Muy buenas tardes a todos y a todas y felicitaciones y felicitaciones a los mejores promedios y a todos y a todas tambièn por el esfuerzo que significa encarar estudios de alta graduación, como estos que se otorgan en nuestro Instituto de Servicio Exterior de la Nación.
Ustedes son todos muy jóvenes y les va a tocar desempeñar esta tarea francamente apasionante, que es la de las relaciones diplomáticas en un mundo sustancialmente diferente, no al mundo de hace 30, 40 ò 50 años, no, un mundo diferente de hace 5 ò 6 años atrás y seguramente cada vez va a ser más diferente. Esto les va a exigir a todos ustedes lo que yo digo es una suerte de permanente trabajo intelectual, de posicionamiento frente de los diversos problemas que se le van a presentar y fundamentalmente hacerlo en el marco de lo que decía nuestro Canciller y además en lo que estoy absolutamente convencida debe ser la representación diplomática de nuestro país y que no es solamente un ejercicio político-institucional, sino de representación de sus intereses comerciales, económicos, culturales y políticos, son verdaderos embajadores de la República Argentina.
Hace poco yo les decía en un seminario, que mantuvimos con nuestro cuerpo diplomático, acreditado en las distintas sedes en el mundo, la necesidad de abordar una tarea que es muy compleja y que exige también, tal vez, una actitud diferente a la que tradicionalmente hemos tenido - y en esto no quiero cargar las tintas sobre nadie, sino simplemente decir cómo veíamos a la política exterior desde la Argentina - la veíamos como algo vinculado estrictamente al campo diplomático o político y es necesario advertir la importancia del factor económico, del factor de la representación de intereses de nuestro país, en términos económicos, sin que esto signifique resignar el carácter eminentemente político que tiene la actividad de ustedes. Porque siempre hubo una idea de que los intereses del país eran llevados adelante por sus empresas, por aquellos que estaban directamente vinculados a intereses económicos, pero hemos aprendido que todos los países desarrollados tienen en sus Embajadas y en sus Embajadores y Embajadoras verdaderos representantes de los intereses comerciales de las empresas de los países que la representan.
Y esto no debe ser visto como una mercantilización del servicio exterior, muy por el contrario porque no vamos a poder tener un gran país, sino podemos desarrollar los intereses comerciales y tener grandes empresas que puedan hacer grandes negocios con otras empresas en otros países, en otros continentes, en otras regiones, en otros ámbitos. No es casual que esta Presidenta haya decidido que en cada una de las misiones a las cuales va, esté acompañada por delegaciones de empresarios de grandes, medianas y pequeñas empresas de todas las actividades y de todas las regiones de nuestro país.
Yo misma me concibo como Presidenta de los argentinos pero también como una embajadora, tal vez plenipotenciaria, de los intereses comerciales, económicos y culturales argentinos.
Es que cuando uno hace relaciones comerciales, cuando vende sus productos, cuando vende lo que sus trabajadores hacen o lo que sus científicos producen, también estamos vendiendo nuestra cultura, nuestra identidad y lo que somos capaces de hacer.
Por eso, hoy el ejercicio de la carrera diplomática exige una gran versatilidad pero, por sobre todas las cosas, una gran convicción: saber siempre que estamos representando los intereses de nuestro país, de nuestra gente, de nuestra cultura.
Yo estoy convencida absolutamente de que ustedes integran esa nueva generación y camada de jóvenes que han abordado esta tarea de la relación diplomática desde esta concepción en un mundo absolutamente globalizado, con nuevos protagonistas donde, por un lado, se va a desarrollar la multipolaridad en materia política pero, por otro lado, también se va a desarrollar la bilateralidad en materia de acuerdos y negociaciones comerciales. Esta es la orientación que por lo menos uno advierte en forma creciente en cómo se están desarrollando las conectividades entre los distintos países.
Nuestro país, además, tiene el orgullo de pertenecer al G-20, pero también tenemos el orgullo de pertenecer a Naciones Unidas. ¿Por qué diego esto? Porque nos reconocemos como sujetos de Derecho Internacional y todos y cada uno de nuestros actos en todos los ámbitos y foros, los económicos, llámese Organización Mundial del Comercio, llámese Organización de Naciones Unidas, en fin, en todos los ámbitos en los cuales tenemos representaciones de carácter multilateral, tenemos que tener esta visión de defensa de nuestros intereses pero, también, la comprensión de la necesidad de vivir en un mundo con reglas iguales para todos.
El gran reclamo de la Argentina en todos los foros, OMC, ONU, es realmente que haya paridad e igualdad de reglas para todos. Esta es una de las claves del Derecho Internacional y de las posibilidades de construir una sociedad internacional más justa, menos confrontativa, más segura, sujeta a Derecho Internacional.
Este tiene que ser nuestro mensaje y nuestra voz en todas partes. Y yo creo que lo van a hacer muy bien porque el mundo ha cambiado, nosotros hemos cambiado junto con él y porque todos los jóvenes tienen un gran compromiso con una calidad de vida mejor.
Son todos muy jóvenes, seguramente la mayoría ni siquiera está casado ni tienen hijos, así que, el compromiso de lograr y construir un mundo mejor no solamente es un compromiso diplomático o de profesión, sino también de la propia vida de cada uno de ustedes.
Así que, felicitaciones a todos y a todas y a seguir trabajando como hasta ahora.
Muchas gracias. (APLAUSOS)