Muy buenos días a todos y a todas; señores gobernadores, gobernadoras; embajadores, embajadoras; asociaciones de Derechos Humanos; Madres; amigos y amigas: la verdad que cuando uno escucha lo que Mariano Moreno decía en 1810, creo que muchos de los que estamos hoy aquí podríamos repetirlo sin omitir una sola coma de esas palabras, creo que revelan exactamente las ideas de quien fue uno de los grandes de Mayo y con él queríamos precisamente hacer la presentación de este Programa del Bicentenario, de nuestros 200 años, que luego de todo lo que hemos visto en los cortos va a ser entregado a la prensa para que puedan tener una información pormenorizada provincia por provincia, evento por evento.
Pero más allá de los hechos culturales, deportivos, de debates, de encuentros, de obras que se van a hacer en las provincias, como las 200 casas del Bicentenario, creo que va a ser una gran oportunidad para todos los argentinos, para repensarnos también como país. Y creo que no con la mirada puesta atrás, sino con la mirada hacia adelante pero con la visión de las cosas que tal vez pudimos haber hecho mejor o nos equivocamos para no volver a cometer los mismos errores.
Creo que tenemos una oportunidad fantástica, la de poder ser como queremos, un país más grande, un gran país, y sobre la base de lo que planteaba Mariano Moreno hace 200 años, la igualdad. Él hablaba de que la libertad de los pueblos no es algo que pueda soportar solamente un papel, la libertad de los pueblos se basa en el sagrado derecho a la igualdad.
Nosotros decimos siempre la igualdad de oportunidades, porque también aprendimos en estos 200 años de historia, y sobre todo los últimos, que el igualitarismo es algo diferente a la oportunidad para tener igualdad.
Creo que lo que tenemos que hacer todos desde los lugares en que estemos, desde el Gobierno nacional, desde las provincias, desde los municipios, desde las instituciones privadas, desde las organizaciones no gubernamentales, en general, es hacer un gran aporte a este Bicentenario, que es, por sobre todas las cosas, una nueva oportunidad que nos merecemos los argentinos.
Quiero decirles también que este trabajo que hoy hemos exhibido tiene este logo, que va a ser el logo del Bicentenario y va a permitir además que cada provincia, como ustedes lo han visto, se identifique con sus colores; ahí veo también a la gobernadora de Tierra del Fuego con un hermoso logo, y a todos los gobernadores también. Esto va a permitir jugar con las realidades, con los colores y con las identidades de cada provincia. Porque lo que es importante también es saber que esta celeste y blanca nos cobija a todos, pero cada uno, cada región tiene su identidad, su historia, su cultura, y precisamente en esa diversidad, en esa pluralidad, es donde radica nuestra mayor riqueza como argentinos.
Créame que en un mundo que está vapuleado por los que quieren imponer un pensamiento uniforme o rezarle a un solo Dios, lo vemos a diario en las pantallas, vivir en un país como el nuestro, en el cual hemos podido integrarnos con distintas historias, culturas, religiones, constituye realmente una bendición de Dios, de todos, del Dios al que cada uno le reza, no solamente del que le puede rezar uno.
Y también decirles para finalizar y convocarlos a todos, que esto que estamos presentando hoy no constituye en modo alguno una agenda cerrada, esto es muy importante señalarlo porque si no pareciera que fuera un número clausus en el cual es imposible incorporar nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevos eventos; al contrario, esto que estamos presentando hoy no es una agenda cerrada, es un punto de partida en los programas que van a constituir la conmemoración de nuestros primeros 200 años de vida.
Gracias por la presencia de todos ustedes y los invito a que trabajemos juntos en esta conmemoración de nuestros 200 años. Muchas gracias. (Aplausos)