Conferencia de Prensa de la Presidenta, luego de su primer día de trabajo en Roma

DECLARACIONES DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, AL FINALIZAR  SU PRIMER DIA DE TRABAJO EN ROMA, ITALIA.

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PERIODISTA.- ¿Qué balance puede hacer de este su primer día de trabajo, en Roma?

PRESIDENTA.- Bueno, en primer momento fuimos con toda la comitiva que me acompaña a la comunidad de San Egidio, ustedes saben que en todas las oportunidades que he estado aquí en Roma he hecho una visita a la comunidad de San Egidio y a Mateo Zuppi, concretamente, quien me entregó una invitación para participar en la ceremonia inaugural, de lo que ustedes saben se conformó en 1986, por iniciativa de Juan Pablo II, que es la Oración por la Paz, en un marco interreligioso e intercultural.

El año pasado estábamos invitados para inaugurar esa reunión en Chipre, pero justamente fue la Reunión del G-20, en Washington, lo cual nos impidió asistir como hubiéramos querido además, pero ese año lo vamos a hacer, es en octubre, los primeros días de octubre, en la Ciudad de Barcelona y estamos también invitados a hablar en esa ceremonia inaugural, que dada la situación que vive el mundo en materia de conflictividad, basada muchas veces en cuestiones religiosas creemos que podemos hacer un aporte muy importante no solamente por nuestra convicción al respecto, sino también porque tenemos antecedentes de resolución de conflictos, como precisamente el que venimos a conmemorar, aquí mañana, con su Santidad y que es la resolución del diferendo entre Argentina y Chile. Y porque también en la región hemos tenido, en los últimos tiempos, conflictos que hemos podido encauzar pacíficamente con la gestión de los presidentes y presidentas de la región. Así que creo que podemos dar testimonio de que se puede vivir en un mundo en paz y solucionar sus conflictos y diferendos en el marco de la legalidad y del derecho internacional. Creo que podemos hacer un aporte importante, por lo menos lo cree así la comunidad de San Egidio y por eso nos invitan precisamente a inaugurar la 24 Reunión Internacional de la Oración por la Paz, que se desarrolla desde el año 1986.

Además tuvimos un encuentro muy ameno con todos los integrantes de la comitiva que como ustedes saben está integrada por la Gobernadora de Tierra del Fuego, el Gobernador de la provincia de Santa Cruz, por ser las dos provincias que mayor cercanía tienen geográficamente con la zona que fue objeto de litigio; también nos acompaña el señor presidente de la Corte Suprema de Justicia; hemos invitado también al doctor Ricardo Alfonsín, que es Diputado Nacional de la oposición y que creemos que llegó esta noche aquí y mañana va a estar junto con nosotros; también a la Diputada oficialista Patricia Vaca Narvaja, que es la vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados; empresarios como el titular del CAME, el señor Osvaldo Cornide; a dirigentes sindicales, como el Secretario General de la CGT, Hugo Moyano; Abuelas de Plaza de Mayo; senadores y senadoras tambièn y también el Padre Juan Carlos Molina, un sacerdote que trabaja en el impenetrable con la Fundación Valdoco y en toda la patagonia. A ver no quiero olvidar a nadie... y el titular del Estado Mayor Conjunto, el Brigadier Chevallier, así que hemos querido conformar una delegación lo más representativa posible de toda la institucionalidad argentina, fundamentalmente porque creemos que es un hecho de las instituciones y porque se resolvió precisamente en el marco de las instituciones, del derecho internacional y también del respeto del derecho interno en este caso, cuando luego fue convalidado a través de lo que fue el plesbicito, que impulsó en aquel entonces el Doctor Raúl Ricardo Alfonsìn para probar el tratado que se iba a firmar entre ambos países y que mañana va a ser una cosa muy emocionante. Me contaban que es la primera vez que se va a a poner una placa en el lugar al que vamos, que es muy histórico, es una obra de arte del Quattrocento, al lugar que vamos en el Vaticano y donde allí se va precisamente a homenajear el testimonio de amistad y de paz entre ambos países. Así que creemos que va a ser un momento muy especial.

PERIODISTA.- Presidenta, ¿cómo se imagina usted la jornada de mañana porque también usted hacía referencia en la jornada de hoy a lo vivido desde el sur del país, hace 25 años?

