Muy buenos días a todos y todas; señor Intendente; señor Gobernador; queridos amigos y amigas que hoy se han acercado aquí a celebrar: hoy estamos entregando 263 nuevas viviendas, 200 aquí en Vedia y cerquita 63 más; de las 361 viviendas que hemos construido aquí en el partido, 361 viviendas en el Plan Federal. (Aplausos)
Después de todas las cosas entrañables pero profundamente políticas que dijo el Intendente, la verdad que me quedan pocas cosas para hablar. Por favor bajen los carteles, los carteles no dejan bien. Todo el mundo quiere estar presente y contar lo que vio, yo los entiendo a todos, a los que quieren ver y a los que tienen el cartel, pero por favor bájenlo, ya los vi, ya está bien.
Y se preguntaba recién el intendente Conocchiari, el amigo, cómo se hace o cómo hacía yo para muchas veces tener la fortaleza con lo que él considera injusto, innecesario, y que yo le agregaría una palabra, "inédito" en la República Argentina. Nunca se trató desde algunos centros del poder, fundamentalmente desde el poder mediático y también desde algunos sectores de la oposición, como se ha tratado a esta Presidenta.
Creo que es una mezcla de muchas cosas, es una mezcla de género, inocultable, inevitable casi diría, lamentablemente inevitable, y también la otra, la más profunda, la que él mencionaba como la decisión de gobernar para las grandes mayorías en lugar de gobernar para las grandes corporaciones y los pocos privilegiados.
Esa tal vez sea la causa más fuerte, la más central, la más profunda, la más verdadera, porque cuando en el año 2007 en plena campaña electoral hablábamos de profundizar el proceso político iniciado en el año 2003, no lo hacíamos como un slogan, no acostumbramos. Mi generación no fue una generación de slogans, no fue una generación de frases hechas, sino de compromisos sociales y políticos muy fuertes.
¿Y sabe cómo hago, Intendente, para aguantar todas esas cosas? Miro la cara de Dalma, llorando recién cuando entraba a su casa nueva; su madre alquilaba, no tenían para tener una casa, lloraba, y me abrazaba. (Aplausos)
¿Sabe cómo hago también? Cuando ayer en el teatro Cervantes entregaba las primeras netbooks, las primeras computadoras que van a tener todos los pibes de nuestras escuelas secundarias públicas (aplausos) y los chicos abrazaban esas computadoras que van a tener conectividad, que la van a poder llevar a su casa y que la van a poder conservar con el único requisito de terminar el colegio secundario y poder incorporar él y su familia a un mundo diferente al que vivimos nosotros que devorábamos libros, que devorábamos diarios. Y bueno, hoy los chicos devoran esa red, ese conocimiento que les viene por la computadora y tenemos que tener la cabeza lo suficientemente abierta aquellos que nos educamos con otro sistema para comprender este mundo nuevo y abrirles a ellos, como a nosotros nos abrieron otros, con libros, con ideas, con compromiso también la cabeza, a ese mundo nuevo que reclamaba cambios profundos en la sociedad y con el cual nos comprometimos.
¿Sabe cómo hago Intendente también para aguantar? Cuando me encuentro a lo largo y a lo ancho con miles de viejos y viejitas que me agradecen el poder tener un haber jubilatorio que le habían negado o porque habían quedado sin trabajo demasiados grandes o porque no les habían hecho los aportes jubilatorios, o porque habían venido las privatizaciones. (Aplausos)
Cada mano, cada brazo, cada mirada, a mí me gusta mirar a la gente a los ojos, porque cuando uno mira a los ojos es porque puede hacerlo primero pero además porque encuentra en el otro una respuesta a esa mirada.
También encuentro fuerzas cuando me encuentro con muchas madres que tal vez están solas con sus hijos o con algún compañero que también tiene sus hijos pero que todavía no ha conseguido trabajo y gracias a la Asignación Universal por Hijo pueden acceder a condiciones mínimas de vida al menos. (Aplausos) Y les aseguramos que los chicos vayan al colegio y tengan sus libretas sanitarias.
También encuentro fuerzas cuando voy a los centros académicos y hombres grandes, científicos, o chicos recién vueltos al país u hombres más jóvenes que se habían ido por falta de oportunidades, agradecen todo lo que estamos haciendo, invirtiendo y poniendo en materia de ciencia y tecnología para volver a ser un país de punta y de avanzada en todos los estamentos. (Aplausos)
¿Y sabe qué? También encuentro alegría y consuelo cuando miro los campos estallando de verde, cuando veo que vamos a batir record de cosechas y aunque algunos no lo reconozcan ahí están para ser consumidos, para ser exportados, para que ganen plata porque queremos empresarios, comerciantes, productores que tengan rentabilidad, porque sabemos que eso también se vuelca a la economía.
También cuando visito las universidades y encuentro a sus profesores, a sus alumnos que reconocen que nunca habían tenido un reconocimiento por parte del Estado en sus sueldos, en las mejoras que hemos hecho, en los múltiples edificios universitarios, como ha sido durante esta gestión, porque nunca, argentinos, se había destinado tanta plata a la educación como se ha destinado desde el año 2003 a la fecha. (Aplausos)
¿Sabe dónde encuentro consuelo? En esas maestras jardineras que me recibieron alborozadas recién cuando salí de la casa, con sus delantales de jardín, para darme un beso y también para encontrar sus ojos con los míos.
En todos ellos y en todas ellas uno encuentra las fuerzas no solamente para soportar la injusticia, el agravio, la descalificación, a veces y la mayoría de las veces ni siquiera política, apenas tan pequeña la descalificación que tiene que ver más con la condición de mujer que con otra cosa, pero no importa.
