Palabras de la Presidenta en el acto de firma del convenio de cooperación en materia de salud en beneficio a personas privadas de su libertad

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE FIRMA DEL CONVENIO DE COOPERACIÓN EN MATERIA DE SALUD EN BENEFICIO A PERSONAS PRIVADAS DE SU LIBERTAD

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Muy buenas tardes a todos y a todas.

Ex miembros del Comité Científico; Eva Giberti, que de aquí la diviso también; colegas; Madres; Abuelas; todos: bueno, diríamos que el Ministro parecía peronista de tanto recordar a Perón y a Pettinato, pero bueno, eso fue un desliz nada más.

Me quedó algo de todo lo que dijo, nombró varias cosas, pero cuando estamos hoy aquí celebrando este convenio con provincias argentinas, extendiendo los beneficios de un programa de carácter nacional para los presos federales, que tiene como premisa básica el ejercicio de los derechos civiles, el ejercicio y el respeto de los derechos civiles porque, como todos bien sabemos, la pena es privativa de la libertad pero no de los otros derechos que tienen los ciudadanos y que es su salud, su integridad como persona, su respeto a la condición humana.

Hoy estamos, precisamente, extendiendo en esta firma de convenios con 4 provincias argentinas, pero yo quiero para que ustedes entiendan lo que decía el Ministro, que la primera cárcel que no tuvo reincidencia fue la de Las Heras, que fundara Perón y que no tuvo motines y que aseguró el 90 por ciento de la reinserción y lo que significaba el sentido carcelario hasta ese entonces.

A mí me tocó visitar el viejo Penal de Ushuaia cuando todavía no había sido reconstituido como un lugar histórico para ser mostrado como lugar turístico.

Realmente, a quienes vayan a esa maravilla que es Tierra del Fuego y no lo digo porque está su Gobernadora, sino porque realmente es una maravilla que hay que conocer y visitar, me acuerdo que nos guió un chico de la Universidad, la cárcel estaba prácticamente derruida y nos explicó las condiciones en las cuales vivían los presos.

Ahí estuvo Ricardo Rojas, por ejemplo, en ese Penal de Ushuaia cuando en la revolución, no en la revolución, perdón, en el golpe, que horror, en el primer golpe de 1930, que horror, eso me costaría un tirón de orejas, no Horacio, terrible, Kirchner ya me debe de estar criticando desde Olivos, seguro, el golpe, bueno, ahí fueron muchos radicales y entre ellos fue Ricardo Rojas, pero había también criminales muy famosos como el "Petiso" Orejudo, que estuvo también en el Penal de Ushuaia.

Nos contaban anécdotas muy fuertes pero yo quiero que ustedes imaginen las condiciones de vida que había en ese momento con temperaturas durante el invierno de 25 o 30, Fabiana, bajo cero, y es una cárcel con techos muy altos, con lo cual no había calefacción y se calefaccionaban en tambores de combustible, los lugares donde dormían eran camastros de piedra, no eran camastros, eran piedra, dormían sobre piedra, y para conseguir leña para quemar en esos tanques iban a trabajar en temperaturas inhumanas al bosquecillo cercano, los llevaban en un pequeño trencito y allí recolectaban leña.

Todo esto me lo contaba este estudiante las condiciones de vida que tenían presos comunes, como el "Petiso" Orejudo, y presos políticos como Ricardo Rojas.

La verdad, entonces, que hemos tenido una historia en materia carcelaria que tenemos diametralmente que cambiarla y creo que estos programas que se han lanzado a nivel federal y que hoy estamos aplicando en las cárceles provinciales, también tienen por objeto eso.

Pero no perdemos de vista que la verdadera reforma de una sociedad, basta para una sociedad más justa y más equitativa, porque que en el '55 o que haya sido la cárcel fundada por Juan Perón, un modelo de reinserción, era porque también había una sociedad afuera de la cárcel que permitía esa reinserción.

A ver: no hay modelos de cárcel perfecta en una sociedad que piensa que a una persona que delinque hay que despedazarla y que no merece ninguna atención, una sociedad donde no hay trabajo equitativo, donde los chicos no tienen educación, donde sus padres no tienen trabajo entonces entendamos que lo que planteaba Pettinato, lo que planteaba Perón, tenía que ver, no solamente con un modelo carcelario, el modelo carcelario era producto de un modelo de país y de un modelo de sociedad absolutamente diferente y creo que esto es lo que tenemos que lograr.

No vamos a tener modelos carcelarios dignos, si no vivimos en una sociedad digna y no se vive en una sociedad digna, si no aseguramos trabajo, educación, salud y vivienda para sus habitantes.

Por eso, es bueno no confundirse, porque algunos nos plantean modelos perfectos y esos modelos perfectos tienen las poblaciones carcelarias más grandes del mundo en donde, además, las poblaciones carcelarias, como en casi todas las partes del mundo, están precisamente presos únicamente los sectores más vulnerables de la sociedad.

No quiero entrar en polémicas porque la verdad que ya no tengo ni voz para las polémicas después de un día de haber trajinado todo el tiempo y estamos en 29 de enero, en vísperas de ingresar en el 2010, Año del Bicentenario, año que sí va a ser bueno para dar los debates que nos merecemos, con mucha democracia, con mucho respeto por la opinión del otro, con la certeza de que hay que apartarse de los dogmas porque, normalmente, nos conducen a posiciones rígidas e inflexibles y a tener la apertura de comprender la necesidad de construir una sociedad más justa.

Estoy segura que en una sociedad más justa vamos a ser una sociedad más segura y también vamos a poder tener un modelo carcelario digno de ser mostrado.

Lo que estamos haciendo hoy es un aporte a la reconstrucción de lo mucho que se perdió. Las cosas no se solucionan ni en 1 ni en 2 ni en 3 años luego de décadas y décadas de abandono y de transformaciones sociales y económicas brutales, si se me permite el término. Y cuando hablo de brutales, no hablo de ¡qué brutal que es esto!, no, no es el tono ese, de brutales en serio por su necedad, por su crueldad, por su diferencia frente al otro y frente a lo que le pasaba a una sociedad.

Por eso, quiero agradecer la presencia de los gobernadores, de la Gobernadora, del Vicegobernador, el esfuerzo de las organizaciones sociales, organizaciones de derechos humanos, equipos de académicos, de científicos, de magistrados, de todos los hombres y mujeres que tienen mucho compromiso con todo esto y apartan una parte de su tiempo, de su trabajo, de sus obligaciones para dar a la sociedad y, tal vez a los sectores más vulnerables de esa sociedad, una mirada diferente que es lo que necesitamos.

Muchas gracias y muy buen fin de año a todos y a todas. (APLAUSOS)