Buenos días. En principio quiero darles la bienvenida en este primer almuerzo que compartimos. Hemos tenido infinidad de encuentros con muchísimos de ustedes, en sus fábricas, en nuestros despachos, en sus cámaras, en fin, en todos los ámbitos en los cuales intercambiamos entre el sector público y el privado las necesarias opiniones y también las imprescindibles articulaciones para poder funcionar como país, pero así como han venido aquí las grandes empresas, como han venido los dirigentes sindicales, como han venido dirigentes políticos, quería hoy invitar a los dirigentes de las pequeñas y medianas empresas del país que constituyen el 99,6 por ciento de las unidades económicas de la Argentina. (Aplausos).
Es cierto que el motivo de la convocatoria también es importante, anunciar créditos, líneas de financiamiento por 5.340 millones a partir de nuestros tres programas: Ley de Promoción de Inversiones, la Línea 400 del Banco Nación y también el Fondo para lo que yo denomino las mini pymes o micropymes. Obviamente es una cifra muy importante, sabemos que el financiamiento es el instrumento básico para enfrentar los problemas entre oferta y demanda, y sabemos que allí tenemos que poner todo el acento, además también de ver cómo juegan los valores concentrados, ese otro 0,4 por ciento de la Argentina, que obviamente es un fenómeno del mundo, no es una cuestión que suceda únicamente aquí en la Argentina.
Pero este 99,6 por ciento de las unidades económicas argentinas produce el 70 por ciento de todos los puestos de trabajo de la República Argentina y produce el 40 por ciento del valor agregado. Por eso digo también que no solamente es una cuestión de oferta y demanda sino de otros controles sobre ese 0,6 por ciento de unidades económicas que produce el 60 por ciento del valor agregado de nuestra economía. Y no es que haya malos y buenos, ustedes saben que esto es la economía, money money para hacerlo más mundano y global, y por lo tanto muchas veces son los intereses y tiene que ser el Estado precisamente el que articule todos esos intereses.
Pero quiero leerles algunas cifras de cómo se ha desarrollado la pequeña y mediana empresa y otros números importantísimos en lo que va del año 2003 a la fecha. En materia de pymes industriales por cada 100.000 habitantes la Argentina tiene 85 pymes; Japón tiene 24 por ejemplo. Italia, que es una economía que siempre se ha caracterizado por la pequeña y mediana empresa tiene 20, Reino Unido 17, España 14, Australia 11, Estados Unidos 9 y Alemania 5. Esto también marca muchas veces el grado de concentración, de brutal concentración económica que se alcanza en determinados estadios de desarrollo y que luego también generan problemas intra hacia esas sociedades.
Pero déjeme decirles por ejemplo la evolución que han tenido las pymes en una actividad del comercio exterior que como ustedes saben para nosotros es fundamental, no solamente porque creemos fuertemente en el mercado interno, que es el gran sostenedor de la economía, el que nos permite además competir con mayores posibilidades en el exterior, en esto voy a coincidir con Teddy Karagozian que es imposible creer que se pueden conquistar mercados en el exterior basados en la miseria de nuestras sociedades. Era un modelo del primer centenario que terminó como terminó, con un gran enfrentamiento, con enfrentamientos sindicales, políticos, sociales y fundamentalmente con miseria, tal vez porque no se pudo entender que ese modelo pensado a fines del siglo XIX para un país de 5 millones de habitantes era viable, pero para un país de 40 millones de habitantes es inviable e insostenible institucional y socialmente.
Déjenme decirles la evolución de pymes exportadoras: en el año 2003 teníamos 9.326 pymes exportadoras contra 11.074 pymes al año 2008, un crecimiento del 19 por ciento y concretamente 1.748 pymes que no exportaban y que comenzaron a hacerlo.