Todo eso me alcanza no solamente para estar bien y tener fuerza, lo que es más importante me alcanza para seguir adelante en el proceso de transformación y cambio. (Aplausos) Porque no vamos a desfallecer.
Y lo que usted decía, señor Intendente, que era no solamente una interpelación a los sectores empresariales o a los sectores dirigenciales políticos, sino también una profunda interpelación a la sociedad, pidiéndole que no le muestren, que se anime a ver sin que otros le muestren. Porque eso es lo importante, la mía fue una generación en donde no estábamos acostumbrados a la democracia porque no se podía votar, en donde lo que nos mostraban en diarios o en televisión era sólo pura censura. Y sin embargo, gracias a la educación, gracias a la lectura, gracias al compromiso político y social pudimos ver más allá de lo que nos quería mostrar y allí está creo la verdadera inteligencia y capacidad de una sociedad: poder mirar más allá de lo que te muestran desde tu propia cabeza, con tus propias neuronas, con tus palabras y con tus oídos. (Aplausos)
Por eso hay tantos jóvenes, por eso los jóvenes se acercan tanto porque son los que naturalmente interpelan a la sociedad y al mundo. Yo me veo reflejada en cada uno de ellos, cuando se acercan con su compromiso, con su falta absoluta de interés, no vienen a pedirte nada, vienen a decir no aflojes, fuerza y coraje. Por eso esa juventud extraordinaria que cada día está apareciendo más en todo los rincones de la patria, con mayor grado de compromiso, es lo que me alienta más, porque nosotros somos la generación que hoy nos toca conducir el país, pero tiene que venir atrás el recambio, tiene que venir el cambio generacional. Como también nosotros lo tuvimos y necesitamos luego de décadas de adormecimiento intelectual, de décadas en donde lo importante parecía ser únicamente lo material, donde lo bueno era lo extranjero y no lo nacional. Me parece que estamos entrando en un momento en donde también hemos comenzado a mirar y mirarnos a nosotros mismos. Por eso tengo tantas esperanzas y tengo tanta alegría de este momento político, económico y social que estamos viviendo (Aplausos).
Hemos podido, usted lo decía recién, y déjeme decirle que me pareció un comentario un tanto machista porque en el fondo a lo mejor usted tampoco pensaba que una mujer podía hacer estas cosas, Intendente, pero lo cierto es que en el fondo todos tienen un poquito, unos más, otros menos pero en el fondo...
Y la verdad es que podemos decir con orgullo los argentinos que hemos atravesado el año 2009, donde nos decían que nos íbamos a morir por la crisis económica o que nos íbamos a morir por la gripe A, o por el dengue, o por lo que fuera, pero nos íbamos a morir irremediablemente, lo hemos atravesado y aquí estamos plantados, más vivos que nunca y creciendo. (Aplausos) Batiendo records de consumo en Semana Santa, batiendo records de venta de autos con respecto al mejor año que había sido el 2008, con gente que a través de la asignación universal, de las mejoras en las jubilaciones, de las mejoras salariales, puede acceder a consumir y entonces estallan los centros de consumo. Y yo me siento feliz, porque hemos sido capaces de desarrollar un modelo de crecimiento económico propio nacional que garantiza no solamente un buen mercado interno sino también una economía de exportación que nos ayude cada vez más a conquistar nuevos mercados, a tener mayor rentabilidad de nuestras empresas y mayor generación de puestos de trabajo.
Yo voy a seguir en esta línea. Sé, porque la historia lo demuestra, que te tiran con lo que tienen y con lo que pueden a mano, pero quiero decirles a ustedes aquí en Vedia, en un pueblo que cuando estaba en la Universidad era simplemente un lugar de referencia de donde provenían algunos compañeros de la Universidad, que hoy Vedia adquiere otro cuerpo, otra carnadura, son ustedes, es Dalma, es cada uno de los que han recibido estas 263 viviendas; los que se han acercado aquí y los que no se han acercado también, porque en definitiva este proyecto tiene algo que lo diferencia de aquel proyecto neoliberal y conservador que dejaba a tanta gente afuera. Este proyecto no deja afuera a nadie, ni si quiera a los que lo critican o están en contra, al contrario, muchos de ellos han ganado plata como nunca en toda su vida estos años del 2003 a la fecha. (Aplausos)
Miren qué diferencia, miren qué proyecto más generoso. ¿Saben por qué? Porque es un proyecto que se basa en esto, en la solidaridad, en saber que es imposible que en un pueblo, que en una provincia, que en un país, que en una sociedad puedan crecer solamente unos poquitos y el resto vivir en la pobreza o en la miseria. Esa es la gran diferencia, si tuviera que elegir la gran diferencia entre un proyecto y otro sería que el de ellos, el que estuvo vigente dejó a mucha gente afuera, este es un proyecto de inclusión, todos adentro, cada vez más adentro, aún los que no están de acuerdo y que han sido grandes beneficiarios del mismo. (Aplausos)
Esto es lo que nos diferencia y por esto finalmente es que se van abriendo los ojos, que se van abriendo las mentes y que finalmente podemos decir y podremos decir en un futuro que estamos construyendo realmente una Argentina para todos. En nombre de todos los argentinos, en nombre de tantos hombres y mujeres que comprometieron su vida por una sociedad mejor, en nombre de todos ellos les agradezco esta hermosa mañana de sol en Vedia. Muchas gracias a todos, de corazón, muchas gracias. (Aplausos)