Palabras de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, en el acto del descubrimiento de una placa conmemorativa a Juan Pablo II

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DEL DESCUBRIMIENTO DE UNA PLACA CONMEMORATIVA Y DE LA ENTREGA DEL ACTA DE MAIPÚ LUEGO DE LA AUDIENCIA PRIVADA MANTENIDA CON EL PAPA BENEDICTO XV

  • Compartilo en redes :
Señor Secretario de Estado; señora Presidenta de la República de Chile, querida amiga Michelle Bachelet; Eminencias; comitivas de ambos países: quiero transmitir en estos momentos la emoción y el sentimiento desde lo personal y desde lo institucional, en conmemorar, precisamente, un Acuerdo de Paz y Amistad que evitó lo que hubiera constituido, sin lugar a dudas, una tragedia irreparable.

Una guerra entre Chile y Argentina hubiera signado por décadas, tal vez por mucho tiempo más, situaciones que todavía vemos, muchas veces, persisten en nuestra región y que, por lo tanto, debemos valorar este Acuerdo de Paz y Amistad como también una cuestión en lo que es la tranquilidad de vivir entre ambos países -señor Secretario de Estado quizás usted no lo sepa- que tenemos la segunda frontera más extensa del mundo y en un país donde han surgido guerras por conflictos limítrofes, el haber evitado en la segunda frontera del mundo la guerra, ha sido realmente un logro del mediador, en este caso, Juan Pablo II y el cardenal Antonio Samoré, cuyo nombre lleva una plaza en Río Gallegos que fuera fundada, precisamente, por el entonces intendente de esa ciudad el ex presidente Néstor Kirchner.

Quiero decir también, en tiempos de convulsión mundial, en tiempos de enfrentamientos interculturales, muchas veces, e interreligiosos, que precisamente el valor de conmemorar esto, además de lo que nos interesa a ambos países como Chile, como Argentina, como Argentina y como Chile, es exhibir, en este caso al Vaticano, a Juan Pablo II y al cardenal Antonio Samoré, como buenos mediadores, que es lo que el mundo necesita actualmente para evitar otros escenarios de guerra y otros escenarios de confrontación.

Venimos, entonces, a recordar, como argentinos y chilenos, y a agradecer aquel gesto, pero también a poner como testimonio de lo que el mundo actual necesita, mediadores. ¿Y qué es un mediador? Alguien que no está ni de un lado ni del otro, sino del lado de la paz y, entonces, con esa convicción, es que puede acercar posiciones y encontrar soluciones.

Así que, en nombre de mi pueblo, en nombre de mi país, la Nación Argentina, agradecer la misión del Vaticano, del entonces Papa Juan Pablo II y del cardenal Samoré, verdadero testimonio de convicción de paz.

Muchas gracias. (APLAUSOS)