Discurso de la Presidenta en Merlo

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN ACTO DE LANZAMIENTO DEL PLAN DE INCLUSIÓN SOCIAL, EN EL CLUB DE FERROCARRIL OESTE, LOCALIDAD MERLO, PROVINCIA BUENOS AIRES

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Gracias, muchas gracias: recién me veían cuchichear con Alicia, mientras hablaban todos, pero no era por maleducada, era que no me podía acordar en qué mes habíamos presentado, en la Casa de Gobierno, este plan de ingreso social con trabajo; ella tampoco se acordaba - les digo, vamos a decir la verdad - y mandó a preguntar y a mediados de agosto lo habíamos presentado, en el Salón de las Mujeres Argentinas, este programa de inversión social porque nosotros siempre creímos, estamos siempre convencidos que contra la pobreza no hay mejor antídoto que el trabajo. (APLAUSOS).

Y por eso hoy verlas y verlos con la pechera y los cascos azules a este primer tramo, primer grupo compacto, de 10.000 cooperativistas, en diez municipios del Gran Buenos Aires nos muestra cómo podemos con mucho esfuerzo, porque esto no ha sido fácil: organizar las cooperativistas, capacitar, organizar, organizarse, siempre es difícil y cuesta; uno trabaja con grupos humanos y trabajar con grupos humanos no es fácil porque todos tenemos nuestras cosas, somos difíciles pero acá estamos.

Y se me ocurre que frente a esto que sucede en el mundo, frente a este fenómeno que flagela la historia de la humanidad, de la pobreza, de la injusticia, de la inequidad siempre en la vida y en el mundo hay dos clases de personas, digo yo: las que hacen declaraciones sobre la pobreza y las que nos dedicamos a ejecutar acciones concretas contra la pobreza para combatirla todos los días y en todas partes. (APLAUSOS).

Y para combatir la pobreza no hace falta tener un puesto en un Gobierno, por supuesto que quienes son Gobierno provincial, municipal, nacional tienen las mayores responsabilidades, pero para combatir la pobreza hace falta ante todo una actitud en la vida, que es la solidaridad y la compasión, pero no la compasión de la lástima, la compasión del que ayuda al que le falta algo.

Ayer estuve en Córdoba, en Embalse, ante microemprendedores que reciben, también del Ministerio de Desarrollo Social, o sea del Estado Nacional, de los argentinos, microcréditos para pequeños emprendimientos que les permite organizarse, organizar a otros y organizar la vida.

Y también se puede combatir la pobreza siendo un buen ciudadano y pagando los impuestos cuando se tienen riquezas y se tiene más que los otros, esa también es una forma de combatir la pobreza con acciones concretas. Y hoy aquí, cuando veo que hombres y mujeres que no tenían la dignidad del trabajo han comenzado no solamente a vestirse de trabajadores, porque ponerte el casco y ponerte la pechera es algo más que entrar en una cooperativa, es ponerte tu uniforme de laburante, de que tenés trabajo digno, que a fin de mes cobrás, que tenés cobertura y que podés decirle a tus hijos: "me voy a trabajar, me voy al trabajo". ¿Qué cosa, no? Me voy al trabajo. (APLAUSOS).

Yo me acuerdo de mis viejos y los que tienen mi edad se deben acordar también de los suyos, me iba a trabajar, ¿dónde está tu papá o tu mamá? Están en el trabajo; sin embargo hubo tiempos en la Argentina, no demasiados lejanos, en que nuestros pibes vivieron en hogares donde los padres no salían a trabajar porque no había trabajo en la Argentina.

Y si de algo me siento realmente orgullosa es de pertenecer a este proyecto político, que desde el 25 de mayo de 2003, ha hecho de lograr trabajo para los argentinos, industrialización para nuestras fábricas, trabajo para nuestros comerciantes, dignidad nacional objetivos permanentes en la gestión y en la acción, con errores y con aciertos, tal vez con más errores que con aciertos, porque siempre cuando uno hace se equivoca. Pero es necesario también que todos los argentinos, además de ese espíritu crítico que siempre nos ha caracterizado, tengamos por sobre todas las cosas un espíritu de cooperación y de solidaridad.

Vengo de reuniones con los principales líderes del mundo, de las sociedades más desarrolladas, en donde precisamente se generó la crisis, que alcanzó a todo el mundo, pero que aquí sin embargo hemos podido afrontar con entereza y con dignidad, con dificultades, pero con entereza y dignidad porque habíamos apostado - aunque algunos lo nieguen - a un modelo argentino. (APLAUSOS).

Un modelo que cree que necesitamos un fuerte mercado interno, con trabajadores, con buenos salarios, organizados en sus fábricas, en los comercios; que cree en la necesidad también de exportar fuertemente para seguir generando trabajo y valor agregado y seguir creciendo todos los días un poquito más.

