Asimismo, señaló que desde Argentina se sigue con atención el proceso de desarrollo de Bolivia, al tiempo que aseguró que, lejos de intervenir en asuntos internos de la Nación Boliviana, Argentina se erige en garante del proceso democrático local.
Sobre el acuerdo energético, la Jefa de Estado dijo que "compartir nuestros recursos naturales y pagar precios justos por ellos hace a la buena vecindad y a la hermandad". Y agregó: "Podemos vernos diferentes, pero no separados. Esa debe ser la consigna de la América del Sur".
Además, sostuvo que "el gran objetivo" de los gobiernos de la región debe ser "mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos" por encima de "poderosos intereses, minoritarios, pero poderosos".
"En nombre de los principios de la libertad, de la democracia, de la justicia y de la igualdad de oportunidades para todos nuestros conciudadanos y conciudadanas, es lo que nos movilizamos hoy a estar aquí, compartiendo un proceso de transformación como el que está viviendo el Estado Plurinacional de Bolivia", concluyó la Jefa de Estado.
El acuerdo energético contempla la construcción de una cañería de 50 km. de extensión que atravesará 18 km en territorio boliviano y 32 km en suelo argentino, desde Campo Durán, Salta hasta Tarija, en Bolivia.
Sus dimensiones permitirán aumentar el flujo de gas natural desde Bolivia hacia la Argentina, ya que está previsto que circule un caudal inicial de 7,7 MMm3/día, hasta alcanzar gradualmente un caudal máximo de 27,7 MMm3/día. En los próximos días se lanzará el llamado a licitación nacional e internacional para su construcción.