Venimos de la semana pasada con cerdos y pollos y esta semana parece que le toca a los vinos. Ahí ya, todo el mundo lo sabe, yo no tomo vino ni tomo alcohol en general. Pero la verdad es que la ingesta de vinos o de espumantes, no necesita propaganda ni aquí ni en ninguna parte, quédense tranquilos, porque aunque la Presidenta no tome alcohol ni vino, no van a dejar de vender, al contrario, van a seguir vendiendo. Es bueno sí que los que tomen lo hagan en condiciones moderadas, en fin, para no dañar su propia salud ni tampoco dañar a nadie más.
Realmente estamos ante una actividad, la vitivinícola, que es uno de los modelos de cómo ha podido reconvertirse el sector.
Estamos habando de los espumantes a los cuales les vamos a renovar el voto de confianza porque se lo han ganado. Se lo han ganado porque casi el doble de los impuestos que tenían que pagar es lo que invirtieron por sobre lo que le debían pagar al Estado.
Esto significó que todo el sector vitivinícola tuviera un crecimiento desde el año 2003 a la fecha en volumen, en valor, en calidad, realmente excepcional. Pasamos de exportaciones en el año 2003 de 169.000.000 al récord absoluto en el año 2008 de 622.000.000 de dólares y un 55 por ciento de crecimiento en el 2009 de las exportaciones.
Para que ustedes tengan una idea, de lo qué es hoy el vino argentino o la marca argentina, fue uno de los sectores que menos sufrió la reducción de exportaciones pese a la crisis internacional.
De los 622.000.000, que era récord absoluto en el año 2008, solamente 22.000.000 menos, 590.000.000 de dólares, se exportaron en el año 2009. Y el crecimiento también del valor: el valor ha crecido en un 249 por ciento porque también ha crecido la calidad de lo que estamos exportando.
Lo que decía el titular de Bodegas Argentinas es realmente eso: la imposición de una marca en materia de vinos, la marca argentina, de la cual tenemos que sentirnos muy pero muy orgullosos. Y una industria que se transformó junto con el gusto y el comportamiento de los consumidores.
Cuando todos éramos chicos, por lo menos de mi edad, era muy común que en las casas se consumiera vino de mesa en botellas de litro o la clásica damajuana de 5 litros, hablo de la clase media normalita de la República Argentina, no hablo de todos los que han tenido acceso a manjares toda su vida. Y luego fue cambiando ese gusto de los consumidores porque, o se dio a otras bebida alcohólicas de color amarillito con mucha espuma arriba -para no hacer propaganda a nadie- o bien gaseosas.
¿Qué hizo la industria? Lejos de amilanarse o de bajar los brazos, convirtió en lo que era una producción masiva, en una producción premium, en una producción de alta exigencia y con la instalación, no ya de aquellas bodegas gigantescas, típicas de producción masiva, sino las famosas bodegas boutique que realmente en Mendoza, en San Juan, en la Patagonia, en Salta, porque ahora tenemos hasta vinos patagónicos y de muy buena calidad.
Realmente dan cuenta de una transformación del sector muy importante que ha acompañado esta diversificación de la matriz de producción en la Argentina que no solamente mira al mercado interno, sino que además de mirar al mercado interno también lo hace con un fuerte sesgo exportador.
Estamos haciendo esto también un 1° de febrero y ustedes saben que un 1° de febrero se constituyó el Sindicato de Obreros Vitivinícolas en el país, allá por 1948, cuando 29 sindicatos se reunieron aquí en la Capital Federal, tenían diferencias o de territorio o ideológicas y decidieron conformar en aquel año un sindica único que fue saludado por el entonces presidente Perón.
Este 1° de febrero entonces estamos, no solamente celebrando la extensión de este beneficio que seguramente va a seguir permitiendo invertir y crecer a toda la actividad, sino también recordando a los miles y miles de trabajadores del sector que realmente son, como en toda actividad y sobre todo en este tipo de actividades, uno de los componentes también más importantes para obtener una buena calidad de producto.