Por eso, porque fuimos preparados de esta manera, en estos años, es que pudimos afrontar las cosas de la mejor manera. No quiero ni imaginarme por un instante lo que hubiera sido una crisis internacional de estas características diez o quince años atrás, hubiera sido tierra arrasada Argentina. Y hoy, estamos aquí, celebrando estos primeros 10.000 trabajadores cooperativos, que es la forma más inteligente de organizarse hoy en la vida, y además también porque necesitamos que nuestra infraestructura social: escuelas, centros de salud, centros integradores, cloacas, agua corriente; ya habíamos empezado con la experiencia de las cooperativas en el trabajo del agua corriente, de allí copiamos el modelo para hacer frente precisamente y llegar a los sectores más vulnerables, a los que necesitan que el Estado pueda darles no una dádiva, sino eso: lo que hoy tienen todos ustedes, un trabajo. No, esto es de ustedes, esto no es ni de Néstor, ni de Cristina, es de ustedes porque en definitiva lo que están haciendo ustedes es organizarse, junto a los iguales, junto aquellos que no tuvieron la oportunidad que tuvimos otros, de poder tener estudios, de poder tener padres que nos dieran un futuro y un presente. (APLAUSOS).


Ustedes no tienen que agradecerle nada a nadie, ustedes sólo tienen que tener confianza en ustedes mismos, en apoyarse codo a coda, en tener mejores ideas, en ser el que trabaja más y mejor, porque también de eso depende el éxito del programa. Podemos poner el dinero desde el Estado, pero es necesario también desarrollar conciencia de pertenencia, conciencia de cada uno de ustedes que necesita que esto tenga éxito para que pueda seguir extendiéndose y entonces generando mayor actividad económica volvamos a crecer como lo hemos hecho, no por supuesto cómo lo veníamos haciendo en los años anteriores, luego de la crisis que nos vino de afuera, pero que vamos a seguir creciendo y mucho el año que viene porque ya se ven signos claros de la reactivación económica.

Y aunque hagan ruido, ruido siempre hubo, no nos molesta el ruido, hubo más ruido en otros tiempos y yo creo que precisamente muchos intentan, tal vez, tapar el sol con la mano y hacernos creer que en la Argentina estamos mal, y que todo está mal y que somos un desastre, es como que alguno se solazara en instalar entre nosotros una sensación de agobio y de fracaso, cuando la obligación de todo ciudadano no es decir mentiras, pero es fundamentalmente inspirar confianza, fe, solidaridad y cooperación en todos y cada uno de los argentinos.

Necesitamos la fuerza de todos, la fuerza de los que saben que es necesario que la Argentina logre llegar en un momento a lo que todos soñamos y que es la igualdad de oportunidades, no me canso de repetirlo una y otra vez. Cuando éramos muy jóvenes, veo algunas caras por ahí, planteábamos que la igualdad era casi obligatoria, pero la igualdad no es obligatoria en ninguna sociedad, porque no somos todos iguales: algunos trabajamos más, otros trabajamos menos, unos se esfuerzan más, otros se esfuerzan menos. Pero lo importante es que todos tengan la oportunidad para elegir la vida que quieran tener y no que se la impongan porque nacieron en una casa donde no había trabajo, donde había pobreza, donde faltaba la comida. (APLAUSOS). A esa Argentina, a la de igualdad de oportunidades es a la que tenemos que contribuir todos, cada uno desde el lugar en que estamos, con mayor responsabilidad aquellos que luchamos por ocupar los primeros lugares en la vida democrática de un país, pero con la convicción, la certeza absoluta de que es necesario el esfuerzo de todos los argentinos para seguir construyendo este país, esta casa: Argentina, que es nuestro destino común.

Por eso esa frase: "Argentina trabaja" no es un eslogan, léanla todos los días, "Argentina trabaja" es un modelo de país, es una forma de vida, es una compresión de lo que debemos garantizar a todos y cada uno de nuestros hombres y mujeres.

Yo estoy muy feliz de estar compartiendo hoy con ustedes este momento. Para decirles la verdad me gustaría que cada uno en la Argentina pudiera tener su trabajo sin necesidad de que el Estado interviniera, pero los que decían eso fueron los que, precisamente, hundieron el mundo; habían hundido la Argentina antes y después y aplicando esas mismas políticas, terminaron hundiendo el mundo. De esto que pasó en el mundo, nosotros aquí en al Argentina podemos dar cátedra porque nos hundieron durante décadas, haciéndonos creer que el mercado todo lo resolvía y que el Estado todo lo complicaba. Finalmente el mercado complicó todo y el Estado tuvo que venir a resolver todo. Estas son las cosas que nos han pasado (APLAUSOS).

