Sería un lugar común agradecer un documento de apoyo, porque en realidad este documento de apoyo no es ni a la Presidencia, ni al Poder Ejecutivo ni a mi persona, es a una política en definitiva. No se puede esperar por parte de nuestro ámbito académico ningún apoyo que sea ni personalizado ni partidista porque precisamente si hay algo que caracteriza a este espacio académico, el CIN, que es el Consejo Interuniversitario Nacional, es precisamente la pluralidad de ideas, de identidades. Por lo tanto creo, y esto no significa una concepción, por favor, elitista, como decía alguien que uno siente por allí cierto peso de elitismo cuando habla de los claustros, pero esta claro que cuando un ámbito como este toma una decisión, en un determinado sentido, lo hace en la perspectiva - como alguien dijo - de la Patria, de la Nación, de los intereses en definitiva que están por sobre los intereses partidarios o sectoriales y que representan a todos los argentinos.
Y creo que, yo escuché al Rector de Villa María, el presidente del Consejo, desarrollar lo que han sido las políticas, desde el año 2003, respecto de la Universidad y esto que ha sido la universidad se ha derramado en todos los sectores de la vida nacional, inclusive en aquellos que ni siquiera comparten el proyecto.
Hoy estuve en Vedia, partido Leandro Alem, provincia de Buenos Aires, no más de 10 mil habitantes, donde fui a inaugurar 263 viviendas, que hemos construido en ese pequeño lugar de la provincia de Buenos Aires, como en tantísimos más 361 viviendas. El intendente Alberto Conocchiari, que me precedió en el uso de la palabra, hizo un enjundioso, diría yo, desarrollo de los dos modelos de país, que hemos tenido y que muchas veces todavía están en pugna y cuando me tocó mi intervención dije la gran diferencia no es solamente por los resultados, sino que nuestro modelo inclusive incluye aquellos que lo critican y que no están de acuerdo. Porque ustedes por ejemplo, cuando fue el gran debate de las retenciones, en año 2008, hoy yo veía ese mar verde en Vedia, esta cosecha maravillosa que han logrado los productores argentinos y digo esta es la gran diferencia. Si tuviera que elegir una diferencia entre este modelo que queremos nosotros y el que estuvo vigente en distintas etapas de nuestra vida institucional, en estos 200 años, diría que el nuestro está basado esencialmente en la solidaridad y en la comprensión de saber que no puede irle bien a unos pocos y mal al resto, incluye a aquellos que lo critican y que lo combaten y que tal vez hayan logrado rentabilidades y ganancias que no habían logrado en los proyectos que los defienden desde una suerte de subordinación cultural o ideológica, si se me permite coloniaje cultural, diría porque también lo hay, ¿no? te colonizan la mente, en definitiva y terminas actuando en contra de tus propios intereses. Esa es una vieja historia, en la cual en algunos momentos la Universidad también fue partícipe como una universidad conformada por sectores medios. Yo me siento parte de esos sectores medios universitarios y muchas veces la universidad no pudo comprender determinados momentos de la vida política nacional y esta universidad que nosotros propugnamos a la cual puedan llegar todos. Y que el que no llegue no lo hace porque no puede, sino porque no quiere y porque elige otra vida, porque esta es la diferencia que nosotros impulsamos, que todos tengan las mismas oportunidades y que todos puedan elegir la vida que tenga, y esto es lo que todavía no sucede para todos los argentinos, aún con todos los adelantos y con todos los progresos que hemos tenido, está claro que va a haber argentinos que no van a poder elegir su vida porque todavía no tenemos igualdad de oportunidades en nuestro país. Y mientras esto falte, mientras haya un solo argentino que no elija la vida que tiene, sino el destino porque lo puso en un lugar pobre, en un lugar en el cual no pudo acceder a la educación, yo creo que todavía estaremos en deuda. Y los que más en deuda estamos - lo voy a decir siempre - somos nosotros los que hemos salido de la universidad porque lo que dijo el Rector y yo lo repito casi monocordemente desde que tengo 20 años, nosotros pudimos ir a la universidad tal vez porque otros no pudieron llegar y sostuvieron con su pobreza esta universidad gratuita y pública.
Por eso esta universidad gratuita y pública tiene más obligaciones tal vez que ningún otro sector de la vida nacional de devolver parte de lo que nosotros hemos recibido. Y yo quiero agradecer- en nombre de todos los argentinos, en nombre de lo que ha sido la historia del endeudamiento argentino, que no viene de ahora, viene de la Baring Brothers para acá, el primer empréstito que tomamos y que lo terminamos de pagar en el siglo XX, porque creo que se terminó de pagar en 1919, si mal no recuerdo. Si hay algún profesor de Historia y me estoy equivocando que me corrija, pero lo terminamos de pagar en el siglo XX y no se hizo nada de lo que debía hacerse, además, con ese empréstito, como fueron numerosos endeudamientos.