También contarles que, junto a este crecimiento de las exportaciones, a esta decisión del Estado de seguir apostando a los productores vitivinícolas y ellos apostando al país, dos intereses en síntesis, cuando van a seguir invirtiendo, quiero comentarles que hemos tenido en este mes de enero que acaba de terminar, una recaudación récord: hemos superado en materia de recaudación fiscal -lo veo ahí al señor titular de la AFIP- de más de 29.000 millones de pesos en este mes de enero (APLAUSOS).
Yo diría que recién la diputada Fadel le hacía así en el brazo como si fuera la lámpara de Aladino al titular de la AFIP, no sé qué le está haciendo, pensará que va a salir algo, humo, no sé qué de esa lámpara.
Lo cierto es que estamos en más de un 20 por ciento, un 20,4 por ciento para ser más exactos, de lo que fue la recaudación de enero del año pasado. Una cosa que ya se percibía claramente en la actividad que uno ve en la calle, en lo que ha sido este enero también que, por supuesto, esto no es recaudación de enero, la recaudación de enero recién -ustedes saben que la recaudación viene con delate- se va a ver en los meses posteriores, hemos tenido un enero en materia de vacaciones récord, creo y lo dicen todos, es el mejor enero de los últimos 10 años y febrero pinta muy parecido, lo cual está mostrando a las claras la recuperación, la clara recuperación económica que, en definitiva, es lo que impacta fundamentalmente en el deseo de la gente de consumir. No tiene también que ver, obviamente, lo que hemos logrado el año pasado incorporando a vastos sectores que por allí no podían consumir la incorporación de la Asignación Básica Universal por Hijo ha tenido un impacto importante.
Me cuentan cosas que por allí conmueven: gente que por primera vez ha podido llevar a su hijo a conocer una playa y, bueno, también el hecho de haber logrado importantes mejoras salariales durante el año pasado que nos convierte a la República Argentina -vamos a decirlo y recordarlo un día como hoy del Día del Trabajador Vitivinícola- en el mejor salario de toda Latinoamérica.
Obviamente, todo esto contribuye al crecimiento de la actividad y, fundamentalmente, a sostener un fin de año sustancialmente diferente al que nos pronosticaron durante el primer semestre donde algunos aseguraban que la Argentina un poco más desaparecía a nivel de la faz de la Tierra.
Bueno, pero afortunadamente, no han tenido razón, hemos tenido también récord en materia de superávit comercial y lo que es importante, creo que todos tenemos que entender la necesidad de seguir creciendo que es la única manera de poder hacer frente a todas nuestras deudas, las sociales, en primer término, porque todavía hay argentinos que necesitan tener un salario registrado, un salario estable, porque necesitan tener vivienda, salud, educación y también un país que necesita posicionarse en el mundo nuevamente haciéndose a un lado aquella fama de defaulteador de los años 2001 que tan mal impactó y acá hay empresarios y saben bien de lo que estoy hablando porque tienen que recurrir al crédito y el crédito está directamente ligado con la confiabilidad que tiene el eventual deudor para hacer el pago de sus deudas.
Por eso, cuando ideamos el Fondo del Bicentenario, lo hicimos con este claro objetivo: dar la certeza absoluta de que la Argentina iba a hacer frente a sus pagos y de esta manera impactar como se hizo durante el lanzamiento de este Fondo del Bicentenario, bajando el riesgo país, bajando la tasa de interés, subiendo nuestros títulos y, por lo tanto, colocando a toda la actividad y los actores económicos, en una posición más ventajosa para decidir inversiones, para contratar préstamos.
