Muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señores gobernadores de Chaco y de Entre Ríos; señores miembros de las cámaras exportadoras y de la Federación Argentina de Molineros; señoras y señores productores: estamos ante un hecho muy importante, luego de mucho tiempo hemos decidido, de común acuerdo entre exportadores, molineros y el Gobierno nacional, a abrir el registro en forma permanente para las exportaciones de trigo y maíz. Yo sé que muchos se preguntarán por qué no se hizo antes, porque una de las claves era ponerse de acuerdo en el tema del abastecimiento interno. Ustedes saben que tanto en materia de trigo como en maíz necesitamos cubrir necesidades de lo que nosotros denominamos por un lado la mesa de los argentinos, pero también la cadena industrial agroalimentaria que necesita del maíz para producir leche, pollo, carne de vaca y cerdo.
Las cláusulas claras, puntuales y concretas en las cuales se obligan también exportadores y molineros a poner a disposición del país para el mercado interno, a precio de abastecimiento, en caso de que el producto del nivel de exportación no alcance a cubrir las necesidades internas; esto no significa que tengamos que importar trigo y maíz, es exactamente al revés, estamos haciendo este acuerdo porque tenemos excedentes en materia de trigo y maíz, que van a permitir generar y contener los mercados con los que muchas veces el país no ha podido cumplir con sus obligaciones.
También quiero hoy comentarles que hemos tomado una decisión que tiene que ver con un incentivo para la producción del maíz y del trigo, y que también ha sido demandada durante mucho tiempo en cuanto al a reducción de los famosos derechos de exportación, comúnmente denominados retenciones para el maíz y el trigo. Es importante entender que es un mecanismo que va a exigir un gran compromiso de parte de todos los estamentos del Estado y también de los productores, pero hemos tomado la decisión de pagar en compensación, a nivel cero en materia de derechos de exportación, a los medianos y pequeños productores de trigo maíz de todo el país (Aplausos).
Es importante también entender cómo funciona el derecho de exportación conocido comúnmente como retención, y el por qué se va a seguir cobrando la retención en puerto y luego se le devuelve al pequeño y mediano. Ustedes pondrán ver allí un mapa de la República Argentina, y dentro del mapa al productor primario y a la mesa de los argentinos, que somos todos nosotros, consumidores de los productos básicos que derivan del maíz y del trigo. Ustedes deben saber que el precio de estos cereales o granos no se conforma en la República Argentina, se conforman externamente en dólares en Chicago o en el Golfo de México, con lo cual el derecho de exportación o retención no tiene un fin únicamente fiscal recaudatorio, sino que es un instrumento de política interna para resguardar que ese precio internacional, que es en dólares y más elevado, no ingrese al país e impacte, en términos de inflación y de costos, en la mesa de los argentinos y en la cadena agroalimentaria. El precio se fija en Chicago, se descuenta para el productor el flete, el seguro y además la retención. Si nosotros hiciéramos lisa y llanamente una supresión de la retención a cero, ese 23 por ciento de trigo quizá ya sido reducido porque los 28 por ciento e hicimos una reducción del 23, y ese 20 por ciento del precio internacional que se fija en dólares en Chicago, entraría para el productor, es cierto, pero también entraría para el consumidor de la Argentina que debería pagar más caro todo lo que es derivado del trigo y del maíz: harina, pan, fideos, leche, huevos, carne, etcétera. Esta es una de las claves por las cuales siempre hemos sostenido- no nosotros sino todos los economistas- que los derechos de exportación no son un instrumento recaudador, sino son un instrumento de política económica, a punto tal que cuando las variaciones internacionales en los precios de un producto se modifican, como fue por ejemplo el caso de la leche, bajamos a cero los derechos de exportación, y no solamente bajamos a cero los derechos de exportación sino que comenzamos a pagar un precio, un subsidio, una compensación para subsidiar al productor interno lechero, porque en definitiva termina estando más caro adentro que afuera. Esto sucede porque el precio que no se conforma aquí en la República Argentina, los commodities y los precios se configuran afuera. Entonces estos derechos de exportación o retenciones, o estas compensaciones o subsidios, obran según sea qué suben mucho los precios o que caen los precios internacionales. En este caso y para la cosecha 2009/2010, o sea el trigo que se va a cosechar en noviembre y diciembre, que tuvo una importante merma, no producto de las políticas agropecuarias sino de la seca que obviamente no depende de ningún gobierno, y el maíz que unos pocos días más comienza a sembrarse y que va a cosecharse allá por marzo, abril, los pequeños y medianos productores van a tener la devolución o la compensación de esa retención.
