Palabras de la Presidenta de la Nación en su visita a la Basílica de nuestra Señora de Luján

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN EN SU VISITA A LA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

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Muy buenas tardes a todos y a todas.

Eminencia Reverendísima, monseñor Agustín Radizani Goñi; monseñor Rubén Di Monte; querido Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; querida Intendenta de Luján, Graciela Rosso; amigos y amigas; alumnos: la verdad que estoy muy feliz hoy de estar aquí dando inicio a esta tercera etapa, que es la definitiva, la última, y que va a significar la reconstrucción, la restauración total de este entrañable lugar en el corazón y en la historia de los argentinos que es la Basílica de Luján y su patrona, que es la patrona de todos nosotros, la patrona de los argentinos, la Virgen de Luján.

Por esas cosas de la vida, fue la licitación número 1; fue la primera obra, no sé si fue casualidad, destino, pero yo creo mucho en las señales. Lo cierto es que la licitación número 1 de obra pública iniciada en la gestión del gobierno del año 2003, fue esta, precisamente, la Basílica de Luján.

Y yo le decía, cuando llegaba a Graciela, a Daniel, luego se lo dije a Monseñor, que quiero que sea en este lugar, que en un fuerte simbolismo para todos los argentinos, donde se celebre el Tedeum del 25 de mayo que es el Bicentenario de la patria, los 200 años, aquí en Lujan (APLAUSOS), donde cientos de miles de personas todos los años, salen de la puerta de sus casas -de acá la diviso a la compañera del intendente de Moreno que es uno de ellos- y llegan aquí peregrinando.

La historia de la Virgen que es también, como recién decía monseñor Radizani Goñi, una historia de señales, cuando en 1630, los bueyes de la carreta que la traían, se atascaron aquí y no hubo forma de sacarlos. Para los que no conocen la historia.

En mi familia, mi hermana y mi madre son muy devotas de la Virgen de Luján y yo también la tengo muy adentro de mi corazón.

Quiero contarles algo porque -se va a enojar, pero yo lo voy a contar igual- esta decisión, en realidad, la idea no fue mía, debo reconocerlo. La idea fue de Oscar Parrilli, el Secretario General de la Presidencia, que es uno de los que está participando, obviamente, en la organización de todos los eventos que constituyen la conmemoración de este Bicentenario de los argentinos.

Y él me dijo durante el curso de esta última semana, justamente porque venía aquí a Luján: "Qué bueno que sería hacer el Tedeum del 25 de mayo en la Basílica de Luján, porque ahí está la Virgen que es la patrona de la Argentina y porque es un lugar entrañable para todos los argentinos". "Tenés razón, me encantó la idea" y, bueno, la tomé enseguida.

Y este domingo último, estábamos con mi mamá y mi hermana comentando esto, que iba a ser este el lugar del Tedeum y apareció el que ya saben, que es mi compañero de hace 35 años, y se incorporó a la charla. Yo estaba charlando con mamá y mi hermana de esta decisión que habíamos tomado de que fuera aquí. Y él dice: "Pero a vos te parece en la Basílica de Luján, no sería mejor en la Catedral, son los 200 años, pero en la Basílica está la patrona, la patrona de los argentinos". Y justo se sienta en el respaldo de un sillón donde suele sentarse siempre y no le pasa nada. Y dijo: "Bueno, la patrona, la patrona" y cuando dijo eso, el sillón se le dio vuelta y casi se cae y mi hermana inmediatamente le dijo: "La Virgen, señal de que tiene que ser la Basílica de Luján". (APLAUSOS)

Créase o no, pero yo creo profundamente en las señales y la verdad que casi se mata cuando se le dio vuelta el sillón. Nos reíamos y decíamos con mi hermana, que también como yo cree mucho en las señales, que este lugar, que tiene tantas historias, porque cada uno de los que viene, viene con sus historias, algunos a agradecer la salud de vuelta; otros, a pedir la que le falta; otros, a agradecer el pan, el trabajo, la familia.

Por eso quiero tomarme el atrevimiento de pedir también por Graciela y por su hija en este lugar para que les vaya bien. (APLAUSOS) Y es un lugar de mucha paz, de mucho amor, de mucho agradecimiento que une a todos los argentinos, inclusive a aquellos que no creen, pero que respetan la fe de los otros. Porque la fe, aún en aquellos que no la tengan, siempre merece el respeto de toda una sociedad. Y, por eso, miles de argentinos se congregan aquí y lo van a seguir haciendo cada vez más. Por eso la estamos poniendo linda.

Quiero contarles que cuando veníamos en el helicóptero dimos una vuelta y la verdad que está espléndida, como nunca estuvo, con ese color rosa en sus muros, con esa plaza que también la Intendencia contribuyó tanto a tornarla en un lugar maravilloso como si fuera una continuidad de la misma Basílica para todos los peregrinos.

Quiero decirles a todos, con mucha fe en Dios y también con mucha fe en la Virgen, pero también con fe en nosotros mismos, que hay un viejo dicho que dice: "Ayúdate y el cielo te ayudará" y yo soy también de las que comparten eso, que está bueno pedirle a la Virgen, que está bueno pedirle a Dios, pero también tenemos que saber que tenemos que poner lo nuestro para ayudarlos a ellos a que nos salgan a todos las cosas mejor. Y cuando digo a todos, es a la Argentina y a todos los que vivimos en ella.

Así que, muy feliz de estar inaugurando hoy esta tercera etapa, que espero que terminemos antes del año 2011 para, finalmente, ver concluida una tarea que, seguramente, está en el corazón de millones y millones de argentinos.

Gracias Luján, gracias Monseñor, gracias Graciela, gracias a todos y a todas, gracias chicos y chicas por acompañarnos con sus banderas argentinas y papales, gracias a todos.

Muchas gracias. (APLAUSOS)