o que había creciente o sudestada se inundaban. Además se inundaban con aguas que salían de las cloacas, no era agua transparente y cristalina. Por eso esta obra hace esencialmente a la dignidad de las personas y tampoco es únicamente de los 200 mil habitantes de aquí, de este sector de La Matanza, que resultan beneficiados por la obra porque esto forma parte de todo el saneamiento de la Cuenca del Río Matanza y del Riachuelo que durante cien años no se hizo absolutamente nada para solucionar el problema de la gente. (APLAUSOS).
Esta obra estaba demandada desde hacía más de 40 años, pero tenemos que ser justos, esta obra se inició en la anterior gestión, durante el año 2006; yo la seguí y la terminé y la inauguramos y esto es un símbolo también para el país. Un país que muchas veces vio frustrado o interrumpido procesos de transformación, procesos de crecimiento. Hemos aprendido la necesidad de tener un pensamiento estratégico del país y de la Nación.
Las obras públicas no son circunstanciales tienen que apuntar a lo largo y a lo ancho del país a mejorar la calidad de vida y la infraestructura económica de un país. Y junto a ello lo que por ejemplo vine a hacer la última vez, durante el verano, que estuvimos aquí en Lomas: a inaugurar esa pileta que permite que 9.000 pibes que nunca podrían llegar a un club o a una pileta tuvieran en el verano ese inmenso cuadro que me acaba de regalar el Intendente y que se lo agradezco de corazón; fue uno de los días más lindos, los pibes en la pileta disfrutando. Muchos de ellos seguramente también hoy cobrarán la Asignación Universal por Hijo, que permite que nuestros chicos vayan al colegio, 25 por ciento aumentó la matrícula. (APLAUSOS). 25 por ciento más de nuestros niños y nuestras niñas, que no iban al colegio y que ahora van y reciben, además, su libreta sanitaria y educativa, que permite tener dignidad, como la de nuestros viejos, la de nuestros jubilados, que durante años tuvieron congelada la vida y las ilusiones o los más de 2 millones que incorporamos porque habían quedado colgados del sistema previsional y nadie se acordaba de ellos; además la construcción de escuelas y de viviendas como nunca se ha hecho en el país. (APLAUSOS).
Siento el orgullo hoy como Presidenta de los argentinos, de estar parada aquí en esta obra, arriba de la obra, junto a ustedes, mirándolos a los ojos y diciéndoles que es cierto, que todavía falta, que siempre va a faltar mientras haya un pobre en la patria al que no le podamos dar trabajo y educación. (APLAUSOS)
Pero yo quiero decirles que el compromiso de mi vida es, precisamente, profundizar la transformación y el cambio. Lo he dicho una y mil veces, nunca estuve en ningún lugar para calentar sillas o sillones. He venido con la vocación de cambio, he venido con el compromiso para con el pueblo.
Sé que esto tiene costos porque enfrenta intereses poderosos, pero no me importa. Yo voy a seguir adelante con toda la fuerza que ustedes me dan; yo voy a seguir adelante porque todavía hacen falta más escuelas, más viviendas, más obras, más jubilaciones, más beneficios para todos los argentinos. (APLAUSOS)
Tenemos que recuperar el tiempo perdido. Hemos perdido mucho tiempo los argentinos, hemos perdido tiempo en discusiones estériles, en enfrentamientos entre hermanos, en discusiones banales, tontas, casi de vanidades personales.
Por eso yo vengo desde aquí, con mi corazón abierto, a convocar a todos los argentinos para que en estos 200 años de historia le demos vuelta a la página y sigamos construyendo el país que nos merecemos. Y aquellos que tienen diferencias -y que es legítimo además tenerlas-, sepan que para eso los pueblos eligen cada 4 años a quienes quieren que los representen y gestionen desde el gobierno la educación, la salud, la economía de un país.
Un país, amigos y amigos, que también supimos timonear en el año más difícil de la historia económica del mundo y lo pudimos hacer porque teníamos un modelo de desarrollo económico, de mercado interno, de fortalecimiento de los trabajadores y de la generación de más de 4 millones de puestos de trabajo en estos años que permitieron afrontar el vendaval.
En nombre de todos ustedes, en nombre de los argentinos, en nombre de nuestra historia, en nombre de nuestra vocación de transformación y cambio de los jóvenes, de las mujeres, de los viejos, de los profesionales, de los comerciantes, de los pequeños y medianos empresarios, en nombre de todos ellos, es que yo me comprometo a seguir en este proceso de transformación. (APLAUSOS)
Quiero decirles también que esto lo pudimos hacer con esfuerzo, con trabajo, con sacrifico y también, por qué no, con la pasión. Sin pasión no se transforma nada; sin pasión no hay vida. Con la pasión y con compasión, fundamentalmente hacia los que menos tienen, vamos a seguir trabajando incansablemente.
Gracias, Lomas de Zamora; gracias a todos ustedes. Yo los quiero mucho, disfruten esta avenida que es de ustedes que también es la avenida de la patria, la de todos los hombres y mujeres que siempre creyeron que el compromiso es con el pueblo y con la historia.
Muchas gracias, los quiero mucho a todos.
Gracias. (APLAUSOS)