Bueno, muchas veces esto no es entendido por algunos sectores que, en realidad, nunca entendieron porque nunca desde el año 2003 vinieron apoyando ninguna medida, pero sería bueno que reconsideraran algunas posiciones porque es bueno advertir que cuando uno se equivoca, todos nos equivocamos algunas vez, lo importantes es que cuando uno se equivoca, es advertir la equivocación y, entonces, decir "bueno, esto sí es bueno para la Argentina independientemente del Gobierno" y entonces poder realmente facilitarle las cosas, no a un Gobierno, sino fundamentalmente a sus empresarios, a sus comerciantes, en fin, a los que clavan su patrimonio aquí en la República Argentina generando puestos de trabajo y oportunidades para todos.
Por eso, hoy estamos aquí reafirmando ese compromiso del Estado nacional, esta vez con los productores vitivinícolas, que han invertido mucho más de lo que dejaron de pagar en esos impuestos internos, en ese compromiso que hizo el gobierno de Kirchner allá en el año 2005.
Quiero comentarles un dato: esto que es simple y sencillamente una medida de promoción fiscal, técnicamente es eso, no es la única; tenemos de este tipo de medidas en todos los sectores de la actividad económica argentina por un total que Naciones Unidas nos ha colocado entre los países en vías de desarrollo o países emergentes que más ha tenido promociones fiscales precisamente como medidas contracíclicas contra lo que fue la peor crisis de los últimos 50, 60 o 70 años como fue la del año pasado, solo superados por China. Estamos China, nosotros y creo que luego viene Brasil, Chile.
Pero fue la Argentina, después de China, la que más medidas de promoción fiscal tomó precisamente para apuntalar a toda la actividad económica para poder sortear -y lo hicimos-, pese a todos los pronósticos, pese a todos los palos en la rueda, pese a todas las zancadillas y lo vamos a seguir haciendo porque tenemos una voluntad muy fuerte y un compromiso muy grande con este país que tanto nos costó levantar a todos de allá del infierno, como decía el señor que me antecedió en este cargo, y que bueno, ahora que hemos salido del infierno, es necesario que, fundamentemos aún más y solidifiquemos aún más esa construcción para que el modelo de crecimiento diversificado, con mercado interno, con gente con poder adquisitivo adentro, con sesgo exportador para tener mucho saldo comercial, que es en realidad el gran ahorro que tenemos que hacer los argentinos. A ver, no tenemos, como dice el ministro Boudou, en el Banco Central un árbol al que lo regamos y salen dólares. Si no tenemos diferencia entre lo que exportamos y lo que importamos, no tenemos manera de tener ahorros, reservas genuinas. Lo demás, son ingresos de capitales que pueden ser o por especulación financiera o porque vienen a hacer inversiones pero al mismo tiempo que vienen a hacer inversiones, también demandas importaciones y también demandan giro de utilidades al exterior.
Por eso, el grueso de la riqueza de un pueblo, está dado entre eso: entre lo que es capaz de producir y vender contra lo que necesita para poder tener esa producción y seguir incrementándola más a través de las importaciones.
Por eso, tanto empeño de nuestros ministros; por eso, muchas veces tantas críticas injustas cuando tomamos medidas defendiendo el trabajo de los argentinos y las empresas de los argentinos. Estamos defendiendo eso, el ahorro de los argentinos y la posibilidad de tener autonomía en nuestras decisiones.
Porque hubo un tiempo demasiado largo en la historia en que las decisiones no se tomaban en este lugar que ustedes ven que es la Casa Rosada; las decisiones se tomaban en cualquier otro lugar menos en este. Y este es el lugar en el que cada 4 años los argentinos deciden quién es el que debe tomar las decisiones de la administración general de un país. (APLAUSOS) Y, entonces, a partir de eso, es que hoy y en ejercicio de ese poder de administración, hoy estamos renovándoles a los productores vitivinícolas de nuestras provincial de Cuyo, del Norte, de la Patagonia este compromiso que es el de seguir apostando a la producción, al trabajo, al mercado interno y a la exportación.
Muchas gracias y felicitaciones. (APLAUSOS)