En exportaciones, en millones de dólares, de 2.473 millones de dólares del año 2003 pasamos a 4.232 millones de dólares exportados por nuestras pymes, lo cual significa un crecimiento del 71 por ciento en términos globales de valores que han exportado nuestras pymes.
Y si hablamos de un promedio de exportación por pymes estamos en el orden de los 265.000 dólares a 382.000 en el 2008, un 44 por ciento promedio de cada pyme.
El 58 por ciento de las exportaciones de las pymes son exportaciones de carácter industrial, esto explica la generación de mano de obra porque obviamente al ser industrial estamos hablando de valor agregado en mucho mayor valor por cada uno de nuestros productos.
El 10 por ciento del total de las empresas que exportan en nuestro país son pymes y el 15 por ciento del valor de las exportaciones industriales corresponde a las pymes, ese 15 por ciento es tres veces mayor al valor promedio que las pymes tienen en materia de participación de exportaciones en el mercado latinoamericano que es sólo del 5 por ciento. Nuestras pymes tienen una participación del 15 por ciento, lo que revela la importancia del sector.
Cantidad de pymes, una cosa muy fuerte en lo que hace a generación de puestos de trabajo. Del año 2003 que teníamos 560 pymes pasamos a 690 y en puestos de trabajo generados por pymes de 3 millones 200 a 5 millones 900.
Y de ventas de pymes en miles de millones: 280.000 millones vendían las pymes en el año 2003 y 715.000 millones en el año 2008, un aumento del 155 por ciento del valor, un 82 por ciento en cantidad de mano de obra y un 23 por ciento de crecimiento de pymes, con lo cual confrontando las cifras vemos además lo robustas que se pusieron las pymes ya existentes entre el 2003 y el 2008, el gran aumento, el gran impacto se da en la toma de mano de obra, que es directamente crecimiento de la empresa y también en la venta que efectiviza.
Podríamos seguir hablando de números pero creo que las cifras son de una contundencia que me releva de seguir haciendo hincapié en la importancia que para nosotros tiene el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, por eso esta y otras medidas que seguramente vendrán porque vamos a seguir trabajando en forma conjunta. Una cosa que hemos definido entre todos es la necesidad de ir abordando sector por sector, además del financiamiento, los problemas específicos de cada una de las áreas en lo que constituye la cadena de valor.
Ahora bien, esto que pasó con las pequeñas y medianas empresas, este desarrollo, este crecimiento fantástico, ¿fue producto del cambio climático, del buen tiempo o de repente hubo emprendedores en la Argentina que se despertaron y dijeron vamos a invertir, vamos a trabajar? No, más allá de la impronta y de la generación de emprendedores que es cierto tenemos en la República Argentina, esos emprendedores, ustedes en definitiva -y los que no están aquí porque es imposible invitar a todos- tienen que tener un marco macroeconómico que les sea favorable para poder desarrollarse. Yo miro aquí a mi amigo Domenech, el de los pollos, y me acuerdo cuando era diputada el lamento borincano de mis compañeros de todas las bancadas, por ejemplo de la provincia Entre Ríos, de lo que significaba la competencia o la falta de poder competir con otras economías en lo que hace a la producción avícola, el efecto sobre la industria avícola entrerriana fue devastador durante el régimen de la convertibilidad, y sin embargo hoy tenemos en esta industria, que tomo como modelo, de la otra que después voy a hablar es la que habló Karagozian, la otra gran víctima de la convertibilidad que fue la industria textil y de calzado, donde allí no es que fue devastador, fue exterminador; porque en la devastación siempre queda algo, después del exterminio no suele quedar nada.