¿Por qué hablamos también de pequeños y medianos? Por una cuestión de equidad, el 1% de los productores produce el 50 por ciento del trigo en el país, y el 5 por ciento los productores produce el 50 por ciento del maíz, por lo tanto la devolución o compensación del derecho de exportación o derecho de retención va a ir obviamente para los pequeños y medianos productores, que son a los que tenemos que incentivar para que vuelvan a sembrar y para que vuelvan a invertir (Aplausos). Es una decisión muy importante en términos fiscales, esto va a demandar de las previsiones que tenemos en materia de recaudación, con la cosecha prevista de maíz y de trigo, el 50 por ciento de lo que se recaudaría en concepto de derechos de exportación que volvería a los pequeños y medianos, porque es lo que ellos producen, el 50 por ciento, y la única forma de que ese precio internacional no tenga el impacto inflacionario, algo que todos los economistas que ustedes deben haber leído cuando hablaban sobre el tema de la reducción de los derechos de exportación a cero de trigo de maíz, inevitablemente todos tenían como consecuencia inexorable no tomarse esta previsión.
La idea es además que esta compensación, esta devolución, sea hecha de manera muy transparente y cristalina, por eso quiero que se cree una unidad operativa entre el Ministerio de Producción, el Ministerio de Economía y Jefatura de Gabinete para contra los registros que nosotros tenemos en la oficina que depende de la Secretaria de Agricultura y Ganadería, en la ONCA, puedan compararse los que ya están inscriptos, y en base a eso elaborar el padrón para la devolución mediante una operatoria que deberá desarrollarse entre esa unidad operativa, que sea una unidad que permita transparencia y claridad en la administración de las compensaciones, y que realmente lleguen a manos del productor. Esto ha sido una de las claves por las cuales también en el último acuerdo lechero que hicimos dijimos no entregarla a las usinas, sino entregarlas con el CBU a cada productor, a cada tambero, a cada lechero, para que le llegue al productor. No queremos intermediar más, queremos que le llegue directamente al hombre que trabaja, que produce (Aplausos).
¿Qué es sinceramente lo que yo espero como Presidenta de todo los argentinos? La necesidad de entender el esfuerzo que tenemos que hacer todos no en pelear, en insultar o agraviar, sino trabajar y encontrar mecanismos que ayuden a tener una producción cada vez mayor, y que valga la pena el esfuerzo fiscal que el Estado hace en todos los frentes, en el frente donde 13.000 empleados de INTA, del SENASA y de otros organismos descentralizados de la Secretaría brindan asesoramiento continuo, permanente y gratuito a los productores; el esfuerzo de mantener un tipo de cambio que permita hacer rentable la producción en la Argentina, no solamente la agropecuarias sino también la industrial; el esfuerzo de los créditos blandos del Banco Nación; la política de tarifas desacopladas que nos permite ser competitivos; el esfuerzo que todos tenemos que hacer para entendernos y entender una Argentina que necesita imperiosamente seguir creciendo, y que en el marco de las dificultades que ha tenido el mundo hemos tenido un comportamiento realmente impresionante. En otros momentos una crisis de esta naturaleza, como ya se los he dicho muchas veces, nos hubiera tumbado, hoy nos permite aún seguir teniendo una recaudación positiva, cosa que no sucede en otros lugares de nuestra propia región, no hablamos ya de las regiones más desarrolladas donde explotó la crisis. Esto nos obliga a todos a poner un esfuerzo muy grande en poder articular acuerdos, como al que hemos llegado hoy entre los exportadores y entre los molineros, los hombres y las mujeres de la industria de la harina, y creo que se tenemos que hacer el esfuerzo de ponernos de acuerdo.
Ayer me tocó vivir momentos realmente muy emotivos, a 30 metros de la frontera con Brasil, en San Pedro provincia de Misiones, donde fui con motivo del tornado que causó 10 víctimas, por lo menos hasta hoy eran 10 víctimas, y me tocó recorrer toda la zona donde viven de agricultura familiar estrictamente, con huertas, con chanchos, con vacas, seguramente una estadística los registraría como indigentes o pobres porque no tienen los ingresos monetarios que justificarían una ubicación en un ranking de indigencia de pobreza, pero en realidad viven de una agricultura absolutamente familiar.
Estuve charlando con un chico que había perdido a sus dos hermanitos y a un sobrinito, que me contaba -y me contaron- que todavía presa por la emoción de lo que le había sucedido no se detuvo ni a llorar ni a lamentarse sino que tomó una motosierra y salió a ayudar a los vecinos a cortar los troncos de los árboles que habían caído producto del tornado sobre las casas o sobre la ruta, hizo ese esfuerzo. Cuando lo vi en el centro de refugiados que había allí en la escuela que había quedado en pie un poco más adelante, porque había tomado dos escuelas, además de pedirme ayuda para ir a ver a su otro hermanito que estaba internado en Posadas operado de gravedad, me pidió cómo podía hacer para volver a tener las seis vacas que se habían muerto y que eran las que junto con los chanchos, las gallinas, la huerta familiar, permitían la subsistencia en una agricultura familiar, que no vayan a creer que se da únicamente en Misiones sino se da en miles y miles de argentinos y en una geografía muy extensa, sobre todo en lo que es NEA y NOA.
