Por otra parte, defendió la política de desendeudamiento llevada adelante por su administración, y señaló que con ella se busca demostrar que "los argentinos estamos dispuestos a pagar".
En ese marco, la Presidenta criticó el nivel del debate suscitado por la creación del Fondo del Bicentenario al señalar que "hay mucho disparate". Y lamentó que se registren paradojas tales como que el presidente que decreto el default hoy se oponga al Fondo del Bicentenario.
"Lo que hemos venido haciendo desde el año 2003 es pagar rigurosamente todos los vencimientos", señaló Cristina Fernández. Y recordó que esta decisión contó siempre con la anuencia del Congreso "que nos autorizó a reabrir la deuda".
"Lo que estamos queriendo es que haya un poco de coherencia en las instituciones, no por nosotros, que nos conocemos, sino por los de afuera", reclamó la Jefa de Estado. Caso contrario, aseguró, "la Argentina se torna muy inentendible para los de afuera con actitudes como esta, y es muy perjudicial para los empresarios". "No se puede hacer este juego con las instituciones", condenó.
Por otra parte, Cristina Fernández señaló que pese a los problemas derivados de la crisis internacional de los mercados financieros "el último informe del EMAE nos muestra en un noviembre (de 2009) con un 2.2 % de crecimiento". "Y vamos a estar en un 0,9 % de crecimiento en el año", aseguró. Además, resaltó que Argentina "es uno de los pocos países que en el peor año de la historia tuvo recaudación positiva".
También destacó que en los silos ya hay 9 millones de toneladas de trigo acopiadas, "con lo cual tenemos cubierta la seguridad alimentaria de los argentinos" (estimada en 6 millones de toneladas) "y además tenemos excedente para exportar".
"Creo que debemos saber que las cosas que nos han pasado, nos han pasado no porque teníamos buitres afuera, sino buitres adentro, nacionales, autóctonos que han permitido que nos desbastaran", señaló la Mandataria, para concluir expresando que "es preciso seguir creyendo en lo que hacemos y otorgarle garantías definitivas a la sociedad y al mundo respecto de nuestra madurez y no obstante todas las ruedas y palos que nos ponen en el camino".
En tanto, el Presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera, Alberto España, agradeció a la Presidenta que "atendió una necesidad no solamente de la industria harinera, sino de los productores de trigo". Y dijo que coincide con la iniciativa del gobierno de "poder tener un valor agregado para todas nuestras materias primas".
"La industria molinera tiene un efecto dinamizador de toda la economía", señaló España, al tiempo que destacó el impacto de esta industria en el interior del país.
El convenio con los industriales harineros es resultado del trabajo conjunto entre equipos técnicos del Ministerio de Agricultura, las entidades rurales y el Banco de la Nación Argentina (BNA). Las tres partes participaron de encuentros que tenían por objetivo promover una línea de financiamiento para los pequeños y medianos productores trigueros. Para ello, se trabajó sobre los lineamientos crediticios y la puesta en marcha, es decir su modalidad e instrumentación. También se planteó la necesidad que se subsidie la tasa (pedido expreso de las entidades agrarias). El Ministerio otorga una subvención de 50%, pagando por 180 días 3,5% de interés, contra el 70% en garantía granaria.
En paralelo con esta medida, la decisión de la Comisión Nacional de Valores (CNV) aprobó la operación de cheques diferidos contra la operatoria de warrants agrario, hecho que permitirá mejorar la condiciones de comercialización y acceso al crédito.
Acompañaron a la Presidente en el acto el ministro del interior, Florencio Randazzo; el ministro de Economía, Amado Boudou; el ministro de Agricultura, Julián Domínguez; el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini; la presidenta del Banco de la Nación Argentina, Mercedes Marcó del Pont; e invitados especiales.