Quiero decirles que verlos a todos y a todas con esos cascos blancos, que significa que vamos a lograr y estamos construyendo la dignidad del trabajo, no debe haber mejor manera para esta Presidenta de terminar este año 2009.
Quiero decirles además que por primera vez a través de este Plan de Trabajo, que por primera vez a partir de la Asignación Básica Universal, todos y cada uno de ustedes no van a depender más del político de turno para poder acceder a un derecho, porque el derecho está en cabeza de ustedes y nadie les puede reclamar absolutamente nada, todo es de ustedes y solamente de ustedes. (Aplausos)
No permitan que nadie venga a reclamarles un agradecimiento; no permitan que nadie venga a decirles que gracias a esto o aquello obtuviste esto; que nadie les pida nada que no sea trabajo a cambio de lo que es este derecho y dignidad.
Yo quiero decirles a todos y a todas, a pocas horas de la Navidad, que siento que todavía me falta hacer muchas cosas, porque todavía hay argentinos y argentinas que no han podido acceder a un trabajo como este, que es un trabajo inscripto, con asignaciones familiares, no porque se las reconoce el Estado sino porque tienen trabajo.
Quiero que todos y cada uno de los argentinos tenga trabajo, porque el pueblo sólo puede ser libre, porque el hombre sólo puede ser libre cuando puede decidir su vida y decide su vida sólo cuando tiene un trabajo digno y decente que le permite dar educación, salud y vivienda a sus hijos. (Aplausos)
Quiero decirles que en los tiempos difíciles que me tocó vivir como Presidenta, cada golpe que he recibido, cada afrenta, lejos de tornarme rencorosa o cerrada, me ha hecho abrirme más, porque cuando vengo aquí y miro los ojos de ustedes, cuando me tienden la mano los más humildes, los que más tendrían que estar enojados, los que más tendrían que criticar o protestar y sin embargo son los que tienden la mano siempre solidaria al otro, aún cuando le falten cosas.
Déjenme decirles que es aquí donde recobro todas las fuerzas que tengo para seguir trabajando por la Argentina, por los humildes, por los trabajadores. (Aplausos)
Son ustedes los que siempre dan todo lo que tienen al vecino, al amigo, al hijo, en las barriadas es donde se ve la solidaridad, es donde se ve el compromiso por ayudar al otro. Yo no los conozco desde ahora, los conozco desde muy jovencita, cuando empecé a militar, y en los barrios más humildes se podían ver los ejemplos más heroicos, más dignos, de solidaridad y de compromiso. Esa solidaridad y ese compromiso de los humildes sigue hoy más fuerte que nunca.
Déjenme decirles aquí, en el corazón de lo que Fernando Espinosa le gusta llamar la quinta provincia y que yo le llamo el corazón de La Matanza, de esta Matanza a la que quiero, a la que amo, a la que tenemos que todavía dar tantas cosas; esta Matanza en la que estamos construyendo nuevos hospitales y que todavía hace falta más viviendas, más escuelas, más agua potable y más trabajo; déjenme decirles que hoy ustedes tal vez representan a todos los humildes de la patria, desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego y déjenme decirles que mi compromiso con ustedes, con la Nación Argentina, con la causa de lograr un país más independiente, más soberano, más justo, más equitativo, no sólo que sigue inalterable sino que lo voy a profundizar todos y cada uno de los días de mi gobierno. (Aplausos)
Junto a ustedes y por ustedes vamos a seguir trabajando en este, nuestro país, para volver a ser lo que alguna vez fuimos, hace mucho tiempo cuando yo nací, allá por los años 50, una gran Nación y un pueblo feliz. Muchas gracias, feliz Navidad y feliz Año Nuevo, y a trabajar porque ¡Argentina trabaja! (Aplausos)
Quiero agradecer -mi había olvidado era lo que tenía que decir al principio- ¿a Néstor? A Néstor siempre le agradezco y bien. (Aplausos) Agradecer a las directoras de los colegios, a los pastores evangélicos y a los sacerdotes que nos ayudaron a organizar las cooperativas. A todos ellos también un gran abrazo desde mi corazón, muchas gracias.