Muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Santa Fe; señor Intendente de la Ciudad de Santa Fe; titular de la empresa Zeltek, con el que nos hemos encontrado ya por segunda vez en menos de un mes: hoy estamos aquí en Santa Fe inaugurando esta modernísima planta productora de EPO, ni se les ocurra que voy a decir el nombre químico porque no me va a salir y voy a hacer un papelón, pero en definitiva son células para el tratamiento de enfermos crónicos renales, una planta modelo de 10 millones de dólares que va a dedicar mayormente su producción a nivel de exportación, y por supuesto tiene empleados altamente calificados, la mayoría egresados de la Universidad Nacional del Litoral, algunos todavía estudiantes de la Universidad.
Hace poco menos de un mes inaugurábamos en Buenos Aires, en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, una planta en materia de seguridad bacterial, con moderna tecnología, una planta única en materia de seguridad en bacterias en toda Latinoamérica, y también estoy segura que es ésta una planta modelo en toda Latinoamérica.
Yo creo que pocos lugares más emblemáticos, en donde confluye lo que han sido los ejes que hemos planteado durante mi gestión, y que ha sido la incorporación de la ciencia y la tecnología a la producción, generando altísimo valor agregado. Tal vez en pocos lugares como en estos se descubre la importancia del valor, y hablo de valor no solamente en términos científicos, sino en términos económicos. Hablábamos de lo que sale, por ejemplo, un gramo de interferón B, que no es lo que se produce en esta planta pero lo produce esta empresa en otra planta de Buenos Aires: medio millón de dólares, un gramo. Y un gramo de lo que están produciendo y van producir aquí en esta planta, sale entre 15.000 y 20.000 dólares. Esto revela en su exacta dimensión, qué es lo que estamos diciendo cuando hablamos de valor agregado, una empresa entonces que emplea aquí 80 personas, y en total más de 200 personas en todo su complejo.
Antes que me olvide lo que decía el Intendente que el granito de arena, que son varios granitos de arena, ya está asignado, porque ya está asignada la ampliación para la planta aquí en el Parque de Tecnológico de Santa Fe, es lo que tenía que anunciar, y digo lo voy a hacer ahora porque si no seguro que me pongo a hablar y me olvido, cómo habló sin papel, como él dice, a veces me olvido después de las cosas, entonces digo lo voy a anunciar antes de olvidarme.
Pero quiero además decirles lo que ha significado para nosotros, y sigue significando, esta necesidad de concebir una articulación entre lo público y lo privado, la Universidad y la producción, que siempre estuvo un tanto ajeno. Muchas veces el concepto de autonomía universitaria era concebido como algo aislado de un proyecto de país, o de un modelo de producción, cuando en realidad la reforma del ´18 tenía que ver con la libertad académica, que debe ser defendida y consagrada a ultranza, porque es lo que garantiza la excelencia universitaria. Pero no puede haber universidades separadas o disociadas de un modelo de país, y un modelo de país indefectiblemente está ligado a un modelo económico, a un modelo de producción, a un modelo de inversión y de generación de empleo, que puede ser industrial, como recién señalaba el señor Gobernador, un perfil que tenemos que explotar este siglo XXI, el de convertirnos en una Argentina agroalimentaria, pero además con altísima incorporación de valor tecnológico, y que tiene que ver también con la importancia que hemos dado desde la fundación del Ministerio a la repatriación de científicos argentinos: más de 600 argentinos, que se habían ido del país porque no había oportunidades al conocimiento. No nos olvidemos que hubo algunos que mandaron al CONICET a lavar platos, no nos olvidemos que alguien pensó que podíamos solucionar el problema económico descontando salarios a las universidades, o restringiendo el presupuesto universitario. Tengo el orgullo de pertenecer a un proyecto político que valorizó al CONICET y a las universidades, dando los aumentos presupuestarios como no se tenían desde hacía décadas en la República Argentina. Porque ojo, a la educación no se la revaloriza únicamente nombrándola en los discursos, al CONICET o a las universidades, hay que valorizarlas con hechos reales y concretos, como es asignando presupuesto para que sus profesionales tengan incentivos que todos los seres humanos necesitan para poder seguir trabajando, inclusive aquellos que aún vuelven al país sabiendo que en otros lugares podrían ganar más dinero o estar mejor remunerados, pero que tienen esta identidad de poder construir un país junto al resto de los argentinos.