Tomo estos ejemplos, uno en la alimentación por ejemplo, típico, donde hemos además incrementado el consumo por habitante, producto también -dicho sea de paso- de las mejoras de las condiciones: 4 millones y medio de argentinos que tienen trabajo y no lo tenían, mejores salarios, impacto de medidas muy fuertes por parte del Estado para fomentar la demanda agregada como el tema de jubilaciones y pensiones, convenciones colectivas de trabajo, Asignación Universal por Hijo, en fin, todo lo que constituye el piso de protección y seguridad social de la República Argentina. Y esto no les impidió además exportar, no les impidió el desarrollo y el consumo del mercado interno, al contrario, los fortaleció para invertir más y terminamos no solamente exportando carne sino hasta exportando galpones para hacer pollos, también creados por argentinos que los exportan y generan lo que yo denomino toda la cadena de valor.
Ni qué hablar de la industria textil, ¿cómo competir contra lo podemos denominar dumping social? Sin entrar en detalles todos saben de qué estoy hablando. Lo cierto es que la industria textil y de calzado, una de las que más puestos de trabajo genera, una verdadera industria intensiva en materia de generación de trabajo, había quedado francamente exterminada en la República Argentina y hoy ha generado trabajo, ha generado competitividad, riqueza y fundamentalmente ha generado convicción, como recién decía Teddy, y me gustó esa confesión de un joven empresario argentino cuando dice que fue uno de esos jóvenes al que casi convencieron de que existía el libre mercado y de que el libre comercio sin restricciones de ninguna índole debía sucederse en el mundo. Todos, absolutamente todos lo que estamos aquí y los que no están aquí también, es más, los que nos hablaban de libre comercio, todos sabemos que eso en realidad no existe, que todos los países tienen restricciones bajo distintas formas, algunos más disimuladas, otros más sofisticadas, otros con un nombre, otros con otro, otros paraarancelarias, ni qué hablar de las barreras fitosanitarias para el sector productor de alimentos o para el sector frutihortícola por ejemplo. Cuando no hay motivo para dejar entrar nuestros limones, que son maravillosos, ponen las barreras fitosanitarias, por dar un ejemplo. Y no estoy hablando de países del extremo Oriente, estoy hablando de países desarrollados de nuestro continente, de nuestros vecinos del norte, con el cual estamos aún peleando el ingreso de los limones, y lo vamos a conseguir creo pero tenemos que seguir peleando.
Por eso creo que la primera reflexión de todos nosotros debe ser, como yo decía ayer respecto de otras cosas, el aprendizaje, que no nos vendan gato por liebre nunca más, que no nos vengan con el librito o con el manual escrito afuera de lo que tenemos que hacer aquí adentro. Los argentinos hemos escrito nuestro propio manual, la verdad es que lo hemos escrito con dolor también porque nos ha costado empresas cerradas y quebradas, nos ha costado gente despedida, nos ha costado una o dos generaciones de pibes que no vieron trabajar a sus padres y que hoy cuesta mucho su inserción laboral y social. Pero fíjense ustedes un dato importante: con la Asignación Universal por Hijo tenemos un 25 por ciento más de matrícula en los colegios argentinos, esos chicos antes no iban al colegio, estaban en la calle. (Aplausos). Y no era porque sus padres fueran malos y no quisieran mandarlos al colegio, no quisieran un futuro para sus hijos, era simplemente porque o tenían que trabajar o no podían ni siquiera contar con los mínimos elementos para ir al colegio, nadie puede mandar a su hijo al colegio sin cuaderno, sin un par de zapatillas, sin guardapolvo. Esto es elemental y obvio pero en la Argentina últimamente tenemos que andar discutiendo y contando las cosas más elementales y obvias.
Quiero decir entonces que ha sido este modelo macroeconómico el que ha permitido este desarrollo de las pequeñas y medianas empresas a las que queremos seguir fortificando.
Y en este marco seguimos también tomando medidas de protección y defensa de la industria nacional y de los trabajadores, seguimos tomando medidas para profundizar el desendeudamiento de la Argentina, que ha sido también otra de las claves, una de las restricciones severísimas que teníamos para crecer como economía era precisamente el peso de la deuda externa. No había manifestación, no había lugar, no había argentino, cualquiera fuera su origen, que no abriera la boca y dijera el problema es la deuda externa, el problema es el Fondo Monetario Internacional que nos da restricciones. En eso también avanzamos mucho y queremos seguir avanzando.