Pero vamos a trabajar mucho porque nosotros no somos fundamentalistas ni dogmáticos como ellos, sabemos que necesitamos también desarrollar un mercado fuerte para que vuelva a haber trabajo y para que vuelva a haber inversión fuerte en toda la Argentina como en los primeros seis años en los cuales tuvimos el crecimiento más importante que se recuerde en la historia, el año pasado, donde hubo tanto ruido crecimos como nunca en exportaciones, en ingreso de nuestros trabajadores. (APLAUSOS)

Por eso, tenemos que trabajar muy fuerte para volver a articular y seguir articulando como lo hicimos en estos seis años, a nuestros empresarios, a nuestros comerciantes conjuntamente con políticas activas del Estado que venimos desarrollando en materia de infraestructura para seguir sosteniendo la inversión pública, la obra pública, la generación de puestos de trabajo.

Lo vamos a seguir haciendo porque no somos fundamentalistas, nunca lo fuimos, no creemos en las políticas que van de un lado para otro, creemos en esto, en lo que hemos creído y sostenido toda la vida.

Yo desde muy joven creí en este modelo de país, con trabajo, con sindicatos fuertes y organizados, con empresas que salen a conquistar mercados en el mundo y exportar, con hombres y mujeres que se ganan el pan y pueden darle un trabajo y, fundamentalmente, estudio a sus hijos para que puedan el día de mañana soñar con ser, no solamente un trabajador, que es muy digno, sino por qué no un profesional, un científico.

Esta es la Argentina que soñé desde muy joven, por la que luché y lucharon tantos otros durante décadas. Muchas veces cuando decía estas cosas en el Parlamento argentino, cuando todavía Kirchner no había llegado a la presidencia, decían que lo nuestro eran fantasías, me acuerdo las veces que habré tenido que ir al Parlamento a discutir y, por supuesto, a votar negativamente porque había que hacer tal o cual cosa porque se caía el país si no se hacía o el Fondo nos dejaba afuera. Y yo decía que había otro modelo, otro país, y decían que era porque yo era opositora.

Pero, no, no era por eso, era porque podido comprobarlo, porque había una historia, había un ADN en nuestra Argentina, en nuestra propia historia, que nos habla de que había tiempos felices en los que se creó trabajo, en los que llegamos a ser los primeros en América latina, en el Producto Bruto Interno, no eran fantasías, esto había pasado, habíamos tenido la primera industria aeronáutica de toda América Latina, habíamos sido los primeros en experimentar en energía, nuclear, en tener premios Nobel.

¡Cómo no íbamos a poder volver a serlo, por supuesto, con toda la diferencias de un país diferente y nuevo, en un mundo también diferente y nuevo!

Por eso yo reivindicó esa decisión, pero fundamentalmente esa convicción, esa creencia de que los argentinos podemos, que tenemos nuestros recursos naturales, nuestros recursos humanos nuestra inteligencia, nuestra historia para ser una Patria diferente, y lo vamos a ser porque en estos seis años volvimos a dar testimonio de que podíamos tener un país diferente.

Déjenme decirles algo para finalizar: ustedes saben que estuve hace poco en la famosa Cumbre del G-20: en la de Londres, que fue la del 2 de abril, tuvimos que pelear para que no incluyeran la las palabras "flexibilización laboral" dentro del documento; en esta que estuve el otro día el documento lo encabezaron hablando de la necesidad de crear trabajo decente para generar nuevamente la reactivación económica. (APLAUSOS).

Déjenme decirles, humildemente, además con la presencia de la Organización Nacional del Trabajo, que esta Argentina en nombre de nuestras convicciones y de nuestra historia había pedido que estuviera presente, y estuvieron presentes también los trabajadores, Me acuerdo que leíamos el documento que presentaron, un documento, me decía el Ministro de Economía, que podía haber suscripto nuestro propio Gobierno.

Entonces déjenme sentir un poco de orgullito de ser argentina, porque esto que fui a plantear, no lo fui a plantear ni como peronista, ni como Cristina, ni como Presidenta, yo lo fui a plantear como argentina, por lo que hemos vivido, por lo que hemos sabido construir.

Por eso, hoy estoy muy feliz y les pido una cosa: que todas las mañanas cuando vayan a su trabajo, agradezcamos a Dios todos juntos y muy fuerte porque podemos seguir dándole lucha sin cuartel a la pobreza con acciones concretas, todo los días, en todas partes, en todos los lugares, en todas la provincias, en todos lo municipios, y aquí, en casa, en la República Argentina.

Gracias y mucha suerte. (APLAUSOS)