Yo saludo a todos los profesionales de nuestras universidades nacionales públicas, fundamentalmente, también a los de las privadas y a nuestros hombres y mujeres del CONICET que nunca desmayaron en el trabajo aún cuando no eran reconocidos.
Por eso, creo que esto que estamos celebrando hoy aquí, tiene que ver con una historia de poner en marcha un modelo productivo diferente y, como señalaba el Gobernador, que tenga que ver con el conocimiento y el reconocimiento al conocimiento que creo que es la obligación del Estado.
Hoy, en esta planta donde ya están trabajando 80 argentinos altamente calificados, estamos precisamente dando un ejemplo concreto y claro de cómo debemos crecer, cómo queremos crecer y cuál debe ser la orientación. Es algo que estamos trabajando en todas las universidades aún en aquellas que por allí no vieron la oportunidad en la primera vez que vinieron a hacer la oferta, pero que de a poco hay que ir modificando estructuras muchas veces anquilosadas, estructuras que muchas veces se niegan al cambio.
Yo digo siempre que es notable que tal vez en aquellos espacios en donde por el grado de intelectualidad debería haber mayor apertura para el cambio y la transformación, muchas veces una encuentra mucha resistencia a esos cambios. Pero de pronto entre todos y con estos resultados, porque fundamentalmente con estos resultados y estos ejemplos se van venciendo, podemos tener un modelo de universidad pública que vincule en contratos de transferencia los resultados de lo que hace al mundo productivo y ser reconocidos, a través de regalías, por ese mundo económico y productivo y no tenerle miedo a hablar de economía ni a hablar de dinero ni a hablar de regalías, porque si uno observa el desarrollo de las grandes naciones en todas partes, se logran estas cosas.
El otro día me tocaba dar una conferencia en la Universidad de Columbia en la que ya había estado en otras oportunidades. La última vez que estuve, su presidente me decía que los egresados de la Universidad le aportan todos los años 300 millones de dólares. Cuando me volví a encontrar con él, de esto hará más o menos tres o cuatro años que había estado, le digo "le siguen aportando los 300 millones de dólares con la crisis económica", "no, ahora aportan 500 millones de dólares los egresados". Egresados, obviamente, que han alcanzado un buen pasar aportan a la Universidad, que no fue gratuita, porque ustedes saben, además, que la Universidad de Columbia como todas las universidades de los Estados Unidos son pagas. Aquí, nuestras universidades públicas también como un emblema de la reforma y de lo que nosotros creemos además, soy egresada de la universidad pública, nacional y gratuita, soy hija de esa universidad, concibo fuertemente la necesidad de la gratuidad como una movilidad social ascendente. Pero algún día deberíamos pensar también aquellos que somos egresados de las universidades públicas gratuitas, donde millones de argentinos pagaron nuestra educación y tal vez ellos no puedan acceder ni siquiera a tener su título secundario, si no deberíamos también pensar nosotros como egresados en devolverle a las universidades lo que las universidades nos dieron.
Es un desafío que tenemos de todos los partidos políticos, porque sé que hubo proyectos pero nunca llegaron a buen puerto. Pero algún día deberemos también pensar en este tipo de debates y discusiones en nuestro Parlamento argentino donde debe primar, por sobre todas las cosas también para lograr esta articulación que decimos entre lo público y lo privado, olvidar algunas veces las pertenencias partidarias y poder discutir en pos de un proyecto de país.
No hay municipio, no hay provincia si no hay país. Ya vimos cuando el país se fue al demonio qué nos pasó a los provincianos, qué nos pasó a los hombres y mujeres de cada lugar chiquito o grande de esta bendita República Argentina.
Así que, hoy quiero felicitar a todos, a los empresarios con su inversión, a la Universidad, al CONICET y a todos los hombres y mujeres que siguen creyendo que nuestro país puede seguir creciendo cada vez más si cada vez más nos esforzamos en poner conocimiento, esfuerzo y trabajo, las tres condiciones básicas para que una sociedad, una provincia y un municipio puedan crecer en paz y en armonía.
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)