Por eso este Fondo de Desendeudamiento Argentino, para pagar con reservas la deuda que otro contrajeron y tenemos que estar explicando todavía las ventajas de esto. Ustedes lo saben mejor que nadie, porque tienen que ir a buscar crédito a los bancos y los bancos antes podían fondearse en el extranjero para poder darles tasas mejores. Pero obviamente después del default todo esto cambió y no debe ser casualidad que la principal fuente de financiamiento, directa o indirecta, han sido precisamente los bancos públicos, la obra pública, que también ha sido un motor importantísimo en el crecimiento y sostenimiento de este modelo. Primero porque ha generado cientos de miles de puestos de trabajo, segundo porque ha reactivado industrias que estaban totalmente dormidas, tercero porque les da competitividad a ustedes que necesitan caminos, aeropuertos, energía para poder producir. Acá me dice de Doménech cómo viven esos pollitos si no tienen electricidad, esas cosas no las cuento porque me dan impresión, pero la verdad que es impresionante el consumo de energía eléctrica que por ejemplo demanda la actividad avícola, fundamental, como la del aluminio, como el gas para el acero.
Qué les voy a andar explicando a todos y a cada uno de ustedes las cosas que saben casi de memoria, pero las tenemos que explicar para aquellos que parece ser que no viven en este país, o no saben las cosas que pasan, o no saben qué pasa con la industria, o no saben los instrumentos que tenemos que contar para poder lograr sostener el modelo.
También un tipo de cambio competitivo que ha sido central para tener un modelo con un sesgo claramente exportador. ¿Y cómo lo hemos hecho? Con superávit fiscal y con superávit comercial. Porque como siempre digo, los árboles que tengo acá atrás son verdes pero no me dan dólares, los dólares me los da el comercio exterior y las inversiones. Que dicho sea de paso el porcentaje de inversiones sobre el Producto Bruto Interno batió records en el año 2008 al 23.1, y el año pasado, año terrible de la crisis, anduvimos en un 20,5 por ciento aproximadamente sobre el PBI, que tratándose del año que se trató, realmente no es una mala performance.
Hemos sobrevivido y hemos sobrevivido bien a esta crisis del año 2009. Pero esto no nos debería hacer cantar victoria, porque el mundo, ustedes lo saben, hoy es muy pero muy volátil. Primero fue la caída de Lehman Brothers la que marcó aquel septiembre terrible, me parece que tenemos algo en Estados Unidos con septiembre, fue también una suerte de caída de un modelo económico. Si alguna otra caída significó la caída de un mundo político y un mapa político mundial diferente, creo que también la caída de Lehman Brothers significó el diseño de un modelo económico que todavía no se ha definido internacionalmente, que va a tener nuevos protagonistas y seguramente distintas reglas de juego que estamos tratando de encontrar, definir y articular.
Pero en realidad nadie hoy puede asegurar sensatamente que todo está resuelto, por eso debemos redoblar el esfuerzo en asegurar y reasegurar los dispositivos que nos permitieron sortear la crisis del 2009. Porque, toco madera pero nunca nadie está exento de que vuelva a repetirse, algunos hablan de la soble v de Roubini, yo hablo de conductas recurrentes o de aquellos que habían tenido un crecimiento basado fundamentalmente en burbujas y todavía esas burbujas pueden estar allí encubiertas.
