Me parece que voy a ser breve porque yo escuchaba recién al Intendente hablar de lo que constituía seguramente un icono de abandono en la ciudad, este Palacio "Saturnino Alzaga Unzué", pero también escuchaba a la locutora que presentó la obra y ella decía que es un cambio de paradigma, yo también lo creo así, porque la palabra asilo, que implicaba la constitución del Patronato para la Infancia siempre es una palabra dura, tiene que ver con exilio. Yo digo que asilo, se asila alguien que está exiliado en algún lado, hay asilos políticos cuando uno se exilia de un país y hay asilos sociales cuando se exilia del hogar y de la familia.
Creo que en el interregno de estos casi 100 años hubo también en el medio de esa historia una transformación cuando la Fundación Eva Perón convirtió el asilo en hogar. (APLAUSOS). Fue un cambio importante porque lo que se veía, primero, como un acto de beneficencia o de caridad, pasó a ser un acto de reparación y de justicia. Hay una diferencia muy grande entre la caridad y la justicia, es como Eva decía: "cuando se hace algo mucha veces para los pobres se piensa en pobre". Y ella pensaba los hogares, a pesar que eran también procesos de institucionalización macro, o sea donde no había una familia, lo pensaba de otra manera. Por eso digo, que en el interregno, en esos 100 años, hubo un interregno donde se pensó y se hizo fundamentalmente y se ejecutó una política social de reparación y de justicia y no de caridad.
Pero es cierto que han cambiado los paradigmas, no solamente se ha eliminado el Patronato y se reconoce a nuestros niños y niñas como sujetos de derecho, sino que inclusive antes de esa transformación jurídica, política y social había habido también una transformación institucional en las políticas sociales, que comenzaron a abandonar la macro institucionalización, es decir los mega institutos, donde los chicos perdían su personalidad, su identidad para ser una persona más en una mega institución para comenzar con los pequeños hogares.
Yo me acuerdo en Santa Cruz cuando terminamos con los institutos y comenzamos con los hogares sustitutos, con los pequeños hogares que fue nuestra política de sustituir lo macro institucional, que era muy frío, muy alejado.
Así que hoy aquí estamos haciendo varios actos de reparación: para con Mar del Plata en un icono de abandono; para convertir hoy lo que primero fue un asilo y luego un hogar, pero que era una macro institución para los menores, en un lugar donde viene la sociedad, los chiquitos que vi de una orquesta maravillosa, chiquitos de las villas trabajando con sus madres armando, jugando, en una etapa lúdica, abuelos en una orquesta fantástica, yo no voy a llegar a los 89 años y mucho menos con una corneta como vi a una abuela ahí que no se podía creer, creo voy a estar destruida a los 89 años. Pero si vieran- ustedes sí lo saben porque los conocen-la vitalidad, el amor, el optimismo y la ilusión, hay que tener optimismo, esperanza e ilusión para disfrazarse, formar una orquesta y tocar un trombón, o un clarinete como hacían ahí abuelos y abuelas. Así que esto convertido ahora en un centro de promoción turística, cultural, artística y social viene a cumplir un rol muy importante.
Finalmente quiero contarles una anécdota que tiene que ver con la historia de este lugar: cuando entraba una de las anfitrionas me dijo "venga a ver fotografías antiguas", y me dijo "esa que está ahí es la hija de Don Saturnino Álzaga Unzué", y yo conocí a la hija de Juanita que fue la única hija de Don Saturnino Álzaga Unzué, que fue adoptada. Y luego su padre la casó con el Duque de Luynes en Francia. Estando yo allá conocí primero a quien es su marido, que es también un hombre de la nobleza en Francia, una anécdota muy graciosa, fue la primera vez que la acompañé a Kirchner, y había un senador sentado frente a mi; me dijo el apellido y yo recuerdo que le pregunté "¿de dónde es usted, de qué parte de Francia, de qué pueblo es", y obviamente vivía en un lugar que repetía exactamente su nombre; y le digo "¿tiene algo que ver el nombre del lugar con su familia?", y me dijo "sí, hace nueve siglos que vivimos ahí nosotros"; "qué interesante" le dije yo. Para que vean lo que muchas veces una aristocracia enseña, de 9 siglos por lo menos. Allí después conocí a su esposa la Duquesa de Luynes que es la hija de esa Juanita que está ahí a la entrada en una fotografía color sepia. Quería terminar con esta anécdota para demostrar como el mundo es redondo, y en la Argentina es más redondo que en ninguna parte, todo lo podemos encontrar en alguna parte.
Muchas gracias, buenas tardes y felicitaciones.