PRESIDENTA.- En lo particular para mí también va a ser un momento que excede simplemente la representación institucional porque también hay vivencias de carácter personal que son intransferibles obviamente. por ser personales son intransferibles. Yo lo dije cuando estaba el otro día en Chile, en Maipú, con Michelle Bachelet, en el lugar donde tuvo lugar el histórico abrazo entre San Martín y O'Higgins, donde tuvo lugar una batalla muy importante en la lucha por la independencia y estar ahí como Presidenta de los argentinos, luego de haber vivido en Río Gallegos, en aquella oportunidad y ahora estar aquí, junto al Papa, porque para nosotros fue una vivencia muy fuerte. Ustedes saben, yo siempre lo cuento, que se encendieron - dicen nunca se va a saber en definitiva - los motores de los aviones, en ese momento una de las bases aéreas más importantes de la Argentina estaba precisamente con asiento en Río Gallegos, donde yo vivía obviamente, y dicen que se llegaron a encender los motores para atacar Punta Arenas. Nunca se sabrá en definitiva si eso es cierto o no, pero lo cierto es que el riesgo fue terrible y la posibilidad de guerra fue inminente, se detuvo apenas por una hora. Hoy nos contaba monseñor Arancedo los pormenores de cómo el cardenal Primatesta llamó en aquella oportunidad al Papa y le dijeron si no podía llamar otro día y fue y dijo "no, tiene que ser ahora porque mañana es tarde". Esto relata de que estuvimos a un punto de estar allí y que realmente hubiera tornado las cosas a una situación cuando dos países han vivido guerras podemos ver algunos ejemplos de países vecinos cómo subsisten al cabo del tiempo los resquemores, los enfrentamientos que son recurrentes y cíclicos cada tanto. Por lo tanto, haber evitado aquella confrontación fue parte y mérito, en realidad, de la diplomacia vaticana y eso nadie lo puede soslayar. Por eso, estar aquí luego de todo ese tiempo, no ya como vecina de Río Gallegos, sino como Presidenta de los argentinos junto a Su Santidad, junto a la Presidenta de Chile, que también es una mujer, colocando por primera vez una placa en el Vaticano -dicen que es imposible-, estamos hablando de edificios que tienen una historia de cientos de años, de cuatro, cinco siglos, me parece que es un momento muy especial. Igualmente, creo que es un momento especial para mí y para todos los argentinos porque, en definitiva, creo que podemos vivirlo como un mérito en un mundo donde lo más fácil normalmente es terminar en un conflicto armado de los cuales vemos a diario en distintos lugares del planeta, haber tenido el mérito de haber podido llegar a la paz y también en momentos como los que hemos vivido en los últimos dos años cuando ha habido conflictos en nuestra región y hemos podido encausarlos en el marco del Derecho Internacional y de la paz de la región. Creo que es un mérito que tenemos que mostrar los argentinos y los hombres y mujeres también de la América del Sur al mundo como un ejemplo de tierra de paz y que hemos tenido en esto una actuación importante los presidentes y las presidentas de la región.

PERIODISTA.- Presidenta: el Episcopado la semana pasada emitió un documento a raíz de los 25 años del tratado donde planteó que el ejemplo de emigración y de pacificación de los pueblos también debía ser tomado en cuenta en la actualidad por las autoridades de cada uno de los países como gesto pacificador de cada uno de los países. ¿Usted cómo toma esas palabras del Episcopado? Como política interna habló el Episcopado en el documento.

PRESIDENTA.- No me parece que me corresponda hacer una interpretación sobre un exegeta de las palabras del Episcopado. Yo leo los documentos tal cual han sido expresados y creo que en ese sentido se han referido puntualmente a la cuestión que tiene ver con lo que mañana vamos a conmemorar. El hecho de integrar una misión como la que estamos haciendo hoy aquí en Roma, con una comitiva ampliamente institucional y representativa de los distintos sectores de la República Argentina, es un poco la confirmación de lo que nosotros también pensamos en ese sentido. Así que, nunca hay que hacer interpretaciones; simplemente fue un documento del Episcopado que tuvo que ver, precisamente, con conmemorar y recordar lo que fue la diplomacia en la gestión vaticana.

PERIODISTA.- Presidenta: en algún momento la disolución del obispado castrense fue un motivo de conflicto con la Iglesia en la Argentina, con la Conferencia Episcopal Argentina. Hace poco un discurso del Papa, justamente, fue interpretado cuando habló del escándalo de la pobreza como que estaba hablando del Gobierno argentino y recién se reunió con monseñor Arancedo. ¿Piensa que este gesto de la invitación del Papa a estar acá con la presidenta Bachelet puede influir en la relación del Gobierno con la Conferencia Episcopal Argentina?

PRESIDENTA.- Vamos por partes. Se supo luego que esas declaraciones de Su Santidad no tenían absolutamente nada que ver y que habían sido de unos cuantos meses antes, inclusive a la publicación. Así que, en realidad, creo que tratar de involucrar a figuras de la importancia como Su Santidad y utilizarlas políticamente, no me parece adecuado por parte de nadie, ni de la Presidenta ni de ningún otro sector de la República Argentina. Así que, creo que eso fue aclarado debidamente cuando se tomó conocimiento de la fecha en que habían sido hechas las declaraciones del Papa que, además, son declaraciones que habían salido en la revista de Cáritas, inclusive, que había sido editada unos cuantos meses atrás y que son las frases que siempre dice Su Santidad respecto de la pobreza en la Argentina, en Rusia, en Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo donde se hacen las colectas de esta naturaleza. Con lo cual, intentar ubicarlo y conceptualizarlo con referencia al Gobierno, me parece una inexactitud cronológica e institucional además. Creo que todos hablan de confluir en un clima de convivencia y pacificación; ahora, si de cada cosa que uno dice, está buscando que la dice para molestar al otro, convengamos que me parece que los espíritus de convivencia y pacificación deberían estar en todos y no interpretar cada palabra o cada gesto como que significa un enfrentamiento de tal institución con tal otra institución o de fulanito con menganito porque sino, sería imposible vivir y hablar. Deberíamos estar todos mudos porque cualquier palabra o cualquier gesto deberían ser interpretados como que, en realidad, dirigido al otro. Yo creo que esto no es así y que todos en este sentido debemos colaborar a que las palabras que se dicen sean interpretadas en su verdadero contexto y no tratar de interpretarlas más allá de lo que se dice. Muchas gracias.