Por eso digo que necesitamos redoblar los dispositivos de este modelo para poder fortalecerlo, asegurarlo y estar bien apuntalados frente a cualquier otra crisis que pudiera desarrollarse. Por eso insistimos tanto con el Fondo del Desendeudamiento. Por eso insistimos tanto en mantener los puestos de trabajo, por eso insistimos tanto en el no desfinanciamiento del Estado nacional, que ha sido además el gran sostenedor en todo el país de todo lo que ha sido obra pública, de todo lo que ha sido las grandes obras de infraestructura, de lo que también constituye, por dar un ejemplo nada más, el salario mínimo para los docentes de nuestro país, lo que constituye la distribución del fondo de la soja por primera vez en la República Argentina en nuestros 200 años de historia como país, donde durante el siglo XIX miles de argentinos se mataron para ver quiénes manejaban las aduanas, hasta que finalmente quedaron en manos de la Nación. Lo cierto es que este es el primer Gobierno que distribuye solidariamente los fondos del principal derecho de exportación que tiene la República Argentina y lo hace en forma federal entre provincias y municipios.
Por eso, discúlpenme si estoy un poco extensa, estoy por finalizar. Yo quería hoy convocarlos a este almuerzo para agradecerles a todos los hombres y mujeres de las pequeñas y medianas empresas, que muchos de ustedes se cayeron una y dos veces y se volvieron a levantar, porque creen en el país, porque creen en la dignidad y en el honor que significa generar puestos de trabajo, porque muchos de ustedes -mucho más que las grandes empresas que por allí la gerencias de personal es uno de los ámbitos, ustedes en las pequeñas y medianas empresas conocen a todos y a cada uno de sus trabajadores- saben lo difícil que es decirle a un trabajador mañana no vengas porque no voy a poder pagar el sueldo.
Por eso quiero agradecerles el esfuerzo que hemos hecho todos, el Estado con sus planes REPRO, en cada empresa ver qué problema tenía para lograr soluciones. Esta es la manera de trabajar y hacer grande a la Argentina. Mientras otros pelean nosotros trabajemos, mientras otros discuten las cosas que son obvias, nosotros hagamos las cosas que no son obvias porque esas ya las hicimos, estamos tratando hacer las cosas que no son obvias, que son diferentes para poder ayudar. Dejemos toda esa vocinglería que aturde y de la cual no van a sacar una sola conclusión ni una sola idea, solamente dolores de cabeza y pérdida de tiempo, y sigamos dedicándonos, tercamente si se me permite un término que seguramente algún periodista mañana criticará, pero no importa, sí tercamente, con la mirada, los esfuerzos y el trabajo puestos en los objetivos de crecimiento de la empresa y de crecimiento del país. Porque hemos aprendido -y con esto finalizo- sobretodo las pymes, las más grandes siempre tienen estrategias financieras defensivas mucho más sutiles y sofisticadas de las que pueden tener las pequeñas y medianas empresas,
pero si alguien sabe que la suerte de su empresa está atada a la suerte del país y a la de quien le toque administrar en ese momento, el Gobierno o el Estado, son ustedes los titulares de las pequeñas y medianas empresas.
Por eso les agradezco el compromiso con este modelo económico del año 2003, porque no tiene color político partidario, tiene color nacional económico, que son dos cosas totalmente diferentes. (Aplausos)
Muchas gracias, muchísimas gracias por la presencia de todos ustedes, y los invito a seguir trabajando ahora más juntos que nunca, tenemos una gran oportunidad, la de cambiar para siempre el país. Esto es lo que tenemos que lograr, que ya haya cosas que no se discutan más, no puede ser que cada cambio de gobierno sea volver a empezar a discutir todo. El mercado interno no se puede discutir más, el efecto exportador no se puede discutir más, la capacidad de nuestros trabajadores para consumir no se puede discutir más, la protección de nuestra industria nacional, de nuestro trabajo no se puede discutir más. Yo cuando por allí leo titulares que nos critican por defender los intereses de los empresarios argentinos digo "¿pero quién les compra el diario?", porque los venden acá únicamente, en la República Argentina, deberían pensar esta cuestión tan elemental como esa. Pero vieron, lo de las cosas obvias es para todos.
Muchas gracias y buenos días. (Aplausos)