Y yo digo que los que han sido y los que hemos sido más favorecidos porque lo trabajamos, porque lo heredamos, porque lo conseguimos, por lo que fuera, tenemos una obligación moral creo además, si se me permite, de entender que hay una Argentina que necesita que aquellos que son los responsables de generar riqueza y aquellos que somos los responsables de articular las políticas para que todo concuerde y podamos entre todos construir una Argentina mejor, como lo hemos hecho en estos últimos seis años, con diferencias, con matices, pero yo creo que nadie, nadie honestamente, puede ponerse una mano en corazón o en el bolsillo y decir que no ha ganado mucho dinero, sobre todo en el tema de producción agrícola en estos seis años; también en industria y también lo que progresaron los trabajadores que pueden tener un trabajo, todos los sectores hemos tenido un adelanto muy grande.
Entonces yo digo, este esfuerzo que se hizo durante todo este tiempo merece, la verdad, una dirigencia que aún con diferencias, aún con intereses contrapuestos -que siempre los hay, es imposible que todos los intereses coincidían todo el tiempo- hagamos el esfuerzo de no perder ganas, estímulos, ideas en enfrentamientos, en discusiones, sino precisamente ponernos a trabajar cada uno para que podamos estar todos un poco mejor. Estos acuerdos que hoy llevamos adelante, el acuerdo con exportadores y harineros, que costó mucho tiempo, que costó diferencias, que nos pusimos de acuerdo finalmente; también esta señal clara, concreta, puntual, de un gobierno que quiere a ayudar a los pequeños y medianos productores de dos cultivos tradicionales en nuestro país como son el maíz y el trigo, son señales pero son gestos muy claros y concretos que están en esa dirección. Y yo espero sinceramente que todos los argentinos que tienen una responsabilidad de representación política, institucional, sectorial, y también los hombres y mujeres que son los que producen, los que se levantan todos los días temprano en su campo, en su chacra a trabajar, entendamos la necesidad de poder articular acuerdos de esta naturaleza, porque podemos sino perder una fantástica oportunidad de que en un mundo en crisis, en un mundo con severos volatilidades en materia económica, las oportunidades que la Argentina tiene como un productor de alimentos y al que habrá que agregarle valor cada vez más.
Por eso en nombre de estos chicos que me tocó ver ayer en Misiones y de tantos otros miles de Leandros Dos Santos que deben estar a lo largo y a lo ancho del país, debemos hacer el esfuerzo de acordar mecanismos, procedimientos en los cuales todos sintamos que el esfuerzo que estamos poniendo, fiscal por parte del Estado, del productor que invierte, que trabaja, que está mirando al cielo para ver si llueve y que de eso depende también su producción, todos tengamos esa voluntad y esa actitud diferente de poder ponernos de acuerdo, que es lo que en definitiva debemos hacer para seguir trabajando. No a ver quién dice la frase más hiriente o el insulto más original. Los insultos, los agravios, las descalificaciones, por más originales y hasta divertidos que a alguno le parezcan, por más centímetros que merezcan en los diarios, por más espacios en la radio o la televisión, no les solucionan el problema a nadie. (Aplausos) En todo caso servirá para que alguien que le gusta mirarse en televisión o leerse en los diarios se sienta la mañana un poco más feliz.
Pero lo importante no es que cada uno de nosotros nos sintamos felices porque hicimos algo que nos parece que nos favorece sino que los demás, a los que decimos representar, también tengan los beneficios concretos de lo que significan políticas desde el Estado y acuerdos del Estado que podemos llevar adelante para mejorar nuestra producción, a nuestros productores, a nuestra economía y a nuestro país. Porque lo uno no va sin lo otro, acuérdense cómo les fue a todos cuando al país y a sus finanzas les iba mal, finalmente todos terminaron pagando.
Por eso quiero agradecer el esfuerzo de los señores miembros de la Cámara Exportadora, también de los señores molineros, de los señores productores y productoras que están aquí hoy presentes, y de acuerdo, porque en definitiva el estar sentado es también estar de acuerdo, aun cuando todavía tengamos que discutir si es así de esta manera o será de otra, lo importante es saber que todos debemos tirar para el mismo lado, que es el de que la Argentina pueda seguir creciendo como lo va a hacer. Muchas gracias y muy buenas tardes a todos.