Este modelo, que comenzó en el año 2003, también, ha sido un modelo no solamente de crecimiento económico, sino de paulatino y simultáneo desendeudamiento y queremos seguir profundizando ese desendeudamiento. Y por eso adoptamos una cuestión tan simple de entender, como pagar con reservas por las cuales nos devuelven solamente el 0,5 por ciento al año y evitar tener que pagar tasas del 15 por ciento para pagar los vencimientos de este año. Esto que lo entiende desde un obrero hasta un académico, porque estamos, digamos, si hay alguien que tiene alguna duda en la oposición, yo creo que este ámbito debería hacerle, digamos, disipar todas las dudas en cuanto a la conveniencia de este método.
Pero bueno, en la Argentina somos un país en algunos sectores casi condenados a discutir las cosas obvias, pero realmente yo quiero agradecerles porque para mí que este ámbito venga a apoyar esta política que, ustedes lo saben mejor que yo, es apoyada por la mayoría de la sociedad argentina, porque es una cuestión de sentido común, también el hecho que desde los ámbitos académicos de distintas ideologías, de distintas pertenencias, se haya llegado a esta conclusión, a este documento, a mí, personalmente, me gratifica mucho porque, tal vez, en algún otro momento de la historia, en el siglo pasado, este hubiera sido también un ámbito que hubiera estado en contra. O cuando uno ve las cosas que han pasado, cuando Eva Perón consiguió el voto femenino por el cual habían luchado importantes mujeres y como lo consiguió Eva no servía y entonces tenemos esas cosas que muchas veces nos miran -y quiero un poco rescatar lo que planteaba aquí sobre la cuestión latinoamericana- hasta nuestros propios compatriotas latinoamericanos sin entendernos por qué tenemos algunos comportamiento y por qué tenemos algunas actitudes.
El otro día charlando con Pepe Mujica, mi querido amigo, el Presidente del Uruguay, bueno, no importa sobre qué temas, pero me decía estas cosas que muchas veces no se entienden en nosotros y que tiene, no sé, esa cosa medio de autoboicot que muchas veces nos hacemos porque sino no se entiende cómo un país como el nuestro, con los recursos humanos, naturales y con todas las oportunidades históricas que hemos tenido, no estemos entre, en términos de crecimiento y desarrollo económico, los principales países del mundo. Y yo creo que uno de los grandes desafíos y que lo hemos tomado tanto en el anterior gobierno como en este, es, precisamente, articular en una alianza indestructible, con perdón de la palabra "alianza", que nadie se sienta ofendido, pero es una buena palabra más allá de algunas cuestiones, una alianza entre la Universidad, los sectores económicos y el Estado para tener un modelo virtuoso.
Durante mucho tiempo creímos en las universidades que si nos vinculábamos con lo económico, con la producción, con los empresarios, con desarrollos de proyectos productivos, económicos era como casi contaminante, como que lo académico, como que el pensamiento, como que la intelectualidad no podía contaminarse con lo económico.
Tontos, porque en realidad uno ve el desarrollo de los grandes países que tienen universidades, que tienen 400, 500 o 600 años y, precisamente, han logrado ese crecimiento y ese desarrollo porque han articulado conocimiento con economía y, bueno, han tenido un crecimiento virtuoso. Y ese es mi gran desafío y mi gran sueño que también debería estar plasmado en una ley de educación superior en donde definitivamente superemos esta idea de isla democrática que alguna vez fueron las universidades y que, realmente, la autonomía sea entendida en su verdadero sentido, en el verdadero sentido que le quiso dar la reforma del '18 y que no significa aislamiento de un proyecto de país, sino que significa tener la suficiente autonomía académica para que puedan discutirse todas las ideas, todos los pensamientos y que ningún gobierno ni ningún partido ni ningún sector ni ninguna corporación ni ninguna facción, quiera sustraer a la Universidad de un debate plural en el cual se debatan todas las ideas, todos los proyectos, todas las teorías.
Esa es la verdadera autonomía. La otra, la autonomía económica, financiera, ¿y cómo puede haber una Universidad floreciente en un país cuya economía cae todos los días? Es absurdo. ¿Cómo puede haber presupuesto educativo en un país ni siquiera puede tener presupuesto para sus escuelas primarias o secundarias? Por lo tanto, yo creo que redefinir y repensar nuevamente el concepto de autonomía, es algo que nos debemos y que yo creo que está muy maduro hoy, ya no es como antes un tema tabú en el cual el gobierno autonómico de la universidad presuponía un distanciamiento casi de celibato universitario.
Yo creo que el celibato universitario no existe. Pero bueno, algunos en algún momento pretendieron una suerte de celibato universitario y, realmente, bueno, yo no creo en ningún celibato, dicho sea de paso, pero esa es una cuestión en la que no quiero inmiscuirme porque estaríamos adentrándonos en una cosa que nos es ajena al ámbito académico, al claustro académico e incursionaríamos en otros temas que no son de competencia de esta mesa.
Agradecerles a todos y a todas realmente este aporte, que no es un aporte, reitero y para terminar, a una Presidenta ni a un Gobierno, es un aporte, creo, a la sociedad argentina y a sus universidades y, en nombre de esa sociedad, yo se los agradezco.
Muchísimas gracias y muy buenas noches a todos y a todas.
Muchas gracias. (APLAUSOS)